IdentiAry@s IV
Manu Rodríguez. Desde Europa (00/01/15).
*
*La desposesión espiritual, cultural, de
los pueblos aryas europeos comenzó cuando la cristianización. Allí fuimos
privados del nexo con nuestros antepasados y con nuestra historia ancestral.
Allí comenzó nuestra errancia y vagabundeo.
*Al movimiento nazi se le hizo la guerra
desde el principio, aún antes de llegar al poder en el 33’. La Alemania nazi
estaba condenada desde su mismo nacimiento.
*Un judeo-mesianismo sin judíos. Los
judíos ponen en marcha engendros como el cristianismo y el bolchevismo y los
goys los adoptan y les dan continuidad. La meta es la ciudad de Dios, la nueva
Jerusalén, la nueva Sión… El reino de los cielos –el que se toma por asalto.
El universalismo y el internacionalismo
de las ‘ideologías’ religiosas y políticas que salen de las codiciosas
cabecitas judías prenden por doquier en las cabecitas de los estultos goys en
Europa, pero también en Asia, en África, en las Américas…
Entiéndase que son ideologías
trans-nacionales, trans-culturales, trans-étnicas… Van más allá de las
ancestrales etnias y culturas.
Cuanto más caótico y desarraigado sea el
medio social, tanto más éxito tendrá la difusión de estas ideologías. Por
consiguiente, si no se dan tales condiciones (de caos…), hay primero que
revolver, remover, desarraigar… crear las condiciones óptimas para el arraigo
de estas ideologías en la masa social.
Los judíos ponen en marcha los
dispositivos ideológicos de desarraigo; los protagonizan al principio (en el
primitivo cristianismo, en la masonería, en los primeros tiempos del marxismo y
el bolchevismo…). Los ponen en circulación, los difunden en el seno de los
pueblos a los que se pretende dominar. Los principios corrosivos de estas
ideologías destruyen, minan las identidades étnicas y culturales de los
pueblos, su ser ancestral. El nuevo ser que surge es ya el universal, el
internacional, el cosmopolita –más allá de la propia etnia y la propia cultura
(que quedan minusvaloradas, desestimadas, desechadas, menospreciadas…). Estos
son los regalos envenenados a que nos tiene acostumbrados el enemigo de los
pueblos –las ideas universales ‘bienintencionadas’.
Las revueltas de los carentes de patria,
de las masas de apátridas, de los desarraigados, finalmente constituidos en cristianos,
musulmanes, comunistas… Como armas. El uso, la instrumentalización de las
masas.
El enemigo es experto en la criminal
manipulación (religiosa o política) de las masas desarraigadas. Sacerdotes,
políticos, agitadores profesionales…
Lo que se consigue, una vez más, es que
una ideología judía vuelva a triunfar. El
carácter universal (trans-étnico, trans-cultural…) de la doctrina oculta su
origen étnico.
*El apetito
insaciable de venganza del enemigo. No cesa en su empeño de destrucción. La
mayor parte de la opinión pública está en sus manos. Buena parte de la
población europea sigue las consignas (religiosas, políticas, o filosóficas)
que emanan del enemigo. Consignas ideológicas envenenadas, letales,
autodestructivas.
Van como
hipnotizados por los caminos trazados por el enemigo. Sin sospechar siquiera
que se encaminan al matadero, que se dirigen hacia la muerte y el olvido. Es un
suicidio étnico inducido.
Esa ‘masa’, esa
fuerza, una vez ‘instruida’ (adiestrada, condicionada), el sistema la usa como
arma: la lanza, la arroja, la azuza contra las minorías que se le enfrentan,
contra los no conformes. Las pocas excepciones terminan siendo asediadas,
perseguidas y aniquiladas por sus propios hermanos. De esta suerte son las
maquinaciones del enemigo. No mueve un dedo, se diría. Se limita a poner en
marcha, mediante sus medios de comunicación de masas, el dispositivo
propagandístico necesario para soliviantar y dirigir a la masa en una dirección
o en otra; a unos de una forma, a otros de otra. Porque son muchas las
vanidades y ensoñaciones (las ‘motivaciones’) sembradas en la población y con
las cuales ésta, al cabo, se identifica –variadas formas de dividir, de
segmentar ‘ideológicamente’, ‘culturalmente’ a la población, y de darle a cada
una lo suyo proporcionándole toda clase de ‘motivaciones’ (religiosas,
políticas, filosóficas…). La ‘movilización’ de las masas, su
instrumentalización. La ingeniería social.
*El enemigo está
cambiando, alterando la atmósfera espiritual de los pueblos aryas en su propio
beneficio. Las claves culturales universales (la nueva atmósfera introducida) que
modelan nuestras actuales sociedades resultan letales para todo lo arya (hombres, lenguas, y
culturas). Y nadie despierta.
