Carta
a un amigo. Sobre el estado de la cuestión.
Manu
Rodríguez. Desde Europa (20/05/15).
*
*Querido
C., hace falta dinero, es cierto, mucho
dinero para lanzar una contra-ofensiva informativa que pueda hacer frente y
neutralizar a esa inmensa propaganda de guerra con la que nos atiborran cada
día desde los medios de comunicación. No sólo los medios, también el cine, la
literatura, las series de tv, el ocio… No se puede competir económicamente con
el poder sionista. Apenas hay día que no tengamos noticias difamatorias sobre
el nazismo en general, o que no nos emitan documentales ‘históricos’ que no
pueden ser calificados más que de indecentes, deshonestos, perversos, falsos,
contrarios a la verdad histórica… También, como digo, tenemos las miles de
películas, las miles de novelas, los miles de libros ‘especializados’ (ensayos,
historia, biografías…) que se complacen en ensañarse con el nacionalsocialismo.
Son
notorios los documentales históricos manipulados, auténticas muestras de la
técnica del montaje. Y todo esto sucede setenta años después de finalizar la
IIGM. No paran, no cesan. Pero el corazón del nacionalsocialismo sigue
imbatido. “Podrán derribar nuestros muros, pero no conseguirán derribar
nuestros corazones”, decía una pancarta en Berlín tras uno de aquellos furiosos
y criminales bombardeos. Y esto lo saben los sionistas, y es por esto que no
cesan de bombardear nuestros cerebros y nuestros corazones con sus mentiras y
sus difamaciones. Siempre que quede un reducto de resistencia imbatible, no
podemos dar esta guerra por perdida. Debemos resistir, resistir, y resistir.
Estamos
ante un gran poder económico y una astuta y persistente estrategia de
propaganda que abarca a todos los sectores de la población, a todas las edades.
Dominan e imponen su ‘historia’ en nuestras calles, en nuestros medios de
comunicación, en nuestra cultura de masas; en nuestras escuelas, en nuestros
institutos, en nuestras universidades. Necesitan hacerse con la ‘masa’ cada
día, cada mes, cada año… cada generación. Es impresionante el despliegue de
medios técnicos, económicos, e intelectuales; es impresionante la ‘inversión’.
Sí,
¿se ha pensado alguna vez por qué el sionismo y la ‘intelligentsia’ judía
tienen tanto interés en arruinar y mancillar las figuras de Hitler, Goebbels,
Himmler y otros, o en dar esa falsa imagen del nacionalsocialismo? ¿Se ha
pensado alguna vez en lo costoso de esa incesante campaña de desprestigio que
abarca todos los medios y modos de la cultura de masas? No se trata de que el
nacionalismo de Hitler cerrara las puertas a los judíos, o de ese falso holocausto
en el que ya apenas nadie cree. Es otra cosa lo que les preocupa. Si el
nacionalismo étnico se extendiera no tendrían posibilidad de influir en las
naciones, se pondría un veto al libre flujo de mano de obra y de capitales. Se
acabaría la ‘globalización’ en curso (la internacionalización de la economía,
del derecho… el intervencionismo de las plutocracias en todas las naciones de
la tierra en nombre de la democracia universal, o de los derechos humanos
universales). Se les arruinaría el negocio, a ellos, y a la oligarquía
internacional (que ellos mismos lideran). Por esto acabaron con el régimen de
Hitler, y por esto su eterna campaña de destrucción del nacionalismo, de cualquier
brote de nacionalismo. Es el nacionalismo étnico la única ideología política
que le puso y le pone freno a su codicia destructiva; el único obstáculo
económico, político y moral a su inconsecuente, a su ciega codicia de oro y de
poder.
Está
claro que lo consideran vital para su supervivencia, y para su dominio. No
pueden perder esta guerra. Les va en ello la vida, el futuro. Y es por ello que
podemos decir que esta guerra de propaganda no cesará nunca; que la tendremos
que acabar nosotros mediante la verdad. Debemos insistir, insistir, e insistir.
De todos modos, estoy convencido que tanta
mentira, tanta manipulación de la verdad histórica, algún día se volverá contra
ellos. Quedarán en evidencia, desnudos, al descubierto. No podrán seguir
mintiendo. Quedarán ante el mundo entero como el pueblo más mentiroso de la
tierra; el más mentiroso y el más perverso. Perderán todo crédito.
No
encontrarás ni uno solo de estos ‘documentales’ sobre el nazismo o sobre la
IIGM que refleje los acontecimientos tal y como sucedieron o se fueron
desarrollando y que ponga a cada uno en su lugar. Ni uno solo. No encontrarás
ni objetividad, ni verdad. Y esto es lo que está por hacerse. Tenemos que usar
esas mismas fuentes documentales para poner la historia en pie, simplemente;
para contar la verdad.
