Genogramas
XCII.
Manu
Rodríguez. Desde Gaiia (25/10/22).
*****
1.
La
vida, lo vivo, lo viviente… Lo Uno.
No
lo Uno cósmico, sino lo Uno referido
tan
sólo a lo viviente, esto es, a la sustancia
viviente
única –la ‘psykhé’ aristotélica–,
la
que compartimos con todos los seres
vivos
que pueblan este planeta. No más allá.
2.
El
momento y el lugar en el que venimos a ser
conforma
en gran medida nuestra personalidad.
Nos
dotan de conciencia, de memoria, de
mundo…
de
‘ser’ lingüístico-cultural, de ‘ser’ simbólico.
Los
‘yoes’ simbólicos. Los sujetos culturales,
históricos,
relativos, contingentes…;
las
espurias identidades o conciencias étnicas,
religiosas,
nacionales, culturales, políticas,
sociales,
económicas –en demasiadas ocasiones
identidades
o conciencias asesinas. Aquí y allí,
una
y otra vez, la cultura contra la naturaleza,
contra
la vida. Los sujetos naturales permanecen
ignorados,
soterrados, alienados, extrañados
de
su ser único desde hace milenios.
Lejos
de sí mismos.
El
acceso al ser único que somos pasa
por
la destrucción –la anihilación– del ser
simbólico,
del ser formateado por el momento
y
lugar en el que venimos a ser; de las circunstancias
históricas,
culturales, sociales, económicas…
que
nos recibieron al nacer. Quedar en nada.
Limpiarnos
de las palabras de la tribu. Es el ser
único
que somos el que se revela en la experiencia
misteriosa.
En la experiencia misteriosa la vida,
lo
viviente, la sustancia viviente única, lo Uno
primordial…
deviene consciente,
accede
a la luz. La experiencia inefable.
El
nihilismo colectivo que vivimos
en
estos tiempos es, pues, camino,
vía
regia al ser único que somos.
No
debe desalentarnos o preocuparnos.
Son
las condiciones que se requieren
para
que nuestra verdad venga a la luz.
El
nihilismo ni como fin ni como obstáculo,
sino
como período o territorio de tránsito
obligado
hacia lo Uno primordial, esto es,
hacia
nosotros mismos; hacia Nos.
3.
Digamos
que un modelo cultural
se
ha agotado; una interpretación,
una
representación, un sentido.
Los
fundamentos, el suelo que nos
sustentaba,
que nos daba sentido.
Los
modelos de cultura se agotan,
se
agotan las interpretaciones del mundo,
se
agotan las validaciones…
4.
Sobre
el júbilo de ser, de algo que crece.
La
vida que se yergue en lugares insólitos.
Las
dificultades… lo inhóspito…
Un
árbol… Un organismo cualquiera.
El
triunfo de la vida.
Una
‘representación’ que sugiera el júbilo
de
ser, de llegar a ser; de vivir. La alegría,
el
goce. La vida, lo viviente, que no conoce
ni
la muerte, ni el olvido.
5.
La
única contingencia existencial es la del ser
(‘yo’,
sujeto, ‘self’…) simbólico.
6.
Nihilismo
en Dawkins y su gen egoísta,
en
la sociobiología… Hostiles a la vida,
a
la sustancia viviente única.
Dualistas
–los genes y ‘nosotros’– los sujetos
conscientes,
históricos, relativos… los sujetos
simbólicos.
La lucha de ese ser simbólico
contra
su ser natural, contra su dotación genética,
contra
su único ser. Apoptosis, suicidio.
Negación
de la vida. Nihilismo.
7.
Hay
el nihilismo que niega esta vida
en
el nombre de un mundo otro;
hay
el nihilismo que niega el mundo otro.
El
nihilismo que niega la negación
es
un nihilismo afirmativo, pues restaura
la
vida como el mundo único.
Pero
al acabar con el mundo otro
se
acabó también con el mundo único,
pues
el mundo otro se impuso como
el
fundamento de nuestra existencia.
