Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

jueves, 16 de febrero de 2012

79) La próxima guerra mundial

La próxima guerra mundial.

Manu Rodríguez. Desde Europa (15/02/12).


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*Un breve artículo de Rob Miller publicado en ‘American Thinker’ aporta algo de información acerca de lo que realmente está sucediendo en las recientes luchas y reivindicaciones supuestamente populares y pro-democráticas en algunos de los países islámicos; todo se reduce al viejo conflicto entre sunitas y chiitas:
http://www.americanthinker.com/blog/2012/02/the_real_story_on_syria_and_why_it_matters.html
Ambos, sunitas y chiitas, luchan por conseguir el poder y la hegemonía dentro de la comunidad musulmana internacional.
Hay que decir que la mayor parte de la población occidental ignora por completo la verdadera naturaleza de estos movimientos que los mismos líderes musulmanes no dudan en presentar engañosamente como democráticos.
Todo parece indicar que el islam, allende nuestras fronteras europeas, se unirá. La primavera árabe ha resultado ser una nueva primavera para el islam. Es un tenebroso rebrote en el que las estrategias fatales de Europa y USA tienen, lamentablemente, mucho que ver; y un aliento a la ambición expansionista e imperialista a nivel mundial de salafistas, wahabíes, y ‘hermanos musulmanes’, movimientos pertenecientes todos ellos al islam sunita.
Lo único que salva al mundo, por ahora, de esta amenaza de expansión y dominio es la división del islam en sunitas y chiitas, y su odio mutuo (se odian a muerte, se matan entre sí). La sunita Arabia Saudí no duda ni dudará en apoyar cualquier medida que se tome en contra del Irán chií y su área de influencia desde los países occidentales e Israel (guerra o bloqueos). (Lo último, Pakistán (sunita) está dispuesto a proporcionar tecnología y armamento nuclear a Arabia Saudí).
El conflicto en Siria tiene que ver con esta lucha que digo entre suníes y chiíes. Es el caso también de algunos de los Estados de la península arábiga dominados por oligarquías suníes pero con numerosa población chií –como Bahréin, o Yemen (únicos países de la península en los que se han producido conflictos). Otro tanto tenemos en los constantes e interminables enfrentamientos de suníes y chiíes en Líbano.
Por lo demás, es de esperar que los citados enfrentamientos se trasladen en cualquier momento a las poblaciones musulmanas repartidas por Occidente; que Europa y los países occidentales se conviertan también en campos de batalla. Aún queda mucho por ver en este asunto.
Lo que tenemos es, simplemente, una lucha entre el área de influencia chií y el área de influencia suní. Es una querella antigua la que sostienen en el ámbito islámico Irán y Arabia (persas y árabes). Antes de proseguir con su estrategia de dominio mundial, tendrán primero que resolver su discordia interna.
De lo que se trata, pues, es de dirimir bajo qué bandera (bajo qué islam) se realizará la conquista, qué islam se llevará la gloria; hasta tal punto están convencidos de su futura victoria.
*Un conflicto bélico contra Irán, como el que en estos momentos se fragua desde los países occidentales e Israel, libraría al islam sunita (mayoritario) de un enemigo (y de un competidor) interno secular, y nos degastaría y debilitaría económica, militar, y moralmente –consecuencias inevitables de toda guerra. Todo esto aparte de fortalecer militar y estratégicamente la posición el islam sunita en el mundo. No nos interesa, pues, en absoluto una guerra contra Irán que sería prolongada y terriblemente costosa (en todos los sentidos, como ya he dicho).
La alianza prevalente de los países occidentales con Arabia Saudí y el ámbito musulmán sunita (por los motivos que sean) es un gravísimo error. A Occidente le interesa mucho más la unión con Irán, así como apoyar la masiva y reprimida oposición democrática en este país hasta llegar a convertir a Irán en un enclave libre y democrático en el medio geográfico clásico del islam, semejante a Israel. Con estos dos países en contra, el mundo islámico se lo pensaría dos veces antes de iniciar una ofensiva violenta a gran escala contra Occidente y en particular contra Europa, lo más cercano (lo más a mano). Ya estamos viendo, en las circunstancias actuales, como el islam (sunita) avanza, sin apenas obstáculos, en África.
Una política y una estrategia claramente anti-islámica con apoyo de Israel, Irán, India, China, y Rusia, paralizarían, con toda probabilidad, los citados proyectos de dominio mundial. Una ofensiva política, jurídica, y militar contra el islam, esto necesitamos.
*Las viejas instituciones transnacionales del siglo pasado, frutos de la postguerra europea y de la posterior guerra fría, han quedado inútiles, inservibles (la ONU, la OTAN…). Estamos asistiendo a una reestructuración geoestratégica del planeta (política, económica, y militar).
