Genocentrismo XIX.
Manu Rodríguez. Desde Gaiia (08/11/17).
*
*Si
fuéramos educados e instruidos desde la sustancia viviente única, como
sustancia viviente única, y no como miembros de tal etnia, tal nación, o tal cultura…
Todas las
estupideces en las que viven, aún, los grupos humanos. Las discordias entre
etnias, entre culturas, entre naciones… Las consecuencias letales. La locura y
el horror. La pérdida de tiempo, de vidas, de luz…
El planeta está
lleno de tales estupideces. La alienación étnica, nacional, cultural,
religiosa, política… de las masas. Colectivos poseídos, dirigidos,
instrumentalizados…
Las múltiples
alienaciones a las que se ve sometida la vida en el cariotipo humano en función
de su etnia, de su lugar de nacimiento, de su status, o de su entorno político
o cultural.
La vida
alienada, extrañada de sí; detenida, paralizada.
El desvío, el
extravío. El olvido, el soterramiento del ser único que somos.
Viene esto a
cuento por los recientes conflictos que estamos padeciendo en nuestros
territorios, en este rincón de la vieja Europa. Individuos que cifran su
dignidad y su contento en ser de aquí o de allá, y sólo de aquí o de allá. En
este planeta viviente.
Patrias,
naciones… ideologías… cosas muertas, idas… Residuos del neolítico; fantasmas
del pasado, de los tiempos más sombríos. Que siguen moviendo, agitando a los
colectivos humanos, desviándolos de sí, apartándolos de su íntima naturaleza,
de su ser y de su sentido.
Retardan,
obstruyen la salida del neolítico estos movimientos colectivos. Lastran,
dificultan el destino de la especie humana, de la especie elegida.
No hay otra
salida de este desnortado periodo, que se resiste a desaparecer, que el
genocentrismo. Necesitamos una nueva ‘paideia’, una nueva instrucción para los
recién llegados que les inicie, desde que nacen, en su ser genético único; un
nuevo comienzo o principio (‘arkhé’), un nuevo ‘éthos’, y una nueva excelencia
(‘areté’).
*En nuestros ‘inocentes’ informativos (para todos los
públicos) se minimiza la importancia que para la vida tiene la sexualidad
natural, la primitiva y originaria, la sexualidad reproductiva, y se ensalza y
promociona la ‘sexualidad’ contranatural, alternativa, o transgénero (véanse
los ‘persuasivos’ reportajes y documentales al respecto que circulan por
nuestros mass media).
*La explotación, la contaminación… Mundo inmundo.
Los malos caminos para la vida se unen. El insaciable, el
ciego deseo de oro, de poder, de placer. Todo contribuye a su degradación. Las
aguas, la atmósfera, el suelo productivo… la flora y la fauna… los colectivos
humanos… Todo contaminado, mancillado, impuro.
Todo para en manos del ‘malo’ –de las malas intenciones,
de los malos discursos, de las malas prácticas… Desde que tenemos memoria.
Ésta es la civilización que vivimos. La corona de las
prácticas depredadoras y destructivas del entorno físico-químico y del mundo
nuestro viviente; la corona del neolítico. Destruimos un mundo cuyas
condiciones físico-químicas (atmósfera, temperatura, salinidad de los océanos…)
la vida ha ido modificado hasta hacerlo cada vez más habitable. El ecosistema
planetario es obra también de la vida. La misma vida ha colaborado en sus
propias condiciones de existencia.
¿Quién es el sujeto de tales pésimas actuaciones; en
nombre de quién…? Es el ‘hombre’, es la ‘humanidad’… El ‘hombre’ o la
‘humanidad’ son el fetiche o la coartada, la excusa…
O la vida alienada en una de sus criaturas, sin voz…
(inconsciencia, olvido del ser…). O el uso mixtificador de lo ‘humano’ o la
‘humanidad’: en el nombre de la ‘humanidad’, o del progreso de la ‘humanidad’.
Primero lo humano, en cualquier caso.
Es una dictadura, una tiranía, lo que ejerce el ‘hombre’
sobre este planeta viviente. No el hombre, en verdad, sino la misma vida. Es
vida contra vida.
El hombre ha tiempo que ha desaparecido –desde Darwin,
desde la revelación de la sustancia genética. Lo nuestro ahora, en el periodo
genocéntrico, es la vida, no lo que concierne a los ‘humanos’ –al
individuo, a la especie, o a tal etnia o
grupo social…
*La vida alienada, esclavizada… subordinada a una especie
determinada, a una etnia, a una cultura… No gira alrededor de sí misma. No
piensa en sí. Se ignora. La ignorancia fatal.
Liberar a la vida, a la sustancia viviente única, de toda
servidumbre. A Líf, a Gaiia…
*Nosotros somos mortales, pero la sustancia genética es
virtualmente imperecedera; es el/la/lo viviente indestructible, inmortal. La sustancia viviente se eterna, se prolonga
en las generaciones.
Las biomoléculas. La materia viviente cósmica. Tan eterna
como el mismo cosmos. Consustancial.
*Tiempos finales. Decisivos. Batalla final. Las
catástrofes de todo tipo (humanas y medioambientales) que nos envuelven; que
ponen en peligro a la misma vida. Nunca tan cerca del final.
Las buenas intenciones. Querer, pensar lo mejor para la
vida. Actuar en consecuencia.
El dualismo etológico (ético, moral). Con la buena
elección no se salva el hombre, sino la vida. La libertad de elección, y la
elección de lo mejor para la vida, no conduce a la liberación o salvación
‘personal’. No es la liberación o salvación del ‘hombre’ (individual) la meta,
sino la liberación o salvación de la vida. La vida elige la vida. Por último,
no es una ‘doctrina’, o una ‘fe’. Es un saber.
Las buenas intenciones, carentes de fuerza, se ven
arrastradas por el poder y la fuerza de las malas intenciones. El buen espíritu
nada puede. El resultado es un planeta devastado. Estamos destruyendo el
hábitat, la morada, la labor de millones y millones de años. Un futuro terrible
nos aguarda si continuamos por este camino. ¿Qué hacer?
El caos, la destrucción como nunca antes. En todo el
planeta. La ciega violencia, la ciega explotación… Las malas prácticas –el mal
hacer. Todo el planeta afectado –no hay rincón que se libre de la presencia del
mal espíritu y de sus obras.
La vida se lamenta. Los ‘videntes’. ¿Cómo hemos llegado a
esta situación? El mal espíritu hace lo que quiere sin control alguno. La obra
de nuestros ancestros arruinada, deshecha.
Sujetar, vencer, dominar… Es la vida la que ha de poner
freno a la vida. La vida que se lamenta, la vida que ‘ve’, ha de proyectar luz
sobre nuestras acciones.
Corregir el rumbo. Cambiar de camino –de costumbres, de
hábitos. Habitar, morar de otro modo.
Autoconocimiento y autodominio. No basta con mandarse,
hay que obedecerse (Nietzsche). La interna jerarquía.
¿Cómo, conoces lo mejor y eliges lo peor? ¿Has perdido el
juicio?
Hoy no cabe alegar ignorancia.
Los enemigos de la vida. Los codiciosos, los belicosos,
los mixtificadores… Los enemigos de la
verdad y de la vida. Sembrando muerte y miseria en el planeta entero. Un planeta viviente que se duele y se
lamenta. Apenas si tiene valedores, y estos carecen de fuerza, de poder. ¿Cómo
regenerar la vida?
La vida que a sí misma se explota, se agrede, se
destruye, se arruina… La vida mala, la vida enferma…
Son unos pocos los que gobiernan el mundo, los que se
imponen. Es el poder de unos pocos. Imponen su mundo, su ley, su orden… por las
buenas o por las malas. Lo vemos cada
día. Las masas, las inmensas multitudes alienadas, manipuladas, engañadas…
instrumentalizadas. La eterna guerra, la eterna miseria. El caos, el desorden
endémico en este planeta.
La vida buena arrinconada. No hay espacio, no hay lugar
para la vida buena. Todo contaminado, mancillado, maldito.
La buena fe y la mala fe son estados de conciencia. A
sabiendas se hace el mal. Con malas artes, con mala fe se imponen los pocos sobre
los muchos. La buena fe nada puede. Es el eterno, el constante triunfo de los
‘malos’. Las ficciones que el ‘sistema’ pone en circulación (cinematográficas,
literarias, religiosas, políticas…) nos engañan, nos ciegan, el bien jamás
triunfa.
No se puede, no se podrá contra los sistemas de poder y
sus beneficiarios. De hegemonía en hegemonía, de sistema en sistema, de poder
en poder… Así vamos. De manipulación en manipulación. La lucha entre los
diversos sistemas de poder. Las fuerzas
aliadas del ‘sistema’ de poder dominante actual. Y este sistema de explotación,
de agresión, de poder… ¿cuánto durará? Y el próximo. De ‘amo’ en ‘amo’ vamos.
La buena fe, las buenas intenciones, la buena conciencia…
nada pueden contra esta turbia lucha por la hegemonía entre los diversos
sistemas de poder. Omnipresente. Ubicua. No hay rincón del planeta libre de la
querella por el poder entre los codiciosos. Las banderas, las facciones
enfrentadas (las masas manipuladas, instrumentalizadas… la carne de cañón).
No hay salida, tal vez. Esto es lo que hay. La realidad.
El ser. Lo que fue y lo que será. No hay otro camino; no hay alternativa. Eterna
sombra.
La salida que el ‘sistema’ (los diversos sistemas de
poder) nos ofrece es la salida individual, la salvación personal. Los muy
zorros.
La alternativa ha de ser global. Aquí o nos salvamos
todos, o no se salva nada ni nadie.
El ‘hombre’ es tanto el problema como la solución. Quiero
decir la vida en el cariotipo específico humano. Es la vida en todo momento. Es
la vida el problema, y es la vida la solución. Es vida contra vida. Y es vida
pro vida.
La lucha, absurda, incongruente, por el dominio del
‘mundo’ de unos contra otros. Un dominio que ya la vida ejerce. Porque la vida es poderosa en sí misma. Y la vida en
el cariotipo humano tanto más. ¿A qué buscar y codiciar un poder que ya se
tiene?
Justamente un paraíso podría ser la vida de todos en este
planeta. Un mundo regenerado. Pacíficos trabajadores, pacíficos investigadores,
pacíficos exploradores… Una vida en progreso y en paz.
Un mundo centrado en la vida y en lo que es bueno para la
vida. La gestión ecológica del planeta. El cuidado del medio (biótico y
abiótico).
La revolución genocéntrica es lo que está por venir. La
salida global a miles de años de locura y de horror; de ceguera, de
inconsciencia, de no saber... La única salida. No como hombres hemos de luchar
por este futuro, sino como vida.
¿Cómo podrá ser esto? ¿Cómo se alcanzará este nivel?
¿Cuándo? El tiempo apremia. Hay procesos irreversibles. Perdida de flora y
fauna. Contaminación del suelo, del aire, de las aguas… La hambruna, la
miseria, la violencia, la guerra… –endémicas, enquistadas, eternas. Dolor,
dolor, dolor… ¿Cómo saldremos de ésta? Son los últimos tiempos, sin duda. Como
nunca antes. Nunca más necesitados de una salida.
Nosotros, la vida, somos el problema y la solución. Únicamente
nosotros, los miembros del cariotipo específico humano, podemos frenar o
detener la autodestructiva marcha que llevamos. En nuestra mano está el cambiar
de rumbo, el cambiar el modo y manera de estar, de ser, de vivir… en este
planeta.
Actuar con inteligencia, con cordura, con verdad… El bien
hacer. Un ‘éthos’ nuevo centrado en la vida. La vida es ahora la medida –no el
hombre, no la criatura. Lo que es bueno o malo para la vida. Éste es el
criterio que ha de guiar la acción. Éste ha de ser nuestro morar, nuestro
con-vivir, nuestro co-habitar en este planeta. El proceder ajustado es nuestra
única garantía de futuro.
*Las palabras pueden ser engañosas, tramposas,
dia-bólicas… Lo dia-bólico es la doble intención, el doble consejo, la doble
lengua… la doble fe –la lengua bí-fida. Si las palabras no son suficientes para
‘cautivar’, doblegar, o dominar, se aplica la disciplina del terror (Isidoro de
Sevilla)… Los violentos y los astutos son los que mandan en nuestro mundo
viviente. De ellos es el poder, y la gloria.
Lo contrario de lo dia-bólico es lo sim-bólico. Lo
sim-bólico es el sentir común, el con-senso, el querer común… El pensamiento
común –el pensar en todo y en todos. Lo sim-bólico es la concordia, la armonía,
el orden (asha, rtá) deseable.
La conducta integral –el pensamiento, la palabra, y las
obras. Una sola lengua sublime y acordada.
La conducta de los individuos humanos es generalmente
egoísta. No se piensa en el otro, en el beneficio común, sino en el propio
provecho. La conducta de la ‘humanidad’, en este planeta, es la suma de todos
esos pequeños egoísmos, de todas esas pequeñas voluntades. Todo humano mira y
tira para sí. Es un universo ‘tenso’, un mundo tensado de egoísmos. No hay nada
común, nada que una, que haga ‘uno’.
Lo simbólico es lo común. Lo que concierne a todos. La
conciencia colectiva, una.
*ZHN, el viviente. Gaiia, la viviente. Ahu, el
existente. Líf, la vida… Xenus. Genouss y Genoussin.
Xenus/Nexus es la vida en el cariotipo humano –la vida
consciente de sí. Recuperada la conciencia, la memoria, el ser… Reavivada,
renacida.
*Creador, artífice, demiurgo, señor de las criaturas… Dhatr,
Tvashtr, Prajapati… La materia viviente. El plasma germinal. La sustancia
viviente única. Xenus. Nos. Genouss y Genoussin.
La vida que cuida de sí; que se protege, que se prodiga,
que se ama. Lífthrasir.
*
Hasta la próxima,
Manu
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