Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

jueves, 13 de junio de 2019

188) Genogramas X


Genogramas X.

 

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (13/06/19).

 

                                                                  *****

1.
 
La vida siempre levantada,
agitada, convulsa. Estremecida.
Temblorosa. Frágil.
Sublime.

2.

Cuando el germen se transfiere
a otro cuerpo. Cuando los gametos
emigran. El ajetreo del transporte.
El alboroto amoroso.

La revuelta hormonal. Una revuelta,
una revolución, es una criatura enamorada.
Una agitación. Se prepara una emigración,
y una recepción. Los cuerpos tiemblan,
cascadas de sustancias van y vienen.

Las unidades pasan como por una tormenta,
como por un fragor; algo profundo y arrebatador.
Por un instante no sabemos lo que somos.

Profundo es el goce erótico
intensamente vivido. Sabido.

Goza el genoúmeno. La vida misma
se sabe y se goza. La común unión.
Boca con boca, sexo con sexo.
La cópula, el beso, el abrazo.

La jubilosa eyección en lo más
alto del goce y del contento
(hablo como varón).

El goce en la emisión,
el goce en la recepción.
El goce mutuo.

3.

La otra parte no es un objeto que yo deseo;
o que yo desee poseer, u obtener;
o que yo logre poseer, o una meta
a conseguir, un premio; o un objeto
separado que yo puedo tomar, o coger;
o un botín, algo que se toma al asalto.

No obtenemos, no poseemos a la otra parte.

Partes separadas que tienen que atraerse,
seducirse; mutuamente convenir,
desear, querer la cópula. El encuentro,
el acercamiento, la aproximación.
El negocio de amor. La ocupación
amorosa, a dos, entre dos. Mutua.

Elementos co-subordinados.
Inter-definidos. Únicos.
Diferenciados. Distinguidos.
Solos. Efímeros.

4.

El soporte, el sostén.
El que subyace, el que ordena.
El que expresa.
El que se expresa, el que se dice.
El sujeto único.

5.

Los progenitores de la vida,
los generadores, son, a su vez,
los herederos; mediante la duplicación
y la replicación se eternizan,
a sí mismos se suceden.

Una sola cosa somos, por naturaleza,
con el progenitor, con el creador.
Una sola cosa el creador y la criatura.

6.

El saber nuevo con el cual uno comulga.
El flujo ininterrumpido y sin fronteras
de lo mismo, la comunión de lo mismo.

7.

Abunda los textos desgarradores,
pesimistas, nihilistas, fatalistas.
Desmitifican, des-construyen,
deshacen el velo, y encuentran el vacío.
Tras el velo no hay nada, dicen.
Pero tras el velo estamos nosotros,
el genoúmeno, la sustancia viviente única.

Todo el esfuerzo se pierde, avanza
en el vacío; el vector no retorna, no gira;    
no se alcanza, no se encuentra; no cuenta
consigo, se diría. Origen y término.
Los términos ignoran su origen, su principio.
El orden, la preeminencia del genouma.

8.

El alma quiescente de la amada.

Su aspecto. Su reposo. Su serenidad.

Signos, señales. El alma constituida.

9.

El genouma se expresa.
Los genoumas sexuados.
No hay otra cosa
que lo que se advierte.
Todo está a flor de piel.

10.

Parece que elegí la inseguridad,
la incertidumbre, la desazón,
la zozobra, el infortunio;
un permanente no-saber;
un sin-saber, un sin-vivir;
un no-estar, un no-ser, un no-parar.

Abandoné lo seguro, lo estable.

11.

El actor, no el personaje.

El sub-jectum, no la persona (o el rol).

12.

Las vías, los modos de natura,
de la sustancia viviente única,
de Xenus. Cómo cuida de sí,
cómo se manifiesta,
cómo se reconoce,
cómo a sí mismo se da cita.

Voy a mi encuentro.
Uno no entiende
sino de lo suyo.

13.

Dirigir la mirada, dirigir los pasos;
dirigir la palabra, la voz.

Hasta beber las aguas interiores.
Rebasar las aguas jurisdiccionales.

El olor, el perfume. El sabor.
El beso. El abrazo. La cópula.

14.

Ni diosa, ni señora (ni dios, ni señor).
Ni adoración, ni servidumbre (ni vasallaje).
Pero si criatura, alma sufriente.
Los genoumas sexuados.
Sujetos solos. Nudos.
Al fondo, allá, ocultos.

15.

Son expresiones ambulantes, los sujetos.
Signos. Señales. Algo para alguien.
La sustancia viviente los crea y ellos se juntan.

El genouma, el genotexto, se expresa.
Los genotextos se expresan, se dicen,
se comunican, se envían señales.
El fenotipo como fenotexto.
Todo lo que aparece es signo, señal.
Sea natural, sea artificial.
Color de ojos, de cabellos, de tez.
El atuendo (colores, tonos).
Todo es entendido, recibido, como señal.
La selección interviene aquí.

Hay correlación genotipo-fenotipo;
los que se comunican entre sí
son los genotipos a través
de sus fenotipos.

16.

Desde el fondo los gametos
se buscan, se envían señales,
se eligen. La elección-selección
amorosa, sexual. Los signos,
las señales que aparecen
en los fenotextos. La expresión.
Ambulante, orientada;
invocante, convocante.

Las señales que aparecen. Visuales,
auditivas, olfativas, táctiles…
Un murmullo de señales.
¿Cómo se orientan los sujetos?
En una selva de signos.

¿Cómo se orienta uno?
¿Cómo se encuentran los unos y las unas?
¿Cómo se encuentran, cómo se reconocen,
cómo se eligen? La elección. La selección
entre diversos portadores de información.
Semáforos. Portadores de señales.

La operación de búsqueda la dirige
y la protagoniza el genouma.
El genotipo-genotexto. El sub-jectum.
Xenus/Nexus.

 
*****

Hasta la próxima,
 
Manu

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