Genogramas
LXIX.
Manu
Rodríguez. Desde Gaiia (10/11/21).
*****
1.
Lo Uno
primordial.
La
conciencia que la vida,
ahora,
puede tener
acerca
de sí misma.
La misma
vida en todos
y cada
uno de los organismos
que
pueblan el planeta.
La
unidad de todo lo viviente.
Conocimientos
que son como
iluminaciones
que la vida
recibe
acerca de sí misma.
2.
El caso
de las patentes genéticas
de la
industria farmacéutica.
Esto es
tan sólo una anécdota
que
denota cuán lejos estamos
aún de
nosotros mismos.
Para el
‘hombre’ la sustancia
genética
es otra fuente de lucro,
otro
negocio. ¿Cómo se consiente esto?
Se
comercia con la esencia de la vida,
con la
misma vida. Esto sucede
porque
aun prevalece el hombre.
El
último hombre, por cierto.
El
acontecimiento de los acontecimientos.
Tarde o
temprano la vida en este planeta
triunfará,
se impondrá. La perspectiva
de la
vida, la mirada de la vida.
Cuando
la perspectiva genética prevalezca
nada
humano tendrá sentido. Sus querellas,
sus conflictos, sus creencias…
Sus Estados, sus naciones, sus pueblos…
No
tendremos más que el aire, la tierra,
el agua,
la luz… El hogar quedará
limpio
de trastos humanos.
3.
La
corriente animalista, aún fenocéntrica,
antropocéntrica…
Aquellos que hablan
de los
derechos de los animales,
de
extender los derechos humanos
a los
animales… Ese lenguaje arcaico,
obsoleto.
Ya no procede hablar así.
4.
La ruina
del hombre,
esto es
lo que viene.
Su
desplazamiento a la periferia.
Cuando
la conciencia genética
se
generalice, cuando triunfe
la
mirada de la vida.
5.
El
hombre sigue creyéndose
el señor
de las criaturas,
o el
pastor del ser, o el que debe
lograr
su autorrealización…
Se
afianza, en cualquier caso,
a sí
mismo.
El
hombre debe ser superado,
dejado
atrás. Es, hoy por hoy,
el mayor
obstáculo, el mayor
enemigo
de la vida.
6.
Una vida
ligada a la tierra,
al
suelo, al aire, al agua,
a la
luz… Una vida que se
reconoce
en toda vida.
Porque
no hay sino una sola
sustancia
viviente. Porque
es la
misma en el árbol y en el ave.
El
camino de la vida. La autorrealización
de la
misma vida. El llegar a ser
lo que
se es. Pura vida.
7.
Lo Uno
fragmentado, escindido, roto…
repartido
en las criaturas. Enfrentado
consigo
mismo, devorándose a sí mismo.
Regenerándose
eternamente.
Lo Uno
primordial. La unión con lo Uno.
La
identificación. La experiencia
reveladora
del propio ser. Nuestra
pertenencia
a lo Uno. Nosotros somos
lo Uno
primordial. Nosotros somos
la
esencia, el ser, la vida.
8.
Una
sustancia que cuenta con millones
y
millones de años de experiencia,
y de
vivencias. Una sustancia arcaica,
ancestral.
Lo Uno primordial.
El
horizonte temporal
de la
vida es la eternidad.
9.
La
sustancia genética, el príncipe,
el
principio destronado. El hombre
sigue
llevando las riendas de este planeta.
El
hombre sigue siendo el dux,
el
conductor de este planeta;
sigue
siendo el piloto de la nave.
Es la
codicia de oro y de poder
de los
humanos la que se enseñorea
en el
planeta. La falta de escrúpulos
de esta
criatura enloquecida.
Se talan
bosques (por su apreciada
madera),
se contaminan las aguas,
el
suelo, el aire… Se perjudica
a la
vida una y otra vez. Comportamiento
indecente,
cínico, cruel… e indiferente
a las
consecuencias, como ajeno…
Éste
será el recuerdo que quede
de los
hombres –del período humano.
El
hombre domina el planeta.
Lo explota,
lo exprime…
lo
contamina, lo seca. Mancilla
el aire,
el agua, el suelo, la luz…
Su
codicia no conoce límites
ni
tolera barreras. Guerra, guerra,
guerra…
la cotidianidad de los humanos.
Guerra
por el prestigio, por el poder,
por las
materias primas, por el territorio…
Trascender.
Más allá. Lo trans-humano.
Conciencia
trans-específica.
Dejar
atrás todo lo humano.
Los
parámetros culturales,
lingüísticos,
étnicos, nacionales…
personales.
Los deseos, las necesidades,
las
demandas… Purgarse de lo humano.
Renacer
a la vida, a lo Uno. Reconocerse
en lo
Uno. No hay otro camino,
no hay
otra salida. Deshacernos
del
hombre en nosotros –de la criatura.
10.
La vida
confundida por su más
admirable
realización. La criatura
humana.
Alienada en su obra.
Es la
vida la desnortada, la extraviada.
La que
tiene que cobrar conciencia de sí.
La que
tiene que lograr la autorrealización.
La que
ha de purgarse.
Es la
vida la que toma el camino
de
recuperación. La iniciativa
parte de
la misma vida.
Algo me
sobra. Algo me impide
ser más
plenamente. Algo me impide
ser lo
que soy. Estas son las palabras
que
conducen a la liberación.
Es la
vida la que ha de espabilarse.
El
cometido no es la liberación
o la
realización del hombre.
Es la
vida la que ha de realizarse
o
liberarse; la que ha de reconocerse;
la que
ha de cumplir su destino.
Volver
sobre sí. Retornar.
Reencontrarse.
Recuperarse.
Tenerse
a sí misma. Esa experiencia.
La vida
que a sí misma se tiene, se posee.
Cuando
la vida ya nada desea
porque
se tiene a sí misma.
Nada le
falta, nada necesita…
Esa
sensación de autosuficiencia.
El ser
que a sí mismo se tiene.
Uno
consigo mismo.
Ya no
escindido, ya no enfrentado
consigo
mismo. La unidad, la cohesión.
Una sola
cosa.
11.
Los
hombres se interponen
constantemente
en el camino
de
realización de la vida.
Los
‘humanismos’ (los ‘hombres’)
pululan.
La realización estoica,
la
cristiana, la budista… la marxista,
la
existencialista, la ecológica
de
última hora… la nacionalista
o
patriótica… la étnica…
La
multitud de ‘conciencias’…
Purgarse
de lo humano.
Es lo
primero.
*****
Hasta la próxima,
Manu
No hay comentarios:
Publicar un comentario