Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

jueves, 29 de abril de 2010

22) Más sobre el desánimo

Más sobre el desánimo.

Manu Rodríguez. Desde Europa (27/04/10).


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*Estimado Monmar, lo primero, agradecerte la inclusión de un artículo mío en tu blog, eso sí que es un honor. Como ya habrás visto, los dos artículos que le siguen versan sobre el mismo asunto. De esto se trata, hemos llegado a un punto en el que se requiere ya otra cosa. Algo más eficaz contra el enemigo, que produzca derrotas. Y esto ha de ser a nivel europeo. Estrategias políticas, jurídicas, económicas, sociales (de masa)… Por ejemplo, el caso de la posible inclusión de Turquía en la UE. Cuando llegue el momento tienen que darse acciones concertadas en toda Europa contra esa posible inclusión. Tendremos que exigir un referéndum a nivel europeo.
Es preciso lograr una extraordinaria unidad anti-islamista en toda Europa. Unificar consignas, programas, estandartes… Más allá de toda diferencia (nacional, religiosa, política…). Consignas nuevas, programas nuevos, estandartes nuevos. Desde Europa. Desde la Europa paleolítica, desde la neolítica, desde la clásica, desde la medieval… desde la Europa democrática contemporánea. En defensa del status económico, cultural, social, jurídico, político, científico… conseguido, logrado por nuestros inmediatos antecesores, por nuestros Manes más cercanos. El legado de los pueblos autóctonos europeos.
En defensa de nuestro pasado, nuestro presente, y nuestro futuro (el de nuestro hijos y herederos).
Éste es el nivel que tenemos que alcanzar. Desde Europa. Insisto. Es un nivel ideológico, cultural, espiritual, simbólico… La unidad profunda de los pueblos europeos. Más allá de las diferencias nacionales o religiosas, insisto aquí también. Es lo europeo. Nosotros, herederos de pueblos emparentados etno-lingüísticamente desde antiguo. Apelo a esa unidad, apelo al genio europeo. Que se haga cargo de lo que en estos momentos nos jugamos. Nos jugamos nuestro futuro, nuestro destino, nuestro ser. Nuestro ser milenario.
Los pasos que demos desde ya tienen que ir en esa dirección. Tenemos que lograr esa unidad. Comenzar desde ya. Organizar, correlacionar, programar… Si hay un problema en Londres o en París, que no sea sólo en esas ciudades que se produzcan manifestaciones de protesta, que sea en toda Europa. Acciones concertadas. Un solo rostro. Una sola voz. Un solo puño. Contra el enemigo actual, contra el islam.
Estas acciones, además, informarán a todos los europeos del estado de la cuestión. Nuestros gobiernos y nuestros medios de comunicación nos regatean la información acerca de los progresos del islam en Europa (demográficos, políticos, jurídicos, económicos, culturales…). Sólo una minoría estamos al tanto de tales progresos. Esta información ha de llegar a todos los rincones de Europa. La literatura, el periodismo de guerra contra el islam, ha de salir de internet, ha de llegar a la calle. En fin, todo por hacer.
Demos un paso más. Avancemos. Hemos de dar la cara. Hemos de enfrentarnos cara a cara al enemigo. Claridad y valor necesitamos. Filósofos, poetas, guerreros… Que se apunten todos. Será la batalla de las batallas, se cantará durante milenios. ¿Quién quiere gloria?

