Genogramas
XXXVIII.
Manu
Rodríguez. Desde Gaiia (21/07/20).
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1.
No
poca cosa es arraigar en la dura
roca,
cual hacen las briofitas.
Cuerpo
vegetal de dos, tres milímetros,
talos
umbilicales de veinticinco, treinta
milímetros.
La cápsula de esporas –ese saco,
esa
placenta–, se pierde en las alturas.
Las
diferencias, además, entre el diámetro
del
tubo (del talo) y el volumen de la cápsula
son
también considerables. El diámetro
no
alcanza el medio milímetro, es finísimo,
como
un cabello, en tanto que la capsula
es
un cuerpo elíptico de dos, tres milímetros.
Aparece
como una pequeña llama inclinada
por
el viento. Piriforme.
Incluso
en suelos inclinados (verticales),
el
tubo (en algunas especies) se mantiene
perpendicular
al suelo, rígido,
sobresaliendo
de la masa vegetal.
El
extremo afilado y abultado, como
punta
de lanza o flecha. O como la llama
de
una pequeña y temblorosa vela.
En
su momento el saco esporífero,
cuando
reseco, crepita, se abre,
y
despide a turbiones las esporas,
las
dispersa, rocía el entorno.
La
fecundación se produce sobre la tierra
(el
suelo), en el aire, mediada por el agua.
El
esporofito más parece parte de la planta
–como
fruto con semillas–, que una manera
de
aparecer de la planta.
El
esporofito se agarra a la planta madre
como
la planta madre se agarra a la tierra.
La
cápsula es como el saco vitelino
que
contiene los embriones, las esporas.
Tallo
subterráneo, tallo corto, tallo largo
con
respecto al cuerpo vegetal. Sobre
el
cuerpo vegetal se eleva el esporofito.
En
su extremo, la cápsula, el esporífero,
va
cargado de esporas, de embriones de seres.
Es
como una antorcha, una lámpara.
Un
tubo finísimo que transporta
los
nutrientes a la cámara del embrión
situada
en su parte superior.
Se
busca la altura, lejos del suelo.
Sacudidas
por el viento, golpeadas
por
la lluvia, las cápsulas se abren
y
diseminan, esparcen las esporas.
Es
la diáspora, la siembra.
Una
vez en tierra la espora aprovecha
cualquier
grieta para producir un cuerpo
ramificado,
un rizoide, el protonema.
Posteriormente,
de alguna de las células
del
protonema emerge una suerte de tallo
del
que surge la planta, el cuerpo vegetal
–el
llamado gametofito, planta sexuada.
La potencia
(vital) es extremada.
En
primer lugar, la cantidad de esporas,
y
en segunda lugar, que cada espora
puede
producir o dar lugar a varias
plantas
mediante diferentes células
–el protonema
o cuerpo subterráneo.
La
planta no desaparece cuando tiene
lugar
el esporofito –unido
al
arquegonio por un tubo (el talo).
Las
esporas secas, aristadas… para el aire
y
el suelo y, una vez asentadas,
prestas
a tomar agua, sales… nutrientes.
La
fase protonema. La fase planta (gametofito).
La
planta muere cuando agota su número
de
anteridios y/o arquegonios.
Una
planta puede dar lugar a varios esporofitos,
al
igual que un protonema varias plantas.
El
protonema desaparece cuanto todas
las
células a que ha dado lugar,
así
como todas las plantas surgidas,
han
agotado sus posibilidades productivas
y
reproductivas. Pero antes, ha producido
un
número considerable de esporas.
El
esporofito no es una fase –la asexuada–
de
la planta. Es a la planta lo que una manzana
al
manzano. Son esporas, son semillas,
son
embriones de nuevas plantas.
La
fecundación da lugar a un cigoto
que
se divide y madura hasta producir esporas.
La
espora es el embrión maduro.
Listo
para entrar un contacto con el suelo,
con
el agua, con el aire, con la luz...
Cuerpo
sensible a la gravedad, a la presión,
a
la tensión, a la humedad, a la temperatura, a la luz...
La
planta comprende el protonema y el gametofito.
La
parte bajo el suelo y la parte sobre el suelo.
La
planta se alimenta de la tierra y del aire.
Dura
lo que dura.
El
arquegonio es justamente como la matriz,
el
seno de la planta. Femenina. La madre propiamente.
La
planta femenina o la rama femenina de la planta.
La
elevación del talo (tallo) y de la masa vegetal,
y
la simplificación del esporofito, del porta-semillas,
del
esporífero, o bien, el sistema del talo alargado
del
esporofito, así como la naturaleza aérea
de
la diseminación, se toman como modelo.
Es
toda la planta la que se eleva.
Aparece
el tallo-tronco de pteridofitos.
El
protonema se convierte en raíz,
y
la masa vegetal –hojas, ramas, frutos…–
aparece
al final del tallo/tronco.
Los
órganos sexuales siguen donde antes.
Los
esporofitos son ya pequeños en comparación
con
la planta. Aparece la vascularización.
Lo
que la planta madre produce son semillas,
embriones
de plantas. La espora se agarra
a
las paredes del suelo. Establece una red
para
la asimilación de sustancias, de entradas.
De
esta radícula surge el tallo y la ‘hoja’.
La
tierra –el entorno abiótico– opera
como
madre, como fuente de nutrientes
para
la espora recién nacida. Como matriz.
La
relación que tiene la planta con la tierra
es
la relación que tiene el esporofito con el gametofito.
El
medio líquido, acuático, que se requiere
para
la fecundación. El puente químico,
la
llamada, el estímulo que llega a los
anteridios
desde
los arquegonios maduros…
el
cuello que se reblandece…
Es
como el cuello del útero.
Al
fondo, el ovocito, el óvulo en la matriz.
La
sustancia que llega a los anteridios.
Su
difusión por el aire, por el agua.
Los
espermatocitos nadan hasta el ovocito.
En
medio de las aguas, en un medio acuático.
La
reproducción por esporas.
La
planta con rama masculina
y
rama femenina. La fecundación.
La
cariogamia. Siempre en presencia
de
agua, de líquido, de medio líquido.
Del
propio óvulo fecundado surge un talo,
una
rama, un filamento largo y fino
como
un cabello que porta en su extremo
una
cápsula que contiene esporas.
Estas
esporas son semillas, ya dobles,
ya
simples. Masculinas y/o femeninas.
Cuando
maduran las esporas la cápsula
se
abre y las deja caer, las deposita
en
la brisa, en el fluido aéreo.
Una
vez en el suelo la espora produce
la
planta sexual. Las esporas que porta
el
talo son individuos completos.
La
segunda fase es la que corresponde
a
la producción del esporífero. Ligado
a
la planta madre se eleva el talo.
Es
como un cordón umbilical.
El
talo crece, las esporas maduran.
El
fluido aéreo se encarga de su dispersión
–diseminación.
El viento sacude,
agita
el seco envoltorio.
La
cápsula se abre, las esporas salen…
El
esporofito se eleva como una antorcha.
Las
esporas son como chispas portadoras
del
embrión del fuego. Es como el hijo
de
la fuerza; como el hijo de las aguas.
El
esporífero, el esporofito. Piriforme.
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Manu