Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

201) Genogramas XXIII


Genogramas XXIII.

 


Manu Rodríguez. Desde Gaiia (11/12/19).

 

 
                                                                  *****
 

1.

En un principio era el silencio,
el frío, la noche oscura…
Sólo al cabo de millones de años
surgieron las formas vivas.
Fue una ocupación del planeta.
La vida se extendió, conquistó.

Nosotros nombramos la luz
y decimos: “la palabra es luz”.
La luz es a las tinieblas lo que
la palabra al silencio, al no ver,
a la ignorancia, al no saber…

2.

 
La soledad de la vida, la nuestra,
de toda vida. La materia inteligente,
viva, creadora. En un medio adverso,
casi imposible. Condiciones físicas
y físico-químicas. Modificación
del medio, incluso. Para que sea
posible la vida, para que haya más
vida. El oxígeno, por ejemplo,
producto del metabolismo de desecho
de los protobiontes, de las primeras
formas vivas. Como si prepararan
el terreno a lo que había de venir.
Hacer habitable. La atmósfera esencial.
La ocupación del agua, de la tierra, del aire...

La soledad, el aislamiento –cósmico.
La fragilidad. Orden frágil, delicado.

3.

La inteligencia genética es la única.
No hay otra inteligencia.  Es la misma
en el ave, en el pez, en la ameba,
en nosotros… Somos una sola cosa.
Una sola es la sustancia viviente.
Cada instante de la vida de este planeta
es vivido por una sola sustancia.
El único sujeto de toda actividad
biológica en este planeta.
Incluida esta que ahora realizo.
Sólo esta sustancia actúa. Sólo 
nosotros. Sólo en nosotros se da
la acción. Permanentemente nos
enfrentamos con el no-ser,
con la muerte, con el desorden…

Creamos, configuramos, nos movemos.
Únicamente nosotros. Siendo mundo,
nos movemos en el mundo. El mundo
es nuestro –de la sustancia viviente
única. No del hombre, que es nada,
sino de su creador, del creador de todas
las formas vivas que pueblan el planeta.
Nosotros somos el señor del hombre,
de esa envoltura. No el hombre, pues,
no el soma, sino el genouma.

4.

La lucha de todos contra todos. Cómo
la misma sustancia viviente está dividida,
particularizada… ajena a sí misma,
enfrentada a muerte consigo misma.
O tú o yo. La propia vida escindida,
compitiendo por lo mismo: por la tierra,
por el aire, por el agua, por la luz… Todo
necesita de todo. Todo se nutre de todo.

El juicio de valor ético-estético. El sentido.
El sentido de la vida, el que la vida siente,
y no meramente percibe.

En nosotros la vida emite un juicio de valor
ético-estético. No sólo acerca del mundo sino
acerca de sí misma. Los modos y maneras
de la materia viva. Su manera de ser. Crea
orden a partir del desorden. Mata, devora,
asimila… para contribuir a su propio orden.
Constantemente abatida, rota, destrozada,
desordenada, muerta, ingerida…

Hay dolor por doquier. Hay lucha y muerte,
y engaño y horror. Contra sí misma ha de
defenderse la vida. De sí misma ha de tener
cuidado. A sí misma se acecha, se acosa,
se derriba… Con indiferencia infinita.

Brutal, cruel, cruda, indiferente,
desapasionada… fría matanza,
frio banquete…

Sólo en nosotros, parece, se dan estos
sentimientos, esta sensación de horror.
Nausea. Que sea así. ¿Por qué así?

4.

Ciertamente la vida es dolor,
mas no únicamente o no toda.
La alegría de ser, de contemplar.

La vida se empina en el planeta.
Quiere ver. Con dificultades
surge, y se eleva.