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*Añadiré que no soy un escritor profesional. No escribo cualquier cosa, o sobre cualquier cosa. Tengo una actitud religiosa hacia la escritura. Está vinculada con la verdad; con los temas que me preocupan y que consideró vitales; no para mí, sino para todos, o al menos para el colectivo cultural en el que he nacido y en el que me muevo. Tiene que ver con la cultura, con la política, con la religión. Es una escritura filosófico-espiritual, si se pudiera decir; pensada para todos los tiempos y lugares. Es una escritura que tiene en cuenta el ayer, el hoy, y el mañana. Mi dedicación a ella es absolutamente religiosa. Me debo a ella. Y la antepongo a cualquier cosa.
No me ganaría la vida con la escritura. Escribir es para mí un acto de devoción, de fervor; tengo que estar ‘inspirado’, ‘poseído’; es un estado de ánimo que yo no te sabría explicar. Poseído por el tema, por lo que tengo que decir. Si no me encuentro en ese estado, no escribo. No me fuerzo.
Debo centrarme en mis escritos. En los que no he tenido éxito. De los varios ejemplares enviados no he recibido ni un solo comentario, ninguna respuesta. Por lo demás, los seguidores del blog están confundidos conmigo; está claro que no lo han leído. Si lo hubieran hecho, ahora no tendría ningún seguidor. Han captado mi anti-islamismo, pero no mi anti-cristianismo, y mi anti-nacionalismo… español, francés, alemán, o lo que sea.
La escritura tiene también algo de seducción, de persuasión. La palabra, en sí misma. La palabra que arrastra, que mueve, que levanta; que enciende, que aviva. Tiene que salir de muy adentro. Pero aún así no tiene por qué tener éxito. Acordémonos de Demóstenes. Su fracaso.
No he podido conmover ni convencer a los lectores. No me han comprendido (dado que no me han leído en su totalidad). No es mucho, poco más de doscientas páginas. Yo hablaría de una nueva religión, o mejor, religación. No universal, sino local. Cada pueblo, cada cultura. Estoy convencido del carácter revolucionario de mis escritos. También de su novedad. Incluso de su necesidad, en los momentos que vivimos. Son vías, salidas, en estos tiempos de transición. Hacia el futuro. El islam no es sino un obstáculo más hacia ese futuro. El último, y el más peligroso, el más virulento. Pero no es invencible.
Escribir desde Europa, desde el ‘tercer período’, y desde las culturas autóctonas pre-cristianas no parece suscitar ninguna curiosidad o interés.
No ha sucedido nada, pues, el blog no ha sido comprendido. Se le tiene como un blog anti-islamista más. No se me han hecho observaciones acerca del ‘Sobre bioética’, por ejemplo. Y las alusiones al ‘tercer período’ y demás han pasado completamente desapercibidas. Nadie se ha percatado de la perspectiva, del lugar desde el cual hablo. Estoy más que solo. De seguir así las cosas no podría ser un fracaso más rotundo.
Bueno, he difundido este logos simbólico mío, como debía. No me queda sino esperar.
Aguardaré.
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Hasta la próxima, gracias de nuevo, y saludos
Manu

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Posdata (29/04/10). Comentario enviado al blog de Monmar.
Por alusiones. Estoy sorprendido de las respuestas o reacciones de los lectores ante un artículo mío que Monmar tuvo a bien incluir y presentar en su blog (‘Sobre el desánimo…’). Añado la nota de agradecimiento que envié y en la que abundé más sobre el contenido de dicho artículo.
Parece que los lectores se quedaron con la presentación de Monmar y poco más. Se pensó que era una esquela, y enviaron el pésame. El artículo, y la nota añadida, o no los han leído, o no los han comprendido, o no tienen sangre en las venas. Ni la menor conmoción. Todo muy cumplido, y muy democrático. Todo muy blando y muy ligero. Son los acentos de nuestra decadencia. También aquí. Ni cerebro, ni cogones, ni corazón. Ni vigor, ni valor, ni vergüenza.
Destacaré las últimas palabras de la nota que envié: “Demos un paso más. Avancemos. Hemos de dar la cara. Hemos de enfrentarnos cara a cara al enemigo. Claridad y valor necesitamos. Filósofos, poetas, guerreros… Que se apunten todos. Será la batalla de las batallas, se cantará durante milenios. ¿Quién quiere gloria?”
¿Son estas las palabras de alguien que abandona?
O no se sabe leer, o no se tienen oídos, o se prefiere seguir tranquilamente tumbado en el sofá de casa con el portátil en el regazo, dándoles puñetazos virtuales a los malditos moros. Así nos va.
Espero que esto que os digo os duela un tanto. Significará que aún os queda un resto de dignidad, de amor propio. Que así sea.
Saludos,
Manu

martes, 13 de abril de 2010

21) De ayer a hoy

De ayer a hoy.

Manu Rodríguez. Desde Europa (12/04/10).

