Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

domingo, 9 de octubre de 2022

269) Genogramas XCI

Genogramas XCI.

 

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (09/10/22).

 

                                                                  *****

 

1.

La materia viviente, la vida, la única

sustancia proactiva en el cosmos.

 

Los ácidos nucleicos. Los asentados

en el núcleo y los periféricos.

El metabolismo, la reproducción…

el ‘sistema vital’ en su conjunto.

 

El ‘proceso vital’ –los ciclos,

la recreación, la regeneración.

Da capo al fine –una y otra vez.

 

La ‘conexión vital’. Formas

de vida interdependientes,

que mutuamente se necesitan.

Múltiples niveles de coexistencia.

Es una simbiosis generalizada.

 

Cuasi-organismo, el planeta viviente,

la biosfera. Cuasi-órganos los modos

de vida, los  nichos ecológicos,

las especies… Intercambio

de metabolitos. Yo para ti;

tú para mí. Complementariedad.

Todo tiene que ver con todo.

Fisiología común.

 

2.

La vida en el planeta es una y muchas,

concorde y discorde, ordenada

y desordenada, estable e inestable,

sincrónica y diacrónica, unida

y dispersa, fragmentada…

Lo tiene todo; lo contiene todo.

Es la contradicción personificada.

 

Nosotros somos pedazos de vida.

¡Cómo no íbamos a tener la vida

de la vida!¡Cómo no íbamos

a ‘vivir’ lo que vive la vida!

¡Cómo no íbamos a vivir la lucha,

la contradicción, la escisión,

el dolor…  al tiempo que la unidad,

la coherencia, la alegría…!

 

La vida consigo misma compite,

y consigo misma colabora.

La vida a sí misma se miente,

y a sí misma se dice la verdad.

La vida a sí misma se ama,

y a sí misma se odia.

La vida de sí misma goza,

y de sí misma se duele.

La vida a sí misma se somete,

y a sí misma se libera…

 

3. 

Los viejos mundos del neolítico

van desapareciendo al tiempo

que los nuevos mundos vienen

a la luz. Esto es lo que sucede.

Vivimos tiempos de transición.

No hay que dramatizar acerca

de la muerte de los viejos dioses,

o de las viejas ‘humanidades’.

No hay nada que lamentar.

Tenemos nuevos fundamentos;

nueva mirada, nueva luz.

No hay vacío; no hay desierto.

 

Día a día se abren paso y hacen

camino las nuevas comunidades

post-neolíticas, post-humanas;

las comunidades biocéntricas.

Los renacidos; los futuros.

 

4. 

El periodo de transición nihilista en el que

aún vivimos. Entre el desmoronamiento

de los viejos mundos, de las viejas culturas,

y el nacimiento de nuevos mundos, de una nueva

vida. Esto es lo que vivimos.

 

Que los valores y mundos del neolítico

ya no nos valen, esto es el nihilismo

contemporáneo –desde ‘la muerte de dios’

anunciada hace dos siglos. El ‘desierto’

actual, la ‘crisis’ de valores actual,

no nos debe apesadumbrar, es una buena

señal; es la señal de un nuevo comienzo.

Viene a decirnos que es la hora de crear

nuevos valores y nuevos mundos. Valores

y mundos futuros, post-neolíticos, post-nihilistas…

post-humanos incluso.  Es una nueva aurora,

un nuevo principio, nuevos tiempos inaugurales.

Es la hora de crear para milenios.

 

5. 

Desde un principio la vida se comunicó

consigo misma, a sí misma se ‘habló’.

 

La competencia, la cooperación, la predación,

la reproducción… A sí misma se convoca,

se atrae, se seduce, se engaña… mediante

signos químicos, táctiles, visuales, sonoros…

Olores, colores, formas, sonidos… inundan

selvas, bosques, aldeas, calles, ciudades…

 

6.

 

El amor es el origen del arte entre los humanos. 

Los fundamentos del arte tienen su origen

en la primordial selección sexual.

Cómo gustar, cómo atraer… La seducción.

 

La fuerza, el vigor, la gracia, la elegancia,

el encanto, la belleza… todos los parámetros

‘estéticos’. Aquello que nos seduce, nos atrae,

nos complace, nos encanta… Un arte para cada

sentido: para el olfato, para el gusto, para el tacto,

para el ojo, para el oído. Lo suave, lo agradable,

lo gustoso… lo bello, lo sublime… a la vista,

al oído, al tacto, al gusto, al olfato…

 

La impronta, la escuela… el origen,

los fundamentos… de nuestro gusto

por bellos, placenteros paisajes,

entornos, hábitats… por determinadas

atmósferas sonoras, olorosas…

 

Espacios y entornos adecuados para

el encuentro amoroso, para el beso,

el abrazo, la cópula: el aislamiento,

la penumbra, la fragancia, la brisa…

 

La invención, construcción o habilitación

del medio, del entorno, del nicho…

 

Es, sin duda, en la comunicación

y en la selección sexual donde reside

el origen de todas las artes.

 

Y es notoria la diferencia de los gustos

estéticos entre hombre y mujeres.

Las demandas estéticas de cada sexo.

Cómo se presenta o muestra cada sexo

ante el otro…

 

7.

Los fundamentos que las viejas culturas

del neolítico aportaban al ser simbólico

han desaparecido, se han esfumado,

se han devaluado; han perdido todo

significado y valor, todo sentido.

 

El nihilismo no es una causa,

es una consecuencia.

 

La muerte de los viejos dioses y las viejas

culturas del neolítico son daños colaterales

de la evolución cultural. Tal y como sucedió

en la transición del paleolítico al neolítico.

No es el resultado de una lucha contra los viejos

mundos. Es el fruto de los cambios culturales

sobrevenidos en los últimos siglos.

 

El nihilismo actual es tan sólo un periodo

de transición hacia nuevas formas culturales

que, por lo demás, ya circulan. La nueva

cosmología (desde Copérnico) y la nueva

biología (desde Lamarck, Darwin…)

han transformado la visión que del mundo

entorno y de nosotros mismos teníamos.

 

Disponemos, pues, de nuevos paradigmas,

de nuevos mundos, de nuevos fundamentos…

El mundo ha cambiado, es otro, eso es todo,

y los viejos mundos antropomórficos,

antropocéntricos, han devenido errados,

insuficientes, obsoletos. Ya no nos dicen.

Ya no nos dicen nada.

 

Asumir, interiorizar, encarnar… los nuevos

mundos, los nuevos fundamentos. Más allá

de los laberintos del neolítico y del nihilismo

que nos atenaza. Hacía un mundo nuevo

post-neolítico, post-nihilista, post-humano.

El camino de salida lo tenemos a la vista.


*****

Hasta la próxima,

Manu


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