A la bella aurora.
Manu Rodríguez. Desde Europa (25/07/10).
*
*Un círculo de fuego alrededor de la doncella. Un bosque impenetrable. Día nublado, lluvioso, oscuro. Se ensombrece el panorama, el futuro; vuelven las tinieblas, el frío. ¿Qué será de mí?
Mi soledad de amor nunca acaba. No termina de acabar. No tiene fin esta soledad mía.
Las mañanas primaverales; el agua, el aire, la luz. Todo se me niega.
*Me he enamorado de la aurora, de las primeras luces del día, de la mañana; de Alba.
Si no te viera más. Pero te veré mañana, y pasado mañana, y el otro. Un alba que sólo podré contemplar. Sus rutilantes destellos, su gracia, su finura.
La nueva primavera; el alba, la brisa, el rocío. Lo que me enamora. Parece que pongo mis ojos en lo inasible o inaccesible.
*Se llama Alba; es el alba. Es el nombre propio de una mujer joven, en la mañana de su vida. De una comunidad joven, también. De los tiempos primeros. Del amanecer de algo.
Alba, la doncella. La aurora, el amanecer de Europa. Alba y Europa terminarán fundiéndose en una sola cosa. Alba única. La aurora prometida.
Yo amo esa aurora, esa alba por venir que anuncia un nuevo día; un nuevo día para Europa y para los europeos. Y para todos los pueblos, en verdad.
*Alba, no tienes sustituta, no tienes rival. Ya no buscaré más; o Alba o nada. La radiante, la luminosa, la preciosa Alba.
Tú me inspiras; tú me elevas. Esta corona que para ti hago te elevará a las estrellas, te hará inmortal.
*Aquí viene el sol, me dan ganas de decir cuando te veo aparecer cada mañana; aquí vienen la luz, y la claridad; aquí vienen la gracia, la pureza, y la ternura. ¡Ay, Alba! Me lastima tu presencia, me hiere tu perfección, me hace daño tu rostro divino; me duele contemplarte. Tu inaccesibilidad me mata.
Reapareces arrebatadora, como siempre; dorada por el sol. Sonriente. Amable. Repartiendo dicha y alegría. ¡Oh, Alba! Caigo rendido a tus pies. Haz conmigo lo que quieras. Sea tu voluntad.
La sublime señora. La divina Alba. La joven, la renovada Europa. Dulce peligro es seguir los pasos que hacia ti conducen, que hacia ti me llevan.
*
Hasta la próxima, amor
Manu
Manu Rodríguez. Desde Europa (25/07/10).
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*Un círculo de fuego alrededor de la doncella. Un bosque impenetrable. Día nublado, lluvioso, oscuro. Se ensombrece el panorama, el futuro; vuelven las tinieblas, el frío. ¿Qué será de mí?
Mi soledad de amor nunca acaba. No termina de acabar. No tiene fin esta soledad mía.
Las mañanas primaverales; el agua, el aire, la luz. Todo se me niega.
*Me he enamorado de la aurora, de las primeras luces del día, de la mañana; de Alba.
Si no te viera más. Pero te veré mañana, y pasado mañana, y el otro. Un alba que sólo podré contemplar. Sus rutilantes destellos, su gracia, su finura.
La nueva primavera; el alba, la brisa, el rocío. Lo que me enamora. Parece que pongo mis ojos en lo inasible o inaccesible.
*Se llama Alba; es el alba. Es el nombre propio de una mujer joven, en la mañana de su vida. De una comunidad joven, también. De los tiempos primeros. Del amanecer de algo.
Alba, la doncella. La aurora, el amanecer de Europa. Alba y Europa terminarán fundiéndose en una sola cosa. Alba única. La aurora prometida.
Yo amo esa aurora, esa alba por venir que anuncia un nuevo día; un nuevo día para Europa y para los europeos. Y para todos los pueblos, en verdad.
*Alba, no tienes sustituta, no tienes rival. Ya no buscaré más; o Alba o nada. La radiante, la luminosa, la preciosa Alba.
Tú me inspiras; tú me elevas. Esta corona que para ti hago te elevará a las estrellas, te hará inmortal.
*Aquí viene el sol, me dan ganas de decir cuando te veo aparecer cada mañana; aquí vienen la luz, y la claridad; aquí vienen la gracia, la pureza, y la ternura. ¡Ay, Alba! Me lastima tu presencia, me hiere tu perfección, me hace daño tu rostro divino; me duele contemplarte. Tu inaccesibilidad me mata.
Reapareces arrebatadora, como siempre; dorada por el sol. Sonriente. Amable. Repartiendo dicha y alegría. ¡Oh, Alba! Caigo rendido a tus pies. Haz conmigo lo que quieras. Sea tu voluntad.
La sublime señora. La divina Alba. La joven, la renovada Europa. Dulce peligro es seguir los pasos que hacia ti conducen, que hacia ti me llevan.
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Hasta la próxima, amor
Manu
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