Genogramas
XIV.
Manu
Rodríguez. Desde Gaiia (25/07/19).
*****
1.
Aquí,
acurrucados en la noche,
mujer,
quiero decirte lo mucho
que
te quiero. Oscura tú también,
incierta;
como un sueño. Múltiple.
Desdibujada.
Incognoscible.
Impenetrable.
Inasible. Casi nada.
¡Si
con una palabra te tuviera!
¡Si
te tuviera como a mí mismo
me
tengo! ¡Si conmigo te tuviera!
Si
justo conmigo estuvieras.
Estas
mujeres. Estas compañeras.
Estas
rosas nuevas. Tan tristes,
tan
amables, tan bellas. El temor
y
el temblor son tan sólo lo incierto
de
los nuevos días.
Paso
el manto y la corteza, llego
hasta
el núcleo, y tú lo sabes.
Te
palpa mi ojo, mi oído, mi voz.
Te
huelo y te aspiro. Te saboreo.
Debes
saber cuando llego al fondo;
he
burlado todas las barreras
y
he logrado tocarte; ya resuenas.
Ya
respondes. Desde el núcleo
sensible
del ser. Desde donde
se
ama. Desde donde eres amada.
Sólo
en la amistad y en el amor
se
toca fondo. Dulce compañera.
2.
Ciertamente,
para los otros, no somos
nunca
el mismo. Cada uno nos conceptúa
a
su manera. Cada uno se hace una idea
de
nosotros. Y cuando se nos dirige
la
palabra es con esa idea (o imagen)
con
la que se habla. Nadie nos capta.
El
que creemos ser. La diana
que
creemos ser. Ese centro.
Uno
tiene a veces que descentrarse
para
hablar con otro, para responder.
¿A
quién habla éste? Se dirige a mí,
pero
no me habla a mí. Habla a otro
supuesto.
Tengo que salir de mí,
desplazarme
a ese lugar en el que me sitúa.
Responderle
desde ahí. Ocupar ese lugar.
Ser
ése. Acomodarme a su visión
(que
me manifiesta con su trato).
Al
otro lo suponemos. Suponemos un otro
con
el cual hablamos. No apuntamos.
No
vamos directamente al sub-jectum,
al
soporte, al centro de la diana.
Al
que subyace.
Por
lo general nadie habla con nosotros.
Nadie
nos conoce. Nadie nos reconoce.
Nadie
habla conmigo. Nadie me habla a mí.
Ocupo
el margen de la conversación.
Ventrílocuo.
Interacciones
erráticas. Diálogos de ciegos,
de
sordos. Nadie habla con nadie.
Escenario
social. Personajes sociales.
Sujetos
yacentes, al margen, al fondo,
ignorados;
allí. Ni aún aparecen.
¿Dónde
están los sujetos?
¿Quiénes
son los interlocutores?
¿Quiénes
‘son’ los que hablan?
3.
Sujeto
nudo, nucléico, básico. ¿Lo hay?
¿Está
tras las máscaras-personas? ¿Se protege?
¿Se
oculta? ¿Se confunde? ¿Se ignora?
¿Con
quién hablo?
La
cifra genética, el genouma.
El
más pobre; el ignorado;
el
no tenido en cuenta; el no percibido.
Ni
siquiera intuido o buscado.
subyacen.
Los diferentes genoumas.
El
sujeto básico ignorado, confundido
por
su rol o status. Desconocido para él mismo.
A
sí mismo se ignora. ¿Cómo espera o quiere
que
se le trate, que alguien se dirija a él?
Aquí
entran las ficciones culturales,
los
‘yoes’ culturales, la conciencia
meramente
cultural.
No
sabemos nada acerca de nosotros
mismos,
de los nucleosomas digo.
Acerca
de la sustancia viviente única,
del
sujeto único que somos.
No
podemos ignorar al único sujeto.
Un
centro perceptivo, volitivo e intelectivo.
La
sustancia viviente única que subyace
en
cada uno de nosotros.
Cómo
advertir al que subyace tras
la
personalización social, cultural,
histórica…
Cómo puede advenir
a
pesar de su alienación por el ámbito
lingüístico-cultural.
La relatividad
tempo-espacial
de los sujetos simbólicos;
de
los contenidos mentales, de la conciencia.
Alcanzar
el nivel esencial,
genouménico.
El genouma
instruido
acerca de su condición.
El
homo Xenus/Nexus.
4.
Corregir
dentro es corregir fuera.
Corrección
exterior y corrección interior.
Lograr
fuera, lograr dentro.
Relaciones
externas, relaciones internas.
A
una van siempre el ser y el aparecer;
el
genoúmeno y el fenómeno; el sujeto único.
5.
El
estado de ánimo, el humor, las ideas…
del
genouma, de la sustancia viviente,
sin
lenguaje, no se materializarían,
no
devendrían ‘cosas’ perceptibles.
Concebimos
ideas que son movimientos
del
genouma; sensaciones y emociones.
Traducciones
del deseo, del querer;
del
estado de ánimo; del genofondo.
Del
ser único, del sujeto único.
No
el ser aparece sino el ser se traduce.
El
ser, el fondo íntimo, el genouma,
se
expresa. Se dice, se traduce.
Habla,
dice, comunica, da a ver…
6.
El
genouma es soporte primitivo.
Homogéneo.
Puro. Uno. Sujeto
de
todo hacer y de todo decir.
De
toda actividad.
el
sub-jectum. La vieja alma.
El
genouma. Afecto, pasión pura.
Intelecto
puro.
y
cada una de nuestras células.
Uno
el que percibe, concibe, y ama.
El
genofondo coordinado y sincronizado,
el
uno que somos. Una unidad de unidades
idénticas.
Un sujeto plural y unificado.
Orientado,
dirigido cual vector.
Consustancial
a la sustancia viviente
única;
sustancia creadora. Alma, ser
de
toda cosa viva en este planeta.
Luz
de toda cosa viva.
Somos
el genouma mismo. Luz pura.
Potencia
plástica pura; motor,
primer
principio de toda criatura.
Ser
único. Alma de todo lo viviente.
7.
Estado
interno y salida. Sin elementos,
términos,
alfabetos… no podríamos
dar
salida, decir-nos, expresar-nos, componer.
Se
necesita el alfabeto, la entrada de elementos;
disponer
de elementos, materia, términos;
de
tal manera que podamos salir al exterior,
exteriorizarnos,
dar salida.
Es
preciso recuperar el concepto ‘sujeto’.
Incluso
en su sentido más fuerte. La sustancia
viviente
única. El sujeto único. Nos.
El
que siente, el que vive, el que quiere,
el
que piensa, el que inventa…
El
sujeto fuerte, el genouma,
el
genofondo, el alma, el espíritu,
forma-clave-cifra
del aparecer;
sujeto
que no aparece sino
en
la forma de los alfabetos sociales.
Semejante
también a las células
del
sistema inmunitario, que tienen
que
aprender la lengua-clave
del
cuerpo al que pertenece.
8.
La
invención necesita material…
pero
es la sustancia genética
la
que inventa, dice, escribe,
compone…
se expresa.
¿Quién?
Sujetos necesariamente
socializados, cultivados, históricos…
Genoumas instruídos.
*****
Saludos,
Manu