La
vida pareció entonces carecer de sentido,
de
valor… En palabras de Nietzsche, al acabar
con
el mundo otro (trascendente, suprasensible;
el
mundo del ‘ser’, el mundo ‘verdadero’),
se
acabó también con el mundo único
(inmanente,
sensible; el mundo del ‘devenir’,
el
mundo ‘aparente’). Y aquí radica el error
del
nihilismo que niega la negación (el mundo
‘verdadero’).
No concluyó afirmando la vida
sino
negándole a ésta todo valor o sentido.
Los
que postulan un mundo ‘verdadero’,
un
mundo otro, un mundo más allá…
puntos
de fuga hacia el otro mundo,
hacia
un futuro utópico… desde la filosofía,
la
religión, la política, o la ciencia,
son
nihilistas en primer grado.
Los
que niegan los mundos otros,
son
nihilistas en segundo grado
y
se les podría calificar de anti-nihilistas.
El
platonismo, la tradición judeo-cristiano-
musulmana,
el hinduismo, el budismo…
Kant,
Hegel, Schopenhauer, Marx…,
el
existencialismo… el post-modernismo…
Tradiciones
nihilistas en primer grado,
negadoras
de la vida, del presente,
del
aquí y ahora.
8.
No
hay dualismo, no hay maniqueísmo,
no
hay dos ‘mundos’.
9.
Los
creyentes en un mundo otro (filosófico,
religioso,
político…) denominan
nihilistas
a los ateos, a los descreídos,
a
los escépticos, a los agnósticos,
a
los materialistas… por no dar crédito
a
ese mundo otro y afirmar este mundo.
Y
a su vez estos responden: No hay más
allá,
no hay mundo suprasensible, no hay
mundo
trascendente, no hay otro mundo
más
allá de este en el que vivimos y somos.
Sois
vosotros los nihilistas, pues descalificáis
como
cosa sin importancia este mundo nuestro
único,
le negáis existencia, verdad, ser…
lo
consideráis como apariencia, fenómeno;
como
algo engañoso, falso, inesencial;
como
algo sin valor… A toda nuestra vida,
a
toda nuestra vida única. Nosotros negamos
vuestra
negación y afirmamos con ello la vida.
El
nihilismo no reside en quien niega
los
mundos otros sino en quien los afirma
en
detrimento del mundo único. Aquel que
los
afirma es, pues, anti-nihilista.?
10.
Nosotros
formamos parte del tejido
de
la vida, somos parte de la sustancia
viviente
única (del hologenoma) del planeta.
La
individuación no debe confundirnos
o
extrañarnos de lo Uno primordial.
11.
La
invención del otro como culpable
de
la propia pobreza, menesterosidad,
debilidad,
cobardía, fealdad, torpeza,
desgracia…
y su complementario,
la
inoculación de la conciencia de culpa
en
el fuerte, poderoso, rico, bello, hábil,
inteligente,
valiente, afortunado…
La
aportación del pueblo judío a la ‘moral’,
según
el maestro del eterno retorno.
12.
Los
fantasmas del pasado siguen
operando
en nuestras ciudades,
en
nuestros Estados… en todo el planeta.
Las
ideologías religiosas, políticas, filosóficas…
Los
creyentes cristianos, musulmanes,
budistas,
hinduistas, comunistas, socialistas,
marxistas…
Se vive en un pasado muerto;
lo
que nunca fue sigue animando, moviendo,
orientando
‘espiritualmente’ a las poblaciones.
Las
masas urbanas tomadas, poseídas,
instrumentalizadas.
Los clones, los zombis,
los
muertos vivientes divididos y enfrentados,
prestos
para dar la batalla en el nombre
de
sus ‘señores’, de sus ‘pastores’.
Se
fomenta el odio nacional, el lingüístico,
el
cultural, el étnico, el ideológico, el de ‘clase’…
Hay
furor, ira, odio de unos contra otros.
Detenidos
en un páramo de muerte.
En
este periodo de transición,
en
estas horas finales del neolítico.
Sacrificando
generaciones.
A
las puertas de un mundo nuevo;
de
un futuro biocéntrico, genocéntrico.
*****
Saludos,
Manu
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