Las
fuentes documentales históricas están, existen. Pero son usadas y montadas
perversamente. Advierte los guiones detestables, insidiosos, manipuladores en
los documentales que te comento. No hay honestidad en esos intelectuales que callan
la boca y pasan de largo ante tanta calumnia, ante tanta difamación, ante tanta
mentira. Hay miedo, o connivencia. Estamos ante la banalidad de la mentira, de
la injusticia, de la maldad. Es el triunfo de lo peor. Es uno de los períodos
más vergonzosos de nuestra historia. Sólo una minoría tiene el valor de enarbolar
la verdad histórica arriesgando con ello su prestigio, su trabajo, e incluso su vida. Ésta es nuestra
triste realidad.
Lo
más absurdo de todo esto es que en blogs que se dicen nacionalsocialistas se le
da cabida a estos mismos impresentables ‘montajes’ que te digo como información
valida sobre el nazismo y la IIGM. Se hacen eco estúpidamente de la propaganda
anti-nazi puesta en circulación por el sionismo y la ‘intelligentsia’ judía
para desencaminar, confundir, y desalentar a los ‘puros’. En vez de
descalificarlos, y poner sobre aviso a los lectores, los divulgan sin más. Son
imbéciles, están locos, o estamos ante webs y blogs puestos en circulación por
los mismos judíos –cosa que no me extrañaría. Se diría que se complacen en
sembrar la confusión en las filas nacionalsocialistas. Lo cual no deja de ser
otra arma de guerra, otra estrategia de dominio. El panorama en nuestras filas
no puede ser más caótico, más incoherente, más delirante (esoterismo, magia,
‘paganismo’, supremacismo blanco, extraterrestres, sociedades secretas…).
Cualquier cosa antes que el simple conocimiento histórico; antes que la simple
y nuda verdad.
*En
su momento estuve buscando en internet trabajos relacionados con la cultura en
el III Reich. Apenas si encontré algún libro o artículo veraz y objetivo. La
inmensa mayoría son textos tendenciosos contra los aspectos más variados de la
vida cotidiana en el III Reich (música, literatura, cine, ciencia, pintura,
arquitectura, arqueología, ecología…). No te informan, se limitan a criticar, a
censurar, a ridiculizar, a demonizar. Y hablamos de historiadores e
investigadores, y de revistas o publicaciones académicas especializadas. En
este asunto, estas instituciones han perdido toda dignidad profesional. Es una
vergüenza. Carecemos de información objetiva sobre el periodo nazi y la IIGM.
No encontrarás estudios objetivos sobre la economía, la pedagogía, la ciencia,
la filosofía, o la literatura durante el período nazi. Nada. Nada sobre sus
logros o sus éxitos en uno u otro campo. Se ha puesto un paréntesis, se ha
echado un cerrojo sobre todo ese periodo histórico. Prohibido entrar. Prohibido
hablar con seriedad y objetividad de estos temas. Sólo se te permite disparar,
destruir, mancillar. Éstas parecen ser las consignas.
Casi la totalidad de lo que
circula es pura propaganda de guerra; propaganda anti-nazi, simplemente. La
intención es destruir ideológica y moralmente cualquier nacionalismo étnico (no
sólo el histórico nazismo), que aparece constantemente malignizado, demonizado,
al tiempo que se difunden consignas éticas y políticas trans-nacionales o
post-nacionales. Es notoria la saña con la que arremeten contra cualquier
intento de construir la identidad a partir del suelo (agricultura, ecología,
Darré…), la memoria histórica, o la arqueología. Los autores resultan ser
historiadores e investigadores internacionalmente reconocidos. Son los
teóricos, la vanguardia ideológica de la internacionalización. Su función es
avalar moral e intelectualmente (académicamente) la globalización en marcha.
Destruir las barreras étnicas y lingüístico-culturales ancestrales es la meta,
acabar con las naciones, con los pueblos históricos.
Lo sepan o no lo sepan, estos
‘intelectuales’ trabajan para el ‘sistema’, para las fuerzas del mal. Se
limitan a crear el clima político e ideológico adecuado para la oligarquía
financiera internacional (liderada por judíos). Libre flujo de mano de obra y
de capitales, pues. Un desarraigo generalizado, planetario, universal. En
nombre de la libertad, del progreso, de la democracia, de los derechos humanos…
Por
supuesto que de todo lo dicho excluyo a los llamados revisionistas, los únicos
historiadores e investigadores serios y veraces, dignos y honestos. No debemos
olvidar a unos pocos autores y editores judíos entre estos historiadores e
intelectuales revisionistas. Pero, dada nuestra dilatada experiencia con ellos,
es legítimo el preguntarnos por sus verdaderas intenciones. ¿Es la patita
enharinada; es una puerta que se deja entreabierta?
Hay que decir que las
consignas éticas universales que se difunden no son tan universales, son bien
particulares, étnicas incluso. Son valores éticos y políticos acuñados por los
judíos en los dos últimos siglos (Marx, Boas (el etnocidio teórico), Freud,
Adorno, Marcuse, Lévinas, Derrida… son cientos, miles). Valores destructivos
que han terminado desfigurando, desvirtuando, transformado nuestras culturas
tradicionales, adaptándolas a sus exigencias y necesidades. Son aquellos
valores que les permiten establecerse y medrar en cualquier rincón del planeta,
sin trabas, sin obstáculos. Y es de lamentar que haya entre nosotros
intelectuales que secunden estos ‘ideales’ y ‘valores’ que tan nocivos están
resultando para nuestras naciones, nuestra etnia, y nuestras culturas. Estos
desgraciados se comportan como enloquecidas células del sistema inmunitario que
atacan a su propio organismo (como en el caso del Lupus Eritematoso Sistémico
–una enfermedad del sistema auto-inmune).
