La victoria más merecida de la historia del futbol.
Manu Rodríguez. Desde Europa (12/07/10).
*
*La victoria más merecida de la historia del futbol. No ha sido sólo el triunfo de una selección nacional sobre otra. El mundo entero ha sido retribuido con esa victoria. Todos los violentados, engañados, pisoteados… del planeta han visto, por una vez, derrotados al violento, y al mixtificador.
El equipo contrario planteó un partido tan marrullero, tramposo, y agresivo, que todo el mundo de bien, sensible a la injusticia y a la maldad, estaba airado. Las lágrimas de Iker ante el oportuno gol de Hiniesta, a última hora, en el último minuto como quien dice, no eran más que las lágrimas de gratitud por la reparación; eran la rabia y la indignación finalmente satisfechas. Por una vez, el triunfo, la victoria del bien, de la justicia, y de la verdad. Todos lloramos o se nos saltaron las lágrimas con Iker y ese maravilloso gol de Hiniesta. Todos clamamos, todos gritamos. Todos, también, hubiéramos querido besar como Iker. ¡Oh, Alba!
Ganaron algo más que la copa del mundo. Los jugadores de la selección ganadora no sólo demostraron ser los mejores futbolistas del planeta, sino también los mejores hombres, los más nobles.
En cuanto a la selección derrotada, si yo fuese de tal país, les pediría cuentas por haber representado tan vilmente a mi pueblo.
Ni me extrañó ni me ofendió la bandera catalana que Xavi y Pujol pasearon por el campo. Y aún eché de menos la vasca, la valenciana, la andaluza, la canaria, la castellana, la asturiana… pues todas participaron en la victoria. Fue lo ibérico lo que respondió en el campo, el espíritu ancestral de nuestros pueblos emparentados. El espíritu de resistencia, de combatividad, de nobleza, de pureza… de generosidad. Pues así somos los peninsulares. Y aún me hubiera gustado, antes del partido, dirigirme a los portugueses y decirles que se apuntaran con nosotros a nuestra victoria, o a nuestra derrota. Con nosotros, aquellos de la Tarraconense, de la Bética, y de la Lusitania.
Con vosotros, ganadores, todo un pueblo ha dado muestras de su carácter y de su personalidad; de su genio; de su grandeza. Gracias, en nombre de todos los españoles, o peninsulares, o ibéricos; como gustéis. Gracias de todo corazón por vuestra sublime victoria.
*
Hasta la próxima,
Manu
Manu Rodríguez. Desde Europa (12/07/10).
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*La victoria más merecida de la historia del futbol. No ha sido sólo el triunfo de una selección nacional sobre otra. El mundo entero ha sido retribuido con esa victoria. Todos los violentados, engañados, pisoteados… del planeta han visto, por una vez, derrotados al violento, y al mixtificador.
El equipo contrario planteó un partido tan marrullero, tramposo, y agresivo, que todo el mundo de bien, sensible a la injusticia y a la maldad, estaba airado. Las lágrimas de Iker ante el oportuno gol de Hiniesta, a última hora, en el último minuto como quien dice, no eran más que las lágrimas de gratitud por la reparación; eran la rabia y la indignación finalmente satisfechas. Por una vez, el triunfo, la victoria del bien, de la justicia, y de la verdad. Todos lloramos o se nos saltaron las lágrimas con Iker y ese maravilloso gol de Hiniesta. Todos clamamos, todos gritamos. Todos, también, hubiéramos querido besar como Iker. ¡Oh, Alba!
Ganaron algo más que la copa del mundo. Los jugadores de la selección ganadora no sólo demostraron ser los mejores futbolistas del planeta, sino también los mejores hombres, los más nobles.
En cuanto a la selección derrotada, si yo fuese de tal país, les pediría cuentas por haber representado tan vilmente a mi pueblo.
Ni me extrañó ni me ofendió la bandera catalana que Xavi y Pujol pasearon por el campo. Y aún eché de menos la vasca, la valenciana, la andaluza, la canaria, la castellana, la asturiana… pues todas participaron en la victoria. Fue lo ibérico lo que respondió en el campo, el espíritu ancestral de nuestros pueblos emparentados. El espíritu de resistencia, de combatividad, de nobleza, de pureza… de generosidad. Pues así somos los peninsulares. Y aún me hubiera gustado, antes del partido, dirigirme a los portugueses y decirles que se apuntaran con nosotros a nuestra victoria, o a nuestra derrota. Con nosotros, aquellos de la Tarraconense, de la Bética, y de la Lusitania.
Con vosotros, ganadores, todo un pueblo ha dado muestras de su carácter y de su personalidad; de su genio; de su grandeza. Gracias, en nombre de todos los españoles, o peninsulares, o ibéricos; como gustéis. Gracias de todo corazón por vuestra sublime victoria.
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Hasta la próxima,
Manu
gran post... no me lo esperaba jaja...
ResponderEliminaren verdad que fue una victoria contundente...
por cierto lean esta noticia justo antes del partido...
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=449930
"Musulmanes en Holanda dice que Alá está con la naranga"
"Esta es la Holanda de verdad", afirma la UMMAO, "diversa, deportiva y centrada en conseguir resultados", en referencia a la multiculturalidad del país en el que viven cerca de un millón de musulmanes..."
En fin, sin comentarios...
un saludo a todos