*Desde aquella primera desposesión
espiritual, cuando la cristianización de nuestros pueblos, vagamos sin descanso
fuera, lejos del hogar ancestral, pasando de un legado religioso/cultural a
otro. La deriva, el nomadeo espiritual desde entonces. De ‘ideología’ en
‘ideología’; de mundo en mundo. Descentrados, desnortados, desencaminados.
Lejos de nosotros mismos.
El nacionalismo étnico corta esa deriva
de raíz. Vuelve a transportarnos al hogar ancestral; a conectarnos con nuestros
antepasados. Nos devuelve a la patria y a la sangre; a la morada arya. Si
hubiéramos permanecido fieles al legado de nuestros antepasados durante aquella
primera desposesión –y desde entonces–, hoy no necesitaríamos ningún
nacionalismo étnico salvador.
*En Hitler tenemos el creador de un nuevo
Estado, de un nuevo orden. Basta leer ‘Mi lucha’. Es semejante a Solón, a
Licurgo, o a Numa. Es un ‘teórico, un organizador, y un líder’, pero es también
un creador, y, en la medida que pudo, llevó a la práctica sus ideas políticas,
económicas, sociales, o pedagógicas.
El Estado racista, (en ‘Mi lucha’). Hoy
diríamos el Estado o la Nación étnica.
*El periodo nazi (sus textos
fundamentales, su historia…) forma parte del nuevo legado o testamento de los
pueblos aryas, como su episodio final. Un despertar, un nacimiento abortado. La
breve aurora, la corta vida de aquella nación arya. Desde su ‘derrota’ yace
dormida.
La nación arya, la ‘doncella’; la bella
durmiente. El reino dormido, hechizado, quieto.
*Versalles y Núremberg. ¿Es necesario que
sea en el seno del pueblo alemán donde se re-inicie de nuevo el ‘movimiento’?
Superar/vencer Versalles; superar/vencer
Núremberg. Núremberg afecta ahora a todos los nacidos aryas. A todos por
igual paraliza, adormece, y detiene. Es toda la Europa arya la que debe
responder a ese desafío; deshacer el ‘hechizo’ que la detiene.
*Derecho de sangre y de suelo. La
autoctonía, la ancestralidad. La herencia, los herederos.
De la sangre y del suelo nosotros, las actuales
generaciones aryas, debemos responder. Tendremos que rendir cuentas.
*“El judío es el enemigo mortal de los
Estados nacionales y autónomos.” Hitler, en ‘Mi lucha’. El pueblo judío se ha
constituido, casi desde su origen, en el enemigo mortal de los pueblos (véase
su libro sagrado; véase su Talmud). Los universalismos de origen judío (religiosos,
filosóficos, o políticos) son veneno
mortal para los pueblos.
*La Europa blanca tiene que recuperarse;
que volver a ser dueña de su destino. Tenemos que deshacernos de pueblos
extraños, de ideologías extrañas; deshacernos de todo lo ajeno –pueblos y
creencias. Limpiarnos, purificarnos; renacer.
Lo próximo es recuperar el ser
biosimbólico nuestro. Ahí se encuentra la fuente de nuestra salud.
El ser genético nuestro; nuestro
cariotipo específico –el étnico, el racial. El genio arya. A este genio
singular nuestro le tenemos que añadir las culturas generadas por las diversas
ramas aryas a lo largo de las generaciones. El completo legado –en la
naturaleza y en la cultura. El cuido de tal herencia es nuestra responsabilidad
y nuestro deber.
*Desde incluso antes de la llegada de
Hitler y el nacionalsocialismo al poder la propaganda del enemigo injurió, difamó
y calumnió el ‘movimiento’. Los escritos de Hitler y Goebbels (entre otros) de
los años 20’ dan constancia de esto.
En ciertos aspectos el entorno
socio-cultural de los primeros nazis (años 20’ del siglo pasado) era muy
semejante al nuestro. Podríamos decir que sigue siendo el mismo (padecemos la
misma estrategia enemiga, vivimos la misma guerra…).
*Hoy no es Versalles sino Núremberg. El
nazismo prohibido, sus insignias, sus estandartes, sus banderas… su historia.
Hemos sido privados no de territorio sino de reconocimiento, pero esta
des-legitimación, a la larga, acabará privándonos también del territorio.
Esta es nuestra situación: Los pocos
despiertos son ahora los perseguidos, los proscritos, y tenemos nuestra
historia más reciente prohibida, silenciada –nuestro nuevo testamento; nuestra
historia sagrada. No podemos conmemorar, festejar, elevar a lo alto. Apenas si
podemos salir a la luz.
¿Qué lucha –política, jurídica– se podría
emprender para recuperar la legitimidad del nazismo, del periodo nazi y demás…?