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*El enemigo ha atravesado las fronteras e inunda nuestras tierras. Nada ni nadie le detiene. Su condición de trabajadores inmigrantes no les hace menos peligrosos. Hablamos de los millones de musulmanes asiáticos y africanos asentados en Europa, y de su número, que aumenta cada día. En su momento competirán por la tierra, por el suelo. Lo querrán para sí. Mediante el voto, mediante la violencia. A la manera de los albaneses en Kosovo. Este caso es un modelo histórico de lo que nos sobrevendrá, de lo que sucederá en toda Europa. Ejemplifica el futuro de Europa. Nuestro futuro. Perderemos Europa, nosotros los europeos milenarios. Seremos expulsados de aquí y de allá, constituiremos una minoría. Devendremos extranjeros en nuestra propia tierra.

No es sólo que el entorno sea ideológicamente contrario a nuestras tradiciones sociales, jurídicas, políticas... culturales (en amplio sentido). Será también étnica y lingüísticamente otro. Otra gente. Esto ya se puede observar en diversos lugares de Europa. Los europeos autóctonos rodeados de población inmigrante musulmana, de alóctonos (en barrios, en pequeñas ciudades, en pueblos...). Aislados. Indefensos.

Pequeñas y grandes muestras de lo que nos espera. El futuro que les espera a nuestros hijos y herederos. En su propia tierra amenazados, intimidados, asediados, censurados, repudiados, rechazados (su naturaleza, su cultura, su ser, su presencia misma). No hay mañana para nosotros, los europeos. Si todo sigue igual, si nada hacemos, si todo continúa como hasta ahora.

Ahora es el conflicto, sin embargo; toca la guerra, el enfrentamiento. Lo que casi todos rehúyen, al parecer. Hasta ayer eramos guerreros; circulaban el valor y el heroismo. Se reconocía al enemigo (el que quiere nuestro mal) y se le plantaba cara. Hoy ya no. Hoy no se responde ni al ataque, ni a la ofensa. La actitud de nuestros gobiernos ante sus molestas e insultantes reivindicaciones y demandas es evitar el conflicto, cediendo. Cediendo cada vez. Hemos perdido el valor, y la dignidad. ¿Qué ha sucedido? Nos comen, nos pisan el terreno, como se dice; en la tierra y en el cielo.

No podemos retrasar por más tiempo el enfrentarnos con el problema de la numerosas población musulmana y extranjera en nuestras tierras. Por lo demás, esta comunidad hace ya tiempo que le declaró la guerra a Europa; y es una guerra de conquista. Una guerra fria y caliente. Ambigua. Dia-bólica. Desde nuestras instituciones políticas y jurídicas. Aquí, en nuestra tierra. Amparados en nuestras leyes. Estos huespedes hostiles, insidiosos, y violentos.
Es un enemigo formidable que requerirá todas nuestras facultades para derrotarle. Cada día que pasa se hace más fuerte; más grande, más exigente, más violento. Es un monstruo hambriento de poder.
Es nuestro mal actual. No hay otro. Nuestro futuro depende de las medidas que, al respecto, tomemos ahora. Los próximos decenios serán decisivos para Europa y los europeos milenarios; nos jugamos nuestro futuro, ser o no-ser.
*He clamado a la tierra y al cielo. He invocado a héroes y a dioses. He evocado a los ancestros y a los venideros; a los presentes y a los ausentes. Perdemos nuestro mundo, nuestra Europa; nuestra identidad, nuestro ser. Europa no se merece esto, los europeos no podemos permanecer impasibles ante la caida, la ruina, la extinción de nuestro mundo, de nuestra casa, de nuestro hogar milenario.
Generaciones inteligentes y valientes necesitamos. Heroicas, combativas. Decididas, firmes. Hombres y mujeres. Adolescentes. Que no rehúyan el combate.
Me despido, amigos y amigas. A la espera del clamor de Europa, del sublime despertar de Europa. Esa alegría, esa victoria.
Saludos,

Manu

martes, 6 de abril de 2010

20) La alegría de la victoria

La alegría de la victoria.
Manu Rodríguez. Desde Europa (06/04/10)

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*Atenea militante. La filosofía combativa. Cuando Atenea entra en acción. Esto es lo que requerimos, filósofos combativos. Hombres y mujeres. Atenea debe entrar en acción, debe hablar, debe decir su palabra.
La hora actual, el momento presente. Aquí, en Europa.La voz de Atenea.
*No son sólo filósofos lo que necesitamos, también necesitamos abogados, juristas. Y publicistas. Y poetas. Y matemáticos, e ingenieros. Las estirpes europeas todas.

