Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

martes, 20 de enero de 2015

122) IdentitAry@s V

IdentitAry@s  V.

Manu Rodríguez. Desde Europa (20/01/15).


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*No hay que sorprenderse por los elogios de los parlamentarios de ‘Podemos’ a los aspectos sociales del discurso del Papa en Bruselas de hace un par de meses. Forma parte de la estrategia. Se limitan a mendigar votos en los diversos sectores sociales. Pero la gente de ‘Podemos’ tendrá que hacer algo más que esos guiños al Papado para hacerse con el voto de los católicos.
Nosotros ni buscaremos, ni querremos, ni mendigaremos el voto o las simpatías de extranjeros, emigrantes, pro-abortistas, homosexuales, cristianos, musulmanes, comunistas, multiculturalistas…
Seremos un movimiento político-cultural étnico puro. Un Movimiento Identitario Europeo. Queremos una Europa europea, una Europa arya en cuerpo y alma.
*Nosotros no tenemos nada que ver con la gente de ‘Charlie Hebdo’. Pese a sus blasfemas caricaturas anti-musulmanas  esta revista se sitúa en la izquierda anti-fascista, y es partidaria de la emigración, de la integración de los extranjeros, de la disolución de la vieja Europa. Por lo demás, la revista arremete igualmente contra los nacionalismos y los movimientos identitarios europeos (los únicos que se enfrentan abiertamente al ‘sistema’) a los cuales no sólo satirizan, sino que también combaten y persiguen –no hace mucho solicitaron firmas para la prohibición del Frente Nacional de M. Le Pen.
Los muertos en los recientes atentados ‘yihadistas’ pertenecen a la élite del poder, a la órbita de lo ‘políticamente correcto’. De ahí las muestras, las manifestaciones de solidaridad y apoyo de toda la burguesía intelectual de ‘izquierdas’ (las que suscriben las consignas ideológicas del Nuevo Orden). Si los muertos hubieran pertenecido a las filas nacionalistas europeas, los enemigos de Europa no hubieran movido un solo dedo. Dicen que es un atentado contra la ‘libertad de expresión’, pero tal libertad les está negada a los nacionalistas europeos. La única libertad de expresión permitida es la que resulta ‘grata’ o ‘buena’ (aprovechable) para los judíos.  Como era de esperar, el ‘sistema’ ha utilizado la doble masacre para arremeter aquí y allá, una vez más, contra los nacionalistas europeos. Ahora la propaganda del ‘sistema’ insiste acerca del peligro, no de esa población extranjera que mata, sino de las reacciones de rechazo que pudieran suscitarse en la población nativa europea, del posible ascenso de  los movimientos nacionalistas e identitarios. Se demoniza la salida, la solución.
*Téngase en cuenta que aunque algunas regiones llegaran a separarse de España los españoles nunca perderemos su legado histórico y cultural, los cuales nos pertenecen, como europeos, como nos pertenecen el legado francés, el italiano, o el alemán. El legado espiritual de los pueblos europeos no sabe de fronteras interiores y pertenece, por naturaleza, a todos los nacidos aryas.
*Uno de los economistas que ha elaborado el programa económico de ‘Podemos’ elogia la economía de la URSS y dice que gracias a sus éxitos económicos pudieron vencer a Hitler. Mentira doble. Primero sobre la economía de la Unión Soviética, pues oculta sus hambrunas y miserias; sus rotundos fracasos –reconocidos por todos los historiadores y economistas del planeta. Y segundo porque oculta que el último año de guerra Alemania (desde el desembarco de Normandía y la entrada de tropas angloestadounidenses por el Mediterráneo) estaba rodeada por millones de soldados de los cuatro rincones del planeta (Frente occidental, Frente oriental (soviéticos), y por el sur –Italia, Grecia, Yugoeslavia). La derrota de Alemania estaba cantada, aunque las tropas nazis resistieron heroicamente hasta el final. Consúltese en cualquier lugar el número de países y de tropas (su número) del bando Aliado. La II Guerra fue “todo el mundo contra Hitler”. (Hablo sólo de la guerra en Europa). Lo que parece mentira es que Alemania pudiera resistir durante tanto tiempo.
