Sobre las falsas iglesias y los falsos
monederos.
Manu Rodríguez. Desde Europa (23/11/14).
*
*Hemos vuelto a ser traicionados.
Nuestros pueblos vuelven a carecer de norte, de esperanza, de futuro. Los
guías, las luces, los faros, no son tales. Fuegos de Nauplio.
¿Cómo es posible luchar contra la
oligarquía internacional sin tocar los fundamentos jurídicos, políticos, y
económicos que la legitiman? Esto es lo que parece suceder con algunos
movimientos políticos de última hora, preocupados por cuestiones puntuales que, aún
siendo reales (sueldos y privilegios de los políticos y corrupción
generalizada, frente a la no menos generalizada pobreza y paro), no afectan a
las raíces. El ‘sistema’ queda intacto.
(La corrupción es meramente un síntoma.
No dice que nuestro sistema democrático está corrompido y que hay que sanearlo.
Nos dice que ya no hay valores ni ideales supra-individuales. Que el beneficio
personal o individual va antes que el colectivo o social. Que nuestras
sociedades ‘ya’ están desintegradas. Que vivimos en el ‘sálvese quien pueda’
universal. Que se vive al día. Que no hay mañana. Que no hay esperanzas. Que no
hay caminos hacia el futuro, que no hay futuro.)
Las falsas iglesias y los falsos
monederos abundan; las soluciones desde un principio desencaminadas. No se toca
lo esencial. Se diría que trabajan para el sistema.
Los ridículos nombres, y la falta de
originalidad: ‘Podemos’ (copiando el slogan de la campaña de Obama), ‘Somos’,
‘Ganemos’… Pero, ¿qué importa eso? Lo que importa es aprovechar, canalizar,
explotar el malestar y la miseria social.
Los partidos tradicionales se soliviantan
ante la aparición de un nuevo partido. Es la concurrencia, la competencia por
los puestos y prebendas que proporcionan a los partidos políticos las
instituciones democráticas. Vaticino: Estos nuevos partidos tendrán su techo
electoral y se pudrirán ricamente, como todos, en el parlamento.
Se sigue, en estos partidos políticos,
sin hacer distinción entre autóctonos y alóctonos; entre nacionales y
extranjeros. Los de abajo, al igual que los de arriba, carecen de patria.
Desvió, distracción, ocultación de lo real. Puro internacionalismo
judeo-bolchevique. Los falsos héroes; los falsos pretendientes. Aquellos que
nos conducen al abismo, a la ruina, a la extinción.
Hay algo más que
decir. A la vista de las respuestas que los miembros de ‘Podemos’ dan a las
preguntas que les incomodan, en los debates televisivos de los últimos meses,
podemos decir que éstas se caracterizan por su bajeza y su deshonestidad. Su
recurso habitual es la descalificación del oponente. Otras respuestas, al
parecer, las traen estudiadas de ‘casa’ –Monedero e Iglesias usan las mismas
metáforas o ejemplos. Está claro que éstas no son ni espontaneas, ni
originales. Acordaos de lo del café y los gin tonic, que repiten tanto uno como
otro, en diferentes intervenciones, cuando a cualquiera de ellos se les
pregunta sobre impuestos, por ejemplo. No sé cómo el Gran Wyoming, y programas
semejantes, no han hecho ya algún comentario jocoso sobre esto.
Es la masiva incultura histórica y
política de nuestra gente la que garantiza el éxito de estos embaucadores. Y ellos
lo saben.
*Los
trabajadores se encuentran, hoy como ayer, en manos de los que explotan su
fuerza de trabajo y los que explotan sus penas y miserias.
Sucedió algo digno de ser tenido en
cuenta al filo de la Revolución Rusa: buena parte del capital internacional
estaba en manos de judíos, y la
Revolución Rusa estaba liderada por judíos. Pero hay más, hubo una tenebrosa
complicidad entre la oligarquía internacional y los revolucionarios ‘rusos’. Hoy sabemos que aquel grupo criminal
(formado mayoritariamente por judíos) que se hizo con el poder en Rusia fue apoyado
económicamente desde el principio por banqueros y entidades financieras judías.
Es legítimo preguntarse qué interés podría tener el capital judío en apoyar
económicamente una revolución comunista. ¿Hubiera recibido apoyo si tal
ideología y tal revolución no hubieran tenido raíces judías?