Ahora toca fortalecer a Europa dotándola de un ejército estrictamente europeo, sin elementos extranjeros y al margen de la OTAN (esto es, disolver la OTAN); e incluso integrar a todos los países europeos (hablo de Rusia y el resto de los países del Este –los pueblos eslavos). Una Europa desde el Atlántico al Pacífico.
Hay que, además, disolver o reestructurar la ONU, que andando el tiempo ha quedado dominada o mediatizada por los países musulmanes (la OCI). Lo próximo que estos se proponen es establecer una normativa internacional concerniente a la prohibición y penalización de toda crítica o censura al islam. ¿Lo conseguirán? Podemos imaginar qué sucedería si lograran eliminar toda oposición ideológica e intelectual, si lograran callarnos la boca; ese horrible futuro.
El mero hecho de acoger semejantes iniciativas anti-democráticas denota bien a las claras la decadencia del mundo libre –el Occidente.
Pero, no todo está perdido, la misma artimaña jurídica que pretenden usar (leyes contra la blasfemia) les afecta absolutamente, pues no hay ninguna ideología que insulte, denigre, y amenace más a las otras ideologías que el propio islam. Son ellos los primeros que tendrían que callarse la boca al respecto –los musulmanes tildan de monos y cerdos a judíos y cristianos respectivamente, y no dudan en amenazar de muerte, inspirados por su libro ‘sagrado’, a todos los no-musulmanes. De hecho, los países libres tendríamos que tomar su iniciativa para dirigirla directamente contra ellos y sus textos programáticos. Sería precisamente el camino para prohibir legalmente la ideología islámica (el islamofascismo, como bien se le denomina) en el mundo, al menos en el mundo libre.
Está claro que, en las presentes circunstancias, lo primero que tenemos que hacer en Occidente es enfrentarnos con el peligro de la ofensiva jurídica, ideológica y demográfica musulmana en Europa y el resto de los países occidentales. Es una estrategia de dominio; es la tercera ola, el tercer intento de dominar el mundo e imponer un califato universal.
*La próxima guerra mundial, la guerra que viene, será la guerra de los países libres contra el islam (los países musulmanes). La población musulmana en occidente, cada vez más numerosa, es claramente una quinta columna. Lo peor está por venir (violencia armada organizada, sabotajes, atentados, territorios ocupados…).
Es preciso que nuestros países, si queremos seguir siendo pueblos libres, se posicionen claramente contra el islam. Nos frena el problema del petróleo, las relaciones económicas, los núcleos de población occidental en países islámicos, y las reacciones de la población musulmana en los países occidentales (la mencionada quinta columna); en resumidas cuentas, las consecuencias, de todo tipo, que ocasionarían un conflicto bélico con el ámbito islámico. Además de la pérdida de vidas humanas, nos hundiría a todos en la miseria. Sería una catástrofe a nivel mundial; un estancamiento del que tardaríamos años en salir. La mayor parte de los países del mundo islámico, dadas sus características actuales (su miseria espiritual y material endémica), no tienen nada que perder.
Tenemos que sopesar bien todo esto, y tomar partido ante este dilema: o nos disponemos a arrostrar las consecuencias de un abierto enfrentamiento o, temiendo las consecuencias, dejamos que los musulmanes prosigan con su expansión y dominio (ideológico, demográfico, y militar) a nivel mundial.
Hay que considerar que el triunfo del islam en el mundo supondría para buena parte del mundo libre no sólo una regresión económica, sino también social, cultural, moral, política… Una regresión sin precedentes. Quiero decir que, ya nos enfrentemos al islam o ya nos rindamos a él, el balance será negativo.
Sin embargo, y puestos a evaluar pérdidas, no deberíamos dudar en decidirnos por la guerra contra todo el mundo islámico, pues en caso contrario nuestra situación sería tanto más horrible, dado que no sólo perderíamos nuestra status económico, perderíamos además nuestras culturas y nuestro actual status socio-político – el nivel alcanzado; quedaríamos reducidos a la servidumbre, a la esclavitud, nos convertiríamos en ciudadanos de segunda clase cuya vida, por infieles, no valdría nada, como descarada y reiteradamente proclaman los líderes musulmanes desde sus lugares de ‘culto’ (centros de adoctrinamiento y propaganda) en cualquier lugar del mundo, no sólo en el mundo islamizado, sino aquí, entre nosotros, en los países libres que cuentan con suficiente población musulmana.
Por lo que respecta a Europa y a los europeos, ¿es esto lo que queremos para nuestros hijos y herederos; una Europa derrotada, una Europa sometida, una Europa dominada por millones de musulmanes asiáticos y africanos?
En los momentos presentes, sólo el islam supone una amenaza para todo el planeta. ¿Para cuándo un mundo en paz? No es el oriente próximo la zona de peligro, sino el islam. Es el islam y sus querellas y ambiciones el que actualmente pone en peligro la paz en el mundo. Hay que frenarlo, hay que destruirlo. “Delenda est Carthago”.
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Hasta la próxima,
Manu