*La guerra contra la Alemania nazi de los ejércitos aliados puso de manifiesto de qué lado estaban la verdad, el bien, y la justicia, y de qué lado estaban la mentira, la injusticia y el mal. La falta de escrúpulos de Churchill y Roosevelt y su alianza con Stalin, la alianza de los Estados ‘democráticos’ con el régimen más criminal en la historia de los pueblos europeos, es más que elocuente al respecto. Todo para derrotar a los verdaderos libertadores de Europa. El viejo Shylock estaba detrás de todo esto.
Con los aliados nos encontramos en el mundo de ‘Juego de Tronos’, con los nazis en el mundo de ‘El Señor de los Anillos’. Entre la vileza y la nobleza. No es poca la diferencia.
*Judíos, cristianos, musulmanes, demócratas, comunistas… anarquistas, anti-sistemas… Todos contra el nacionalismo étnico.
*Hoy se tiene a Hitler como un loco que por su ambición metió a Europa y al mundo entero en una guerra que costó millones de víctimas. Pero lo cierto es que Hitler  fue una víctima más de la ambición de dominio de la judería internacional. La guerra se hizo contra Hitler y fue alentada e impulsada por consejeros judíos cercanos a Inglaterra (Churchill) y a EEUU (Roosevelt). La entrada de las tropas alemanas en Polonia (para recuperar los territorios expropiados después de la I Guerra Mundial) fue la excusa. La guerra fue deseada, planeada, y prevista por la judería internacional (sionista) desde la misma llegada de Hitler al poder. Ni Alemania ni Hitler querían esa guerra. Esto está más que documentado.
*No hay que subestimar el éxito que organizaciones como la del ‘cazador de nazis’ Wiesenthal (mundialmente conocido) tienen sobre el gran público. Son armas de propaganda. Los nazis son perseguidos; son asesinos, son malos, son indeseables... ¿Quién quiere tener como amigo a un nazi? Independientemente de sus éxitos esta ‘caza’, considerada como  justa y legitima, deja una imagen de los nazis que es muy difícil de desarraigar. Es parte consustancial de los calculados efectos psicosociales de la propaganda de guerra sobre el ‘enemigo’, y va dirigida especialmente a los pueblos blancos occidentales. Seguimos padeciendo esa ‘propaganda de guerra’ –basta ver los documentales, las películas, la literatura, las noticias casi cotidianas en los noticiarios sobre el período nazi y la guerra; la incesante, la intensa, la masiva propaganda anti-nazi que circula desde fines de la II Guerra.
La mayor parte de los occidentales tienen a toda esa propaganda como cierta e indiscutible; como verdades incuestionables, incontrovertibles; como axiomas.
*Weber en un artículo publicado en su IHR (Volumen 10, No. 1) recoge una entrevista que G. Honsik hizo al Capitán SS  Alois Brunner, que durante la guerra dirigió la ‘Oficina Central para la Emigración Judía’ en Viena –Organización que  durante la guerra hizo posible que gran número de judíos pudieran emigrar a países extranjeros.
En la entrevista (cito textualmente del artículo de Weber): “Brunner describió sus relaciones cordiales con el Dr. Josef Löwenherz, el jefe de la comunidad judía en Viena durante el tiempo de guerra. Con autorización oficial alemana, Löwenherz visitó Lisboa (al parecer en 1940 o 1941), en el Portugal neutral, para reunirse con representantes del Congreso Judío Mundial, entre ellos el Dr. Parlas, secretario de Chaim Weizmann, y el director de asuntos financieros del CJM, Tropper. Löwenherz quería negociar un acuerdo para la emigración en masa de los judíos de Europa controlada por los alemanes. Después de su regreso de la reunión de Lisboa, Löwenherz ‘lloraba cuando entró en mi oficina’, dijo Brunner a Honsik. Los funcionarios del Congreso Judío Mundial le habían dicho que los aliados querían mantener a los judíos bajo control alemán para aumentar los problemas logísticos de Alemania. (Esto también se confirma en el estudio detallado de David Wyman, El abandono de los judíos, páginas 99, 114-115.)” Las negritas en cursiva son mías.