Atendamos ahora a estas palabras del líder de
‘Podemos’ en uno de los debates de la ‘La Tuerka’ (2012): “Los comunistas
tienen la obligación de ganar, un
comunista que pierde es un mal comunista. Y Lenin no dijo en 1917 ‘comunismo’,
dijo ‘paz y pan’. Y eso le sirvió para agregar una cosa enorme en un contexto
muy preciso. No es un problema de qué color sean las banderas, no es un
problema de diagnóstico, es un problema de agregar fuerzas, de qué discurso
eres capaz de construir que en un momento determinado te dices: ‘Yo tengo la
fuerza de las mayorías sociales’. Por decirlo si quieres con una metáfora: La
izquierda tiene que aprender a vestir el traje de la victoria. Es verdad que
para follar hay que desnudarse, pero para ligar hay que vestirse. Y vestirse implica
construir discursos y aparatos discursivos que te permitan… (interrumpido –por
risas y jolgorio en la mesa de debate)”.
Vanas y estultas
palabras donde las haya –“por la boca muere el pez”, podríamos añadir. Con
todo, queda claro que la mentira es un camino legítimo para alcanzar el poder. A
la ‘masa’ se la seduce con el ‘paz y pan’ o con slogans similares (con
discursos y aparatos discursivos adecuados al momento), las verdaderas intenciones
se ocultan o enmascaran. La realidad, y la finalidad, que se oculta es la
“posesión y el dominio” del otro (hacerse con la mayoría social).
Basta una estudiada
campaña publicitaria. Es conocida la
atención que aquellos judeo-bolcheviques le concedían a la estrategia y a las
tácticas. Todos los medios son legítimos para alcanzar el poder (puede leerse a
Lenin o a Trotsky al respecto). Lo importante es no asustar al personal; no
espantar a la presa.
Sabido es que el
pueblo ruso, cuando finalmente cayó en manos de aquella banda organizada, de
aquella organización criminal, de aquellas ‘lumbreras’, no obtuvo ni lo uno ni
lo otro; allí no hubo ni paz ni pan, ni tierra ni libertad. La revolución
comunista bolchevique fue no sólo un fraude, fue también un infierno.
Las palabras más arriba citadas son
algunas de las perlas que este engreído personaje, que este aprendiz de brujo
suelta ante sus arrobados seguidores. Es una muestra, entre muchas otras, del lenguaje
cínico y pedante de estos asnos presuntuosos doctorados en ciencias políticas;
de estos inconscientes instrumentos de la oligarquía internacional que ellos
dicen combatir. (Este video del debate, junto con otros del mismo grupo,
circula por ‘youtube’.)
En las charlas y
discursos habituales de ‘Podemos’ en ningún momento se menciona el terror de
masas propugnado por Lenin y secundado por Trotsky y el resto de la camarilla revolucionaria
(el noventa por ciento judíos y muchos de ellos ni siquiera rusos). Este terror
no se limitó a los primeros años de la revolución, se prolongo al menos hasta
la muerte de Stalin –fueron varios decenios. Los muertos se cuentan por
millones.
Resulta que aquella
‘intelligentsia’, aquellos ‘cerebros’, no tenían otra estrategia ni otra
táctica para la toma y el mantenimiento del poder que la mentira y la violencia;
el engaño y el terror sistemáticos. (Para una primera aproximación al ‘terror
rojo’, búsquese este concepto en la ‘wikipedia’).
Ya en el 2006, en
la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, se aprobó una resolución presentada
por el diputado sueco Goran Lindblad a favor de una “condena internacional sobre
los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios”, aunque con la oposición,
significativamente, del Grupo Socialista y el Grupo de Izquierda Unitaria
(postcomunistas). Tales crímenes “se justificaron en nombre de la teoría de la
lucha de clases y del principio de la dictadura del proletariado”, lo que
“hacía legítima la ‘eliminación’ de las categorías de personas consideradas
perjudiciales para la construcción de una nueva sociedad, y por tanto enemigas
de los regímenes comunistas totalitarios”. (Puede consultarse en:
LibertadDigital.es (25-01-2006). Dispongo además de un ‘pdf’ del texto completo
de la resolución que el lector interesado puede solicitarme por correo
personal.)