sábado, 11 de febrero de 2012

78) Los recientes juicios en París contra miembros de ‘Riposte Laïque’.

Los recientes juicios en París contra miembros de ‘Riposte Laïque’.

Manu Rodríguez. Desde Europa (08/02/12).


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*Prácticamente nadie, en el mundo de los blogs anti-islamistas o críticos del islam que circulan por Europa, está reparando en el juicio que se está realizando en Francia contra Pierre Cassen y Pascal Hilout, fundador y redactor, respectivamente, del blog Riposte Laïque. Exceptúo a los blogs franceses (como ‘bivouac-id’). La querella ha sido interpuesta por grupos de ‘derechos humanos’, ‘anti-racistas’ y algunos colectivos musulmanes, los motivos son la ‘incitación al odio’. Puede consultarse todo lo concerniente a este juicio en la misma ‘Riposte Laïque’ (http://ripostelaique.com/). La sentencia será hecha pública a principios de marzo.
Hace poco vimos como Elisabeth Sabaditsch-Wolff, en Austria, también era juzgada y condenada por motivos semejantes (‘denigración de la figura de Mahoma’, a cuenta de su matrimonio con Aisha cuando ésta contaba tan sólo 6 años de edad). ¿No es la pérdida de este juicio, así como la probable de ‘Riposte Laïque’, una derrota moral y política para Europa y los europeos?
Hay que añadir que los costos de la oposición al islam en Europa se están agravando (económica y existencialmente). La pena para E. S.-W (puramente simbólica) fue de 480 euros; los periodistas de Riposte Laïque se enfrentan a una pena económica que supera los 150.000 euros, además de la privación de libertad (dos o tres meses de cárcel).
El juicio contra E. S.-W tuvo bastante repercusión, sobre todo en blogs del área germánica (Reino Unido, Holanda, Alemania, países nórdicos). Como ya he dicho, no he visto ninguna noticia en estos blogs referente al juicio contra los periodistas franceses. No parece preocupar mucho en estos países lo que sucede por el sur de Europa (Francia, Portugal, España, Grecia, e Italia) con respecto a la invasión musulmana que todos padecemos; apenas si vemos en estos blogs noticias que nos conciernan.
Con esto no censuro nada, tan sólo llamo la atención acerca de la desunión y la ignorancia que los europeos mantenemos unos sobre otros en asunto tan grave como es la islamización (demográfica e ideológica) de nuestro amado continente, acerca de la más que posible pérdida de nuestras patrias (si todo continúa como hasta ahora).
Estos juicios, y otros (recordemos el que se tuvo contra Geert Wilders), no suponen tan sólo juicios contra nuestra libertad de expresión, son juicios contra nuestra cultura, y no sólo la más reciente representada por la actual organización social y política (laicidad, democracia, derechos humanos, libertades varias…) de nuestras Estados. Toda nuestra cultura milenaria está en estos momentos puesta en entredicho por las insidiosas estrategias de dominio de los millones de musulmanes extranjeros (la sombría ‘umma’) residentes en nuestros países.
¿Por qué están aquí, me pregunto; qué necesidad hay o había de ellos? Desde hace años no hacen otra cosa que crearnos dificultades; son un estorbo, y un peligro. Están rompiendo, minando, socavando, desvirtuando a Europa. Resolver el problema del islam en Europa es cada vez más acuciante. Llevan decenios censurando y denigrando nuestra cultura política, jurídica, artística, o culinaria; llevan decenios amenazándonos y anunciándonos nuestra futura derrota y conquista.
¿Hasta cuándo soportaremos esta situación? ¿Cuándo comenzaremos también nosotros a proceder jurídicamente contra ellos? Empezando por la prohibición del islam (de su texto programático, el Corán) y de los movimientos islámicos en nuestras tierras –por fascistas (su totalitarismo teocrático o, mejor, clerocrático), por genocidas (su ‘sagrado’, letal y descarado anti-semitismo y su igualmente ‘sagrada’ y letal oposición contra todos los no-musulmanes); por las horrendas, absurdas y anti-democráticas tradiciones jurídico-políticas (la ‘charia’) que pretenden imponernos; por su odio reglamentado y ‘santo’ contra todo lo no-musulmán; porque no cesan de maquinar contra nosotros mismos y nuestras culturas, por su continuada y declarada intención de destruirnos; por su respuesta violenta ante todo lo que no sea de su agrado… Por razones evidentes a todo aquel que siga este terrible, triste, e indignante asunto. ¿A qué esperamos?
La ofensiva jurídica, política, económica y cultural será el principio de la liberación, de la reconquista; el objetivo final es la expulsión de nuestro continente de esta peligrosa población, de estos huéspedes indeseados e indeseables. Hemos de librar a Europa de semejante peligro; hemos de evitar la desaparición de nuestra Europa.
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Desde aquí invoco a la unidad de todos los europeos anti-islamistas; a los europeos del norte y del sur, del este y del oeste. Un frente único ante un enemigo único, esto necesitamos.
Sea Europa la causa de los europeos de las presentes y futuras generaciones. Sea Europa nuestra tierra sagrada. Sea la cultura europea nuestra religión. Con estas consignas venceremos.
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Hasta la próxima,
Manu