Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

sábado, 23 de febrero de 2019

182) Genogramas IV


Genogramas IV.

 

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (23/02/19).

 

                                                                  *****

 
1.

Salvar el fuego. Rescatarlo,
ponerlo a buen recaudo.
Salvar el aire, el agua, la luz.
El alimento, la sementera.
La riqueza, el ganado.
El árbol, la nave.

2.

A tal obra, tal creador.
A tal exterior, tal interior.
A tal forma, tal contenido.

3.

Azar y necesidad.
Azar y fatalidad.
Belleza y terror.

4.

En lo grande como en lo pequeño;
en lo visible como en lo invisible.
Creamos al modo de natura,
de manera inconsciente.
Éste sería el saber que no se sabe.

5.

De dentro a fuera.
De lo invisible a lo visible.
Del centro a la periferia.
De la oscuridad a la luz.
Del genouma al fenoma.
Del ser al aparecer.

6.
Nuncio, mensajero de sí mismo,
a sí mismo se anuncia.
Él es la noticia, la información.
Yo soy el mensaje, parece decir.
Yo soy.
No viene en nombre de otro.
Como fue, es, y será.

7.

La sensibilidad, la inteligencia,
la voluntad, la memoria…
como formas o modos sublimes
de auto-organización de la materia
viviente; de la luz, del ser.

8.

El anhelo es un deseo
que ignora su objeto.

La sustancia viviente no puede
encontrar nada fuera de ‘sí misma’
que satisfaga su anhelo.
No hay sustancia en el exterior
que calme la sed de uno mismo.

9.

Sin aliento en la noche,
así hay que estar.
Completamente desalentado.

Para que haya luz,
ni un punto de luz.
No querer, no gustar,
no saber…

10.

El sub-jectum (el que subyace),
el sujeto único, vive dentro de sí, en sí.
Y desde el interior recibe, y emite.
El soma como máquina de dominio.

11.

Ningún organismo, ningún soma
desechable, ninguna máquina
de proteínas, ningún vehículo…
es un ser en sí, por sí, y para sí.
Sólo de la sustancia viviente única
podemos decir que es un ser
en sí, por sí, y para sí.

12.

El ensimismamiento del sub-jectum;
del que subyace, del sujeto último.

13.

Nacer, vivir, llegar a ser…
El azar que soy, la mónada
que soy, nunca agradecerá
suficientemente
la vida que tiene.

El goce de vivir, la gratitud,
el arrobo, el estupor, el asombro,
la íntima riqueza… ¿cómo?
La dicha.

Hay que estar enamorado de la vida.

14.

Sobre todo planea
el deseo y el amor,
el temor y el odio;
el goce y la vida,
la muerte y el dolor.

Todo junto, mezclado
y al instante.

El oxímoron es la figura.

15.

Imposible no temer, no odiar,
no padecer, no morir.
Imposible no desear, no amar,
no gozar, no vivir.

16.

Ni la derrota, ni el dolor,
ni la ausencia empañan
un instante de plenitud
y vida, de goce y amor.

17.

El ‘por qué’ es lo único
que interesa, sí, el por qué
de la vida, de la muerte…
el por qué de todo esto.
Y aunque no se obtenga
respuesta, es el único abismo,
la única profundidad a la que
merece la pena asomarse.

18.

Todo clama. Xenus escindido.
Fragmentos que se buscan,
que se desean. Fuga.
Caza de amor.

19.

Corazón, mente del sistema vital.
Sol que irradia. Fuente de vida.
Primera luz. Xenus.

20.

La sustancia viviente de todo
el planeta es como un todo único.
Sustancia única. Germen
único de todo lo viviente.
Autor, Señor de las criaturas.
Alma. Logos de todos los fenotipos.
Principio y fin de este planeta
vivo. Sujeto único. Fragmentado;
repartido. Tenaz. Innumerable y uno.
Señor  de Señores. Causa inmediata
de todas las criaturas. Xenus.

21.

La esencia en la presencia,
como el perfume en la flor.

22.

Olivos  descortezados.
Desnudos. Pero anudados.
Cepas retorcidas. Pámpanos.
Verdor. Floración.
Amor.

23.

Ricos. Pobres.
Alegres y sombríos.
Vivos. Muertos.
Dolor festivo.
¡Eureka!

24.

Luminarias. Estrellas.
Soles que se hunden.
Pausadamente late el universo.
Cosmos siemprevivo.
Se dilata y se contrae;
según medida se enciende
y se apaga. Tenebrosa belleza.
Pánica. Aquí, sin salida.

25.

Sabiduría trágica. Apasionada.
Arrebatada. Como huracán.
Como  rayo. Como nada.
Activos. Hacedores.
Poetas. Enamorados.
Porque sí.

26.

Alegría. Ligereza.
Goce. Desnudez.
¿Qué importa?

27.

Lo inmanente, lo próximo,
lo cercano, lo familiar.
Lo que amas.
Tu herencia.

28.

Mundo breve.
Exquisita y breve,
la vida.


