Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

sábado, 26 de junio de 2010

33) Tiempos de guerra

Tiempos de guerra.

Manu Rodríguez. Desde Europa (23/06/10).


*


*Los musulmanes mienten cuando nos dicen que no hay guerra entre ‘occidente’ (el mundo libre) y el islam (el mundo sometido), sino algunos frentes (Afganistán, Irak…) ligados al terrorismo y el fundamentalismo islámicos. Este discurso (esta estrategia) les permite avanzar y crecer demográfica, política, culturalmente… en nuestras tierras y ciudades. Les permite invadirnos sin que nada ni nadie les detenga (ni leyes ni hombres), en otras palabras.
En cuanto a los atentados, las agresiones, o las amenazas que padecemos, nos dicen, los ya instalados, que la violencia es cosa de los extremistas o de los terroristas, y que es debido, además, a la presencia militar de ‘occidente’ en tierras del islam, y bastaría que esas tropas desaparecieran de allí para que todo volviese a la normalidad, pues ‘el islam es paz’. Esto es cinismo, chantaje, intimidación, desfachatez…
Lamentablemente no disponemos sino de una clase política débil, confusa, cómplice, o cobarde. Y una población no preparada, no informada. Que no se entera, que no sabe lo que pasa. Que no sabe que el islam (el mundo sometido) está en guerra contra nosotros, el mundo libre, y que nosotros estamos en guerra contra el islam. Que son tiempos de guerra.
El tiempo, en estas circunstancias, juega a su favor. Cada día devienen más fuertes, más poderosos, más numerosos. ¿A qué se espera? Si no se les frena acabarán con el mundo libre. Simplemente.
*Este rebrote agónico y violento del islam está perturbando y poniendo en peligro el incipiente nuevo período, así como el status ancestral de numerosos pueblos y naciones. Languidecían las tradiciones religiosas universalistas del neolítico (cristianismo, islamismo, hinduismo, budismo). Cosas del pasado rancias, absurdas, criminales en más de un caso. Prácticas y modos de vida que nos repugnan, incluso. Todo lo pasado, lo ido, lo superado, lo dejado atrás; todo lo muerto y lo podrido –para buena parte de los europeos.
Europa (y el mundo libre) se creía fuera ya de ese laberinto, de ese sombrío pasado. Pero es el retorno de toda esa miseria y de toda esa locura lo que vivimos. Aquello horrible, aunque remoto en el tiempo o en el espacio, lo tenemos aquí y ahora circulando de nuevo por nuestras tierras. Es el mal; nuestro mal.
Lo tenemos dentro, en casa. Bolsas de población musulmana extranjera, millones; por toda Europa. Y los que siguen llegando. Como intrusos. En una ‘pacífica’ ofensiva. ¿Cómo, cuándo acometerán este problema nuestros gobernantes?
Está claro que no estábamos preparados culturalmente para esta amenaza, este peligro. Es una ocupación, una invasión. Impensable que tal cosa nos sucediera. Pero nos está sucediendo. Es una pésima mañana, un mal despertar; el de las presentes y próximas generaciones. Las que tendrán que enfrentarse a este grave problema.
Es preciso prepararlas, pues. Y prepararlas para lo que viene; para lo que ya es. Guerra –fría y caliente. Dentro y fuera. La heterogénea población del mundo libre tiene que estar preparada y armada psicológicamente, culturalmente, simbólicamente; hay que dotarlas de conceptos y argumentos, de armas conceptuales.
Es esencial fortalecer los vínculos espirituales (y ancestrales) que unen a los individuos con sus respectivos pueblos, tierras, y culturas. Ese nexo, esa conciencia, ese espíritu. Es lo primero. Y es suficiente para resistir y repeler las múltiples agresiones a que estamos siendo sometidos por el islam (los musulmanes) en esta su tercera oleada, como dicen. En nuestras tierras.
*El mundo libre no ha apostado aún por el futuro. Se diría que no quiere durar, prolongarse en el tiempo. No lucha por ello. El islam sí –los musulmanes. Estos tienen voluntad de futuro; tienen la intención de prolongarse y de extenderse en el tiempo y en el espacio. Tienen trabajo que hacer. Se proyectan hacia el futuro. Quieren dominar en el futuro. No meramente sobrevivir. Esa voluntad es su fuerza. Sólo una fuerza semejante podrá, en principio, frenar su empuje.
Pero al mundo libre le falta, aún, esa voluntad de futuro. Esa fuerza. Ese espíritu. Esa decisión, esa firmeza. Esa claridad. También le falta tener clara conciencia de la situación en la que nos encontramos. A punto de perder nuestra tierra, nuestra libertad, nuestro ser ancestral; nuestras culturas, nuestras tradiciones políticas, jurídicas, científicas... A punto de perderlo todo. Nuestro pasado, nuestro presente, y nuestro futuro. A punto de desaparecer (como pueblos, como culturas).
Un enfrentamiento masivo es lo que se requiere aquí. Un levantamiento del mundo libre. Una oposición firme y decidida. La repulsa, el rechazo masivo. Un clamor universal. Sólo ese espíritu podrá hacerles frente. El auto-convencimiento del mundo libre; la conciencia de que estamos en nuestro derecho. Que hacemos lo que debemos hacer en estos casos, cuidarnos; espantar los peligros que nos salen al paso. Y el islam es ahora nuestro máximo peligro; un terrible y poderoso enemigo para todo el mundo libre. Sólo una voluntad espiritualmente contraria y superior podrá derrotarle.
*
Os espero en el futuro que ya es. Hasta la próxima,
Manu

