Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

lunes, 1 de agosto de 2011

68) A propósito de Anders B. Breivik

A propósito de Anders B. Breivik.

Manu Rodríguez. Desde Europa (31/07/11)


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*Ese pobre diablo ha conseguido lo contrario de lo que pretendía. Con su estupidez criminal se ha convertido en enemigo de su propio pueblo, ha desprestigiado el anti-islamismo europeo, y ha proporcionado armas y argumentos a aquellos que están causando la destrucción de Europa, de nuestra madre patria.
Con esta acción se ha asemejado a los criminales musulmanes, que no dudan en masacrar (amedrantar, intimidar, aterrorizar…) a sus propios pueblos para la obtención de sus fines (el poder absoluto). Por desgracia la red está llena de ‘cruzados’ como él. De un golpe nos ha retrotraído a la Edad Media. Con su lenguaje, con su discurso (‘de novae militiae’…); un lenguaje y un discurso en los que los musulmanes se encuentran como peces en el agua. Esto es, entre otras cosas, lo que esperaban, hundirnos en el pasado, llevarnos a su terreno. Que abandonemos la actualidad, los tiempos presentes; el lenguaje (político, filosófico, sociológico, científico…) de los tiempos que corren (en Occidente); el status, el nivel socio-cultural alcanzado. Siento pena y dolor por los que han de venir, por nuestros hijos, nietos y herederos, pues ya no podrán usar las armas intelectuales que hasta ahora nos han protegido.
Hay que tener presente que buena parte del anti-islamismo europeo (y Occidental en general) lo es más por demócrata que por cristiano.
Con todo, tiene razón, él y miles otros. Me refiero a sus datos, sus estadísticas. Nos están destruyendo lenta y fríamente. La ineptitud de nuestra clase política en los últimos veinte o treinta años (de izquierda y de derecha), y la escalofriante estrategia del islam, que no tiene otra meta en nuestras tierras que la destrucción de nuestro ser biológico (étnico), y de nuestro ser cultural. Ambos milenarios.
Desde nuestra posición no puede sentirse más que desprecio y asco por el islam en su conjunto (político-religioso-jurídico…).
La disolución, la desaparición, la desnaturalización de la Europa milenaria, de la Europa nuestra. Nuestros descendientes nacerán en una Europa no europea, en una Europa desvirtuada. ¿Qué pensarán de nosotros? Las presentes generaciones, inconscientes y absurdas, serán las responsables de la pérdida de Europa.
“De fuera vendrá quien de tu casa te echará”. Así dice un refrán español. Eso es lo que se está cumpliendo en nuestros días en nuestra amada Europa.
Dada la evolución demográfica que se está dando en nuestro continente, no habrá Reconquista posible. Nuestro escaso número lo impedirá. Perderemos Europa irreversiblemente, nosotros los europeos milenarios. Será nuestro último ocaso (‘Ragnarök’). No habrá nueva primavera ni nuevo amanecer para nuestro pueblo. Pereceremos para siempre. Mañana seremos historia.
¿Podemos cambiar este infausto destino? ¿Qué necesitamos? ¿Qué podemos hacer? Hemos de ser serios, graves, y veraces. Hemos de convencer a nuestros conciudadanos mediante la palabra; la palabra informadora y liberadora. Hemos de recordarles nuestra común identidad ancestral y autóctona, nuestro común destino. Hemos de hacer proselitismo europeo en nuestra propia casa, en nuestra propia tierra; en Europa, nuestra tierra sagrada. Casa a casa, puerta a puerta. Hemos de recuperar intelectual y afectivamente a los europeos para Europa, para la causa europea. Hemos de despertar, despabilar a Europa. Mediante la pasión, mediante el amor, mediante la ternura. Mediante nuestros besos, esta, nuestra Blancanieves, despertará.
Una dulce tormenta será el despertar de Europa.
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Hasta la próxima,
Manu

1 comentario:

  1. es lo que pasa cuando se mezcla sionismo y masoneria con nacionalismo: que este ultimo se acaba corrompiendo...
    un saludo Manuel. magnifico blog como siempre

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