*El nacionalismo étnico arya en los
momentos presentes carece del aura de la novedad. Somos algo así como una
segunda edición –una segunda edición corregida y aumentada.
Los famosos 25 puntos del primer programa
han de ser reformulados, puestos al día. Ahora importa la nación arya europea,
ahora el movimiento ha de tener dimensiones europeas. Hay que tener en cuenta
al conjunto de los pueblos germanos, a los pueblos celtas, a los eslavos, a los bálticos, a los pueblos neolatinos… Esto
es, a todos los pueblos aryas europeos; a todos los nacidos aryas.
Tenemos también el problema de las
poblaciones extranjeras. Hoy no sólo albergamos judíos, sino millones de
asiáticos, africanos, amerindios… Los puntos concernientes a los judíos en el
primitivo programa han de extenderse, pues, a todas estas poblaciones.
Los derechos políticos, o los derechos de
propiedad, por ejemplo, sólo han de poseerlo los nacidos aryas.
La finalidad con respecto a estas
poblaciones extranjeras ha de ser la de su completa expulsión de nuestras
tierras. Mientras tanto serán considerados como huéspedes transitorios,
transeúntes, cuando no como intrusos.
Los extranjeros residentes en nuestras tierras
no recibirán la enseñanza de los nacidos
aryas; no tendrán derecho a ella. No estarán por consiguiente en nuestras
escuelas, institutos o universidades. No se les negará, por supuesto, que
cuenten con sus propios centros de enseñanza en tanto permanezcan en nuestras
tierras.
El ejército ha de ser nacional con total
exclusión de miembros no aryas.
El aspecto quizás más importante se
refiere a la cuestión religiosa europea. Nada de alusiones al cristianismo. Lo
que religa a los nacidos aryas son las señas de identidad étnicas y culturales
que todos comparten. Hablo de las señas de identidad culturales pre-cristianas,
pre-musulmanas, o pre-marxistas (pre-judías, en cualquier caso). Ninguna
conexión, ninguna relación con tradiciones religioso/culturales no aryas
(semitas o no –incluyo el hinduismo y el budismo). En caso contrario el
nacionalismo étnico re-nacería envenenado, herido de muerte desde el principio.
Tarde o temprano sucumbiría a manos de esos núcleos ideológicos extranjeros, e internacionalistas
–como sucedió en el pasado.
La religión ‘natural’ de los aryas tiene
que ver con su etnia y con sus culturas. Las culturas pre-cristianas son
nuestro viejo legado, las culturas post-cristianas son nuestro nuevo legado –lo
no específicamente cristiano desde los tiempos de la cristianización a nuestros
días (en filosofía, literatura, artes plásticas, teoría política, ciencias de
la naturaleza, modas culturales…).
*Recomiendo a todos la lectura de las
obras y discursos de Hitler y Goebbels. Vivimos situaciones muy parecidas. La
misma propaganda antinacionalista (universalista, internacionalista), el mismo
menosprecio a la patria, a la identidad… los mismos problemas con la opinión
pública –en manos de la misma prensa judeo-democrática y judeo-marxista de
‘izquierdas’. La misma necesidad de reconquistar el alma, el corazón de la
nación arya.
Combatir, derrotar, expulsar de nuestras
tierras al despreciable manipulador y sus armas –el enemigo ha rodeado a la
población arya con un muro de infamias y
calumnias que promueve la indiferencia, el desdén, el odio, o el menosprecio de
nuestra población hacia nuestro alegre mensaje. Romper ese infame cerco y
conquistar el amor de Europa. Llegar a ser –de nuevo– el elegido, el amado. Repetir la hazaña.
Cautivar, seducir, conquistar, enamorar a
la bella Europa.
*“¡Oh, Cielo todopoderoso, bendice
nuestras armas; bendice nuestra lucha!” Parafraseando expresiones encontradas
en ‘Mi lucha’, de Hitler.
*
Saludos, y hasta la próxima
Manu
Es tan evidente la verdad que defiendes...que causa asombro que que apenas haya valientes, entre los los llamados intelectuales y sabios, que se atrevan a proclamar lo mismo que tu. La patetica y ridicula carnavalada de 11 de enero ha puesto de manifiesto que los supuestos mandatarios son enanos politicos..., unos pobres farsantes que ademas carecen de la verdadera sabiduria...Desconocen incluso los minimos rudi entos demetapolitica, geopolitica, etc. Por eso, en su mediocridad, desempeña n muy bien su trabajo de lacayos...
ResponderEliminarEllos son los representantes del mundo que desde 1945 esta muy claramente definido como el del KaliYuga...Necesariamente...un dia tendra que renacer la Luz...tras vencer a la tsnebrosa obscuridad...