jueves, 17 de junio de 2010

32) Algo retiene a la aurora

Algo retiene a la aurora.

Manu Rodríguez. Desde Europa (15/06/10).


*


*La estrategia a largo plazo del islam. Corromper el mundo, infiltrarse hasta en los últimos rincones del planeta. Desvirtuar, desnaturalizar, desintegrar pueblos y naciones. Destruir las relaciones milenarias que los pueblos han mantenido con su tierra; la tierra trabajada y regada con la sangre de los antepasados. Hacer esa tierra irreconocible para los propios autóctonos mediante el flujo masivo de población alóctona.
*Jamás se podrá formar sociedad con los musulmanes. El islam siempre estará en pugna con cualquier otra cultura o ideología. Nunca se integrarán. Bien al contrario. Así como tampoco los cristianos se integraron en el mundo romano, o en el egipcio, o en el persa. Ellos mismos se segregan del resto de la comunidad. Se separan, se apartan. Comienza el ‘nosotros y ellos’. Escinden a la población. Introducen la guerra en el seno de los pueblos; la discordia, el enfrentamiento, la dualidad irreconciliable. Allí dónde aparecen, son el principio del fin; unos y otros. El cristianismo, y el posterior islam, acabaron con las culturas clásicas del pasado. Egipto, Persia, la cultura greco-latina…
Son viejos fantasmas que vuelven a circular por Europa, por el mundo. Monstruos del pasado. Los pueblos vuelven a estar amenazados en su ser. ¿Qué van a hacer al respecto; qué harán?
La predicación, el apostolado, el proselitismo de estas creencias universalistas deberían ser considerados (jurídicamente, legalmente) como instigadores de la traición y de la sedición. Las conversiones privan a los pueblos de los suyos. La fe recién adquirida pasa a ser lo primero. El converso se debe a la nueva fe, y no a su gente, a su pueblo, o a su nación. La creencia es ahora la patria del converso, y la comunidad de los creyentes (ecclesia o umma) sus compatriotas. ¿Qué hará si se le ordena luchar contra otros de su misma fe? Los creyentes anteponen su creencia o su fe a su patria o nación; son un peligro en cualquier ejército. Recuérdese a los soldados cristianos en los ejércitos de Roma.
Recuérdese, aquí y ahora, a los soldados musulmanes (extranjeros) en los ejércitos europeos o estadounidenses, y los ‘casus belli’ que tiene abierto el mundo libre con algunas de las naciones islámicas. Ya tenemos casos de rebeldía. El islam (la umma) es, en último término, la única patria de los musulmanes. Ante cualquier dilema, estos terminarán decidiéndose por los ‘suyos’. Los musulmanes están, pues, contraindicados en los ejércitos del mundo libre, dado el conflicto (múltiple) cada vez más patente que se sostiene entre éste y el islam. Este conflicto se agudizará, se resolverá en enfrentamiento abierto, en guerra. Es lo próximo.
Los críticos del islam que proceden de las tierras islamizadas (Ibn Warraq, Wafa Sultan…) están más preocupados por nuestro futuro que nosotros mismos. Pues no ven que reaccionemos. El mundo libre es la esperanza del planeta. No habrá refugio para nadie si éste cae.
¿Dónde están los pueblos celosos de lo suyo; orgullosos de sí?
Los pueblos aún libres todavía están a tiempo de detener su propia destrucción (disolución, disipación). Pronto ya no habrá tiempo, cuando la población musulmana alóctona alcance un porcentaje elevado en nuestras ciudades, en nuestras tierras. El peso, no sólo político, de esa población, desintegrará pueblos y naciones ancestrales; acabará inclinando la balanza hacia el islam. Estos son los momentos que vivimos. ¿Qué futuro queremos?
*Ya se adivinaba la mañana, el sol, el nuevo día; parecía que aclaraba. Pero no, vuelve la noche. Todavía de madrugada. Algo retiene a la aurora.
Esta mañana turbia, y ruidosa. Ocupada, invadida. Mancillada. Este futuro, esta posibilidad, este recién nacido amenazado. Niños retenidos en la sombra. Los momentos presentes tienen la estructura de las leyendas o de los mitos; varias alegorías podrían dar cuenta de ello. Las dificultades del nuevo período, de la nueva era; de los nuevos conocimientos, de la nueva humanidad, de la nueva luz. Las fuerzas hostiles que tratan de apropiarse o de destruir este nuevo mundo.
Los combates entre Ormuzd y Ahriman; la batalla de Kurukshetra. Aún no estamos en esa fase. De momento estamos siendo agredidos, intimidados, invadidos. Es un ataque unilateral. No se reacciona, no se les responde. Por los motivos que sean, se les deja hacer. Avanza y crece el enemigo, pues; cada vez más arrogante y confiado. Ya se jacta de sus victorias. El tenebroso islam, el que lidera las fuerzas oscuras. Nuestra situación no puede ser más angustiosa. Todo parece indicar la derrota del nuevo día; la derrota de la luz.
¿Para cuándo la respuesta; para cuándo los futuros; para cuándo la batalla final? Al alba dará comienzo la batalla. Y el alba es ahora. ¿A qué esperamos? ¿Qué tememos? El nuevo día tiene garantizada la victoria.
*
Hasta la próxima,
Manu

viernes, 11 de junio de 2010

31) ¿Para cuándo el despertar?

¿Para cuándo el despertar?

Manu Rodríguez. Desde Europa (09/06/10).