6.
Todo lo que hacemos tiene trascendencia
cultural. Redunda, incide, mueve…
Es una agitación, una perturbación,
una onda… que tiene sus consecuencias.
Las palabras, el lenguaje y las actividades
verbales todas, agitan; su circulación
repercute, genera respuestas, reacciones,
otras realizaciones, metabolitos nuevos… 
Modifica el espíritu poco o mucho.
Es una interacción, un componente más.

Una práctica colectiva. La escritura, 
¿es tan importante como el lenguaje
hablado? Durante milenios carecimos
de escritura, aunque no de imágenes
colectivas, de iconos, de diseños,
de ornamentos… La colectivización
de la escritura, ya en Sumer –las escuelas,
la “casa de las tablillas”.
La imprenta en China, en Europa.

Sin solución de continuidad la imprenta
e internet. Contra MacLuhan. Esa
colectivización que inaugura la imprenta.
Con el ordenador se han multiplicado
los ‘cajistas’, los componedores de textos.
Los que se sientan ante el teclado.
Los que sacan copias, los que imprimen.
Se ha generalizado la imprenta, la autoedición.
¿Cómo que la galaxia Gutenberg ha concluido?
No ha hecho más que empezar. Las impresoras
pululan, junto a los ordenadores. Nos hemos
convertidos en linotipistas, en impresores…

Los pasos de la escritura son lentos.
Su invención. La idea misma de escritura.
Los sumerios le dieron una divinidad.
Un escriba. Una discreta, modesta divinidad.
Haya. Poco más tarde pasó a una divinidad
femenina ligada a la agricultura, a las plantas.

Con relación al alfabeto inspirado en el código
genético, los genogramas. Escritura básica.
Fundamental. Las letras de la vida. Los cuatro
ácidos nucléicos. Las cuatro bases.

Con esta escritura nos tenemos siempre presentes.
Tenemos siempre presente nuestro ser.
Los elementos constitutivos. La materia viva,
inteligente, creadora, parlante. Que escribe,
y cuya escritura se inspira en su propio ser.

Su generalización, su colectivización.
Su praxis colectiva. Como escritura artística,
si se quiere. Junto a otros alfabetos. Ciertos
textos, ciertos usos. Pero aceptada, usada,
colectiva. Si no, no sirve para nada.
Es como una escritura privada, un mundo
privado no compartido. Un asco, en verdad.
Una escritura para mí sólo es un absurdo.
 
Un uso colectivo quiere decir que no hay autor.
Que éste carece de importancia. El autor tiene
que resultar innecesario. Lo importante
es la escritura. Su uso. No compite
con el alfabeto latino, ni con ningún otro.
Es otro alfabeto y puede tener su campo
de usos. La práctica y la deriva lo determinarán.
Como una nueva praxis social, colectiva,
que tiene sus propios usos, que genera
su propio campo de aplicaciones.

A la luz de nuestro conocimiento actual
surgen los genogramas, y estos se hacen
populares, se usan. ¿Quién las puso
en circulación? Nadie, cualquiera, alguien…
De pronto esta escritura comenzó a circular
en joyas, en prendas de vestir, en tejidos,
en muebles, en arquitectura…

Se usa y generaliza, se extiende. Poco o mucho,
no importa. Pública, compartida. Conocida
al menos su posibilidad. Algo accesible,
comunicable, común. Integrada, que está ahí;
que podemos disponer de ella. Nada elitista,
aparte, privado o exclusivo… sino algo para
todos o para cualquiera. Algo común y corriente.

Yo propongo, pongo en circulación. Puede
usarla cualquiera, yo mismo soy un usuario más.
La conozco y la uso. Yo propongo su uso,
el que sea conocida y practicada, poco o mucho.
Que circule. ¿Qué importa el autor?
Lo que importa es que haya surgido, que sea.
Que esté ahí y que podamos disponer de ella…
Úsela, pues, quienquiera, cuando quiera,
como quiera, para decir lo que quiera, donde quiera…
 

*****
 
Saludos,
Manu

No hay comentarios:

Publicar un comentario