Se sigue enarbolando el viejo lenguaje
dualista, maniqueísta, que nos viene del marxismo, del socialismo, del comunismo,
o del bolchevismo: amos y esclavos, propietarios y asalariados, ricos y
pobres… Ahora se trata de “los de arriba
y los de abajo”. Es una interesada
simplificación de la realidad social y, sin duda alguna, el discurso político
más criminal de toda nuestra historia. Liderado por judíos desde su aparición (desde
Marx) hasta la revolución soviética y más allá.
Los crímenes de esta perversa ideología
son cuidadosamente ocultados o disimulados por los mismos judíos que lideran la
oligarquía internacional –dueños a su vez de las agencias de prensa y de gran
parte de los medios de comunicación en todo el Occidente blanco (hoy tanto más
que ayer). Los pueblos de este Occidente blanco apenas si saben algo acerca del
Terror Rojo (judío) que recorrió la Unión Soviética durante decenios –las atrocidades y masacres, los millones de
muertos. Para estas poblaciones no existen más crímenes políticos que los
atribuidos a los nazis por esos mismos dueños de los medios de comunicación de
masas (en virtud de su prensa, su literatura, su cine, sus documentales… su
propaganda).
Por cierto, eso de reventar los mítines,
las reuniones o las conferencias de los ‘otros’ era la estrategia habitual de
los grupos de izquierda en la Europa de entreguerras. Tanto de socialistas como
de comunistas. Sembraban incluso el terror, hacían uso de la violencia e iban
armados, y no sólo con porras o puños americanos. Para defenderse de estas
agresiones Hitler creó las SA (los grupos de ataque), una suerte de servicio de
orden que procuraba mantener a distancia a estos ‘reventadores’. Desde su
nacimiento hasta la llegada de Hitler al poder fueron asesinados más de
doscientos de estos SA, y tuvieron más de cuatro mil heridos, algunos de ellos
de gravedad, e irrecuperables. Esa ‘estrategia’ fue también muy usada por las
izquierdas españolas durante la República, e igualmente hubo víctimas mortales
en los grupos y partidos de la ‘derecha’.
Menciono esto a propósito de un escrache
efectuado hace algún tiempo a Rosa Díez (UPyD) en el que participaron actuales
miembros de ‘Podemos’. Estos escraches
se han convertido en algo habitual en la cotidiana vida política española. La
izquierda ha recuperado esta vieja arma para amedrentar a aquellos que se le
oponen. En ‘Podemos’ se elogia abiertamente tanto la violencia callejera como
los acosos a los políticos que no son de su gusto. Dicen que son armas
legítimas de los ‘oprimidos’.
*El internacionalismo. La
internacionalización de la economía, del derecho, de la política: ONU, OTAN,
OCDE, FMI, UE… Son estas instituciones el baluarte y la defensa de la
oligarquía internacional. Son sus instrumentos de alienación y de dominio; los
medios, las armas; sus dispositivos, universales, de represión y de poder.
La democracia universal (los derechos
humanos universales, la ONU), el derecho internacional (IJC o TPI), la
internacionalización de la economía (el FMI…)… Con estas instituciones la
oligarquía internacional interviene mediante amenazas, bloqueos, o invasiones
en cualquier país que no satisfaga sus requerimientos políticos, jurídicos, o
económicos. Lo estamos viendo cada día desde hace décadas. ¿Cuántos países
rotos, divididos, dinamitados… desde finales de la II Guerra Mundial?
Mientras las naciones y los pueblos (y
sus instituciones militares, políticas, económicas y jurídicas) sigan
subscribiendo los principios de tales organizaciones seguirán careciendo de
independencia, de soberanía, y de libertad.
(La internacionalización de un país vale
tanto como su desnacionalización.)
¿Qué partido
político, en nuestros Estados ‘democráticos’, osa censurar o poner freno al
flujo migratorio, por ejemplo? Hay todo un batallón de necios seguidores de
estos ideales universales que no dudará en tildar de racista y xenófobo, e
incluso de llevar ante la justicia, a quien ponga en duda la supuesta bondad de
ese futuro multiétnico y multicultural. La destrucción de nuestras naciones y
culturas milenarias es, empero, el futuro que nos espera. Ni más ni menos que
nuestra extinción. ¿A quién le debemos este etnocidio planetario? ¿Y qué
finalidad tiene tal estado de cosas?