*


*Vuelvo a ti, Alba, Aurora. Lo que me preocupa te cuento. Parece que asistimos a una nueva vuelta de tuerca en la estrategia internacional del islam. El primer objetivo sigue siendo Israel, desde luego. De lo que se trata ahora es de terminar de poner a todo el mundo en su contra. Incluso militarmente. Quieren rentabilizar el ataque a la flotilla ‘humanitaria’. Erdogan lidera parte de esta estrategia, el co-creador de esa alianza de civilizaciones muertas, a la que podría invocar –en un caso como éste. También Irán quiere intervenir y proyecta enviar a Gaza varios barcos-hospitales con apoyo militar. Todo esto es nuevo.
Lo importante de esta nueva fase es la posibilidad de que se abra un (nuevo) conflicto bélico contra Israel. Con nuevos actores. La pertenencia de Turquía a la OTAN puede complicar este asunto. ¿Qué hará Europa? ¿Qué harán los USA? La OTAN, Europa, y los USA, han perdido prestigio y poder en el mundo musulmán. Ya ni se les respeta, ni se les teme. Han visto su debilidad, y su cobardía; su torpeza y su necedad. Las debilidades del mundo libre.
Pienso que los musulmanes han encontrado una forma de eliminar a Israel de la zona (del mapa). Una posibilidad. Es el principio de algo. Nos esperan sorpresas. Las cosas se pueden ir complicando más y más. Países concretos, no grupos terroristas, entran en el conflicto. Turquía e Irán, en principio. El islam está tensando la cuerda, forzando la situación.
Con todo, cada día se hace más evidente la intención estratégica de todo este asunto. Erdogan se descubre cuando nos dice que el ataque a la flotilla de ayuda es el 11-S de Turquía. Revela su intención de involucrar a terceros países (a la OTAN).
El mundo libre no puede perder a Israel. El poderío militar de Israel es un freno al islam en todo el oriente próximo, y más allá. Es el único enclave libre en medio del mundo islámico. Con la desaparición de Israel el imponente ámbito musulmán africano y asiático no tendría obstáculos en un hipotético avance hacia Europa. Con la retaguardia despejada.
La OTAN debe disolverse desde ya. Viene una nueva configuración geopolítica.
Un error la entrada de Turquía en la OTAN, un error su posible entrada en la UE. Un horror, la posibilidad de que la OTAN o la UE sirvan a los intereses estratégicos musulmanes. Contra el propio mundo libre.
*La respuesta del mundo libre se está retrasando. No reacciona. La silenciosa estrategia del islam los tiene confundidos. Éste avanza en nuestros territorios imponiendo condiciones. ¿Cómo se tolera?
La mayoría de los musulmanes entran de manera ilegal. Como intrusos. Y como tales deberían ser tratados (jurídicamente, militarmente). Es tropa que se envía; es el enemigo. No sé cuándo nos vamos a enterar. Cuándo se van a enterar nuestros políticos, nuestros gobernantes, nuestros pueblos.