*Sabido es que en el último año de la guerra los estratégicos bombardeos aliados afectaron a las vías de comunicación (carreteras, ferrocarril…) y a las redes de abastecimiento (agua, principalmente) dejando incomunicados y sin recursos a la mayor parte de los campos de trabajo y de prisioneros. Esto trajo como consecuencia la falta de alimentos, de agua, y de medicinas. La desnutrición, la deshidratación, y las epidemias hicieron el resto. El número de muertos en los campos, en ese último año, se multiplico por mil. Esto agravaba la responsabilidad de los alemanes (que era lo que se pretendía, cargarlos con más víctimas).
Esta estrategia no tenía otra intención que paliar los efectos que tendría sobre la población europea el saber acerca de las numerosas víctimas (fueron varios millones) ocasionadas por los bombardeos angloestadounidenses, que se realizaban desde 1942, sobre poblaciones civiles e indefensas. Mostrar el horror de los campos de prisioneros nazis ocultaba, desviaba la atención de los crímenes propios. De hecho, sobre las víctimas civiles alemanas ni siquiera se habla. No hay documentales sobre tales bombardeos y sobre tales víctimas (en el último, el de Dresde, al filo ya del final de la guerra, y a cuya población se le habían sumado centenares de miles de refugiados, murieron alrededor de 300.000 personas –tal vez más, no se sabe a ciencia cierta).
Es notorio también que, en los documentales dirigidos a los mass media, no se diga nunca nada acerca de la responsabilidad de los aliados en las muertes en los campos de prisioneros en estos últimos meses debido al aislamiento provocado por los citados bombardeos.
La historia de la II Guerra Mundial (desde sus comienzos, hasta los juicios de Núremberg) que recibimos desde los mass media, en las escuelas, en las universidades y en todas partes es mentira, es una fabulación interesada. Es una vergüenza que ofende a nuestra inteligencia, a nuestra voluntad de verdad, e insulta la memoria de todos los pueblos que participaron en ella. Es una historia ocultada, fingida, impostada. ¿A quién favorece; a quién interesa semejante mentira?
*La propaganda de guerra tiene como metas fundamentales la desmoralización, el desarme ideológico, cultural, espiritual del ‘enemigo’ (el famoso ‘lavado de cerebro’). Y el objetivo de esta propaganda de guerra somos los pueblos blancos europeos o de origen europeo (la Magna Europa). Va, pues, contra los nacionalismos de los diversos pueblos blancos. Y tratan por todos los medios posibles de restarnos auto-estima, auto-conciencia, fuerza y coraje moral, firmeza, seguridad en nosotros mismos y en nuestros derechos étnicos, culturales, y patrióticos. Tanto la etnia como la cultura están demonizadas. Tratan de destruirnos, en pocas palabras; de eliminarnos, de quitarnos de en medio, de hacernos desaparecer –como etnia, y como cultura.
Esta destructiva propaganda de guerra tiene su contrapartida en la predicación del multiculturalismo, y de los Estados multiétnicos como ‘solución’ a nuestra etnicidad,  para curarnos de nuestro peligroso ‘etnocentrismo blanco’ –así dicen estos desvergonzados. Adviértase al mismo tiempo la descarada propaganda ‘sionista’ (pro-judía) en multitud de culturemas (cine, series tv., literatura…) a lo largo de los últimos decenios.
