Genogramas
XIX.
Manu
Rodríguez. Desde Gaiia (10/10/19).
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1.
Sol
naciente, nuevo.
Atmósfera,
vientos,
brisas
matinales.
Hojas
y frutos se renuevan,
nuevas
ramas nacen.
Es
una nueva primavera.
Las
generaciones pasan,
el
hogar permanece.
Limpio
y encendido, vivo.
2.
Un
mundo espiritual, diáfano,
atravesado
por el entusiasmo.
Un
mundo encendido, luminoso,
vivo,
esperanzador, inaugural.
Está
todo por hacer, por descubrir.
Una
espiritualidad de los comienzos.
La
aurora, el día, la transparencia,
la
luz, el sonido; el viento arrebatador.
El
fuego luminoso y crepitante,
el
chisporroteo, el centelleo.
La
vida pujante, la pujanza.
Los
ríos caudalosos y sonoros;
los
relinchos, los trotes;
los
rayos, truenos, y relámpagos.
Mundo
estruendoso, esplendente,
hirviente,
activo. Vientos impetuosos.
El
ímpetu, la velocidad, el vértigo.
El
aire, el agua, la luz.
Mundo
maravilloso y bello
hasta
las lágrimas, hasta el balbuceo.
El
entusiasmo, la alabanza, el canto.
3.
Pueblo
agradecido y vital.
Luminoso,
diurno,
celestial
como pocos;
lleno
de entusiasmo.
Centellas,
chispas. Fuego vivo.
El
fuego, el ánimo encendido.
El
crecimiento espontáneo súbito,
sonoro,
de la llama. La inflación
de
la llama. El crepitar.
El
entusiasmo, el grito mismo.
Los
futuros Nexus.
4.
Ciervos
y gamos moteados.
Veloces,
vertiginosos,
huidizos,
bellos.
Silbantes,
ululantes.
5.
Lo
común en las formas vivas.
La
sustancia viviente única.
La
vida como un ‘fuego’.
El
fuego común.
6.
Un
fuego, un pequeño
fuego,
o un punto de luz
siempre
encendido.
Un
nexo siempre
presente,
despierto,
avivado.
Un
lugar santo
en
el interior del hogar.
7.
Cantos
de la plenitud, del esplendor del día.
Cantos
del crepúsculo, de la madrugada.
Cantos
sublimes al amanecer,
al
fuego, al día, a la luz,
a
la movilidad, a la marcha,
a
la libertad, a la vida.
A la
plenitud, al esplendor.
La
alegría, el fervor regocijado.
8.
El
amor más puro
a
los próximos y a los lejanos,
a
los ausentes y a los presentes.
No
hay otra cadena aurea;
no
hay otro hilo,
no
hay otro camino.
9.
La
alegría que circula
es
una alegría sublime.
Diurna,
incandescente,
solar
–encendida.
Lo
que se consume en común.
Lo
que se liba, lo que se aspira.
Lo
que inspira, lo que aviva el fuego.
Lo
que se escande sobre el fuego.
La
inflación de la llama. El resoplido.
La
vida, la salud, la prosperidad,
la
alegría… el futuro.
Es
una vida consagrada,
es
una vida santa.
No
hay otra santidad.
10.
Criaturas
del agua, de los ríos
y
de los húmedos bosques…
Remontad;
remontad la corriente
que
vuelve a llevar agua el rio.
Mirad
como corren las aguas.
Esa
agua que corre,
ese
cauce rebosante…
es
el camino, el hilo.
Fluye,
llueve, viene, cae…
Desde
el origen mana…
al
origen conduce.
11.
El
fuego es término correcto
para
el espíritu; el espíritu
es
afecto y juicio –calor y luz.
En
todo momento es el genouma
el
que piensa, el que siente, el que quiere;
el
que ríe y el que llora; el que habla;
el
que padece; el que ama.
El
genouma es el espíritu.
Es
el fuego.
El
genouma es fuego.
Arde
y transpira.
12.
La
inflación de la llama
tras
esfuerzo vigoroso;
en
la atmósfera más elevada.
13.
Las
palabras que recuerdan,
que
alientan, que vivifican.
Todo
aquello que sublima,
transfigura,
enciende, ilumina;
que
aviva el fuego interno, propio.
14.
Aquello
que cultivamos
en
nuestro espíritu es nuestra
luz
(nuestro sueño y nuestra
vigilia).
Nos guía en el camino.
Mapa
celeste. Es en ese espacio
en
el que se mueve la mente,
que
es el genouma, que es
el
espíritu, el fuego que somos.
15.
Los
depositarios del saber.
Maestros
de la verdad, poetas ilustrados.
Los
conservadores del tesoro.
Son
los valedores, los defensores,
los
que mantienen vivo y encendido
el
ánimo, que es el espíritu,
que
es el fuego de todos.
16.
El
fuego ausente –el juicio
mismo,
la luz. Un pueblo
privado
de fuego, de luz.
17.
El
fuego que crea
y
anima todas las cosas.
Justamente
el germen.
La
sustancia viviente única.
18.
El
modo poético,
el
modo hierático,
el
modo inspirado,
el
modo sagrado.
19.
Rayos,
truenos, vientos tempestuosos…
Protegen
y avanzan, conquistan.
Los
fuertes… los que abren caminos,
los
que abren la marcha.
Se
oponen a lo frío, a lo sombrío,
a
lo oscuro, a lo impenetrable,
a
lo opaco; a lo yerto, a lo inerte,
a
lo estéril, a lo impotente;
al
eunuco, al castrado…
*****
Saludos,
Manu
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