Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

miércoles, 24 de junio de 2020

214) Genogramas XXXVI


Genogramas XXXVI.

 

 
Manu Rodríguez. Desde Gaiia (24/06/20).

 

 
                                                                  *****

 
1.

Aguas, fluidos puros.
Aire, atmósfera.
Resplandecientes,
apetecibles frutos.
Mundo. Cosmos.
Puro, bello, ordenado.

2.

Un mundo nuevo tenemos.
Materia simbólica nueva,
alimentos nuevos.
Criaturas nuevas somos.

La biosfera. La genousfera.
El hogar de la vida.
La sede de la vida.
Nave, alimento, escudo,
defensa, asiento….
El planeta viviente.

3.

Es como la primera de las auroras.
Tiene la fuerza y el esplendor
de los principios.
Esta nueva aurora.
Este reluciente nuevo día.

Atmósfera pura, enriquecida,
la de esta mañana.
Luz, transparencia, claridad.
El rocío. Las brisas perfumadas.
El clamor, el despertar
de las criaturas.

4.

El activo, el explorador.
Tiene la fuerza plástica
del viento, del agua.

5.

Pura escritura. Viva,
relampagueante. Vívida.
Vivida. Las expresiones
bien vivas. Lo que quiere decir
que han de ser sintetizadas,
metabolizadas con pasión,
con fervor, con devoción.

Brotan como ramas,
como frutos, como flores,
como miembros del ser.
Como algo consumible.
Algo que se toma.
Comible. Bebible.
Respirable.

Van al aire de todos, a la atmósfera
que respiramos; a los acuíferos,
a las aguas dulces, potables.
Son emisiones, expresiones,
frutos de la tierra de los vivientes.

El mundo en el que se vive,
el aire que se respira.
El agua que se bebe
–“la leche que se mama”…
La materia simbólica
que se metaboliza.
El medio lingüístico-cultural…
Ese seno, ese vientre, esa matriz,
esa madre. La madre celeste.
La nave nodriza.
Para los seres biosimbólicos,
los seres de palabra.

6.

La conquista del agua.
La conquista de la tierra.
La conquista del aire.
Entre el extremado frío
y el extremado calor.
En esta estrecha franja;
en la zona de habitabilidad
de una heliosfera.

7.

La historia de la vida. La evolución
de los somas, de los fenotipos.
La vida en el agua, en la tierra, en el aire.
La fascinante variedad de modos.
Desde que aparecen.
Modos y maneras de los ingenieros.
Sus trajes, sus diseños, sus ‘cuerpos’,
que son vehículos, naves…

Como superación, como creación…
Cada forma viva es una multitud
de problemas resueltos. Es la perfección.
Los ingenieros sublimes.
Nos los ingenieros.
Nos la vida.

8.

Los genes creadores. Los ingenieros
de sus propios diseños somáticos.
Que trabajan a un nivel que no alcanza
el ser de palabra que somos; el ser social,
cultural; el ser simbólico.
Nos llevará mucho tiempo el comprender
los modos y maneras
de la sustancia viviente única.
De comprendernos.

Recién ahora damos los primeros pasos
hacia nosotros mismos –los ácidos nucleicos,
los genes, los genotipos,
la sustancia viviente única que somos.
Es como genes que hemos de verlo todo,
simplemente. Nos, los genes, los ingenieros.
No como tal o cual criatura, sino como el creador,
el señor de las criaturas. Esto somos.

9.

Hay que decir que el ser de los vivientes es uno;
que uno y el mismo es el ser de toda cosa viva.

10.

Múltiplemente fragmentado, escindido,
dividido; enfrentado consigo mismo.
La creación a sí misma se devora,
se fagocita, se metaboliza, se sucede.
La sustancia viviente no cuenta
sino consigo misma. Es su propio material.

11.

Fascinantes somas. Frágiles.
Cristalinos, transparentes,
luminiscentes somas.
Semáforos.

12.

El hogar, el alimento,
el agua, el aire,
la atmósfera que envuelve,
que caracteriza, que ‘impronta’
a las unidades bioculturales.
Nuestro ser de cultura.

13.

Poetas, filósofos, ingenieros…
Los vientos impetuosos de la mañana.
Las generaciones por venir.
Los creadores. Los activos
de ayer, hoy y mañana.
Los ‘activos’. Los que añaden,
enriquecen, purifican, ennoblecen,
dignifican, hacen valer.
Los biennacidos.
Los agradecidos.

14.

Mente orquestal. El nucleosoma.
Los cromosomas. Una unidad
descentralizada. Todos (los genes)
trabajan en lo mismo, para lo mismo.
A una velocidad de vértigo.
El mantenimiento, la reproducción.
La entrada y salida de materia,
de energía, de información…

15.

La épica de la vida. La conquista
del agua, de la tierra, del aire…
La épica del señor de las criaturas,
del mismísimo creador.
De nosotros, los ingenieros.

Hazañas, gestas, victorias
de la misma vida.
Su alianza con el agua,
con el aire, con la tierra,
con la luz, con los vientos… 

16.

Al núcleo le llega información
de todo tipo –química y física.
Presión, temperatura, solutos,
vibraciones (fonones)…
Se ‘siente’ el entorno, se le percibe
en las propias carnes, se podría decir.
No hay ojo, ni oído, sólo ‘tacto’.
Todo es por contacto.

Toda esa ingeniería.
La del citoplasma,
el soma peri-nuclear.
La nave.

 
*****

 
Saludos,

Manu

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