La pesadilla que vivimos. Asistimos impotentes a nuestra propia destrucción. Como en sueños. Sin poder hacer nada. Ningún movimiento en contra, de defensa. Es terrible, es absurdo. Con lo que nos jugamos, con lo que se juega la humanidad. ¿Para cuándo el despertar?
Es una destrucción calculada. La desnaturalización de los pueblos y culturas. Desde el interior. Mediante el flujo migratorio incontrolado. Tarde o temprano Europa dejará de ser Europa, y China, y la India… Un futuro tenebroso. ¿Cómo impedir ese negro futuro?
El destino de tu pueblo es tu destino. Si tu pueblo desaparece, tú desapareces. Los pueblos se juegan su futuro; ser o no ser. Los pueblos, las tradiciones y culturas ancestrales. Peligra nuestro pasado, nuestro presente, y nuestro futuro.
Si nada se les opone, de aquí a no mucho, no seremos. Habremos dejado de ser lo que somos desde hace milenios. Caerán, desaparecerán ramas del árbol de los pueblos y culturas del mundo, del árbol de la vida. La ‘umma’ arrasará, como un fuego devorador; acabará con todo.
El monstruo que es el islam se revela poco a poco. El enfrentamiento islam-mundo libre se hará más y más patente. Nos encaminamos hacia un conflicto mundial. Una situación límite que afectará a toda la humanidad. El primer conflicto a escala planetaria en el que estarán comprometidos todos los pueblos. Cuanto más se tarde en reaccionar, más posiciones habrá tomado el enemigo. Es un conflicto, nítido y preciso, entre la luz del nuevo período y las tinieblas del pasado. Habrá que elegir. Es un enfrentamiento decisivo, un combate final. El mundo libre se lo juega todo.
Todos, pues, contra el islam, contra la sumisión, contra la muerte y el olvido. No cabe negociar con el enemigo. Es una guerra a muerte. Así se lo plantean los musulmanes. O ellos, o nosotros; así dicen. Es preciso ver las dimensiones que tiene el conflicto desde el islam. No nos engañemos. Si no le concedemos la importancia que ellos le conceden, estamos perdidos, derrotados de antemano. Tenemos, incluso, que concederle más importancia. Para ellos es una guerra de supervivencia. El futuro que somos los relega al pasado. Tratarán de destruirlo.
Ese futuro, que ya es, que ya vivimos, no es sólo el futuro del mundo libre, es el futuro de la humanidad; es el alba de un nuevo período. Como un recién nacido. Una niña, la nueva aurora. Un niño, el nuevo día. Nuestra responsabilidad es tanto mayor. Tenemos que proteger ese futuro; no puede perderse ese futuro. No podemos perder.
*Alba, Aurora, despierta a los hermanos; despabila a los futuros. Acudid a vuestra labor. Vosotros sois la mañana, y la luz. Aclarad el nuevo día, disipad las tinieblas. Daos prisa.
*
Hasta la próxima,
Manu

lunes, 7 de junio de 2010

30) Respuesta a un comentario

Respuesta a un comentario.