¿Qué partido político
que se precie de democrático y pluralista no alberga ya en sus filas, en
nuestros Estados democráticos europeos, miembros judíos, asiáticos, africanos,
o amerindios?
Esta
incongruencia la encontramos incluso en partidos de carácter nacional (los
catalanes, por ejemplo). Los nuevos catalanes de origen africano, o asiático. ¿Nadie
se sorprende de semejante aberración? ¿Qué tienen que ver estos extranjeros con
polémicas que se remontan a nuestra Edad Media? Es un nacionalismo espurio ese
que se está pergeñando; un nacionalismo multiétnico y multicultural; una
contradicción en sus términos. Es una falsificación histórica. Mienten,
explotan a sus seguidores esos líderes nacionalistas. Mas, Junqueras… mendigando
votos en la población extranjera ¿qué
estáis haciendo; qué le estáis haciendo a vuestro pueblo?
Hemos visto
recientemente a grupos nacionalistas vascos echarse a la calle para acusar de
racista y xenófobo al alcalde de Vitoria por decir en voz alta lo que todo el
mundo sabe, lo que todo el mundo dice en ‘bocca chiusa’ con respecto a esta
masiva inmigración indeseada e indeseable. Ninguno de estos celosos abertzales movió un solo dedo cuando
se le pegaba un tiro en la nuca a un andaluz, a un asturiano, a un gallego, o a
un catalán… Es que son antiespañoles, simplemente. Prefieren tener como vecinos
a parásitos magrebíes, subsaharianos, o
paquistaníes antes que a trabajadores gallegos o castellanos. No saben lo que
hacen. Su pequeña población en unas pocas generaciones se verá desbordada por una
población verdaderamente extranjera con la que no cabe parentesco étnico y lingüístico-cultural
alguno; con la que no se comparte ni historia, ni lengua, ni cultura, ni nada.
Volviendo sobre el tema de los nuevos
grupos de la izquierda reivindicativa –‘Podemos’ sobre todo. Ateniéndonos
a su propio discurso, pudiera parecer que estos son movimientos genuinamente ‘revolucionarios’,
que anuncian un cambio y van contra el sistema y todo lo demás. Pero lo cierto
es que estos grupos cumplen todos los requisitos requeridos por el sistema
(son, podríamos decir, el producto más acabado de su propaganda): son
anti-nazis o anti-fascistas, son multiculturalistas, son pro-abortistas, son
partidarios de la emigración y de la integración y legalización de los extranjeros, de su derecho al voto y a
la ciudadanía, les repugna el nacionalismo o el patriotismo, son anti-racistas,
son anti-militaristas, son pacifistas, aunque, paradójicamente, belicistas
contra las corrientes nacionalistas e identitarias más puras… En resumidas cuentas, son ‘progresistas’ y de
izquierdas: promueven todas las fuerzas de disolución requeridas por el sistema
para implantar su particular globalización en las naciones, para dar el golpe
de gracia a nuestras naciones; cumplen a la perfección el programa de
destrucción de nuestras milenarias culturas y sociedades; son adalides de lo
‘políticamente correcto’ impuesto por el ‘sistema’. Son, indiscutiblemente,
fuerzas necesarias, indispensables, de la oligarquía internacional.
Es la oligarquía internacional la que ha creado,
integrado, e instrumentalizado a todas esas fuerzas ‘progresistas’ (en los
últimos doscientos años y, particularmente, desde finales de la II Guerra
Mundial). Señores de ‘Podemos’, es esa oligarquía la que cuenta con la ‘mayoría
social’. Vosotros no sois más que ciegos instrumentos en sus manos; obra suya.
Es esa oligarquía la que verdaderamente sabe algo acerca del ‘joder’ y del
ligar (del vestirse, del enmascarar, del disfrazarse); la única que puede dar
lecciones de tácticas y estrategias de dominio. Es esa oligarquía la que nos
está ‘jodiendo’ a todos desde hace ya demasiado tiempo. Despertad.
