Una fe y una
religión. El viejo y el nuevo testamento aryas.
Manu Rodríguez.
Desde Europa (20/03/15).
*
*Sea Europa la causa de los
aryas europeos de las presentes y futuras generaciones; sea Europa nuestra
tierra sagrada. Sean la etnia y las culturas aryas europeas nuestra religión
(lo que nos une o religa). Con éstas consignas venceremos.
*El nacionalismo
étnico es algo más que un partido político, o que una ideología política. El
nacionalismo étnico es una revolución radical que afecta a todos los órdenes
culturales o espirituales de un pueblo. Es una fe y una religión. Es social en
la medida que integra a todos los miembros de la etnia, sin distinción de
clases, en un todo común; porque no descuida a ninguno de sus miembros, y
promueve el cuidado mutuo y la solidaridad étnica. Es, pues, ‘socialista’ en el
más alto grado. Un socialismo nacional, étnico, y cultural, hay que decir, y no
universalista o internacionalista, o meramente economicista.
Hoy las naciones
europeas están desquiciadas, rotas, después de décadas de multiculturalismo, y
de multi-racialismo (desde fines de la II Guerra). Los flujos migratorios han
destruido la milenaria homogeneidad étnica y cultural de nuestros pueblos.
Falta unidad en todos los órdenes. Vivimos en el caos. No hay manera de unir a
gente de orígenes tan diversos; de raíces étnicas y culturales tan diferentes;
de intereses vitales tan encontrados.
La violencia
inter-étnica e inter-cultural se asentará cada vez más; se tornará cotidiana.
Los indígenas o nativos europeos serán las víctimas más recurrentes. Ya lo
estamos viendo; ya lo estamos padeciendo.
Para atajar
estos terribles problemas el nacionalismo étnico europeo promueve, en primer
lugar, la defensa de la tierra que fundaron nuestros antepasados –de la patria milenaria. Y en segundo lugar la
preservación de las identidades étnicas y culturales. Esto es lo sagrado arya.
He aquí las claves de nuestra religiosidad, de nuestra espiritualidad, de
nuestra cultura.
La tierra, la
etnia, y la cultura son los tres pilares básicos del movimiento identitario
europeo. Un partido político de carácter identitario ha de tener en cuenta
estos tres factores.
*La múltiple
alienación religiosa y política de raíces judías (los universalismos o
internacionalismos cristiano y marxista) que padecemos desde hace siglos es un
severo obstáculo para lograr la regeneración de nuestros pueblos. A estos se le
añade el flujo migratorio, desde hace décadas, de millones de musulmanes
asiáticos y africanos hacia nuestras tierras. Y no debemos olvidar las
numerosas entidades supranacionales (políticas, económicas, jurídicas,
militares…) que privan de genuina soberanía a las naciones y hacen poco menos
que imposible la independencia, la autonomía, la libertad, o la defensa –la auto-protección
ante los flujos migratorios, por ejemplo. Esto es, que estamos obligados a
acogerlos, pues de lo contrario somos ‘malos’: xenófobos, racistas, no
demócratas, no cristianos… inhumanos, en una palabra; y es entonces legítimo
coaccionarnos mediante bloqueos, sanciones económicas, o guerra. No son pocos
los enemigos con los que tenemos que enfrentarnos en los tiempos que corren.
(Obama dijo no
hace mucho que sólo los nativos americanos tendrían derecho a oponerse a la
inmigración (en EEUU). ¿Y qué pasa en Europa? ¿Podemos los nativos europeos
oponernos a la masiva inmigración que padecemos desde hace décadas de pueblos
africanos, asiáticos y amerindios?)
*La comunidad de
los nacidos aryas. La religión de los nacidos aryas. Los militantes se comprometen
de forma religiosa, mediante juramentos de lealtad al propio pueblo. Se trata
también de una profesión de fe. Es un compromiso de por vida. Afecta a todos
los órdenes de nuestra existencia. Es un cambio, una transformación. Una
‘conversión’.
Los militantes aryas no son como los militantes
de cualquier facción política. Estos ignoran la fidelidad y la devoción.
