Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

sábado, 10 de octubre de 2020

221) Genogramas XLIII

Genogramas XLIII.

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (10/10/20).

*****

1. Convoco a los vientos impetuosos. Potros, y yeguas. Tropa adolescente. Iluminad, coloread la atmósfera, la tierra y el cielo; los mundos. Vengan las auroras. Vengan como vientos matinales, como auroras nuevas, como soles.

2. El amor de las apsaras, de las ninfas, de las banshees, de las moiras, de las xanas… El amor de esta aurora nueva.

3. Los portadores del agua, del fuego, del alimento, del vuelo… del árbol, de la rama. Creadores, poetas.

4. Las cuatro bases son como las cuatro patas de un caballo; un caballo solar. Su trote es la creación, el esplendor de la vida.

5. Las cuatro bases. Los cuatro Ases. ¿Qué son? Genogramas, hierogramas. Runas de la vida. Su casa es la tierra, el agua, la luz. Su materia, su ser mismo.

6. Está harta, cansada, agotada. Pero no se deja abatir. Conserva la altivez, la majestad. Es libre. Es noble. Por su actitud es arcaica y futura. Mora en la tierra y en el cielo. Está sola. Por eso calla y se aleja. Algo precioso y raro hay aquí. Algo único.

7. En el principio es el orden, que es la verdad, que es el ser, que es lo creador, que es el sentido. Del orden proceden cielo y tierra, aire, agua, luz, fuego, y el cosmos todo. Del orden procede la vida. El orden está implícito en la creación toda –cosmos y vida. El cosmos es el hogar, la casa de la vida. El cosmos es orden, y la vida es orden.

8. El entorno físico-químico que envuelve el planeta y hace posible la supervivencia de la materia viviente es, en buena medida, obra de la misma vida. El aire respirable, por ejemplo.

9. La indiferencia hacia el medio ambiente es un pecado contra la vida. Pone a la vida en peligro de extinción. Nosotros somos la vida. No esta o aquella criatura, sino la misma vida. Las moléculas vivientes, los genes creadores. La sustancia viviente única.

10. La vida es orden, y develadora de orden en el cosmos. Es luz y proyecta luz. Clarifica, dilucida, percibe, proyecta, crea orden. La materia espiritual que es la vida. Eso somos. Una y la misma sustancia crea y anima todas las formas vivas. Es sustancia universal y única. La materia viva; la sustancia viviente; la única que siente y percibe y piensa y habla y se mueve y va.

11. El futuro está aquí, en el presente contenido. Es un presente con pasado, y con futuro. Pasión por el futuro. Fuerzas que preludian, que anuncian, que contienen el futuro.

12. No es estático el hoy, es dinámico y en lucha. No lo fue el ayer y por esto el hoy. Para que haya un mañana otro, es preciso que el hoy no sea un hoy quieto, detenido, sino en marcha hacia el mañana, dinámico, en pugna consigo mismo.

13. El ayer contra el hoy y el mañana. El hoy contra el ayer y el mañana. El mañana contra el hoy y el ayer.

14. Todo lo que tiene futuro, lo que es futuro. Desde Darwin… En arte y pensamiento. Todo lo radicalmente nuevo. Toda la nueva y la futura materia simbólica.

15. El futuro se elabora en el presente, se fragua, se cuece, se decide… La suerte, la necesidad, el destino…

16. Partiendo de la materia simbólica nueva, crear, metabolizar, sintetizar, proyectar hacia el futuro. Vocación de futuro.

17. La acción. Lo hecho. Su valor, su pertinencia, su necesidad, su bondad; su fuerza, su potencia de futuro. Su destino, su suerte.

18. Si el discurso cambia, los hombres cambian. Si el conocimiento se renueva, el hombre se renueva –deviene otro, deviene futuro.

19. El giro sin retorno en esta época se ha producido desde las ciencias de la vida. La revelación de la sustancia genética. Nuevo centro. El paso del fenocentrismo al genocentrismo. Una revolución tanto más radical que la copernicana. Los humanos ya no volveremos a ser los mismos. Nos situamos más allá del hombre en verdad; fuera, lejos del neolítico.

20. La resistencia de todas las fuerzas ‘nihilistas’ de ayer para impedir el hoy y el mañana. Contra Darwin… Contra todo lo que configuraba el mundo nuevo; los nuevos seres simbólicos.

21. El orden viviente: noético, poético, heurístico, demiúrgico, erótico, extático, bélico, lúdico...

22. En este nuevo período que inauguramos necesitamos arte y pensamiento de los principios, de los comienzos. Un arte y un pensamiento blancos, resplandecientes, luminosos, esperanzadores, nuevos… La sombra vencida. Lo sombrío, el solipsismo, los mundos propios… están fuera de lugar.

23. No hemos generado, aún, nuevos modos de pensamiento, nuevas formas de vida. No hemos creado espacios estables –colectivos– sobre los que operar. Proliferan los mundos originales, personales, ‘propios’…

*****

Hasta la próxima,

Manu

No hay comentarios:

Publicar un comentario