*Supongo
que habrás observado que en los medios de comunicación o en la cultura de masas
no circulan documentales, ni información, ni películas, ni nada de nada sobre
la llamada revolución rusa, sobre el ‘terror rojo’, sobre el régimen político
más criminal de la historia de Europa. No cabe duda que este silencio se debe a
que los protagonistas de esta ‘revolución’ fueron en su mayor parte judíos.
Fueron judíos, y esto está probado, y muchos de ellos ni siquiera rusos, por lo
que me pregunto el por qué se la sigue denominando revolución ‘rusa’, cuando
deberían denominarla dictadura judeo-comunista (lo de “dictadura del
proletariado” era una mentira nada piadosa). No sólo sus raíces ideológicas
eran judías (Marx), también sus actores principales fueron judíos, y fueron los
más crueles y fríos criminales de nuestra historia reciente. Las víctimas se
cuentan por millones. Afortunadamente contamos con textos (poco menos que
prohibidos) sobre esta tenebrosa historia
que nos aportan datos y cifras incontestables. El criminal
‘judeo-comunismo’ goza, empero, de libertad y cuenta con numerosos seguidores
por nuestras tierras. Nadie se atreve a
objetar nada.
Amigo
mío, vivimos en un mundo al revés, en un mundo invertido, dislocado, falso,
roto, descompuesto, donde lo negro es blanco, y lo blanco es negro.
*Con
respecto a tu pregunta te digo que si mi blog tuviera, o hubiera tenido, más
repercusión, ya hace tiempo que hubiera desaparecido. Como sabes apenas cuento
con seguidores, y sólo unos pocos leen lo que escribo. Si tuviera ‘éxito’ me
cerrarían el blog en un instante. Y esto por no hablar de las posibles
consecuencias penales y económicas que tendría para mí y para mi familia.
Me arriesgo, ciertamente, pero no veo una
manera más digna de vivir. Esto tiene mucho que ver con nuestro compromiso con
la justicia y la verdad. Y en esto parece que los aryas tenemos algo que decir.
La sangre del viejo Zarathushtra corre
por nuestras venas. Él fue el primero de los ‘veraces’; el primero de los
amantes y defensores de la verdad; el primero que combatió la mentira y la
injusticia. Los aryas seguimos su ejemplo, simplemente. Es cuestión de raza, es
cuestión de sangre. No lo podemos evitar. La sangre manda. Nobleza obliga.
Añado
que no es sólo este prurito por la justicia y la verdad, pues también nos
debemos a nuestro pueblo, a nuestra gente, a nuestros hermanos, tan necesitados
de claridad, de luz, y de verdad.
*
Hasta
la próxima,
Manu
Es muy posible que el peso histórico de la verdad de los hechos algún dia prevalezca sobre las falsedades y las mentiras de la
ResponderEliminarpropaganda. Sin embargo, me planteo la pregunta de si, dado que las MENTIRAS descomunales durante tantos años...-quizás siglos- son también realidades, estas realidades puedan pesar más que la VERDAD de lo ocurrido en la desigual confrontación que empezó en 1914 y todavia dura... , aunque ahora en forma de propaganda y de destrucción de las naciones blancas (Plan Kalergi? Invasión planificada en forma de inmigración y entrada de "refugiados"?). Se me ocurre que en base al PRINCIPIO de UNA JUSTICIA DIVINA, debe y tiene que prevalecer la verdad histórica... Pero si esa JUSTICIA DIVINA no existiera...
¿En base a qué puede esperarse que la VERDAD histórica pueda ser conocida por la mayoria de la gente o al menos por las élites intelectuales? ¿Hay alguna explicación "materialista" ó "científica" a este problema?
En relación con este tema me atrevo a creer que es buena señal, en el sentido de que puede haber una solución desde el punto de vista "materialista" el hecho de que en El Catoblepas, revista inspirada por Gustavo Bueno y su "materialismo filosófico" se haya publicado un artículo en el que hay un párrafo como este: (...) sino [que se trata de ]de distinguir el relato histórico del propagandístico y, sobre todo, de negar la interpretación metafísica de la Alemania nazi como encarnación del Mal maniqueo, insertando en su lugar el Tercer Reich en su contexto: la lucha encarnizada de imperios occidentales del siglo XX por controlar los recursos mundiales. En esa lucha, los campos de concentración, los bombardeos de civiles y las hambrunas provocadas causaron millones de muertos y no fueron ni mucho menos monopolio de los nazis."
( https://europa89.wordpress.com/2015/05/25/un-analisis-sobre-la-guerra-mundial/)