Buen Yule a
todos.
Manu Rodríguez.
Desde Europa (24/12/14).
*
*El reino
encantado. La pérdida y la recuperación del ser. La catarsis y la anamnesis. La
fuente del olvido y la fuente del
recuerdo.
El doble camino,
la bifurcación. La letra ‘y’ griega y la leyenda que la relaciona con Hércules.
El camino que conduce al olvido y el camino que conduce al recuerdo. El camino
‘malo’ y el camino ‘bueno’. La decisión, la elección.
Lo ‘malo’ es lo
malo para la nación arya, para los nacidos aryas, e igualmente lo ‘bueno’. Lo
que nos viene ‘bien’, y lo que nos viene ‘mal’. Lo que nos fortalece, y lo que
nos debilita. Lo que nos sana, y lo que nos enferma. Discriminar; discernir.
Cómo se vuelve a
ser lo que se fue. Cómo se desencanta un
pueblo. A sí mismo se iluminan; a sí mismo se desencantan; a sí mismo se
despiertan, se despabilan.
(Esto que voy diciendo
vale tanto para los individuos, como para los pueblos.)
Voluntad de
esclarecimiento, de verdad, de luz. Catarsis; purificación. El no querer, el no
saber, el no probar. Se rechaza el agua del olvido. Se abandona el mal camino.
Es el tiempo del anhelo de otra agua. Es el tiempo de encontrar los propios
manantiales. Es el tiempo del ‘dónde’, y del ‘cómo’; del recuerdo, de la
rememoración. Se va, al fin, por el buen camino –el que nos fortalece, el que nos
sana, el que nos vivifica, el que nos ilumina.
Se acrisola el
ser en este anhelo y en esta búsqueda; se templa, se cuece; se purga, se purifica.
Poco a poco desaparece la espuma, la escoria. Inadvertidamente se des-oculta,
se revela, emerge la realidad, la verdad, el ser.
El
desvelamiento, el des-ocultamiento, la emergencia del ser. El momento sublime,
el beso del recuerdo. El despertar, el volver a la vida; el volver a ser. La
súbita anamnesis. La misteriosa iluminación. El momento misterioso. El baño de
verdad y de luz. La alegría.
*¿Es posible una
anamnesis colectiva? Un sentimiento colectivo de despertar; de estar de nuevo
encaminado en el propio camino. De estar donde debe estar. De ser lo que debe
ser. ¿Es posible un nuevo inicio colectivo semejante?
Hay razones para
pensar que la Alemania nazi vivió esos momentos sublimes. Todos los germanos
alemanes, o la inmensa mayoría. Fueron los años jubilosos. El ascenso hasta el
clímax. El sexenio luminoso, esperanzador, vivo. De Enero del 33’, a Septiembre
del 39’. Luego vino la noche, la caída, el anti-clímax. Hasta llegar a su punto
más bajo. Fue el sexenio del dolor y de la muerte; el sexenio sombrío.
Con doce años apenas
cumplidos cayó dormida la bella Aurora –el sol, la luz nuestra. Pero ya viene
la hora de su despertar, de su volver en sí; de su volver a la vida.
(Los nacidos aryas
se irán poco a poco despabilando –unos aquí, otros allá. Éste es el principio del
despertar colectivo que ya viene, que ya se anuncia. Vienen los tiempos del ‘desencanto’.)
La experiencia
de aquella primera nación arya (de aquella esperanza; de aquel futuro que nos
fue arrancado de las manos) tiene aún mucho que decirnos a nosotros, sus
herederos. Es, además, el nacimiento de nuestra nación –de la idea misma de
‘nación arya’. Este episodio requiere ser pública y devotamente conmemorado.
Son los tiempos
de Júl. En estos días festejamos a la gran familia de los pueblos aryas; el
nacimiento mismo de nuestros pueblos –nuestro venir a la luz. Giramos alrededor
de esa realidad que es el frondoso árbol arya. Festejamos el ser nuestro (la familia,
el clan, la tribu, el pueblo… la nación de los nacidos aryas). Son tiempos
dedicados a los presentes y a los ausentes; a los ancestros, y a los futuros. A
todos los nuestros.
Celebremos
también en estos días el nacimiento de nuestra nación. Incluyámoslo en el
calendario sagrado arya –el que ha de venir; el que hemos de configurar.
Celebremos religiosamente,
de hoy en adelante, el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de la nación
arya; del sol invicto nuestro.
Buen Júl (Yule) a
todos.
Manu
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