Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

viernes, 10 de diciembre de 2021

249) Genogramas LXXI

Genogramas LXXI.

 

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (10/12/21).

 

                                                                  *****

 

1.

¿Qué puede ser tomado del pasado?

¿Qué puede serle útil a la vida?

¿Qué poesía, qué música, qué filosofía...?

La menos antropocéntrica. La que pueda

ser tomada por la vida sin desmedro de su ser.

Aquello que la misma vida hubiera creado.

Lo menos humano. Aquello que puede

ser suscrito por la vida. Es una labor

que queda. Sopesar el pasado creativo

de la humanidad.

 

Lejos de todo patetismo humano.

Su histrionismo, su sobreactuación… 

Su vano narcisismo.

 

Lo sublime vital –no lo sublime humano.

Esto es lo que hay que rescatar del pasado.

 

Apenas nada del pasado nos vale.

La vida debe valorar ahora.

Qué del pasado le viene, le dice.

Es un juicio.

 

2.

La vida. La materia viviente.

Su singularidad, su excepcionalidad.

Su polivalencia, su pluripotencia.

Su sublimidad.

 

3.

La vida. El mundo. Vivir

es también ser mundo

–formar parte del mundo.

Formar parte de ‘esto’.

Existir. Co-existir.


4. 

La vida, siendo ‘una’, tiene

que albergar todos los opuestos,

todos los antónimos… Fuerte y débil,

destructiva y constructiva,

sublime y pedestre,

verdadera y engañosa…

 

5.

Las unidades eventuales, contingentes,

perecederas. Pero la vida también

se sucede a sí misma, se eterniza

(mediante la reproducción).

La vida alberga en sí

la muerte y la inmortalidad.

 

6.

Vana cosa es pretender

que la vida aspire a otra cosa

que no sea ella misma.

La vida se tiene a sí misma,

a sí misma se posee.

Es la plenitud.

 

7.

La vida que se goza de sí.

La experiencia misteriosa.

La plenitud. La completitud.

La autognosis.

 

8. 

Las unidades sexuadas.

Mutuamente se necesitan.

La vida requiere de sí

en la reproducción. La vida

se necesita, se requiere,

se busca… a sí misma.

 

9.

La soledad de las unidades

contingentes y perecederas.

La soledad de la vida.

 

10.

La vida escindida,

separada de sí…

repartida en las criaturas.

La misma vida.

Lo Uno primordial.

 

11.

Los genes son los ingenieros

de sus cuerpos, de sus somas.

 

Los fenotipos, los somas, son máquinas

construidas por la sustancia genética.

Son sus instrumentos, sus vehículos,

sus armas… Con sus ‘ingenios’

la sustancia genética se mueve,

percibe, asimila el entorno, ataca,

se protege, se defiende, se reproduce…

 

La sustancia genética nos instruye

con sus ‘ingenios’, con sus soluciones.

El vuelo, la natación, la respiración,

la vista, el oído…

 

Vemos, en los humanos, la evolución

de sus coches, de sus aviones…

de sus técnicas y de sus maquinarias…

Se quiere ir más rápido, o más seguro…

Se busca la velocidad, la seguridad…

Máquinas o dispositivos

con una finalidad determinada.

 

Nadie duda de la intencionalidad

de nuestras construcciones.

¿Por qué se la negamos

a la sustancia genética?

 

Los diseños somáticos que pululan

son admirables por su eficacia,

por su perfección. La obra

de los ingenieros de la vida.

Se supera la presión, la atmósfera,

la gravedad… Los somas son máquinas

adaptadas al medio entorno, preparadas

para no sucumbir al medio físico-químico.

 

La sustancia genética hace evolucionar

a sus somas en orden a la perfección.

Hay miles, millones de organismos

diferentes. Cada una de las especies

supone soluciones diferentes con relación

al medio físico-químico. Diferentes

soluciones para la locomoción,

para la asimilación, para la defensa,

para la reproducción…

 

Tenemos que aprender de la sustancia

genética (de nosotros mismos).

Millones y millones de años

de experiencia. Desde hace más

de tres mil millones de años.

Apenas si hay medio físico-químico

en el planeta que no esté colonizado.

Es la vida la que ha llegado ahí

con sus vehículos –con sus somas

super-adaptados, super-preparados.

 

Somas victoriosos, eficaces.

Aptos para vencer el hielo y el fuego.

La obra de los ingenieros, de los creadores

de las formas vivas todas.

 

La colonización del planeta

sólo ha sido posible realizarla

utilizando somas adecuados.

 

La escuela de la vida es la escuela

de la superación, de la victoria,

del éxito… Cómo ha logrado ‘vencer’,

dominar, adaptar… los medios más adversos.

 

Con sus somas la vida no pretende

meramente sobrevivir, sino dominar

el medio, vencer, triunfar sobre el medio

(presión, temperatura, gravedad…).

 

Hay que tener en cuenta los factores

bióticos (los otros organismos,

las otras ‘soluciones’) y los abióticos

en la deriva de la vida en este planeta.

La lucha, el combate, el agón…

es constante, continuo. No cesa.

Contra el medio físico-químico,

contra las otras forma vivas.

No hay descanso.

 

La vida ha ingeniado miles

de formas para vencer el medio;

para dominar sobre el medio.

La existencia la ha conquistado

de múltiples maneras.

 

Con la multiplicidad de las ‘soluciones’

la vida se ha garantizado la perdurabilidad.

No hay medio con el que no pueda.

En este sentido la vida es poder.

 

12.

La conciencia de sí de la misma

vida que ahora adviene,

¿qué consecuencias tendrá

para el futuro de la misma?

 

El futuro por venir. Todo cambiará

conforme este conocimiento

y esta conciencia se vayan extendiendo.

La conciencia de sí como vida

exige otra sociedad, otra economía,

otro derecho, otro arte, otro pensamiento…

otras maneras de vivir.

 

Las relaciones familiares, amorosas,

amistosas, económicas… sociales

en amplio sentido. Las relaciones

con el resto de los seres vivos.

La cultura genocéntrica por hacer.

 

Romper la inercia antropocéntrica.

Ruptura con el pasado antropocéntrico.

La nueva vida.

 

*****

 

Saludos,

Manu 

No hay comentarios:

Publicar un comentario