La civilización, global, que se está
construyendo –transnacional, transétnica, transcultural…– es la requerida por
esta oligarquía universal: Estados abiertos, plurales, democráticos,
multiétnicos, multiculturales… sin impedimentos políticos o jurídicos para el
tráfico de mano de obra y capital. Los flujos migratorios esta empobreciendo a la
clase obrera y a la clase media (autóctonas, nacionales), devaluando la mano de
obra. Esta calculada crisis económica deja indemne a la oligarquía económica,
claro está. El paro aumentará, el trabajo seguirá devaluándose (los salarios).
La finalidad es una masa salarial universal desarraigada, empobrecida, y en
manos de los dueños de las riquezas y los medios de producción (banca,
industria, comercio…), y de los oportunistas líderes políticos de ‘izquierda’.
De nuevo, la ‘tenebrosa complicidad’ de los explotadores.
El mal radica en la subordinación de
nuestros Estados nacionales a principios universales que los trascienden. No
hay otra salida, no hay otro camino de liberación que la disolución de todas estas
instituciones y organizaciones económicas, jurídicas, militares, políticas…
internacionales (en manos del capital internacional).
La oligarquía internacional es la enemiga
mortal de los Estrados nacionales y autónomos, pero también a la inversa. Sólo
los Estados nacionales y autónomos, firmemente asentados, pueden hacerle frente
a esa oligarquía internacional.
Retorno, pues, a lo nacional, a lo
étnico. Nacionalización de la economía, de la política, del derecho, del
ejército... Naciones (poblaciones) y fronteras étnicas bien definidas. Acuerdos
entre pueblos autónomos, independientes,
soberanos, libres.
Una salida, para los europeos, es la
creación de una suerte de Liga de Naciones Arias Europeas, un Movimiento Identitario
Europeo. Un Movimiento con representación en cada una de nuestras naciones. Una
nación arya que incluya a todas las naciones de Europa.
Las
revoluciones étnicas. Las que están por venir. Las naciones étnicas. Las
alianzas étnicas –en el futuro.
*Vincent Reynouard en “Julius Streicher à
Nuremberg ou à la source de l´imposture antiraciste”, en su prólogo: “Esta
obra se dirige a todos aquellos que creen poder oponerse al mundialismo
(globalismo) sin fundar su combate en el revisionismo histórico”.
El revisionismo histórico es algo que
importa a todos los nacidos aryas ya se encuentren en Europa o en la Magna
Europa. El revisionismo histórico que nos afecta es el correspondiente a la
primera mitad del siglo pasado (I Guerra Mundial, Revolución Soviética, II
Guerra Mundial).
La política internacional, así como las
normativas internacionales (económicas, jurídicas, militares…) que hoy nos
dominan, tienen su fundamentación en la interpretación, indiscutiblemente
judía, de todo ese período histórico. El uso judío de esa interpretación.
Decimos interpretación, pero se trata en verdad de difamaciones, calumnias,
mentiras, perjurios, falsos testimonios…
La mentira del holocausto ha
proporcionado, proporciona, y proporcionará sendos dividendos al enemigo de los
pueblos. Ha sido, con diferencia, su mejor negocio. Ganancias y beneficios por
doquier.
Los pueblos blancos estamos sufriendo las
consecuencias de la derrota de Hitler y del nacionalismo étnico.
Somos víctimas de una sistemática,
sostenida e intensa propaganda que tiene por finalidad convertir a nuestros
países en fáciles presas de la ambición de dominio del judaísmo internacional.
Una campaña de desarme moral –básicamente antinacionalista.
La internacionalización de la economía,
de la política (la ideología demo-liberal), del derecho… Todo ello obedece a
las necesidades del capitalismo mundial liderado por judíos. Para estos son un
obstáculo los Estados o naciones autónomas, libres, independientes, soberanas…
y tanto más las naciones étnicas o raciales.
Este judaísmo internacional requiere
libertad sin restricciones para operar económica o políticamente aquí o allá,
en cualquier rincón del planeta. Toda barrera nacionalista o identitaria será,
pues, tenazmente combatida hasta su extinción. Se requieren Estados abiertos,
democráticos, plurales… Se requiere de la multiplicidad y el caos.
Hay que tener claro que los Estados
multiétnicos y multiculturales no se eligen, sino que se nos imponen. Que
estamos obligados a ser Estados democráticos y plurales.