El
comportamiento de un militante arya se tiene que distinguir. Ahora representa a
todos los nacidos aryas. Hablo de su aspecto, de su conducta, de sus palabras,
y de sus pensamientos. Aspecto arya, conducta arya, palabras aryas,
pensamientos aryas. No debe hacer nada que perjudique a su pueblo. Debe
contribuir al prestigio, a la honra de su pueblo.
Ahora el peso
recae en la entera comunidad. Es la comunidad lo único que importa. La salud,
el futuro de la comunidad.
El culto a los
antepasados es esencial. El nexo con el
pasado.
*Los pueblos
aryas tenemos un numeroso legado religioso/cultural. El viejo legado comprende
las reliquias de los pueblos hititas, aryas védicos, iranios, griegos, romanos,
germanos, celtas, eslavos, baltos… El nuevo legado comprende las
manifestaciones culturales no cristianas o no tocadas por el cristianismo desde
la cristianización hasta nuestros días
(hablo de literatura, artes plásticas, música, filosofías, ciencias de la
naturaleza, ciencias políticas y económicas, costumbres y tradiciones varias…).
No estamos
faltos, pues, de información, de enseñanzas. Hay mucha sabiduría en Grecia y
Roma (relatos mitológicos, poemas épicos, literatura, artes plásticas,
filosofía, derecho, ciencias…), en los himnos védicos, en la literatura
jurídica y mitológica de los hititas, en el Mabinogion celta, en lo Eddas
germánicos… Esto por lo que respecta al viejo legado. En el nuevo legado
tenemos toda la cultura ‘profana’ (no cristiana) que conservamos de los últimos
mil seiscientos años. Es un legado espiritual propio, único, exclusivo de los
pueblos aryas.
*Hay mucha
espiritualidad en este amor a la propia tierra, al propio pueblo, y a la propia
historia.
No sé cómo los
cristianos se atreven a censurar este amor nuestro tildándolo de idolatría.
Ellos, que idolatran al pueblo judío (el pueblo ‘elegido’): su etnia, su
tierra, su historia, su dios…
También nos
acusan de ‘paganos’. Pero nosotros no somos ‘paganos’, somos aryas. Podemos
decir que no hay, ni jamás hubo, pueblos paganos. El término ‘pagano’ es un
término despectivo usado por los cristianos
para referirse a los pueblos no cristianos (similar al de ‘kafir’ (que
proviene del nombre de una tribu africana –los ‘cafres’), usado por los
musulmanes). En su origen el término hacía alusión a los cultos campesinos
(pagus-i, en latín). Era como llamar a los no cristianos ‘rústicos’, ‘toscos’,
y similares. Recuérdense también que los términos germanos ‘heide’, ‘heathen’ y
derivados, que son igualmente usados para denominar a los no cristianos, vienen
a significar ‘silvestre’, ‘salvaje’, no cultivado. A menudo he comentado en
estas páginas esta manipulación lingüística; esta maldad.
Destino
semejante han tenido términos como
‘nazi’, ‘nazismo’, ‘fascismo’ y semejantes. Estos han sido demonizados
por la judería internacional y sus siervos Estados ‘democráticos’ occidentales.
El nacionalismo étnico es el mal… para los otros. No olvidemos que el Estado de
Israel es el único Estado étnico permitido.
Así pues, la
estrategia fue (y es) asociar el término latino ‘pagano’, como el germano ‘heathen’, con lo rústico, lo salvaje, lo
inculto, lo incivilizado, lo ineducado y demás, de la misma manera que términos
como ‘nazi’, ‘nazismo’, o ‘fascismo’ se asocian con la violencia gratuita, con
la crueldad, con el sadismo incluso.
(No recuerdo que
papa reciente asociaba el nazismo (el nacionalsocialismo étnico) con el
paganismo. Ambos términos ya absolutamente demonizados. Si ahora le añadimos la
idolatría, ya tenemos el cuadro perfecto.)
*Una fe y una
religión, sí. Para el futuro de Europa, para el futuro de los aryas europeos.
