Sobre el ‘15M’.
Manu Rodríguez. Desde Europa (27/05/11).
*
Los recientes movimientos de masas en España (el ‘15M’) denotan bien a las claras cuan estúpidos, vanos y superficiales nos estamos volviendo. La vaciedad de las proclamas, la charlatanería de sus ‘líderes’, la futilidad del ‘movimiento’. La ‘solidaridad’ de otras ciudades europeas y americanas nos indica que el despiste afecta a los occidentales en general. Nuestra frivolidad; nuestra decadencia intelectual y moral. No sé qué pensarán de nosotros los ciudadanos de los países islamizados que demandan una democracia real (y aquí no es superfluo el calificativo), y que están dando su vida por ello en estos días.
Lo que en un principio pareció como manifestaciones de los afectados (cinco millones de parados) por la pésima gestión (administrativa, económica…) del partido en el gobierno ha terminado convirtiéndose en un nuevo movimiento político alternativo. Otro más.
Ha fracasado una opción política y un determinado liderazgo (un modo y manera de conducir), no la democracia.
Es significativo que los verdaderamente afectados (los millones de parados) no se hayan sumado a esa farsa. Están solos estos cientos de monederos falsos, estos parásitos ignorantes y ofensivos. Dado el ‘éxito’ de la movilización (la cobertura en los medios de comunicación –prensa y televisión- ha sido excesiva, la publicidad gratuita), ahora se apresuran a extender su ‘mensaje’ a los barrios… más allá de la Puerta del Sol. Se lo han creído.
Es un insulto tales movimientos en el mundo libre. Un insulto a sus antepasados que lucharon y murieron por la democracia. Un insulto para los pueblos oprimidos por tiranías y dictaduras. Un insulto a los centenares de muertos en las movilizaciones de estos últimos meses en los países norteafricanos y asiáticos.
Quisiera llamar la atención sobre la falta de solidaridad de los occidentales en general para con los movimientos pro-democráticos en los países islamizados. No les preocupa la represión política en tales países; no son sensibles a los cientos de muertos en Irán, Siria, Yemen, Egipto, Libia…. que son verdaderos mártires de la democracia, y que serán recordados como tales en sus respectivos pueblos. Es otra madera allí, sin duda, otra pasta; otros hombres y mujeres. Reclaman libertad; se juegan la vida. Es muy serio lo que allí sucede.
A la vista está que a estos jóvenes europeos u occidentales no los movilizan más que consignas retóricas, proclamas vacías; excusas para sus particulares fiestas, sus ‘happening’, sus ‘instalaciones’. Algo que los saque de su mortal aburrimiento, de su profunda apatía; de su vacío, de su horror, de su nada.
No hay seriedad aquí, entre vosotros. No sois serios, no sois creíbles. No os jugáis nada en éste vuestro juego. Y lo sabéis, niños occidentales. Es una frivolidad, un montaje, un número; habéis montado un número para vuestro gozo y diversión.
Ofendéis la memoria de vuestros padres y abuelos; su seriedad y su profundidad; su verdad, la sinceridad de sus vidas. Los últimos doscientos años, nuestros inmediatos antepasados. Ellos sí dieron a luz un mundo nuevo. El mundo que habéis heredado, el que ignoráis. El espacio de libertad que os permite hacer el ridículo y poneros en evidencia de tal manera. Histriones inconscientes. Mostráis vuestra vanidad, vuestra nada.
Gozosos, exultantes de ser el centro de atención; de ser el sol por unos días. Esta secta superflua, vana, infecunda; esta secta de narcisos; este camino sin salida.
Ya pasan vuestros minutos de gloria, ya se apaga vuestro sol, se acaba vuestro día… ¿qué será de vosotros cuando todo esto haya terminado? Esa efímera gloria os cegará aún más; quedareis prendados, detenidos, colgados de ella; petrificados por esa Gorgona. Esto os vaticino.
Que estas palabras mías sirvan para sacar de allí siquiera sea a unos pocos.