No olvidemos             que la mayor parte de los ideólogos y patrocinadores de toda esta propaganda de guerra pertenecen, aunque usen y abusen de la doble nacionalidad, al muy etnocéntrico Estado Nacional (étnico) del Pueblo Judío.
*El movimiento PEGIDA no es un movimiento nacionalista étnico. Acogen en sus filas a miembros de otros pueblos o razas (basta que sean anti-musulmanes). Ignoran que los musulmanes son instrumentos de los ideólogos de la globalización que padecemos en Europa y en el resto de las Naciones Blancas. Y no sólo tenemos millones de musulmanes asiáticos y africanos. No son sólo estos  musulmanes los que están alterando, desvirtuando nuestras milenarias sociedades.
Los europeos estamos más que islamizados, judaizados. Las corrientes ideológicas (ya de origen cristiano, ya de origen marxista) que favorecen, que potencian estos flujos migratorios, las que proporcionan los argumentos jurídicos, filosóficos, políticos, morales… favorables a estas poblaciones extranjeras, son las causantes de esta descomposición que vivimos; de nuestra ruina. Hay que ir a la raíz de nuestros males.
Hay que combatir las ideologías multi-étnicas, multiculturales, y anti-nacionalistas que se nos imponen en Europa desde finales de la II Guerra Mundial; las ideologías que proscriben, prohíben, y persiguen los movimientos nacionalistas étnicos en Europa (y la Magna Europa). Hay que combatir los fundamentos políticos, económicos, jurídicos, militares, morales… de este Nuevo Orden internacional que padecemos; las consignas culturales que impiden que nos defendamos.
*La religión arya, la religión de los pueblos aryas o indoeuropeos; la religión de los nacidos aryas. Una religión inspirada en las culturas aryas pre-cristianas; en las tradiciones aryas que desarrollaron los diversos pueblos aryas en la antigüedad antes de cualquier alienación espiritual religiosa (cristiana, musulmana…), antes de que fueran privados de sus propias tradiciones espirituales. Los restos, las reliquias culturales que nos quedan de los romanos, de los helenos, de los germanos, de los celtas, de los eslavos, de los baltos. Estas tradiciones pueden ser consideradas como un principio.
No es posible el retorno. Tampoco el sincretismo. Las lagunas son excesivas. Demasiada destrucción, demasiada distorsión o manipulación de los restos; demasiadas pérdidas. Imposible reconstruir en su pureza cualquiera de estas tradiciones. Con todo, es el antiguo, el arcaico legado; el viejo testamento de los pueblos aryas.
Hay poco menos que comenzar de nuevo. Ahora podemos establecer una religión única para todos los pueblos aryas cuyas claves fundamentales consistirían en las identidades étnicas y culturales, en el parentesco biosimbólico. La comunidad de los nacidos aryas.
He hablado del viejo testamento arya. El nuevo testamento lo tenemos en los aspectos culturales más alejados del judeo-mesianismo a lo largo de nuestra historia post-cristiana (en filosofía, literatura, artes plásticas, ciencias políticas, económicas, ciencias de la naturaleza…). Hago hincapié en el periodo nazi –desde su origen hasta su agonía final–; el período más santo, el más sagrado (sus protagonistas, sus héroes, sus mártires, sus hazañas...). Aquella promesa de futuro. Su particular legado.
*La cultura de masas, la sociedad, el mundo en el que vivimos hoy (en el Occidente blanco, y desde la IIGM) no tiene nada que ver con el legado nuestro, ni con el viejo, ni con el nuevo. No tiene su origen en nuestras tradiciones y costumbres. No es arya en absoluto. Contradice, constriñe nuestro genio, nuestro espíritu, nuestro ser. Es malo para nosotros. Pereceremos, si no despertamos de esta pesadilla.
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Hasta la próxima,