‘Cielo’ es la
palabra. El espacio simbólico, el reino de lo alto, el ‘dyaus’. La morada
espiritual de los aryas todos. De ahí vienen los rayos, las iluminaciones, las
auroras. ¡Oh, Cielo bienaventurado!
El ser no es el
cielo, no es el dios. Pero ni el dios ni el cielo serían sin el ser. Decimos de
ambos que son la morada del ser simbólico. El dios/cielo es el remitente y el
destino de este ser. Como el gran océano: de él parten las aguas y a él
vuelven.
Antes que la morada
del ser simbólico fuese, antes que el gran océano fuese, era el ser. El ser es
el creador de la morada, y del morador. Padre/madre de ambos. Somos los seres
simbólicos los pastoreados por el ser.
*Los pueblos aryas
somos los pueblos del ser; los pueblos pastoreados por el ser. Es el ser el que
nos pastorea. El ser es la verdad. Es la verdad la que nos pastorea.
Las lenguas
aryas se articulan en torno al ser. El ‘ser’ es esencial en nuestras lenguas y
en nuestras vidas.
*El viejo
testamento arya recoge las tradiciones culturales pre-cristianas o
pre-islámicas de los pueblos aryas (las hititas, las aryas védicas, las
iranias, las griegas, las romanas, las celtas, las germanas…). Toda su cultura
–aquello que les religaba y les hacia uno. Éste es el legado arcaico de los
pueblos aryas.
El nuevo
testamento arya recoge las tradiciones culturales no específicamente judeo-cristianas
o judeo-islámicas: literatura, artes plásticas, ciencias de la naturaleza,
filosofía, política, derecho, economía… hasta Darwin, Nietzsche, Heidegger…
Hitler. Particularmente el movimiento nazi, con su etnicismo y su biologismo.
Es también nuestra
historia sagrada. La antigua, y la nueva. El periodo nazi, desde sus comienzos
en los años 20’ hasta finales de la
guerra y poco más allá, se constituye como episodio final de nuestra más
reciente historia, como su testamento final. Cierra el nuevo legado. Son los
tiempos heroicos del nacimiento de la nación arya.
El legado ‘nazi’
es legado sagrado. Sus personajes, su historia; sus pensamientos, sus palabras,
y sus obras… Su vida, su pasión, y su muerte. Su trágico final.
*El cuido, la
guarda, la defensa del ser. Siempre en vela.
Nosotros, los
nuevos aryas. Los renacidos.
*El camino
hitita, el camino arya védico, el iranio, el griego, el romano, el germano, el
celta, el balto, el eslavo… Los caminos que trazaron los pueblos aryas. Los
mundos creados tras las sucesivas dispersiones. El viejo legado. El antiguo
testamento de los pueblos aryas.
Podemos
considerar el nacionalismo étnico arya de Hitler como parte del nuevo
testamento de los pueblos aryas, como parte esencial del nuevo legado. Todo el
pasado post-cristiano (el no-cristiano –el autóctono, el racial) parecía
confluir en el ‘movimiento’ por él iniciado. Aún más, podemos considerar el
periodo nazi (personajes, historia, textos…) como el novísimo testamento de los
pueblos aryas.
El nacionalismo
étnico hitleriano habría hecho justicia a nuestra historia. A nuestro pasado
más propio –al antiguo y al nuevo testamento arya. Fue un nuevo inicio
(frustrado) para los pueblos aryas europeos. Un nuevo comienzo –desde aquel
remoto nacimiento del pasado. Los pueblos aryas europeos, liderados por la
Alemania nazi, iban camino de ser, de nuevo, un solo pueblo.
El legado arya.
El legado prohibido; proscrito. El antiguo, por los cristianos. El nuevo, por
todas las fuerzas del sistema (religiosas, políticas, jurídicas, filosóficas,
morales, sociales, públicas…). Todo lo sagrado arya. Lo que hemos de liberar y
enarbolar, llevar a lo alto.
La materia
religiosa arya. La materia sagrada arya, la vieja y la nueva; el viejo y el
nuevo testamento. Nuestro ‘santo grial’.
Amigo, bebe de
lo tuyo; apura la copa del recuerdo. Purifícate. Renace.
*
Saludos,
y hasta la próxima
Manu
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