Manu Rodríguez. Desde Europa (05/06/10).


*


*Alex, a estas alturas debería estar claro que se puede ser anti-islamista y no ser antifascista. Digamos que los fascismos europeos (neonazis, fascistas, extrema derecha…) se oponen al fascismo musulmán. Por lo que les toca. Las ideologías totalitarias combaten y compiten entre sí. Eso es todo.
“Tengo que explorar en que otros medios pudieran circular mis escritos. Hasta ahora solo han entrado en los medios anti-islamistas. Hay mucho fascismo tradicional europeo, mucho anti-judaísmo, mucho cristianismo, muchos cruzados… Estaban semi-dormidos, la entrada del islam en Europa los ha despertado. Son mis antípodas. Se han confundido con mi blog. Los que han ido más allá de mi claro anti-islamismo han encontrado cosas que no les han gustado, como era de esperar. No tengo nada que ver con estos fantasmas ‘europeos’.”
Este fragmento que te incluyo no lo introduje en la última entrada. Añado este (completo) de una entrada reciente: “*…los seguidores del blog están confundidos conmigo; está claro que no han leído, como recomiendo, los textos en su orden de aparición. Si me hubieran leído, ahora no contaría con ningún seguidor. (No hay sino cristianos, un judío, extremistas de derecha, nacionalistas… (nueve en total). Han captado, y aplaudido, mi anti-islamismo, pero no mi anti-cristianismo, o mi anti-judaísmo, o mi anti-nacionalismo… español, francés, alemán, o lo que sea. Que yo hablo de pueblos y culturas, y no de credos y naciones.”). Lo que va entre paréntesis es lo que no incluí.
Esto, por si no estuviese claro el contenido del blog desde sus primeras entradas. Puedes repasar el segundo trabajo (‘Contra la muerte y el olvido’).
Universalismos, internacionalismos, totalitarismos, fascismos, autarquías, tiranías, dictaduras, teocracias, clero-cracias… Nombres para lo mismo.
Es obvio que el anti-islamismo de un neonazi, o de un cristiano tipo cruzado, no los convierte en anti-fascistas. Ellos significan otro horror. Ya tuvieron su oportunidad, cuando se apoderaron de la soberanía. Nos han mostrado a todos su ser y su proceder en el tiempo y en el espacio. Ya hemos visto lo que son. ¿Por qué habríamos de esperar de ellos algo distinto en el futuro?
Ya tenemos experiencia de estas ideologías totalitarias religiosas o políticas; de todas sus monstruosas variedades. Mira la historia, contempla lo pasado y lo presente. Reflexiona. ¿Qué futuro quieres para ti, para tu gente, para tu pueblo? ¿Este infierno que vivimos desde hace milenios quieres prolongar y legar a los venideros? Son patologías sociales, colectivas, no lo dudes.
No es extraño que desde el cristianismo se cuestione el reciente holocausto judío (o se rebajen sus cifras). Ese feo gesto. El anti-judaísmo tiene su origen en el cristianismo, precisamente (desde los primeros cristianos, pueden consultarse sus fuentes). Es similar al anti-cristianismo y al anti-judaísmo que promueve el islam. Este odio o aversión lo encontramos ya en sus textos sagrados (Nuevo Testamento y Corán); es un odio sacralizado, entiéndase esto. Son el mismo mal.
