Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

jueves, 24 de octubre de 2019

198) Genogramas XX


Genogramas XX.

 

 
Manu Rodríguez. Desde Gaiia (24/10/19).

 

 
                                                                  *****

1.

El umbral del mundo viviente.
El fuego inteligente, la ardiente semilla.
El espíritu ardiente que somos.

Donde hay vida ésta se prodiga
y se prodigan sus virtudes,
que son la generación, el vigor,
la luz, el saber, la marcha…

Es el fuego creador que modela;
el artista supremo, el ingeniero supremo.

El fuego es el genio de toda criatura, y luz.
El genio que es el germen,
que es el espíritu, que es el genouma.

2.

Un punto de arranque, un germen,
un proyecto, un principio,
un primer movimiento…

3.

La niebla, la bruma, el agua;
la tierra –árboles y bosques;
las nubes cargadas; rayos y truenos;
los vientos… el fuego.

4.

La visión sobrecogedora
Cuando la primera de las auroras.
Cuando aquel nacimiento.
Cuando la primera vida.

5.

Hoy sabemos –y desde hace muy poco–
que la hembra de la especie no es una suerte
de tierra que recibe la semilla formada,
cabal y completa, del varón.

La mujer como receptáculo, como matriz,
como lecho húmedo que recibe
el germen-fuego del varón, ya no existe.

El varón ya no es el exclusivo portador
del germen-fuego; su fuego es medio, mitad…
La mujer porta la otra mitad que se requiere
para un germen-fuego completo.

Gametos haploides, germen diploide.
Se cumple la necesidad de dos ramas doradas.
Entre ambas se alcanza el germen único.

Esposas y esposos quieren los diurnos,
los solares, los portadores del fuego, de luz.
Aman la generación y la descendencia;
el ardor, el deseo, la pasión amorosa.

6.

Hoy es la aurora de nuevo.
Una nueva aurora.
El nuevo período genocéntrico.

Estos son momentos ‘inaugurales’,
momentos de fundación.

La aurora es el umbral,
el fuego, el árbol, la nave…

7.

La niebla acuática,
la de la tierra húmeda,
la del bosque húmedo.

Las brumas matinales que se
disipan con el día, con el sol.
La aurora que nos trae
el rocío, la escarcha,
exudados de agua dulce.

El agua dulce depositada,
producto de la noche,
de la luna, de la tierra húmeda,
de árboles y plantas,
de ríos y lagos.

8.

La vida inteligente –siempre
inteligente. No el hombre
sino el genouma es el inteligente.
Es el genouma el que se expresa
en el hombre. El genouma es
un orden que habla, que se expresa;
que comprendiendo se comprende.

Proyecta y se proyecta;
proyecta su orden, su luz.

9.

Misteriosamente nuevo,
misteriosamente luminoso,
misteriosamente espiritual.

10.

Este saber, este fuego,
que es heredado,
debo mantenerla vivo,
debo protegerlo, alimentarlo…

Si prospera, yo prospero;
si se apaga, yo me apago.

11.

Es el saber que fluye por los versos
de los poetas inspirados…
que sobre todos llueve.

Es combustible que
aviva la llama que somos.
El fuego sagrado.

Es nuestra energía, nuestra fuerza,
nuestra potencia, nuestro sol,
nuestro fuego, nuestro alimento.

Esa riqueza es fuente inagotable
para sucesivas generaciones.
Nuestros hijos se alimentarán
con estos tesoros, crecerán fuertes,
sanos. Ese alimento revestirá
sus cuerpos. Les dará inteligencia,
agilidad, soltura, firmeza, ardor, fuerza…

Alimento incorruptible,
inagotable, imperecedero.
Fortalece, protege,
transporta, ilumina, alimenta,
cobija, acompaña…

12.

Noche, día, y aurora; sol y luna;
cielo, atmósfera, y tierra.
Agua, bosques, vapores,
humos, nubes, vientos…
 
13.
 
La palabra inspirada es quintaesencia;
es jugo filtrado, tamizado, purificado…
Es algo puro que llueve; que cae como lluvia.
Es agua dulce que viene de altas montañas.

Jugo, zumo, néctar, ambrosía que nutre
las aguas puras de la tierra,
las fuentes y manantiales.

Es el fruto más elaborado,
el más cuidado, el más protegido.
Que no pierde frescura ni vigor.
Que no pierde altura.

14.

Mirlo mañanero, madrugador.
Ahí estás anunciando la aurora;
anunciando la mañana antes que el gallo.

15.

Está la tierra, está la luna
y la noche estrellada.
Está la tierra, el día y el sol.
Está el alba y el crepúsculo.
Está la noche cerrada.

Está el día pleno.
Está la mañana,
el mediodía y la tarde,
cuando el sol declina.

Tenemos cielo diurno
y cielo nocturno.

16.

Las nubes, la lluvia, las tormentas eléctricas,
la acción del rayo, los vientos, los torbellinos…
las brumas matinales, el rocío, la niebla…

17.

Entidades neutras, vías sin salida, híbridos
estériles. Entidades negativas, tanáticas,
homogeneizadoras. Que desertizan,
que hielan, que ensombrecen.
 
Se excluyen del orden de la vida
pero se hacen llamar padres y madres.
Los eunucos. Los sacerdotes.

Su discurso, su praxis… Es todo tan contrario
a lo verdadero, al sentido, a la modestia que
nos toca, que causan espanto, estupor;
no se acierta a decir. Subvierten el orden;
lo ponen cabeza abajo, los pies arriba.

Cubren, se interponen, ocultan, desvían. Lluvia
ácida la suya; altamente contaminante, mortal.
 