*Nos situamos en Europa. En una Europa asediada y acosada por la muchedumbre de musulmanes asiáticos y africanos que pueblan nuestras ciudades, y que aumenta cada día. Los europeos autóctonos necesitamos unirnos, organizarnos, coordinarnos... defendernos, luchar. Madrid, Londres, París, Roma, Berlín, Moscú... Es preciso coordinar a todos los grupos anti-islamistas de una región, y a las regiones (Estados, naciones, pueblos...) entre sí.
Necesitamos una organización. Una organización que, además, proteja y aconseje jurídicamente a sus militantes. Protección jurídica a todos los anti-islamistas europeos.
Nuestra lucha es legítima. No queremos que la Europa europea desaparezca. No queremos su desnaturalización, su destrucción, su desaparición. La Europa milenaria.
Expulsar a los musulmanes de Europa y prohibirles la entrada por tiempo indefinido. Negarles la nacionalidad, el voto, la posibilidad de adquirir tierra europea. Librarnos de nuestro mal. Sanar. Esto nos queda.
Se declara la guerra al islam en Europa. Ideológica, cultural, jurídica, económica, política... A veces son los pueblos los que se levantan contra el invasor. Al margen de gobiernos débiles o corruptos. Es obvio que nuestros gobiernos europeos, por los motivos que sean, no están haciendo nada al respecto. Nos regatean incluso la información pertinente acerca de los avances (demográficos, económicos, políticos, jurídicos...) del islam en nuestras tierras.
Liga, coalición, o plataforma anti-islamista europea. Esta plataforma reuniría a todos los grupos anti-islamistas que se reparten por Europa (la Occidental y la Oriental). Grandes y pequeños, conocidos y desconocidos. Acciones coordinadas y sincronizadas en toda Europa. Esta unidad será nuestra fuerza.
Una vez instruidos, una vez claro el qué y el cómo, se podrán producir acciones de grupos aislados. Todas las acciones, aisladas o conectadas, deben ser firmadas por las siglas de la liga o plataforma anti-islamista europea (LAE, o PAE). (También se podría usar el de 'anti-islamistas europeos' (AE)).
Podríamos comenzar en España, o mejor, en la península ibérica. ¿Sería posible unir a todos los anti-islamistas de la península? Catalanes, portugueses, gallegos, andaluces... Una federación o liga anti-islamista ibérica (FAI, o LAI).
Una organización que reuniera y corcertara a todos los grupos, a todos los movimientos anti-islamistas europeos. Política común, directrices comunes. Frente común, acción común.
Un frente unificado. Una ofensiva a nivel europeo. Bajo el mismo espíritu, bajo las mismas consignas, bajo las mismas banderas. Sea Europa nuestro espíritu, nuestra consigna, y nuestra bandera. Bajo el nombre de Europa. En defensa de Europa. Nosotros, los europeos milenarios. Día tras día. Sin descanso, sin desmayo.
De no ser así nada lograremos. Necesitamos, por lo demás, medios de comunicación (prensa, radio, televisión, internet...) favorables que acojan nuestros movimientos y comunicados.
Propongo estas plataformas, y que empecemos a trabajar en ellas desde ya. Necesitamos acciones contundentes y productivas. Avanzar en esta lucha contra nuestro mal actual. Vencer, derrotar, rechazar, expulsar. Reconquistar.
Necesitamos la alegría de la victoria.
Hasta la próxima. Saludos,

Manu

sábado, 3 de abril de 2010

19) Sobre el desánimo en la lucha

Sobre el desánimo en la lucha. Respuesta a un amigo.

Manu Rodríguez. Desde Europa (03/04/10).