Vemos cómo poco a poco desaparecen aquí y
allá las señas de identidad autóctonas y ancestrales, siendo sustituidas por
ideologías universales (transnacionales, transétnicas, transculturales…)
pacifistas y democráticas. Es la estrategia seguida para la ‘neutralización’ de
los pueblos, de las naciones étnicas; para
su derrota y postración. Pueblos
amordazados, enmudecidos; desarmados, maniatados; detenidos, paralizados…
neutralizados. Impotentes.
*Vivimos en la época de la derrota y el
descredito de los nacionalismos étnicos. Y lo que más nos importa, en la
derrota, el descredito, y la deslegitimación del nacionalismo étnico arya
(desde los juicios de Núremberg).
La sistemática y masiva propaganda
judeo-pauloviana que padecemos (desde los poderosos medios de comunicación de
masas, en manos de judíos) es la que provoca “la animadversión, el odio, y la
repulsión” que se suscita entre nuestra gente ante la aparición de términos
como ‘nazi’, ‘nazismo’, ‘nacionalsocialismo’, ‘Estado étnico’, ‘nacionalismo’,
‘patria’… La ‘reacción’ de rechazo de nuestra gente ante la mera audición de
estos términos. Se asocia el estímulo con imágenes o experiencias negativas.
Reflejos condicionados. Prejuicios inducidos.
*La perniciosa influencia de los judíos
en nuestra historia (la historia de los pueblos aryas europeos) comienza con la
cristianización y prosigue con la masonería, la revolución francesa, el
marxismo, el comunismo, la lucha de clases, la revolución
judeo-bolchevique…
En los dos últimos siglos (desde su
‘emancipación’) han conseguido cambiar por completo la faz de nuestros pueblos
y naciones, han acomodado nuestras sociedades a sus necesidades y deseos, y han
eliminado todo aquello que pudiera amenazar sus planes y proyectos de dominio.
Sólo el movimiento nacionalsocialista
étnico creado por Hitler tuvo el valor de enfrentarse cara a cara con este
milenario enemigo.
*
Para terminar, quisiera dirigirme a aquellos
que se ensañan contra nosotros, nacionalistas europeos. Diré algunas palabras sobre
el nacionalsocialismo étnico. Para nosotros, nacionalsocialistas étnicos (o
‘nazis’, si se prefiere), la palabra ‘socialismo’ no afecta únicamente a los
bienes o a los medios de producción. No somos, pues, materialistas. Tenemos
valores e ideales que trascienden lo meramente económico. Tampoco subscribimos,
como es obvio, aquello de Marx de que el proletariado carece de patria. Porque
nosotros no hablamos de la clase obrera en particular, o en exclusiva, sino del
pueblo en su conjunto, de la totalidad de la masa social (de la muy
estratificada masa social).
Nuestro socialismo tiene que ver con la
sociedad desde un punto de vista étnico y cultural. Hablamos, por ello, de un
socialismo étnico o nacional; de pueblos vinculados por nexos étnicos y
lingüístico-culturales ancestrales. Tiene que ver con nuestra historia común,
colectiva, que implica una identidad
social, un alma social que hunde sus
raíces en el pasado milenario y que queremos preservar y prolongar hacia el
futuro.
Mirad bien lo que hacéis, atacándonos a
nosotros, a vosotros mismos os atacáis. Coadyuváis a nuestra destrucción que, a
la postre, será también la vuestra.
*
P.S.: Hoy me
entero por los informativos que el gobierno de Netanyahu acaba de nombrar al
Estado de Israel “Estado Nacional del Pueblo Judío”. He aquí un Estado étnico.
Lo que los judíos le negaron a Alemania en el siglo pasado, lo que le niegan a
cualquier pueblo. Parece que la categoría o status de Estado o Nación étnica se
la reservan los judíos para ellos solos. No es que ese Estado étnico tenga su
nacimiento hoy (23/11/14). Llevan actuando como tal desde su nacimiento entre
1947 (reconocimiento de la ONU) y 1948 (declaración de Estado independiente).
