Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

lunes, 20 de septiembre de 2010

48) Sobre el despertar de los estadounidenses

Sobre el despertar de los estadounidenses. (Para ‘DanielPipes.org’).

Manu Rodríguez. Desde Europa (10/09/10).


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*La distinción que pretende introducir el Sr. Pipes (‘islam’ (o musulmanes) versus ‘islamismo’) en su artículo ‘Americans Wake Up to Islamism’ no tiene nada que ver con la realidad cotidiana en el ámbito islámico tal y cómo podemos apreciarla cada día en nuestros informativos; y me temo que terminará convirtiéndose en una nueva arma conceptual en manos de los musulmanes para operar en el mundo libre; para seguir confundiendo y despistando a los ciudadanos y a la clase política del mundo libre; para ganar tiempo y seguir prosperando (demográfica, política, económica, culturalmente…) y multiplicando sus signos en el mundo libre; para seguir desvirtuándolo y desintegrándolo sin que nada ni nadie (ni leyes ni hombres) les detenga, en definitiva.
El islam es Corán, hadices, charia; el islamismo es Corán, hadices, charia; un musulmán es Corán, hadices, charia.
Corán, hadices, charia. Esa trinidad. Es una personalidad, es un rostro, es un ser; son los hombres y mujeres que lo generaron, lo difundieron, y lo hicieron posible. Es esa muchedumbre (la sombría ‘umma’) que se siente identificada, representada, y defendida por eso que es, también, un arma. No es el único arma de esa muchedumbre; ese tridente. Suelen también amenazar, e intimidar. Y son maestros consumados de la amenaza velada, de la ambigüedad, de la mentira; de la violencia y de la muerte. Y cuentan con millares de manos asesinas en todos los lugares del planeta dispuestas a cumplir las amenazas y las advertencias (directas o veladas), o las explícitas sentencias, de algún ‘juez religioso’.
La ‘umma’ se extiende por todos los rincones; están por todos lados. Huéspedes indeseados e indeseables. Es el mal, nuestro mal. El mal del mundo libre. Como un tumor maligno avanza; como una metástasis fatal para los pueblos anfitriones.
*Aviso a los estadounidenses. Europa está mucho peor que USA; Europa está casi perdida, y nuestra gente está dormida, confundida, o acobardada; tanto los ciudadanos corrientes como nuestra despreciable clase política. Serían necesarias medidas extremas para resolver el problema del islam en Europa; serían necesarios otros europeos, me atrevo a decir.
Vosotros todavía estáis a tiempo de libraros de esa monstruosidad ideológica, y de esa temible ‘umma’. Con todo, esperad lo peor en este camino. Tomad nota de nosotros, pues, como digo, la mayor parte de la población europea, y por las razones que sean, vive a espaldas de este grave y terrible problema; y a los pocos que denunciamos nuestra pasividad y anunciamos con voz clara el terrorífico futuro que les espera a nuestros hijos, a nuestros nietos, y a las siguientes generaciones, si nada hacemos al respecto, se nos tilda de fascistas, xenófobos, ultra-derechistas… ‘e tutti quanti’; se nos prodigan los peores insultos y se nos sataniza públicamente.
No hay conciencia de peligro en las naciones del mundo libre. La mayor parte de las poblaciones no se creen en peligro o amenazadas. En peligro sus mundos; su libertad, su verdad, su identidad, su integridad, su diferencia, su ser. En peligro su existencia misma como pueblo. Su pasado, su presente, y su futuro.
A vosotros que recién tomáis las armas de la palabra me dirijo: esperad lo peor; y resistid con firmeza.
*La guerra que sostenemos es una guerra de ‘hombre’ contra ‘hombre’. La guerra de un musulmán (de un islamizado o sometido) contra un hombre libre (no islamizado, no sometido). Se trata de ‘modelos’ de ‘hombre’, de ‘humanidad’. Las culturas étnicas que componen el mundo libre no pugnan entre sí por motivos culturales, ni pretenden imponer a otros pueblos su propia cultura, o su propio modelo humano o de humanidad. Pero éste es el problema que tenemos con el islam, pues éste, como ideología universal expansiva y ofensiva que es, choca con todas y cada una de las culturas no musulmanas del planeta (europea, japonesa, china, judía, india…). Todos los mundos, todos los modelos y tradiciones culturales, estamos amenazados por el islam.
Dicho sea de paso, no se puede hacer la crítica al islam como ‘ideología universalista y totalitaria’ sin reparar en otras ideologías afines, religiosas o políticas. Estamos ante una categoría (‘ideologías universalistas y totalitarias’) que admite varias modalidades. Pienso en el cristianismo, en el hinduismo, en el budismo… pero también en el internacionalismo comunista, y aún en la democracia cuando se la pretende ‘universal’ y ‘única’ para todos los pueblos. Es un edificio con varios pilares; o un monstruo con varias cabezas.
*Una precisión conceptual. Será fiel aquel que permanezca fiel (valga la redundancia) a las tradiciones ancestrales de su pueblo, de su familia, de su gente; el que no las abandona fueran cuales fuesen las circunstancias que le envuelvan a lo largo del camino de su vida.
Será infiel aquel que voluntaria o involuntariamente abandona la memoria y las palabras de su pueblo y las sustituye por otras extranjeras. Los que tal cosa hicieron o hacen son los únicos y verdaderos infieles; no busques más allá. Aquellos que adoptan, por ejemplo, una ideología universal, no por ello menos particular y étnica, abandonando las tradiciones propias heredadas (todos los cristianizados, o islamizados, o los convertidos al hinduismo o al budismo, del planeta); los que reniegan de su propia sangre, aquellos que se escinden de su propio pueblo y adoptan un no-pueblo otro (el conjunto de los creyentes o conversos de su ‘personal’ elección). (De pasada llamo la atención sobre aquellos que iniciaron, ellos mismos, estas escisiones en sus propios pueblos; me refiero a los generadores, y ‘grandes hermanos’, de estas quimeras ideológicas universales.)
El abandono de lo propio y la adopción de lo ajeno (a la fuerza, o de grado) es la suprema traición; es, además, la suprema alienación.
*Tenemos que ser veraces, sutiles, y certeros. Necesitamos guerreros de la palabra; filósofos guerreros. Necesitamos de ‘Atenea militante’ (Atenea Promacos).
Ese sombrío tricéfalo al que le molestan nuestras risas, nuestras palabras, y nuestra libertad, tiene que ser espiritual y moralmente vencido; y que callen sus bocas para siempre. Muchos lo han conseguido. Pienso en Pat Condell. Pienso en la valiente, inteligente, y apasionada Wafa Sultan.
Es la palabra verdadera la que derrota, la que pulveriza, la que aniquila. Aniquila en nuestras mentes y en nuestros corazones. Es el arma perfecta. Como un rayo abate las tinieblas, y trae la luz.
Han de tener más espacio público estas voces; tiene que difundirse más y más esta liberadora y purificadora luz.
Tenemos que proteger, y defender, llegado el caso, nuestra libertad; aquella que nos permite ser claros y veraces. Se trata de nuestra libertad, de nuestra luz, de nuestra verdad. Se trata de nuestro genio, y de nuestra identidad cultural ancestral. Es nuestra naturaleza misma la que está en juego; nos jugamos el ser (el seguir siendo).
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Hasta la próxima,
Manu