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Estimado Monmar, muy agradecido por tu ánimo y tu apoyo. Supongo que te refieres a mi silencio, a la falta de entradas en mi blog desde hace algún tiempo. Ese silencio se debe, en parte, a que poco más podría añadir a lo ya dicho, me repetiría. Parece que he agotado mi 'repertorio'. Por lo demás, hay muchas cosas en el blog, están pensadas también para el futuro. Su validez, quiero decir. Espero haberlo logrado.
En cuanto al islam, me alegraría infinitamente que esos textos míos contribuyesen en algo a su destrucción, a su aniquilación. Están forjados con esa intención.
Este desánimo que tu adviertes (no excesivo, hay que decir) tiene que ver con el agotamiento de ciertas formas. Desde luego que se trata de seguir denunciando, y desmitificando, y proyectando luz sobre el absurdo y tenebroso islam. Que todos los europeos estemos avisados. Esta labor me parece imprescindible. Pero sucede que nos pasamos el día 'disparando' contra un monstruo al que nuestras instituciones politicas, jurídicas, o culturales, se complacen en sanar, engordar, y proteger. El monstruo crece y se hace más fuerte cada día. Nuestra labor es vana.
Nuestros gobernantes, nuestra clase política, nuestros 'poderosos', ignoran o niegan la invasión (demográfica, ideológica, cultural) que estamos padeciendo; no sólo no cuidan o previenen, sino que multiplican las alianzas con el invasor, dentro y fuera. Por ignorancia (culpable), por ingenuidad (necedad), por descuido o dejación (negligencia criminal), por cobardía (temor al enfrentamiento), por incompetencia (torpeza), por intereses (económicos, por ejemplo), por connivencia (complicidad). El pueblo, pues, está solo, desprotegido, abandonado, indefenso. La oposición al islam en nuestras tierras está incluso desprestigiada; moralmente, socialmente, culturalmente, políticamente... públicamente desprestigiada. Pronto estará ilegalizada. Se nos prohibirá la crítica o censura al islamofascismo, así como al miserable e intolerable comportamiento fascista de sus seguidores, de la 'umma'. Esto es lo próximo. Estamos solos y con viento contrario. Cuesta arriba lo tenemos, amigo.
Es esta sensación de inutilidad, y de impotencia. Nuestra falta de proyección (el anti-islamismo), nuestra mala imagen; la ausencia de medidas eficaces contra esta invasión -que se ignora o se niega sistemáticamente; nuestra mediocre clase política... Si todo continúa como hasta ahora, lo conseguirán, se harán con Europa.
Las circunstanciaas históricas que vivimos requieren otro tipo de políticos, de gobernantes, de intelectuales... de pueblo, me atrevería a decir. Sentir la madre-patria europea, sentir la ofensa y el peligro que supone la masiva presencia de estos musulmanes asiáticos y africanos en nuestra Europa. Sentir Europa como nuestra tierra sagrada, la tierra sagrada de los europeos milenarios.
Cualquier diferencia, cualquier querella, debe ser apartada en estos momentos. Ahora Europa y los europeos no tenemos sino un solo enemigo, y es el islam.
Que nadie dude del carácter histórico de las circunstancias que estamos viviendo, de la importancia de los momentos presentes. Los europeos de las presentes y la próximas (muy pocas) generaciones nos jugamos nuestro futuro, nuesto ser. Es un período épico-histórico el que vivimos.
Tenemos que avanzar en nuestra lucha contra el islam. Otro nivel. Hasta ahora no ha habido estrategia (conjunta, coordinada, quiero decir). Hay, sin embargo, coordinación y estrategia en todos los actos del islam en Europa (y en el mundo). Y desde hace años. Tienen claro el qué y el cómo; el objetivo, y la estrategia a seguir. En tanto no alcancemos ese nivel estaremos en desventaja.
Es importante la unidad de los europeos, o al menos de los europeos anti-islamistas. Es necesario que veamos nuestra fuerza, que conozcamos nuestra fuerza. Con quién contamos, quiénes somos, cuántos somos. Necesitamos una coalición anti-islamista a nivel europeo. Acciones concertadas en toda Europa (la Occidental y la Oriental; Londres, Moscú, Berlín, o Hensinki). Sincronizadas. Acciones. El paso a la acción. Estrategias de acción, y de difusión (carteles, medios de comunicación, comunicados...). Una ofensiva verbal, jurídica, política, cultural... social, de masas; en toda Europa. Que se note nuestra presencia. Una presencia unificada. Consignas unificadas, estandartes unificados... 'Una' respuesta masiva. Antes que nos impidan la palabra y la acción. El tiempo apremia.
Me repito, como ves. Nos repetimos. En este asunto hay poco ya que decir, y mucho, todo por hacer.
Me despido, gracias de nuevo; a ti y a todos aquellos que me han mostrado su solidaridad aquí en el blog, o en correos personales.
Hasta la próxima,

Manu