*
Saludos,
Manu
Manu Rodríguez. Desde Europa (27/05/11).
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Los recientes movimientos de masas en España (el ‘15M’) denotan bien a las claras cuan estúpidos, vanos y superficiales nos estamos volviendo. La vaciedad de las proclamas, la charlatanería de sus ‘líderes’, la futilidad del ‘movimiento’. La ‘solidaridad’ de otras ciudades europeas y americanas nos indica que el despiste afecta a los occidentales en general. Nuestra frivolidad; nuestra decadencia intelectual y moral. No sé qué pensarán de nosotros los ciudadanos de los países islamizados que demandan una democracia real (y aquí no es superfluo el calificativo), y que están dando su vida por ello en estos días.
Lo que en un principio pareció como manifestaciones de los afectados (cinco millones de parados) por la pésima gestión (administrativa, económica…) del partido en el gobierno ha terminado convirtiéndose en un nuevo movimiento político alternativo. Otro más.
Ha fracasado una opción política y un determinado liderazgo (un modo y manera de conducir), no la democracia.
Es significativo que los verdaderamente afectados (los millones de parados) no se hayan sumado a esa farsa. Están solos estos cientos de monederos falsos, estos parásitos ignorantes y ofensivos. Dado el ‘éxito’ de la movilización (la cobertura en los medios de comunicación –prensa y televisión- ha sido excesiva, la publicidad gratuita), ahora se apresuran a extender su ‘mensaje’ a los barrios… más allá de la Puerta del Sol. Se lo han creído.
Es un insulto tales movimientos en el mundo libre. Un insulto a sus antepasados que lucharon y murieron por la democracia. Un insulto para los pueblos oprimidos por tiranías y dictaduras. Un insulto a los centenares de muertos en las movilizaciones de estos últimos meses en los países norteafricanos y asiáticos.
Quisiera llamar la atención sobre la falta de solidaridad de los occidentales en general para con los movimientos pro-democráticos en los países islamizados. No les preocupa la represión política en tales países; no son sensibles a los cientos de muertos en Irán, Siria, Yemen, Egipto, Libia…. que son verdaderos mártires de la democracia, y que serán recordados como tales en sus respectivos pueblos. Es otra madera allí, sin duda, otra pasta; otros hombres y mujeres. Reclaman libertad; se juegan la vida. Es muy serio lo que allí sucede.
A la vista está que a estos jóvenes europeos u occidentales no los movilizan más que consignas retóricas, proclamas vacías; excusas para sus particulares fiestas, sus ‘happening’, sus ‘instalaciones’. Algo que los saque de su mortal aburrimiento, de su profunda apatía; de su vacío, de su horror, de su nada.
No hay seriedad aquí, entre vosotros. No sois serios, no sois creíbles. No os jugáis nada en éste vuestro juego. Y lo sabéis, niños occidentales. Es una frivolidad, un montaje, un número; habéis montado un número para vuestro gozo y diversión.
Ofendéis la memoria de vuestros padres y abuelos; su seriedad y su profundidad; su verdad, la sinceridad de sus vidas. Los últimos doscientos años, nuestros inmediatos antepasados. Ellos sí dieron a luz un mundo nuevo. El mundo que habéis heredado, el que ignoráis. El espacio de libertad que os permite hacer el ridículo y poneros en evidencia de tal manera. Histriones inconscientes. Mostráis vuestra vanidad, vuestra nada.
Gozosos, exultantes de ser el centro de atención; de ser el sol por unos días. Esta secta superflua, vana, infecunda; esta secta de narcisos; este camino sin salida.
Ya pasan vuestros minutos de gloria, ya se apaga vuestro sol, se acaba vuestro día… ¿qué será de vosotros cuando todo esto haya terminado? Esa efímera gloria os cegará aún más; quedareis prendados, detenidos, colgados de ella; petrificados por esa Gorgona. Esto os vaticino.
Que estas palabras mías sirvan para sacar de allí siquiera sea a unos pocos.
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Saludos,
Manu
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