Sus combustiones nauseabundas envenenan
la atmósfera, el aire que respiramos, el agua
que bebemos. Sus discursos. Emponzoñan,
pervierten el lenguaje, la palabra, el pensamiento,
la acción. Polvo que se asienta sobre todas las cosas.
Polvo que aniquila; polvo estéril; polvo letal.


*****
 
Hasta la próxima,

Manu

jueves, 10 de octubre de 2019

197) Genogramas XIX


Genogramas XIX.

 

 
Manu Rodríguez. Desde Gaiia (10/10/19).

 

 
                                                                  *****

 
1.

Sol naciente, nuevo.
Atmósfera, vientos,
brisas matinales.

Hojas y frutos se renuevan,
nuevas ramas nacen.
Es una nueva primavera.

Las generaciones pasan,
el hogar permanece.
Limpio y encendido, vivo.

2.

Un mundo espiritual, diáfano,
atravesado por el entusiasmo.
Un mundo encendido, luminoso,
vivo, esperanzador, inaugural.
Está todo por hacer, por descubrir.

Una espiritualidad de los comienzos.
La aurora, el día, la transparencia,
la luz, el sonido; el viento arrebatador.
El fuego luminoso y crepitante,
el chisporroteo, el centelleo.
La vida pujante, la pujanza.
Los ríos caudalosos y sonoros;
los relinchos, los trotes;
los rayos, truenos, y relámpagos.

Mundo estruendoso, esplendente,
hirviente, activo. Vientos impetuosos.
El ímpetu, la velocidad, el vértigo.
El aire, el agua, la luz.
Mundo maravilloso y bello
hasta las lágrimas, hasta el balbuceo.
El entusiasmo, la alabanza, el canto.

3.

Pueblo agradecido y vital.
Luminoso, diurno,
celestial como pocos;
lleno de entusiasmo.

Centellas, chispas. Fuego vivo.
El fuego, el ánimo encendido.

El crecimiento espontáneo súbito,
sonoro, de la llama. La inflación
de la llama. El crepitar.
El entusiasmo, el grito mismo.

Los futuros Nexus.

4.

Ciervos y gamos moteados.
Veloces, vertiginosos,
huidizos, bellos.

Silbantes, ululantes.

5.

Lo común en las formas vivas.
La sustancia viviente única.
La vida como un ‘fuego’.
El fuego común.

6.

Un fuego, un pequeño
fuego, o un punto de luz
siempre encendido.

Un nexo siempre
presente, despierto,
avivado.

Un lugar santo
en el interior del hogar.

7.
 
Cantos de la mañana, del amanecer, de la partida.
Cantos de la plenitud, del esplendor del día.
Cantos del crepúsculo, de la madrugada.
 
Cantos sublimes al amanecer,
al fuego, al día, a la luz,
a la movilidad, a la marcha,
a la libertad, a la vida.
A la plenitud, al esplendor.

La alegría, el fervor regocijado.

8.

El amor más puro
a los próximos y a los lejanos,
a los ausentes y a los presentes.
No hay otra cadena aurea;
no hay otro hilo,
no hay otro camino.

9.

La alegría que circula
es una alegría sublime.
Diurna, incandescente,
solar –encendida.

Lo que se consume en común.
Lo que se liba, lo que se aspira.
Lo que inspira, lo que aviva el fuego.
Lo que se escande sobre el fuego.
La inflación de la llama. El resoplido.

La vida, la salud, la prosperidad,
la alegría… el futuro.
 
Es una vida consagrada,
es una vida santa.
No hay otra santidad.

10.

Criaturas del agua, de los ríos
y de los húmedos bosques…

Remontad; remontad la corriente
que vuelve a llevar agua el rio.
Mirad como corren las aguas.

Esa agua que corre,
ese cauce rebosante…
es el camino, el hilo.
Fluye, llueve, viene, cae…

Desde el origen mana…
al origen conduce.

11.

El fuego es término correcto
para el espíritu; el espíritu
es afecto y juicio –calor y luz.

En todo momento es el genouma
el que piensa, el que siente, el que quiere;
el que ríe y el que llora; el que habla;
el que padece; el que ama.

El genouma es el espíritu.
Es el fuego.

El genouma es fuego.
Arde y transpira.

12.

La inflación de la llama
tras esfuerzo vigoroso;
en la atmósfera más elevada.

13.

Las palabras que recuerdan,
que alientan, que vivifican.
Todo aquello que sublima,
transfigura, enciende, ilumina;
que aviva el fuego interno, propio.

14.

Aquello que cultivamos
en nuestro espíritu es nuestra
luz (nuestro sueño y nuestra
vigilia). Nos guía en el camino.
Mapa celeste. Es en ese espacio
en el que se mueve la mente,
que es el genouma, que es
el espíritu, el fuego que somos.

15.

Los depositarios del saber.
Maestros de la verdad, poetas ilustrados.
Los conservadores del tesoro.
Son los valedores, los defensores,
los que mantienen vivo y encendido
el ánimo, que es el espíritu,
que es el fuego de todos.

16.

El fuego ausente –el juicio
mismo, la luz. Un pueblo
privado de fuego, de luz.

17.

El fuego que crea
y anima todas las cosas.
Justamente el germen.
La sustancia viviente única.

18.

El modo poético,
el modo hierático,
el modo inspirado,
el modo sagrado.

19.

Rayos, truenos, vientos tempestuosos…
Protegen y avanzan, conquistan.
Los fuertes… los que abren caminos,
los que abren la marcha.

Se oponen a lo frío, a lo sombrío,
a lo oscuro, a lo impenetrable,
a lo opaco; a lo yerto, a lo inerte,
a lo estéril, a lo impotente;
al eunuco, al castrado…

 
*****

Saludos,

Manu