Manu

sábado, 10 de enero de 2015

121) IdentitAry@s IV.


IdentiAry@s  IV

 

Manu Rodríguez. Desde Europa (00/01/15).

 

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*La desposesión espiritual, cultural, de los pueblos aryas europeos comenzó cuando la cristianización. Allí fuimos privados del nexo con nuestros antepasados y con nuestra historia ancestral. Allí comenzó nuestra errancia y vagabundeo.

*Al movimiento nazi se le hizo la guerra desde el principio, aún antes de llegar al poder en el 33’. La Alemania nazi estaba condenada desde su mismo nacimiento.

*Un judeo-mesianismo sin judíos. Los judíos ponen en marcha engendros como el cristianismo y el bolchevismo y los goys los adoptan y les dan continuidad. La meta es la ciudad de Dios, la nueva Jerusalén, la nueva Sión… El reino de los cielos –el que se toma por asalto.

El universalismo y el internacionalismo de las ‘ideologías’ religiosas y políticas que salen de las codiciosas cabecitas judías prenden por doquier en las cabecitas de los estultos goys en Europa, pero también en Asia, en África, en las Américas…

Entiéndase que son ideologías trans-nacionales, trans-culturales, trans-étnicas… Van más allá de las ancestrales etnias y culturas.

Cuanto más caótico y desarraigado sea el medio social, tanto más éxito tendrá la difusión de estas ideologías. Por consiguiente, si no se dan tales condiciones (de caos…), hay primero que revolver, remover, desarraigar… crear las condiciones óptimas para el arraigo de estas ideologías en la masa social.

Los judíos ponen en marcha los dispositivos ideológicos de desarraigo; los protagonizan al principio (en el primitivo cristianismo, en la masonería, en los primeros tiempos del marxismo y el bolchevismo…). Los ponen en circulación, los difunden en el seno de los pueblos a los que se pretende dominar. Los principios corrosivos de estas ideologías destruyen, minan las identidades étnicas y culturales de los pueblos, su ser ancestral. El nuevo ser que surge es ya el universal, el internacional, el cosmopolita –más allá de la propia etnia y la propia cultura (que quedan minusvaloradas, desestimadas, desechadas, menospreciadas…). Estos son los regalos envenenados a que nos tiene acostumbrados el enemigo de los pueblos –las ideas universales ‘bienintencionadas’.

Las revueltas de los carentes de patria, de las masas de apátridas, de los desarraigados, finalmente constituidos en cristianos, musulmanes, comunistas… Como armas. El uso, la instrumentalización de las masas.

El enemigo es experto en la criminal manipulación (religiosa o política) de las masas desarraigadas. Sacerdotes, políticos, agitadores profesionales…

Lo que se consigue, una vez más, es que una ideología judía vuelva a triunfar.  El carácter universal (trans-étnico, trans-cultural…) de la doctrina oculta su origen étnico.

*El apetito insaciable de venganza del enemigo. No cesa en su empeño de destrucción. La mayor parte de la opinión pública está en sus manos. Buena parte de la población europea sigue las consignas (religiosas, políticas, o filosóficas) que emanan del enemigo. Consignas ideológicas envenenadas, letales, autodestructivas.

Van como hipnotizados por los caminos trazados por el enemigo. Sin sospechar siquiera que se encaminan al matadero, que se dirigen hacia la muerte y el olvido. Es un suicidio étnico inducido.

Esa ‘masa’, esa fuerza, una vez ‘instruida’ (adiestrada, condicionada), el sistema la usa como arma: la lanza, la arroja, la azuza contra las minorías que se le enfrentan, contra los no conformes. Las pocas excepciones terminan siendo asediadas, perseguidas y aniquiladas por sus propios hermanos. De esta suerte son las maquinaciones del enemigo. No mueve un dedo, se diría. Se limita a poner en marcha, mediante sus medios de comunicación de masas, el dispositivo propagandístico necesario para soliviantar y dirigir a la masa en una dirección o en otra; a unos de una forma, a otros de otra. Porque son muchas las vanidades y ensoñaciones (las ‘motivaciones’) sembradas en la población y con las cuales ésta, al cabo, se identifica –variadas formas de dividir, de segmentar ‘ideológicamente’, ‘culturalmente’ a la población, y de darle a cada una lo suyo proporcionándole toda clase de ‘motivaciones’ (religiosas, políticas, filosóficas…). La ‘movilización’ de las masas, su instrumentalización. La ingeniería social.

*El enemigo está cambiando, alterando la atmósfera espiritual de los pueblos aryas en su propio beneficio. Las claves culturales universales (la nueva atmósfera introducida) que modelan nuestras actuales sociedades resultan  letales para todo lo arya (hombres, lenguas, y culturas). Y nadie despierta.

*Desde aquella primera desposesión espiritual, cuando la cristianización de nuestros pueblos, vagamos sin descanso fuera, lejos del hogar ancestral, pasando de un legado religioso/cultural a otro. La deriva, el nomadeo espiritual desde entonces. De ‘ideología’ en ‘ideología’; de mundo en mundo. Descentrados, desnortados, desencaminados. Lejos de nosotros mismos.

El nacionalismo étnico corta esa deriva de raíz. Vuelve a transportarnos al hogar ancestral; a conectarnos con nuestros antepasados. Nos devuelve a la patria y a la sangre; a la morada arya. Si hubiéramos permanecido fieles al legado de nuestros antepasados durante aquella primera desposesión –y desde entonces–, hoy no necesitaríamos ningún nacionalismo étnico salvador.

*En Hitler tenemos el creador de un nuevo Estado, de un nuevo orden. Basta leer ‘Mi lucha’. Es semejante a Solón, a Licurgo, o a Numa. Es un ‘teórico, un organizador, y un líder’, pero es también un creador, y, en la medida que pudo, llevó a la práctica sus ideas políticas, económicas, sociales, o pedagógicas.

El Estado racista, (en ‘Mi lucha’). Hoy diríamos el Estado o la Nación étnica.

*El periodo nazi (sus textos fundamentales, su historia…) forma parte del nuevo legado o testamento de los pueblos aryas, como su episodio final. Un despertar, un nacimiento abortado. La breve aurora, la corta vida de aquella nación arya. Desde su ‘derrota’ yace dormida.

La nación arya, la ‘doncella’; la bella durmiente. El reino dormido, hechizado, quieto.

*Versalles y Núremberg. ¿Es necesario que sea en el seno del pueblo alemán donde se re-inicie de nuevo el ‘movimiento’? Superar/vencer Versalles; superar/vencer  Núremberg. Núremberg afecta ahora a todos los nacidos aryas. A todos por igual paraliza, adormece, y detiene. Es toda la Europa arya la que debe responder a ese desafío; deshacer el ‘hechizo’ que la detiene.

*Derecho de sangre y de suelo. La autoctonía, la ancestralidad. La herencia, los herederos.

De la sangre y del suelo nosotros, las actuales generaciones aryas, debemos responder. Tendremos que rendir cuentas.

*“El judío es el enemigo mortal de los Estados nacionales y autónomos.” Hitler, en ‘Mi lucha’. El pueblo judío se ha constituido, casi desde su origen, en el enemigo mortal de los pueblos (véase su libro sagrado; véase su Talmud). Los universalismos de origen judío (religiosos, filosóficos, o políticos)  son veneno mortal para los pueblos.

*La Europa blanca tiene que recuperarse; que volver a ser dueña de su destino. Tenemos que deshacernos de pueblos extraños, de ideologías extrañas; deshacernos de todo lo ajeno –pueblos y creencias. Limpiarnos, purificarnos; renacer.

Lo próximo es recuperar el ser biosimbólico nuestro. Ahí se encuentra la fuente de nuestra salud.

El ser genético nuestro; nuestro cariotipo específico –el étnico, el racial. El genio arya. A este genio singular nuestro le tenemos que añadir las culturas generadas por las diversas ramas aryas a lo largo de las generaciones. El completo legado –en la naturaleza y en la cultura. El cuido de tal herencia es nuestra responsabilidad y nuestro deber.

*Desde incluso antes de la llegada de Hitler y el nacionalsocialismo al poder la propaganda del enemigo injurió, difamó y calumnió el ‘movimiento’. Los escritos de Hitler y Goebbels (entre otros) de los años 20’ dan constancia de esto.

En ciertos aspectos el entorno socio-cultural de los primeros nazis (años 20’ del siglo pasado) era muy semejante al nuestro. Podríamos decir que sigue siendo el mismo (padecemos la misma estrategia enemiga, vivimos la misma guerra…).

*Hoy no es Versalles sino Núremberg. El nazismo prohibido, sus insignias, sus estandartes, sus banderas… su historia. Hemos sido privados no de territorio sino de reconocimiento, pero esta des-legitimación, a la larga, acabará privándonos también del territorio.

Esta es nuestra situación: Los pocos despiertos son ahora los perseguidos, los proscritos, y tenemos nuestra historia más reciente prohibida, silenciada –nuestro nuevo testamento; nuestra historia sagrada. No podemos conmemorar, festejar, elevar a lo alto. Apenas si podemos salir a la luz.

