Catalunya, Catalunya über
alles
Manu Rodríguez. Desde Gaiia
(17/12/17).
*
*La caricaturización, la deformación, la estigmatización
del otro… El suprematismo y el racismo anti-españolista en Cataluña. Cataluña
ha devenido el territorio del odio y de la sinrazón (como otrora el País
Vasco).
La siembra del odio; del odio que ciega, que aturde, que
confunde, que embrutece. ¿Quiénes son los responsables de este nacionalismo ofensivo y excluyente que ha
convertido a buena parte de los catalanes en un puñado de catetos, de
chovinistas, de provincianos (lo ‘nuestro’ es lo mejor)? No, no eran tan listos
ni tan estupendos estos catalanes cuando se han dejado atrapar por el discurso
más estúpido, regresivo y reaccionario que circula por nuestros lares. Han
perdido todo el prestigio que, merecidamente o no, se les atribuía. Han quedado
desnudos en su vileza, y en su necedad.
Tienen suerte los vascos y los catalanes en tener por
vecinos a pueblos nobles como los cántabros, los asturianos, los gallegos, los
riojanos, los aragoneses, los castellanos, los andaluces, los extremeños… a
pueblos que perdonan y olvidan los constantes maltratos recibidos. En el País
Vasco y en Cataluña, y sin motivo, se nos odia, se nos ridiculiza, se nos
ofende… Somos los pueblos del resto de España los que tendríamos que sentirnos
agraviados por el trato injusto y despreciable que recibimos por parte de
catalanes y vascos, y desde hace mucho tiempo.
*Los independentistas catalanes ha tiempo que
sacrificaron la verdad en su camino hacia el poder. Y no sólo sus políticos o
representantes, también sus votantes o partidarios. Con un pésimo resultado, y
es que sus mentiras, infundios, insidias, difamaciones, calumnias, falsos
testimonios, tergiversaciones y mixtificaciones… su mala fe, su juego sucio, en
definitiva, ha mancillado y desprestigiado al completo pueblo catalán. Para el
independentismo catalán no hay barreras, todo vale. Con la fatal estrategia
seguida para la consecución de sus deseos han conseguido que, a los ojos al
menos del resto de los españoles, la imagen de los catalanes se haya
deteriorado quizás irreversiblemente, ahora se le tiene por un pueble carente
de nobleza, de veracidad, de honradez, de fiabilidad; un pueblo indigno,
miserable, sin moral, sin honor, sin pudor, sin vergüenza; un pueblo que,
cegado por su ambición de dominio, ha perdido el camino, el respeto por sí
mismo, el sentido –el ‘seny’. No hay duda que les llevará tiempo el limpiar la
horrible imagen que están dejando, el recuperar la confianza del resto de los
pueblos de España. Y esto afecta, lamentablemente, a los catalanes que no han seguido
este camino de deshonra colectiva, de envilecimiento colectivo. Nos lo han
puesto muy difícil, ¿cómo discriminaremos, el resto de los españoles, entre
unos y otros; cómo sabremos en quién confiar y en quién no confiar?
*Los avatares del totalitarismo en la península ibérica.
El resurgir de los decimonónicos nacionalismos vasco y catalán. Estos
nacionalismos estuvieron sojuzgados durante el periodo del nacional-catolicismo
español (el franquismo) –que todos los pueblos de España padecimos. Con la muerte
del dictador y la llegada de la democracia llegó también la hora de la revancha
para vascos y catalanes. Para estos, y desde entonces, el enemigo no era ya,
obviamente, la dictadura franquista, sino el nuevo Estado (democrático)
español, e incluso los mismísimos españoles (los no catalanes o no vascos). A
estos (los no ‘yo’, los ‘otros’) se les podía (y se les puede) degradar,
insultar, golpear, e incluso matar (véase el caso vasco). No perdamos de vista
la pedagogía del odio a lo ‘español’ (así, sin más), en el País Vasco y
Cataluña, en la enseñanza, en los medios
de comunicación, en la calle, en todas partes. No olvidemos los ‘dichos’ contra
los españoles de Sabino Arana, el padre del nacional-catolicismo vasco. No
olvidemos tampoco el anti-españolismo de Heribert Barrera, y tantos otros, en
Cataluña. No olvidemos, finalmente, el uso de términos despectivos para
calificar al resto de los españoles: ‘perros’ (txakurras en vasco y charnegos
en catalán). Esto viene de antiguo.
No lo dudemos ni un instante, los movimientos
nacionalistas vasco y catalán son movimientos totalitarios, son los herederos,
los nuevos rostros del viejo totalitarismo ofensivo y excluyente.
*Los totalitarismos catalán y vasco no tienen un solo
rostro, están representados por partidos conservadores, progresistas, y
revolucionarios o de ‘izquierda’ tanto en el País Vasco (y Navarra), como en
Cataluña. Los conflictos internos entre estos partidos están de momento
aminorados debido al enfrentamiento con el Estado español. Lo primero es la independencia, la creación
del Estado independiente, de la nación o país. El logro de la independencia es
lo único que les mantiene unidos. Si alguna vez consiguieran la independencia
tendríamos guerra interna entre las facciones nacionalistas, de esto no cabe la
menor duda. Es, pues, la lucha por la independencia y contra el ‘enemigo
exterior’ (España y los españoles) lo que ha impedido hasta ahora el que se
desgarren entre ellos. Bildu, los herederos de la antigua Batasuna (y ETA),
sueña con un Estado ‘socialista nacional’ (atiéndase a las resonancias
estalinianas), y la CUP catalana nos recuerda al nacional-bolchevismo alemán.
No hay nada nuevo. Los tibios o conservadores, el PNV vasco y la antigua
Convergencia catalana, e incluso la muy progresista Esquerra, tendrán que
habérselas en su momento con los ‘revolucionarios’ de Bildu (caso vasco) o la
CUP (caso catalán). Bolcheviques contra mencheviques. Repetirán una vieja
historia, ahora, ya, en clave de ‘farsa’.
Hablamos de los conflictos entre nacionalistas, pero,
llegado el caso que lograsen la independencia, ¿cuál sería el destino de los
‘otros’ en el País Vasco y Cataluña? Estos ya han sido silenciados,
‘vaporizados’, han desaparecido de los medios de comunicación nacionalistas,
carecen de presencia, de voz –como si no existieran. ¿Qué sería lo próximo?
Las prácticas ofensivas y excluyentes de los
nacionalismos vasco y catalán los retratan como los herederos del peor
totalitarismo del pasado. No nos engañemos al respecto. No hay otro
totalitarismo en la actual España que los movimientos nacionalistas vasco y
catalán (ya católicos y conservadores, ya estalinistas o ‘revolucionarios’).
*No debemos olvidar que la riqueza económica e industrial
de la que gozan en la actualidad Cataluña y el País Vasco tienen su origen en
la política económica del viejo dictador, que les favoreció particularmente –en
detrimento del resto de las regiones de España.
Esto tuvo como consecuencia la forzada emigración de andaluces,
castellanos, gallegos, aragoneses, extremeños y demás hacia las regiones
favorecidas –allí donde fueron tratados, como todos sabemos, como ‘perros’. Es
al viejo dictador, pues, al mismísimo Franco, al que le deben agradecer su actual
‘ventaja’. Los privilegios, por
desgracia, no terminaron con la muerte del dictador, los sucesivos gobiernos
democráticos siguieron favoreciéndolos (acuciados por los criminales atentados,
las amenazas, el chantaje…), prosiguieron alimentando su soberbia, fortaleciendo
su ‘monstruosidad’…
*
Hasta la próxima,
Manu
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