Ha de saberse
que la comunidad judía internacional le declaró la guerra (económica) a
Alemania apenas Hitler llegó al poder; que no descansó hasta conseguir que Inglaterra
y Francia primero y posteriormente EEUU entraran en guerra contra Alemania. Que
uno de sus slogans en los medios de comunicación occidentales (de su propiedad)
fue lo intolerable de un Estado étnico –que no permitía que ningún extranjero
(ningún no alemán) tuviera el menor acceso a los órganos del gobierno o que
pudiera ejercer alguna influencia en la población mediante los medios de
comunicación o la economía. Los judíos no toleraron que se les privara del
poder económico, político o cultural que tenían en Alemania. Aquella pérdida de
preeminencia y poder, de aquel esplendido ‘negocio’, les enfureció.
Ruego al amado
lector que investigue los orígenes de la II Guerra Mundial. Que no se fie de la
historia oficial (Hitler quiso conquistar Europa, los nazis persiguieron a
muerte a los judíos, murieron no sé cuantos millones de judíos en los campos de
concentración…), esa que nos cuentan en prensa, libros, cine, y documentales.
No citaré otros autores que Max Weber y su IHR (Institute for Historical
Research), éste les llevará a otros. Busquen a los historiadores e
investigadores revisionistas franceses, alemanes, italianos, o estadounidenses;
busquen a esos amantes de la verdad. Investiguen también los orígenes de la
Revolución Rusa y el papel preponderante de los judíos en ella. No pierdan de
vista la influencia judía en la I Guerra Mundial y lo que sacaron de ella (la
declaración Balfour en virtud de la cual obtuvieron las tierras de Palestina a
cambio del apoyo económico a Inglaterra y la promesa de entrada de EEUU en la
Guerra). Queridos hermanos aryas, andad con cuidado y no os dejéis engañar. Nos
va en ello el futuro, nos va en ello la vida.
Se nos ha
mentido demasiado tiempo al respecto. Toda la historia que se nos cuenta de
estos episodios históricos, que tanto tienen que ver con la actualidad, con la
ideología prevalente, con lo ‘políticamente correcto’ en nuestros Estados
Occidentales, está diseñada fundamentalmente por intelectuales judíos. Y han
conseguido que la opinión pública tenga el nacionalsocialismo como símbolo del
mal.
Que aquella farsa de los juicios de
Núremberg siguiera adelante pese a la oposición de innumerables y eminentes
militares y juristas de las naciones aliadas (excepto la URSS) puso de
manifiesto no sólo contra quién y contra qué se combatía verdaderamente sino
también para quién se había hecho realmente la guerra, quiénes fueron los
exclusivos vencedores… quién era verdaderamente el amo.
A la vista de la ruina racial y
espiritual de las actuales naciones blancas podemos inferir quienes fueron
realmente los derrotados.
Los judíos
tienen mucho que perder conforme la verdad de estos hitos históricos vaya
llegando a la opinión pública de los pueblos occidentales. Es por ello que
despliegan todo su poder para impedirlo mediante leyes contra el nazismo, o
contra cualquier crítica al papel judío –que conceptúan como anti-semitismo.
Han conseguido que tales leyes represivas penetren en nuestros Códigos penales.
Hoy por hoy los judíos están blindados. Y los revisionistas están perseguidos.
¿Hasta cuándo durará esta impostura? ¿Hasta cuándo soportaremos?
Un pueblo que
mientras difunde el internacionalismo y el universalismo más allá de sus
fronteras (es lo que predica e impone en los países Occidentales blancos, sobre
todo), mientras elogia en EEUU o en Europa la bondad de los Estados
multiétnicos y multiculturales, mantiene su Estado inaccesible a cualquier
injerencia interna o externa (económica, política, o cultural) que no sea
estrictamente judía. Justo lo que quiso hacer Hitler con su amada Alemania. Los
judíos, movidos por la envidia y el rencor, frustraron aquel sueño de Hitler. Y
todos los pueblos blancos occidentales estamos padeciendo las consecuencias de su derrota. Su derrota
fue nuestra derrota. Que la que fuera su lucha, sea también nuestra lucha.
*
Hasta la
próxima,
Manu
Mi vaticinio difiere del tuyo, pienso que estos si van a tocar poder de alguna u otra forma. Quizá entonces sea el momento para el despertar de muchos.