*****

Hasta la próxima,
Manu

sábado, 9 de febrero de 2019

181) Genogramas III


Genogramas III.

 

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (09/02/19).

 

                                                                  *****

 
1.

La escritura es un fluido,
síntesis de tierra y cielo.
Fluido corporal, mental,
espiritual al cabo.
Una sola cosa.

2.

La espiritualidad está ligada
a la creación. Emerge en la creación.
El goce misterioso es el goce creador.

3.

Todo lo vivo se articula en torno
al amor. Las configuraciones,
las paradas. La producción
y la reproducción.

El creador, como amante,
esparce su semilla,
poliniza a la comunidad.
Semilla diurna, solar.

4.

El odio es síntoma de la debilidad, del temor,
como el amor lo es del deseo, y del vigor.
Ama quien tiene, odia quien teme.

5.

No hace falta cámara oscura,
todo sucede a la luz,
a cielo descubierto.
Nada hay en lo interior
que no esté en lo exterior.

6.

De no ser por la reproducción,
ni siquiera nos miraríamos.
Si pudiéramos reproducirnos
por nosotros mismos,
nos ignoraríamos mutuamente.

La reproducción nos obliga
a buscarnos, a reparar en los otros;
nos liga necesariamente a la otra parte.

Por la reproducción tenemos
el deseo, el amor, el querer…

7.

La espiritualidad es bondad-bella-de-ver.
Da. Enriquece el patrimonio.
Multiplica la hacienda de todos.

8.

El alma a flor de piel.
Trasparencia no es el término,
porque no se trata de ver
a través de gestos y palabras,
sino de ver en gestos y palabras
todo lo que hay que ver.

9.

El lenguaje es una rebelión
del sonido contra el silencio,
de la luz contra la oscuridad,
del ser contra el no-ser.
La vida misma.

Romper el silencio,
irrumpir en la oscuridad.
La irrupción de luz y sonido.
El gran estallido resplandeciente.
La gran explosión.

Contra la muerte, la nada,
el olvido, el silencio,
las tinieblas, el no-ser.
Toda actividad.

10.

Con la palabra decimos y nos decimos.
Con la palabra, nosotros, iluminamos,
disipamos confusión y tinieblas.
Con la palabra construimos.
Nuestra palabra resuena en el mundo;
nuestra presencia, nuestra luz.

11.

La envoltura lingüístico-cultural.
La atmósfera, el alimento del genouma.
Lo que recibe y lo que da.
Lo que entra y lo que sale.

Cada día, en cada momento,
necesitamos este material.
Es como el aire, como el agua…
Nos es vital.

12.

La palabra articulada.
La síntesis de secuencias
verbales o escritas.
¿Con ello, qué?
Con ello, todo.

13.

El modo óptimo de decir,
de decirnos, de decir el mundo
y cuanto nos rodea. De esto se trata.
Fiable, óptimo, necesario, vital.

Tan importante es el asunto
lingüístico-cultural. Su limpieza,
su pureza, su verdad, su bondad.

14.

La piel cultural. Células muertas
que se arrastran, se llevan consigo.
¡Fuera lo muerto y lo podrido!
Higiene cultural.

15.
A flor de piel estamos,
asomados, atentos, prestos.
En el ojo, el oído, en la mano,
en el pie. Recibiendo y emitiendo.
Preguntando y respondiendo.
Inquiriendo, infiriendo el medio
natural y el medio cultural.
En todo momento ponderando,
dilucidando, decodificando.

Ciertamente, no sólo estamos
tras la envoltura somática,
sino también en ella.
En la mirada, en el semblante,
en la voz. En los gestos
y en los movimientos todos.
Es un flujo, una corriente
de información para cualquiera,
para quien quiera.
Sucede al deambular.

Resultamos ser figuras simbólicas.
La envoltura es decodificable.

La atmósfera, el aire que envuelve,
que dimana la criatura. Signos flotantes,
referenciales, culturales, sociales.
Uno compone su envoltura
con elementos culturales, simbólicos.

16.

La palabra no es vana.
La lengua no es un artificio,
no es una convención,
no es arbitraria.
Nos es necesaria incluso
para ser, para llegar a ser.
Sin la lengua ‘yo’ no sería.
Si me hubiera faltado
en mis primeros años,
no sabría, no podría decir.
Silencio, tinieblas, caos.

Todo calla salvo la lengua.
La lengua organiza, ilumina,
dice el mundo que nos rodea.

17.

Es preciso acumular argumentos,
razones para los venideros.
Es preciso que circulen, por otro lado.
La gran batalla se juega aquí y ahora.
En estos momentos de transición.

Dar los pasos intermedios
para alcanzar un cierto más allá
milenario que a todos nos espera.

Crear la atmósfera respirable.
Metabolitos simbólicos
respirables, asimilables,
aptos. El aire, el agua,
la luz… para los futuros.

Son tiempos de fundación.

18.

Lo perecedero es el origen
de lo imperecedero;
lo mortal de lo inmortal.
Lo duradero y estable
tiene su origen
en lo mudable
y pasajero.


*****


Hasta la próxima,
Manu