Genogramas
XII.
Manu
Rodríguez. Desde Gaiia (27/06/19).
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1.
Cuando
cambian las formas de vida,
el
mundo cambia. Viejas palabras,
nuevas
palabras. Viejos sistemas,
nuevos
sistemas. ¿El mundo cambia?
¿Qué
mundo?
2.
Cosmos,
naturaleza, cultura.
Abismos
inmediatos donde
me
sumerjo ‘yo’.
‘Yo’.
Una unidad. Uno
entre
muchos. Uno
entre
otros. Alguien.
Nadie.
Cualquiera.
3.
La
mirada triste de los niños
desatendidos,
faltos de amor.
Tristes
hasta la muerte.
4.
Rescatadme,
recogedme,
llevadme
de aquí. Estoy harto
de
este incienso maloliente,
de
estas cofradías nauseabundas,
de
este ambiente mortecino;
de
esta ciudad estancada
y
pútrida. Extraño por completo
soy
en esta tierra, de todo punto
extranjero.
Uránidas, llevadme
de
aquí; rescatadme hiperbóreos.
5.
Moriré
de pena en esta ciudad.
Soy
un mirlo blanco
y
a una mirla blanca espero.
El
canto del mirlo es breve
y
siempre el mismo.
Una
y otra vez el mismo fraseo,
el
mismo trino enamorado.
Mirlos
y palomas, siempre en pareja.
Las
palomas en las cornisas, en los tejados.
Los
mirlos en las espadañas, los pararrayos,
las
antenas, los cimborrios. Los vencejos
siempre
en el aire, anidan en la pared,
en
la vertical hacen nido. No se posan,
siempre
en vuelo. Los murciélagos,
los
búhos, en los campanarios,
en
las troneras. Los gorriones
siempre
en la calle, mendigando.
Mirlos
de azabache lustroso. Palomas
blancas
de azulado iris. Por aquí,
alrededor
de ‘los Terceros’. Año tras año
yo
mismo vuelvo a recordarme la soledad
enamorada
en la que vivo. Una mirla blanca
que
emigre al sur, eso espero. Envidio
a
las palomas blancas, siempre zureando,
siempre
en celo. Renuevo cada otoño
la
llamada. Busco y no encuentro.
Pongo
el pico al aire, silbo hasta agotarme.
Al
atardecer y en horas tempranas.
Espero
el blanco, el amarillo claro,
el
iris azul, el pico rosado. No espero
sino
la misma mirada, el mismo brillo,
el
mismo fondo azulado.
Una
mirla blanca espero.
Estos
mirlos otoñales, cada año me recuerdan
mi
soledad de amor, mi amor desventurado.
El
ave, inquieta, salta de torre en torre,
de
saliente en saliente; busca y agita la cabeza
hacia
aquí y hacia allá, busca y no encuentra;
ojos
desmesurados de abiertos, de expectantes.
De
cuando en cuando un silbo estremecedor.
Va
y viene inquieto. El cuello, el buche,
la
cabeza, el pico… de puntillas, todo erguido,
estirado,
tenso; entonces el espeluznante silbo.
Tal
vez está desesperado de tan solo,
y
pasa de la demanda al grito, o al aullido.
Cortante,
breve, desgarrador. Me proyecto
en
este pájaro. Solitario a su pesar, viudo,
extraño;
en esta tierra extranjero.
Que
no encuentra su par,
compañera
de su color.
Moriré
de pena en esta ciudad.
De
pico en pico, de torre en torre,
de
pararrayos en pararrayos.
Sin
compañía espiritual ninguna.
Imposible
más perdido, más desviado,
más
expatriado, más solo.
6.
En
lo profundo de la amada
el
par se anuda.
Cuando
la cariogamia,
cuando
las bodas.
7.
Como
ardientes filamentos
atraviesan
la ciudad.
La
vida crepuscular
de
las ciudades marchitas.
Justo
como luciérnagas
en
la noche, los amantes;
únicos
puntos de luz
en
ciudades sombrías.
8.
Un
código de correspondencias,
entre
el genouma y el soma.
El
genouma se dice en el soma.
La
risa y el llanto parten del genouma.
El
saludo. El abrazo. El goce, la alegría,
la
pena, el dolor… todas las pasiones
tienen
asiento en el alma, en el genouma.
Es
el espíritu del cuerpo, sin duda.
9.
Plantas,
insectos, aves, peces, mamíferos…
Xenus
pasa de soma en soma; de generación
en
generación se perpetúa, se eterniza.
10.
El
genouma es el sujeto de la actividad,
el
sujeto del verbo, el sujeto único.
11.
Un
oxímoron ambulante somos.
Mortales
y eternos.
Claros
y sombríos.
Llenos
y vacíos.
Vivos
y muertos.
Muriendo
vivimos.
12.
Entre
lo que ama y lo que odia;
entre
lo que le atrae y lo que le repele.
En
esa juntura, en ese borde,
en
esa línea se encuentra Nexus.
13.
El
orden vivo. La sustancia
viviente
única, Xenus.
Los
genotipos, los genotextos.
No
hay módulo o paradigma.
El
cariotipo específico se encuentra
repartido
en las cifras únicas.
El
cariotipo no es un modelo.
No
podemos remitirnos a un modelo.
No
respondemos a un patrón determinado.
No
estamos obligados.
No
nos dejemos engañar.
La
conformación de la multiplicidad
a
un prototipo. El horror.
Lo
procrustiano, lo diabólico,
lo
perverso, lo malvado,
lo
malsano.
14.
¿Qué
importa el padecer o el sufrir?
Grosera
cosa es buscar el goce.
Vana
cosa la búsqueda de la felicidad.
15.
El
genouma ha de encontrarse
con
la lengua y la cultura.
Pasa.
Se realiza, se vierte. Es un filtro.
Toda
la potencia, toda la virtualidad
del
genouma, se pone a prueba
a
su paso por el momento y lugar
en
el que ha venido a ser.
Ha
de usar esa lengua, esos símbolos.
Ha
de adaptarse; vencer, o morir.
16.
Un
mundo estúpido y sombrío.
Siempre
gobernado por los mismos.
Los
violentos y los mixtificadores.
Esto
encontré, esto dejaré.
¡Maldita
sea!
Sin
atisbos de solución. Siempre lo mismo.
Lo
que fue, lo que es, lo que será.
Enteraos
los bellos, los claros, los puros.
Alejaos
de esas fuentes. Ocultaos.
Pasad
a la clandestinidad.
No
colaboréis.
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Hasta
la próxima,
Manu