sábado, 11 de septiembre de 2010

47) En el nombre de nuestros antepasados

En memoria de nuestros antepasados.

Manu Rodríguez. Desde Europa (04/09/10).


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Las mezquitas o centros culturales islámicos en países no musulmanes son centros políticos, centros de adiestramiento ideológico, centros de propaganda y proselitismo… y una cuenca de atracción para todos los apátridas, descastados, e infieles (a su propia gente, a su propia cultura, a sus propias raíces) del país anfitrión. Son, en último término, instrumentos para desintegrar las diversas culturas autóctonas.
Las ideologías religiosas universales van contra las culturas particulares de los pueblos. La expansión de estas ideologías en el planeta ha supuesto la pérdida de numerosas culturas en Asia, en Europa, en África, en las Américas… Hablo del hinduismo, del budismo, del cristianismo, y del islamismo, fundamentalmente. Adviértase sus respectivas áreas de dominio.
Les recuerdo a todos la deformación o semi-destrucción de la cultura tibetana pre-budista, la destrucción de la antigua cultura egipcia, de la persa pre-islámica, de la griega, de la romana; de las culturas germanas, celtas, eslavas…; de las culturas africanas ‘animistas’, de las culturas amerindias… La alienación espiritual y cultural en el planeta es absolutamente general. Apenas si hay pueblos que conserven sus culturas autóctonas y ancestrales, así como el vínculo con sus propios antepasados. Y todo esto lo han conseguido las castas sacerdotales cristianas, musulmanas, budistas y demás, y en el nombre de la justicia, de la libertad, o del amor, de la manera más insidiosa y descarada, abusando de las prerrogativas concedidas a estos huéspedes indeseables por sus nobles anfitriones.
Estas ideologías se denominan a sí mismas religiones universales de ‘liberación’ o ‘salvación’, lo cual es cinismo y crueldad, pues no vienen sino a destruir o aniquilar lo propio, e imponer lo ajeno; y para que las diferentes castas sacerdotales, en un principio extranjeras, alcancen el poder; y estos son, lamentablemente, los resultados finales de todo este horrible asunto.
La destrucción de la memoria es esencial en estas ideologías. El ