Genogramas
LXXXII.
Manu
Rodríguez. Desde Gaiia (25/05/22).
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1.
Nada
humano,
nada
divino,
nada
mortal…
2.
Liberarnos
de las culturas antropocéntricas
del
neolítico, de la ‘humanidad’, de los múltiples
humanismos
–de los ‘hombres’ del pasado.
Son esos
hombres culturales, relativos, históricos,
contingentes…
los que nos han alejado
de
nuestros ser natural, de nuestro único ser.
3.
La
vida alberga todos los contrarios.
Una
suerte de oxímoron. Frágil y potente,
mutable
e inmutable, simple y compleja,
fugaz
e imperecedera… La armonía
inaparente
de Heráclito. Cándida noche,
sombra
clara, alegre tristeza…
La
vida y la muerte; el ser y el no-ser;
el
amor y el odio. Adapta y se adapta…
Egoísta
y altruista… Al mismo tiempo
lo
uno y lo otro.
4.
Sustancia genética no estática,
sino dinámica, fluida, flexible,
versátil, siempre en devenir.
Un permanente flujo de energía,
de información, de comunicación,
de vida…
5.
La ficción, la ilusión antropocéntrica.
La des-ilusión, el des-encanto, y la salud,
nos vendrán del conocimiento nuevo
que nos trae las ciencias de la vida.
Éste nos pondrá en el verdadero lugar
que como seres vivos ocupamos
en el planeta, en el sistema solar,
en el cosmos… Aún no somos
el ser que somos. Otros seres
ocupan nuestro lugar. Numerosos
‘homos’ usurpan nuestro lugar.
Y nos destierran, nos sotierran,
nos alienan. Recuperar la voz,
el lugar, el ser… Nos, la vida.
6.
La mónada de las mónadas.
Lo Uno primordial.
Mónada de mónadas la sustancia
genética en el planeta, y en mí mismo.
Yo mismo ser complejo, ‘yo’ de ‘yoes’.
Un ‘nos’; un pequeño ‘uno’.
La unión misteriosa con el gran Uno.
La experiencia sublime.
El viviente. El eterno. La sustancia
viviente única –virtualmente
imperecedera. El Uno. No hay otro.
Él mismo es su otro.
Lo Uno escindido, repartido
en sus criaturas. Multiplicado,
extenso. Fragmentos de lo Uno,
esto somos.
7.
La historia de la vida.
La escuela de la vida.
La experiencia de la vida.
La sabiduría de la vida.
Sabiduría acumulada.
Son varios miles de millones
de años; varios eones.
La sustancia genética es sabiduría
encarnada en su propio ser.
La materia viviente, inteligente,
volente, experimentada, sapiente…
En su propia naturaleza, en su propia
‘carne’, en su propio ser.
La materia viviente se expresa
en sus propios términos, extrae de sí…
Su propio ser contiene su saber, su poder...
Lo que sabe, lo que puede, lo que es…
Ser-saber-poder… Una sola cosa
inseparable; inescindible.
No es lo uno sin lo otro.
8.
Un futuro otro nos espera.
Una humanidad renacida a lo Uno.
Una humanidad ‘una’. Una con
lo viviente, con la biosfera,
con el cosmos… con todo.
Un futuro post-humano,
post-antropocéntrico.
Más allá de la especie.
Un futuro centrado en la vida;
que mira desde la vida.
Una perspectiva otra; un mundo otro.
Un mundo por crear, por establecer,
por habitar… Un mundo otro,
un mundo nuevo.
Los renacidos a lo Uno, las primicias,
la vanguardia del futuro.
Los creadores del mañana.
9.
Un sujeto universal, y único.
Un único personaje, un único actor.
La sustancia viviente única consigo
misma compite y consigo misma coopera.
Las especies, los individuos…
máscaras de lo Uno.
10.
Lo Uno alberga todos
los comportamientos que
nos es dable contemplar
en lo seres vivos.
El amor y el odio,
el deseo y el temor,
la fuerza y la debilidad,
la alegría y la tristeza,
el egoísmo y el altruismo,
lo abyecto y lo sublime…
Es lo Uno en todo momento
quien siente, quien padece,
quien ama y quien odia,
quien sufre y quien goza…
No hay otro.
El cariotipo específico
humano, el (de momento)
vértice de la evolución,
es una muestra del carácter
contradictorio, ambiguo,
ambivalente… de lo Uno.
Es un fragmento
del ser viviente único.
La guerra y la paz; la concordia
y la discordia…
Nosotros somos
fragmentos de lo Uno.
11.
El acervo génico del planeta,
el ‘pool’ génico único.
El hologenouma del planeta;
el metagenouma, el pan-genouma.
Sustancia genética recibida,
transferida, compartida…
por todos los seres vivos
del planeta. Sustancia viviente
virtualmente imperecedera.
Un único ser. El ser viviente único.
En todos y cada uno de nosotros.
El genouma de cada uno de los vivientes
es un mosaico de material genético
que compartimos
con todas las criaturas
de la tierra. Virus, bacterias, protistas,
plantas, hongos, animales…
Las máscaras, los vehículos…
de la sustancia viviente única.
No hay interactores,
no hay sino un único actor.
12.
Una única obra –la obra de la vida;
y un único actor. Los organismos,
los somas, los diferentes fenotipos,
como obras, como creaciones
de la sustancia viviente única.
Este planeta que habitamos,
y el entero cosmos, son el escenario
en el que se despliega la obra de la vida.
13.
La unidad originaria de la vida,
el fundamento, el ser…
La vida única que somos;
el ser único que somos.
Nos, la vida. Nos, el ser.
Nos, lo Uno primordial.
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Hasta la próxima,
Manu