El anti-fascismo tiene su origen en la democracia. El universalismo cristiano, o el musulmán, son anti-democráticos por definición. Como lo son los internacionalismos socialistas o comunistas. Los creyentes y militantes de estas ideologías, si son sinceros, son anti-democráticos. Sus ideologías totalitarias tienen las soluciones para todos los problemas culturales, económicos, o sociales. Ellos tiene la clave de cómo un país debe ser regido. ‘No necesitamos la democracia’, nos dicen con tranquilidad. Aceptan, y aceptarán, las reglas de juego democrático en tanto no puedan conseguir el poder. En tanto no puedan imponer sus respectivas ‘utopías’.
La hipocresía es común a todas estas ideologías. Y la mentira. Te recuerdo la invocación a la tolerancia romana de los primeros cristianos en Roma (y la intolerancia que mostraron cuando alcanzaron el poder), la llamada a la democracia y a los derechos humanos de los musulmanes actuales en Europa (y el desprecio que muestran hacia los mismos en su ámbito de dominio), o la supervivencia de formaciones políticas internacionalistas de izquierda en nuestras modernas democracias (y el totalitarismo que aplican en los lugares donde han dominado o dominan). Todas estas ideologías, radicalmente anti-democráticas, viven hoy libremente, e incluso financiadas, en nuestros Estados democráticos. Se crían monstruos, cuervos. Es el enemigo en casa. Esto es algo que las democracias actuales deberán resolver en el futuro. Si quieren sobrevivir.
El anti-fascismo genuino es el democrático. Es espurio, e hipócrita, el comunista, el cristiano, el islamista, o el de cualquier otra ideología totalitaria –conocida o por conocer. Lo primero para un creyente o un militante es su fe. Para un fascista (de izquierdas o de derecha, religioso o político) sincero y consecuente, tanto las otras naciones, como las otras ideologías (y culturas) son un estorbo, un peligro, el mal… Ninguna de estas ideologías pasaría la prueba democrática.
Los anti-fascistas europeos actuales están, simplemente, confundidos, y tarde o temprano incluirán al islam, y no sólo al islam, en su nómina de los fascismos del mundo (religiosos o políticos). Ya lo harán. Es cuestión de tiempo. El engaño no durará mucho. Ya es el día.
No sé si estas palabras disiparán al fin la perplejidad que estos términos que uso (fascismo, anti-fascismo) provocan en ti. Te vuelvo a recomendar que leas el blog desde las primeras entradas. Si tal cosa hicieras, no te harías preguntas que ya están contestadas de una y mil formas aquí y allá. Tendrías, además, una idea de conjunto, y no te sorprenderían ciertos conceptos, argumentos, reflexiones, o analogías. El blog es bien claro desde el principio. El lugar desde el cual hablo.
*Los momentos presentes son momentos de confusión semántica, lingüística, cultural, ideológica… Es confusión sembrada desde antiguo. Rebrota, tristemente, en nuestros días; se recrudece en estos tiempos de transición, en esta aurora. Voces que ya deberían estar apagadas vuelven a sonar. Vienen del pasado. Son fantasmas del pasado. Nos confunden, nos ciegan. Nos dividen y nos enfrentan. No terminan de callar esos discursos dia-bólicos que nos retienen con astucia y violencia en esta pesadilla (locura) colectiva milenaria.
Sal de ahí, te digo. Sitúate en el futuro, piensa en el futuro, sé tú uno de los futuros. Aclárate, purifícate, renuévate, renace. Disponte al nuevo día. Alégrate.
*
Hasta la próxima,
Manu

