Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

sábado, 24 de agosto de 2019

194) Genogramas XVI


Genogramas XVI.

 
 

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (24/08/19).

 

 
                                                                  *****

 
1.

La dama hizo un movimiento
tan bello, y su expresión adquirió
un  aspecto tan refinado… 
Su cuerpo llameaba sosegadamente,
con golpes suaves de temblor,
un tic-tac suave.

Fórmulas rítmicas. El recitado,
la expresión corporal. El semblante.
La mirada, la voz.

Cuerpos como llamas,
transparentes llamas.
Todo lo muestran.
Nada ocultan.

Cuerpos que proyectan.
Seres, unidades palpitantes,
llameantes, expresivas, vivas.

¿Designaríamos un determinado
ritmo en el titilar de la llama
como un estado vivencial?
Estados vivenciales sucesivos.
Los cuerpos. Las llamas.

2.

Ejecución a varios parámetros.
Al unísono. El sujeto carraspea,
se compone la voz. El cuerpo
adopta la pose acorde con el decir.
Todo se armoniza. Trino y postura.

Poner el pico al aire. La postura
fervorosa y devota. Al aire
de la lengua y la cultura.

3.

La actitud enamorada.
La voz encendida.
El ardiente momento
que se vive.
Balbuceante,
temeroso,
aturdido.

4.

La conducta religada.
Su cotidiano vivir;
su actitud de atención
continuada al lugar.
Se desvive por el lugar.
Piensa en ello noche y día.

Uno que no descansa,
que no duerme.
Uno que vela; uno que,
encendido, vela.

5.

Posee lo propio.
Ten lo tuyo. Tente.
Poséete. Reposa en ti.
Descansa en ti.
Atente.

6.

Todo lo que articula la ciudad.
Como tablero o laberinto se deposita,
descansa en el suelo, y marca los pasos
y los rumbos; las interacciones.
Los juegos lingüístico-culturales.

7.

Ocres y grises. La ciudad.
Las callejas. El laberinto.
Knutbörg.

Y allí, el rojo, el amarillo,
el blanco, el azul…
Puros. Resplandecientes.
Vivos.

8.

¿Qué se piensa que no se pueda
decir? ¿Qué se siente y se quiere
que no se pueda expresar?
Aunque la lengua calle,
los labios, la boca toda habla.
Y la mirada. El espacio ocular.
El cuerpo todo. Actitud, gestos,
el semblante en su conjunto.

9.

Los que se sacuden el polvo secular
y quedan desprotegidos. Solos.

10.

Sujeto no disociado.
Indisociable. Indivisible.
Uno.

11.

Fluyen sin obstáculos,
serenos y transfigurados;
o balbuceantes, aturrullados,
espumosos. Los días.

Rápidos y remansos
del cotidiano devenir.

12.

No sé lo que hago.
No me veo. Me ignoro.
No sé por dónde voy.
No logro ‘ver’ lo que hago;
cuál es mi actividad.
No sé qué hago.

13.

No se puede explicar. Sólo
con símiles. Lo malo pierde,
lo bueno gana. Gana en sabor,
hondura, belleza, bondad, verdad,
sublimidad. Como el buen vino.
Gana cuerpo, presencia. Mejora.

14.

La vivencia misteriosa. Involuntariedad.
Inimaginable. Inesperada. Impensable.
No comparable. No comunicable.
No más comunicable en palabras
que el sabor de las uvas o del melocotón.
No podemos traducir en palabras
las sensaciones propias. No se pueden decir.
Son incomunicables de suyo.
Las propias vivencias. Cualesquiera.

15.

No esperes nada.
Cuando nada esperes.

16.

Fluctuación. Deriva. Cambio.
Transformaciones. Purificaciones.
Eliminaciones. Limpieza. Desnudez.
Uno va soltando lastre, escoria, ceniza…
Sacudiéndose el polvo secular.

17.

Contextualizarse. Imbricarse en la actividad.
Co-responsabilizarse. Tomarlo como cosa propia.
Defender el espacio. Defenderlo de intrusos,
de impurezas, de imposturas, de medianías.

Actividad, voz encarnada. Cuando
el fulgor abrasa los matorrales.
La propia presencia aniquila el entorno.

Bach, Hernández, Van Gogh, Nietzsche…
Puntos en la constelación.
Hitos. En cada actividad.

18.

El legado. Mimar la vida, mimar
la actividad. Más allá de la prima,
de la recepción. Saturar lo realizado.
Colmarlo. Cualquier actividad, cuidarla,
mimarla. Se hace de cara a la ‘eternidad’.
También en el espacio simbólico
se eterna el genouma.

19.

Hombres y mujeres
desconocidos, nuevos, futuros.
Cada vez con más argumentos,
con más razones, con más legado.
Alguna vez serán un pueblo.

La era Nexus. Los Padres
y las Madres de los futuros.
Lo por venir.

Criaturas nuevas, firmes, seguras
de sí. Inambiguas. Orientadas.
Lanzadas, proyectadas hacia el futuro;
que educarán, que encarrilarán,
que orientarán a sus hijos.
Que poblarán la tierra.

Nada podrá frenar
a estas nuevas criaturas.

Se tiene que educar e instruir
a las nuevas crías humanas
de modo nuevo. A la nueva
manera. Cosas nuevas que hemos
de decir a nuestros hijos. Respuestas
nuevas. Viviremos, pensaremos
de modo nuevo. Actividades
re-enfocadas. Espacios renovados.
Brotes nuevos, nueva primavera.

Nada de mezclas. La envoltura
simbólica de la nueva criatura.
Pureza, novedad absoluta.

 
*****

Hasta la próxima,

Manu

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