Sobre partidos políticos
identitarios. Respuesta a un comentario.
Manu Rodríguez.
Desde Europa (21/01/14).
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Querido amigo (anónimo),
tienes razón en lo que concierne a que la mayoría de los partidos identitarios,
nacionalistas, o europeístas tienen un componente cristiano importante. Éste es
el problema. Son medio identitarios. Híbridos, pequeños monstruos ideológicos.
Pienso que los militantes de estos partidos no tienen ni idea de lo que es ser
plenamente identitario. La identidad ‘cristiana’ de los europeos es una
identidad prestada, ajena, extraña, alienante… Nos priva del espíritu arya o
indoeuropeo, que es donde descansa nuestra verdadera identidad cultural o
espiritual. Digamos que siguen trabajando para el otro (la tradición judía), y
un otro que es, en buena medida, el causante de nuestras desdichas.
Ya Pierre Vial,
desde Tierra y Pueblo, denunció las complicidades y acuerdos de todos los
partidos nacionalistas y de ‘derecha’ europeos con el poder judío (el sionismo)
y con Israel.
Dicho sea de
paso, tengo entendido que el compañero sentimental de Marine Le Pen, la actual
líder del Frente Nacional francés, es judío. ¿Es esto cierto? Si tal es el caso,
¿qué papel piensas que jugará ese judío en la ‘cabeza’ (en la dirección, en el
camino, en los compromisos) del partido?
No nos
preocupemos por ahora del voto, pues votes a quien votes es un servidor de
nuestro(s) enemigo(s) –las ‘izquierdas’, herederas de Marx; las ‘derechas’,
herederas de Cristo. Nunca llevarán a
cabo la política que los identitarios queremos, y la que necesita Europa (y el
resto de las naciones blancas repartidas por el mundo –la Magna Europa, podemos
decir). Nada podemos esperar de ellos.
Personalmente
opino que en estos momentos más que crear partidos políticos identitarios
habría que crear un ‘movimiento’ étnico y cultural identitario que comprendiera
a todo el ámbito europeo. Tal movimiento identitario ha de hundir sus raíces en
la única experiencia política arya a gran escala que hemos experimentado, me
refiero, como no, a la experiencia arya germana del siglo pasado, que tan mal
final tuvo. Aquella sublime (y trágica) experiencia fue, para mí, el nacimiento
de la ‘nación arya’. Ahora nuestro nacionalismo (nuestro ‘nazismo’) ha de ser
europeo y tender lazos con todos los pueblos blancos (aryas) europeos. Este
movimiento debe tener en cuenta las diversas tradiciones
lingüístico-culturales.
Para poder
alcanzar esta liga de pueblos aryas se necesita primero crear la federación o
liga de los pueblos germanos, la de los celtas (que ya existe), la de los baltos,
la de los eslavos, y la de los pueblos romanos, o del sur –sin olvidarnos de
los griegos. Es decir, agrupar, reunir los diversos legados aryas o
indoeuropeos que tuvieron su nacimiento hace miles de años y que aún subsisten,
aunque débilmente y distorsionados, en la memoria de los pueblos blancos de Europa
(y de la Magna Europa).
Los pequeños
nacionalismos hasta ahora existentes (las naciones-estado) deben ser superados,
dejados atrás. Estos nacionalismos no sólo dividen y enfrentan a las naciones
(los separatismos en las distintas naciones europeas –que nosotros mismos padecemos), sino a los grupos
etno-lingüísticos (los eslavos –el conflicto entre Ucrania y Rusia). Ésta
última discordia es la herencia dejada por el período judeo-bolchevique, que
dominó durante decenios a todos los pueblos eslavos, y por el papel tiránico
que Rusia desempeñó en esa triste historia (no es el momento ahora de hablar
acerca del papel que desde sus comienzos tuvieron los judíos en tal
‘revolución’).
Lo primero es,
pues, un movimiento cultural o espiritual identitario que ahonde en las
genuinas raíces aryas o indoeuropeas de los pueblos de Europa. Este movimiento
étnico y espiritual (cuerpo y alma) es el que, en su momento, dará lugar a
partidos políticos genuinamente aryas. Esto es, que tanto sus componentes como
su ideología serán aryas. La vista la tenemos que tener puesta en una nación
arya europea. La palabra ‘nazi’ debe revertir ahora en este nacionalismo del
que hablo. Un nacionalismo no meramente étnico o ‘blanco’, sino indoeuropeo (cultural)
también (de cuerpo y de alma, vuelvo a decir).
La labor de este
‘movimiento’ ha de ser, en un principio, eminentemente cultural, ha de difundir
entre nuestra gente las genuinas raíces indoeuropea de nuestros pueblos. Ha de
recordar a su pueblo quienes son, de donde vienen, quienes son sus verdaderos
ancestros, cual es su verdadera tierra sagrada…
Sólo en este
caldo de cultivo podrán surgir partidos o movimientos políticos que velen por
los intereses de los pueblos blancos europeos. Intereses no sólo económicos o
militares, digo, sino étnicos y culturales. El objetivo primordial es, pues, recuperar
la identidad arya o indoeuropea a nivel masivo –superar la masa crítica.
Dadas las
noticias que nos traen los medios de comunicación en estos días (los airados
movimientos sociales de protesta –por cualquier excusa), no podemos estar más
lejos de esta proposición. Lo que menos preocupa a los blancos europeos en
estos momentos es precisamente su identidad étnica y cultural. Es el resultado
de los siglos de dominio ideológico extranjero (religioso y político), que aún siguen
desviándonos de nosotros mismos, ocultándonos nuestro camino y nuestro ser, y destruyéndonos
étnica y culturalmente. Demasiado tiempo lejos de nuestro hogar espiritual,
lejos de nosotros mismos.
Éste es el reto
que tenemos los identitarios europeos. Recuperar a nuestros pueblos, volverlos
a sí mismos; que se recuperen, que despierten de los siglos de alienación;
despertar su conciencia y su memoria. Un retorno de lo ancestral y propio. Provocar
el renacimiento espiritual de nuestros pueblos. Conseguido esto, lo demás
vendrá por sí mismo.
Un saludo, y
hasta la próxima
Manu
Muchas gracias por responder a mi inquietud y por resolverla. Siento haberla plasmado en la anterior entrada, no ha sido por falta de interés acerca de ella, más bien todo lo contrario; pues es la herencia biosimbólica la llave para la creación del movimiento étnico y espiritual Europeo del que tan acertadamente hablas. Así centrándonos en ello se podrá alcanzar esa masa crítica que nos traerá todo lo demás.
ResponderEliminarUn saludo.