jueves, 3 de junio de 2010

29) Una aurora roja

Una aurora roja.

Manu Rodríguez. Desde Europa (02/06/10).


*


*Mi anti-islamismo es consecuencia de mi anti-fascismo. Mi blog es la expresión más pura del anti-fascismo. Es el anti-fascismo en su máxima pureza, me atrevo a decir. El islam es la última ideología totalitaria amenazante. Pero no es la única ideología totalitaria superviviente. Se lo recuerdo a los lectores.
Ningún paso en vano da el islam, ni otras ideologías del neolítico, en estos momentos, en este período de transición donde se juegan su futuro, su supervivencia.
Con respecto al islam, es una ofensiva planetaria lo que vivimos. Es un frente internacional. Es preciso advertir sus múltiples estrategias. Lo último, enviar esa flotilla de alimentos, denominada cínicamente ‘de la libertad’, a Gaza. Todo calculado y bien calculado. Es obvio que han provocado este asunto. Es un acto de guerra, una batalla, una misión encubierta y suicida (sin reparar en ‘gastos’). Contaban con las víctimas (los mártires). Los peones (y algún que otro alfil) que se apuntaron a esta ‘aventura’. Pobres desgraciados. Movidos. Instrumentalizados. Este uso de civiles en sus estrategias de poder. No les importa sacrificar ni a sus propios hijos –como todos sabemos. ¿Cómo van a tener piedad de los demás, de los otros? La ambición de poder de los líderes musulmanes; su total falta de escrúpulos morales –su arma más poderosa. Como el ‘alien’ en la película de Scott. No es invencible, empero.
Ningún análisis crítico en nuestros medios de comunicación. Todos han entrado a saco contra Israel. Nuestra falta de inteligencia y de claridad mental en estos momentos es uno de los signos de nuestra decadencia. Que caigamos en estas trampas tan burdas. Que le sigamos el juego al peor y al más absurdo y delirante enemigo que en estos momentos tienen los pueblos y culturas del mundo; que tiene la humanidad. En nombre de la democracia y de la libertad, precisamente. Es deplorable e indignante.
Poner las cosas en su lugar, de esto se trata. Que sepamos con quién (con qué clase de gente) nos enfrentamos. Que nada puedan ni sus gritos, ni sus amenazas, ni su violencia, ni sus lágrimas. Que no nos intimiden, que no nos conmuevan. Es una guerra declarada contra el no-islam, a ver si nos enteramos. Contra el mundo libre. Contra todos nosotros. Se nos ha declarado la guerra. Estamos en guerra. Hay que entender cada gesto como parte de la estrategia, de la guerra (ideológica, cultural, económica, de posiciones, de conquista…). No nos engañemos. Llevamos años así.
Es el mundo libre, el mundo no sometido (no islamizado), el que debe responder como se debe a estos fantasmas y poner en su lugar las ridículas y peligrosas pretensiones de dominio del islam. Decirle no al islam aquí y allí. Dentro y fuera de sus dominios. Sin temor ni rubor.
Es una torpeza intolerable, imperdonable. La de nuestras clases políticas, la de nuestros gobernantes, de la de nuestros pueblos. Las presentes generaciones. El tema ‘islam’ los tiene confundidos. Tanto peor será en el futuro, cuando los flujos migratorios indeseados –son intrusos- de millones de musulmanes alóctonos se hallen asentados en los países del mundo libre. En nuestra ciudades y tierras europeas, americanas, asiáticas… Una quinta columna que tan sólo espera su momento en cada lugar; sedientos de sangre.
La terrorífica ‘umma’ y sus terroríficos ‘pastores’. Seres aborrecibles. Su presencia, aquí y allá, en este nuevo período que ilumina a la humanidad es, cuando menos, siniestra. Anuncian males. Astutos, tramposos, violentos, sin escrúpulos morales. Harán lo imposible por permanecer, e incluso por destruir este incipiente período. Nos esperan tiempos de muerte y de dolor a todos –pueblos e individuos. Una aurora roja. La que ya vivimos.
*Provocará, el islam, una guerra planetaria que, en último término, acabará con los residuos ideológicos del neolítico. Precipitará su propia desaparición, y la de otros; será la muerte definitiva del segundo período. Se encaminan hacia su total destrucción. Lo sepan o no lo sepan; lo quieran o no lo quieran. Ya están espiritualmente vencidos. Hace ya tiempo que deambulan como clones, como zombis; como fantasmas del pasado. Testigos somos de su agonía –de su violenta y destructiva agonía.
Serán vencidos, como digo, espiritual y materialmente vencidos; arrojados del cielo y de la tierra.
*
Hasta la próxima,
Manu

martes, 1 de junio de 2010

28) Las victorias de la aurora

Las victorias de la aurora.

Manu Rodríguez. Desde Europa (30/05/10).


