Genogramas
LXXIII.
Manu Rodríguez.
Desde Gaiia (14/01/22).
*****
1.
Los
renacidos son como Xenus/Nexus.
Un
‘homo’ nuevo. Un ‘homo’ en el que
la vida
ha tomado el timón; en el que
la vida
ha devenido el sujeto único.
Nacer a
la vida. Renacer. La revelación
en carne
propia. En el propio ‘corpus’
genético.
En el propio ser.
Es la
vida la que ha de despertar,
cobrar
conciencia… purificarse…
renacer…
Una vida
purgada, purificada, renacida…
con la
vista puesta en los milenios
por
venir. Un futuro genocéntrico.
Es un
mundo de deberes el que viene.
Una
ascesis y una mística que tenga
como
centro la vida –la vida que somos.
No el
hombre, sino la vida.
2.
El alma
inmaterial que se libera
de las
ruedas de las reencarnaciones
(hinduismo
y budismo), o que se ‘salva’
(en el
cristianismo), no es otra cosa
que el
‘yo’ cultural, la conciencia
cultural
–el ser simbólico, social
(el más
efímero, el más relativo).
El alma
(la ‘psykhé’) de toda criatura
es su
cifra genética única e irrepetible.
No cabe
hablar de reencarnación o salvación.
Las
ideologías religiosas del neolítico
(sus
interpretaciones del mundo,
del
hombre, del ‘alma’…) no pueden
aportar
nada al ‘homo’ nuevo.
La
espiritualidad del futuro
ha de
ser creada. Ex novo.
3.
Un alma
mortal. Un alma
que es
fragmento de lo Uno
primordial. Los puntos
de
partida. Aquí no hay
hipótesis,
no hay fantasías,
no hay
creencias.
Una
ascesis (la ‘limpieza’,
la
catarsis) no humana,
no
antropocéntrica.
La
autorrealización del ser
genético.
El ‘renacimiento’.
La unión
misteriosa con lo Uno.
La
conciencia génica.
La
perspectiva
correcta,
óptima,
justa…
nuestra.
4.
Muerte
espiritual, simbólica.
Desaparece
el ‘yo’ cultural,
el
sujeto histórico, social…
La vida
se recupera a sí misma,
a sí
misma se conoce, se ‘sabe’.
Ésta es
la máxima sabiduría
que nos
es posible alcanzar.
Es la
‘sabiduría’ por excelencia.
5.
El
‘saber’ del ser que somos;
el saber
de sí. No más ignorancia,
no más
confusión, no más alienación…
El
cambio, la transformación.
El
vuelco. En un instante.
Aquí no
se trata de fe, sino de saber.
La
revelación de la sustancia viviente
transformará
tarde o temprano la vida
de los
humanos; transformará
la vida
en este planeta.
6.
La
conciencia colectiva del ser
que
somos. La cultura planetaria
por
venir. La cultura genocéntrica.
La
perspectiva génica.
El
imperio del centro.
El
período milenario.
El nuevo
eón. Un futuro
sin
retornos, sin recaídas…
7.
La nueva
conciencia, la nueva
cultura,
la nueva era… los nuevos
seres
humanos. La transformación
del
cariotipo humano. La mutación
lingüístico-cultural
–simbólica.
Otras
palabras, otras verdades…
otras
tradiciones vienen;
un mundo
nuevo que todos
los
humanos compartirán.
En pro
de la vida siempre.
Cuidando,
protegiendo, velando…
por la
vida; por nosotros mismos.
8.
La vida
se perpetúa a pesar
de la
tendencia a la entropía,
vence al
tiempo, a la degradación.
La lucha
por el ser, por el seguir
siendo.
La vida intemporal.
Constantemente
se actualiza.
Siempre
en acto. Hacia arriba.
La
sustancia genética (el plasma
germinal)
perdura a través
de las
generaciones ella misma;
siempre
ella misma.
Supera,
vence al tiempo.
Se
eterniza. La vida eterna.
La vida
virtualmente imperecedera.
La
materia viviente del planeta
crece y
mengua a una. La genousfera.
El
hologenoma, como dicen.
Toda la
sustancia genética
del
planeta. Xenus. Lo Uno.
Una sola
historia que se diversifica,
se
ramifica. Una historia interminable.
La de la
vida. Contra el tiempo.
9.
Las
unidades pasan, el plasma
germinal
permanece. El ser
de las
unidades es el plasma
germinal
mismo, la materia
viviente
virtualmente
imperecedera.
Lo único
viviente
(‘gaiia’).
El/la/lo
que fue,
el/la/lo
que es,
el/la/lo
que será.
Nuestro
ser es la misma vida.
La vida
eterna. Pese a nuestra
contingencia,
a nuestro ser/no-ser,
somos la
misma vida.
No hay
otro ser.
La vida
constantemente
se
renueva, se rehace,
se
recompone… Constante
regeneración.
La vida
se
sucede a sí misma.
El
murmullo de la vida.
Siempre
en acto, siempre
en
movimiento.
10.
El
hombre ha de ser superado;
dejado
atrás. Los mundos humanos.
Despegarse.
Cortar amarras.
Limpiarse.
Renacer a la vida; a lo Uno.
11.
La
sustancia viviente única,
Nos,
Xenus, Genousse y Genoussin…
De los
nombres de lo Uno.
12.
El
camino del conocimiento de sí,
ahora,
pasa por la superación
del
‘hombre’. La sustancia genética
en el
organismo humano se des-aliena
de su
soma, de su revestimiento,
de su
aspecto, de su fenotipo…
13.
El ‘hombre’, la ‘humanidad’…
tal
etnia, tal cultura…
Todo ha
de ser dejado atrás.
Desprenderse,
desnudarse,
limpiarse…
mudarse… mutar.
14.
La
educación, la cultura…
Todo ha
de girar en torno
a la
sustancia viviente única
–al ser
que somos.
Los
futuros Xenus/Nexus.
Los
milenios por venir,
y por
vivir, bajo esta conciencia.
*****
Saludos,
Manu
No hay comentarios:
Publicar un comentario