¿Qué lucha –política, jurídica– se podría emprender para recuperar la legitimidad del nazismo, del periodo nazi y demás…?

*El nacionalismo étnico arya en los momentos presentes carece del aura de la novedad. Somos algo así como una segunda edición –una segunda edición corregida y aumentada.

Los famosos 25 puntos del primer programa han de ser reformulados, puestos al día. Ahora importa la nación arya europea, ahora el movimiento ha de tener dimensiones europeas. Hay que tener en cuenta al conjunto de los pueblos germanos, a los pueblos celtas, a los eslavos,  a los bálticos, a los pueblos neolatinos… Esto es, a todos los pueblos aryas europeos; a todos los nacidos aryas.

Tenemos también el problema de las poblaciones extranjeras. Hoy no sólo albergamos judíos, sino millones de asiáticos, africanos, amerindios… Los puntos concernientes a los judíos en el primitivo programa han de extenderse, pues, a todas estas poblaciones.

Los derechos políticos, o los derechos de propiedad, por ejemplo, sólo han de poseerlo los nacidos aryas.

La finalidad con respecto a estas poblaciones extranjeras ha de ser la de su completa expulsión de nuestras tierras. Mientras tanto serán considerados como huéspedes transitorios, transeúntes, cuando no como intrusos.

 Los extranjeros residentes en nuestras tierras no recibirán  la enseñanza de los nacidos aryas; no tendrán derecho a ella. No estarán por consiguiente en nuestras escuelas, institutos o universidades. No se les negará, por supuesto, que cuenten con sus propios centros de enseñanza en tanto permanezcan en nuestras tierras.

El ejército ha de ser nacional con total exclusión de miembros no aryas.

El aspecto quizás más importante se refiere a la cuestión religiosa europea. Nada de alusiones al cristianismo. Lo que religa a los nacidos aryas son las señas de identidad étnicas y culturales que todos comparten. Hablo de las señas de identidad culturales pre-cristianas, pre-musulmanas, o pre-marxistas (pre-judías, en cualquier caso). Ninguna conexión, ninguna relación con tradiciones religioso/culturales no aryas (semitas o no –incluyo el hinduismo y el budismo). En caso contrario el nacionalismo étnico re-nacería envenenado, herido de muerte desde el principio. Tarde o temprano sucumbiría a manos de esos núcleos ideológicos extranjeros, e internacionalistas –como sucedió en el pasado.

La religión ‘natural’ de los aryas tiene que ver con su etnia y con sus culturas. Las culturas pre-cristianas son nuestro viejo legado, las culturas post-cristianas son nuestro nuevo legado –lo no específicamente cristiano desde los tiempos de la cristianización a nuestros días (en filosofía, literatura, artes plásticas, teoría política, ciencias de la naturaleza, modas culturales…).

*Recomiendo a todos la lectura de las obras y discursos de Hitler y Goebbels. Vivimos situaciones muy parecidas. La misma propaganda antinacionalista (universalista, internacionalista), el mismo menosprecio a la patria, a la identidad… los mismos problemas con la opinión pública –en manos de la misma prensa judeo-democrática y judeo-marxista de ‘izquierdas’. La misma necesidad de reconquistar el alma, el corazón de la nación arya.

Combatir, derrotar, expulsar de nuestras tierras al despreciable manipulador y sus armas –el enemigo ha rodeado a la población arya con un  muro de infamias y calumnias que promueve la indiferencia, el desdén, el odio, o el menosprecio de nuestra población hacia nuestro alegre mensaje. Romper ese infame cerco y conquistar el amor de Europa. Llegar a ser –de nuevo–  el elegido, el amado. Repetir la hazaña.

Cautivar, seducir, conquistar, enamorar a la bella Europa.

*“¡Oh, Cielo todopoderoso, bendice nuestras armas; bendice nuestra lucha!” Parafraseando expresiones encontradas en ‘Mi lucha’, de Hitler.

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Saludos, y hasta la próxima

Manu