*


*Hablar del futuro es hablar de victorias, de las victorias de la aurora. Son victorias de la claridad, de la luz del nuevo día, del nuevo período. Estas victorias están siendo borradas, difuminadas, desdibujadas… por las tinieblas residuales del neolítico. No acaba de amanecer, de verse claro. Generaciones perdidas. Criaturas de la mañana que no se conocen, que no se saben; que no se escuchan, que no se ven. Aturdidos por el ruido del neolítico; por los gritos, amenazas, y zarpazos del neolítico. Su violenta agonía.
Los universalismos (totalitarismos, fascismos) religiosos y políticos del neolítico (tradición judeo-cristiano-musulmana, hinduismo, budismo… comunismo). La sombría luz del neolítico. Esas ideologías (de poder), esos discursos, esas palabras, esas voces… Lo peor del segundo período. No terminan de hundirse en la noche, no terminan de callar.
Todo ese maldito ruido que oculta o desfigura la luz y el sonido de las criaturas de la mañana. El bendito sonido del comienzo, del despertar; los primeros compases, las primeras luces del nuevo día.
Se suceden los atentados terroristas aquí y allá protagonizados por musulmanes y comunistas (maoístas) respectivamente; los cristianos de Filipinas se arman contra los musulmanes…
Nunca fue más duro y difícil un nacimiento. Peor está siendo la lactancia. En tan difíciles condiciones. Turbio el panorama; turbio comienza el nuevo día. Hay ruido por doquier. Fuego y humo. Y sangre, mucha sangre. Es la sangre de las víctimas que los tenebrosos sacrifican a sus dioses sombríos.
Es obligación, deber de los futuros, la expulsión de estos tenebrosos. Combatir, disipar, destruir… acabar con estas monstruosidades ideológicas. Derrotarlos espiritualmente. Callarles la boca de una vez. Que suene y luzca de una vez el nuevo día sin ruidos ni interferencias.
*Esos nuevos seres, esos seres renovados; que no se conocen, que no contactan. Aquellos para los que ese pasado sombrío está simplemente muerto. Su nueva mirada, su nueva faz. Promesas de futuro.
Dispersos y sin reconocernos. Sin consignas comunes. Aislados. Solos. Los hijos de la aurora. Los padres del futuro. Los futuros.
Yo quiero unir a esos futuros. Yo me dirijo a esos futuros, a ellos hablo. Necesito llegar a ellos.
Todavía no he recibido un comentario en el blog que pueda considerar de los míos. Ninguno. Nadie aún. Ninguna mano tendida. Ningún signo de reconocimiento. Se sigue sin leer el contenido total del blog. No son artículos periodísticos; aquí no hay noticias atrasadas. Son semillas de futuro.
A ti únicamente me dirijo, Alba, Aurora. A las criaturas de la mañana. A los futuros. Ahí tenéis los cadáveres de aquellos que os retenían. Han quedado inexorablemente atrás. Aquella alianza de civilizaciones muertas, aquella reunión de fantasmas. Están espiritualmente acabados. No pertenecen al futuro. Nada podrá detener el nuevo día.
Los niños del alba, de la mañana. A estos espero. Un signo, una señal, un despertar pueden ser mis escritos para ellos.
*No debo preocuparme por los escasos lectores. Ni por mi soledad. Lo que importa es que estos escritos circulan, que son algo conocidos. Aunque no hayan llegado aún a su destino, llegarán. No importa cuando. ¿Y qué hacer mientras tanto? Seguir destilando, seguir produciendo soma simbólico para los futuros. Aire para el futuro, la nueva atmósfera; esto es lo que hay que crear. Colaborar con aquellos que sacan a la humanidad de las pesadillas del neolítico; del cenagal espiritual del neolítico, de su aire viciado y letal.
Sigo por donde voy, pues. Destruyendo y construyendo. Diciendo sí y no. Amando y odiando. Como un ser pleno. Prodigando, amplificando esta alba, esta nueva aurora de la humanidad. Disipando las tinieblas residuales; purificando esta mañana. Avisando a los hermanos.
*No duermas, no calles. Es la mañana. Tú eres la mañana. Disipa las tinieblas. Despierta y activa a las criaturas. Da comienzo al nuevo día.
Esto les digo a los futuros.
*
Hasta la próxima,
Manu