Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

247) Genogramas LXIX

 

Genogramas LXIX.

 

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (10/11/21).

 

                                                                  *****

 

1.

Lo Uno primordial.

La conciencia que la vida,

ahora, puede tener

acerca de sí misma.

 

La misma vida en todos

y cada uno de los organismos

que pueblan el planeta.

La unidad de todo lo viviente.

 

Conocimientos que son como

iluminaciones que la vida

recibe acerca de sí misma.

 

2.

El caso de las patentes genéticas

de la industria farmacéutica.

Esto es tan sólo una anécdota

que denota cuán lejos estamos

aún de nosotros mismos.

Para el ‘hombre’ la sustancia

genética es otra fuente de lucro,

otro negocio. ¿Cómo se consiente esto?

Se comercia con la esencia de la vida,

con la misma vida. Esto sucede

porque aun prevalece el hombre.

El último hombre, por cierto.

 

El acontecimiento de los acontecimientos.

Tarde o temprano la vida en este planeta

triunfará, se impondrá. La perspectiva

de la vida, la mirada de la vida.

 

Cuando la perspectiva genética prevalezca

nada humano tendrá sentido. Sus querellas,

sus conflictos, sus creencias… 

Sus Estados, sus naciones, sus pueblos…

No tendremos más que el aire, la tierra,

el agua, la luz… El hogar quedará

limpio de trastos humanos.

 

3. 

La corriente animalista, aún fenocéntrica,

antropocéntrica… Aquellos que hablan

de los derechos de los animales,

de extender los derechos humanos

a los animales… Ese lenguaje arcaico,

obsoleto. Ya no procede hablar así.

 

4.

La ruina del hombre,

esto es lo que viene.

Su desplazamiento a la periferia.

Cuando la conciencia genética

se generalice, cuando triunfe

la mirada de la vida.

 

5.

El hombre sigue creyéndose

el señor de las criaturas,

o el pastor del ser, o el que debe

lograr su autorrealización… 

Se afianza, en cualquier caso,

a sí mismo.

 

El hombre debe ser superado,

dejado atrás. Es, hoy por hoy,

el mayor obstáculo, el mayor

enemigo de la vida.

 

6.

Una vida ligada a la tierra,

al suelo, al aire, al agua,

a la luz… Una vida que se

reconoce en toda vida.

Porque no hay sino una sola

sustancia viviente. Porque

es la misma en el árbol y en el ave.

 

El camino de la vida. La autorrealización

de la misma vida. El llegar a ser

lo que se es. Pura vida.

 

7.

Lo Uno fragmentado, escindido, roto…

repartido en las criaturas. Enfrentado

consigo mismo, devorándose a sí mismo.

Regenerándose eternamente.

 

Lo Uno primordial. La unión con lo Uno.

La identificación. La experiencia

reveladora del propio ser. Nuestra

pertenencia a lo Uno. Nosotros somos

lo Uno primordial. Nosotros somos

la esencia, el ser, la vida.

 

8. 

Una sustancia que cuenta con millones

y millones de años de experiencia,

y de vivencias. Una sustancia arcaica,

ancestral. Lo Uno primordial.

 

El horizonte temporal

de la vida es la eternidad.

 

9.

La sustancia genética, el príncipe,

el principio destronado. El hombre

sigue llevando las riendas de este planeta.

El hombre sigue siendo el dux,

el conductor de este planeta;

sigue siendo el piloto de la nave.

Es la codicia de oro y de poder

de los humanos la que se enseñorea

en el planeta. La falta de escrúpulos

de esta criatura enloquecida.

Se talan bosques (por su apreciada

madera), se contaminan las aguas,

el suelo, el aire… Se perjudica

a la vida una y otra vez. Comportamiento

indecente, cínico, cruel… e indiferente

a las consecuencias, como ajeno…

Éste será el recuerdo que quede

de los hombres –del período humano.

 

El hombre domina el planeta.

Lo explota, lo exprime…

lo contamina, lo seca. Mancilla

el aire, el agua, el suelo, la luz…

 

Su codicia no conoce límites

ni tolera barreras. Guerra, guerra,

guerra… la cotidianidad de los humanos.

Guerra por el prestigio, por el poder,

por las materias primas, por el territorio…

 

Trascender. Más allá. Lo trans-humano.

Conciencia trans-específica.

 

Dejar atrás todo lo humano.

Los parámetros culturales,

lingüísticos, étnicos, nacionales…

personales. Los deseos, las necesidades,

las demandas… Purgarse de lo humano.

Renacer a la vida, a lo Uno. Reconocerse

en lo Uno. No hay otro camino,

no hay otra salida. Deshacernos

del hombre en nosotros –de la criatura.

 

10. 

La vida confundida por su más

admirable realización. La criatura

humana. Alienada en su obra.

 

Es la vida la desnortada, la extraviada.

La que tiene que cobrar conciencia de sí.

La que tiene que lograr la autorrealización.

La que ha de purgarse.

 

Es la vida la que toma el camino

de recuperación. La iniciativa

parte de la misma vida.

 

Algo me sobra. Algo me impide

ser más plenamente. Algo me impide

ser lo que soy. Estas son las palabras

que conducen a la liberación.

 

Es la vida la que ha de espabilarse.

El cometido no es la liberación

o la realización del hombre.

Es la vida la que ha de realizarse

o liberarse; la que ha de reconocerse;

la que ha de cumplir su destino.

 

Volver sobre sí. Retornar.

Reencontrarse. Recuperarse.

Tenerse a sí misma. Esa experiencia.

La vida que a sí misma se tiene, se posee.

Cuando la vida ya nada desea

porque se tiene a sí misma.

Nada le falta, nada necesita…

 

Esa sensación de autosuficiencia.

El ser que a sí mismo se tiene.

Uno consigo mismo.

 

Ya no escindido, ya no enfrentado

consigo mismo. La unidad, la cohesión.

Una sola cosa.

 

11.

 

Los hombres se interponen

constantemente en el camino

de realización de la vida.

Los ‘humanismos’ (los ‘hombres’)

pululan. La realización estoica,

la cristiana, la budista… la marxista,

la existencialista, la ecológica

de última hora… la nacionalista

o patriótica… la étnica…

La multitud de ‘conciencias’…

 

Purgarse de lo humano.

Es lo primero.

 

*****

 

Hasta la próxima,

Manu

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