ResponderEliminarLos medios, la crisis, las "encuestas", son los medios que usa la oligarquía internacional para llevar a cabo sus planes, con esos tres mecanismos han aupado a Podemos, con esos tres medios llenan Europa de alóctonos, con esos tres medios manipulan las conciencias de los autóctonos, los desarraigan. Españoles por el mundo, telenovelas sudamericanas, "la roja" refiriéndose al combinado nacional de fútbol, fosas y refugios de la guerra civil para refrescar la memoria y que se establezca "la paz" de forma duradera como nos dicen, esa es la explicación que nos dan, dias mundiales de tal o contra cual cosa (casi siempre en contra de la unión hombre-mujer), promoción de la homosexualidad y del aborto, las drogas, el desenfreno y la degeneración, todo desde un falso trasfondo de no querer que nafie muera (accidentes de tráfico, programas sensibleros), televisión basura y la que nos narran la vida y milagros de los personajes famosos (que casualidad que casi todos tengan una historia de mestizaje, hijos extranjeros adoptados, parejas de otras razas), premios nobel o premios cervantes a personas que fomentan el multiculturalismo, como el de ayer a Juan Goytisolo, la encuesta de ayer que nos dicen que 6 de cada 10 de nuestros jóvenes desean salir fuera de España para buscarse el pan, y asi podría seguir todo el dia.
Si toda esta maquinación en nuestra contra no nos hace despertar y reaccionar sería otro factor importante a añadir.
Saludos.
Querido amigo, tu lista no difiere sino que complementa o prosigue la mía. Estamos inmersos en una cultura progresista y de ‘izquierdas’, y multitud de aspectos de nuestra vida cotidiana llevan su firma, su marca. La sexualidad, la familia, la cultura, la política, la economía… Todo. Los tópicos abarcan prácticamente todos los aspectos de nuestra sociedad, y dominan en los medios sociales (prensa, cine, televisión…). Ya están viviendo su agosto. Esto no es nada nuevo, ya en las primeras décadas del siglo pasado se comenzaron a enarbolar casi los mismos tópicos destructivos (aborto, anti-nacionalismo, críticas a la familia…). Contra ellos luchó el nacionalsocialismo de Hitler.
ResponderEliminarLa única manera de contrarrestar esta avalancha es precisamente tener a nuestra disposición medios desde donde podamos emitir nuestro discurso, y gente informada dispuesta a exponer y difundir tales ideales. Carecemos de medios de difusión de nuestros ideales (presan –digital o no–, editoriales, televisión…). Hasta el momento estamos en minoría y somos impotentes.
No olvidemos que somos los malos, los ilegales, los prohibidos, los perseguidos –y no sólo para la opinión pública. Antes que nada debemos recuperar la legalidad, y la palabra. Éste es el primer cometido del nacionalismo étnico en los tiempos presentes. Es una lucha jurídica en primer lugar. Debemos recuperar el derecho a expresar libre y claramente nuestra opinión y a difundir nuestra historia sin que esto nos conduzca a la cárcel. Pienso que blogs como el mío no se clausuran o se prohíben porque se les desconoce, porque no tienen amplia difusión. Si tuvieran el más mínimo éxito de público todo el peso de la (in)justicia caería sobre ellos.
Fíjate con que libertad y tranquilidad los líderes comunistas aparecen en nuestros medios difundiendo sus proyectos y teorías Izquierda Unida, Podemos…). Nadie les pide cuentas sobre su cruel historia, o sobre sus fracasos reales (URSS, China…). Pese a todo, las simpatías del gran público están con ellos. Nosotros no recibimos más que el odio y la persecución. (Todo esto se lo debemos a esa masiva propaganda internacionalista y anti-nacionalista que desde hace decenios difunden nuestros medios de comunicación).
Limpiar nuestra imagen, y nuestro honor. Esto es lo primero. Juristas expertos necesitamos. De momento estamos en punto muerto, o a lo sumo en ralentí; sin avanzar un solo paso.
Como ves, no podemos hacer otra cosa que lamentarnos. Y así llevamos años. Sin remedio, y sin salida.
Saludos,
Manu
Ciertamente todo cuanto dices es la realidad.
EliminarSabemos de sobra que la libertad brilla por su ausencia, este régimen global, cuyos esbirros, los mandatarios gubernamentales tanto alardean de libertades, sabemos que es mentira. La única libertad de expresión tolerada es la que se mantiene dentro de los límites que ellos marcan.
Se que no digo nada nuevo, pero al menos por aqui nos fogueamos, nos desahogamos de tanta injusticia y maquinación que vemos a diario.
Saludos.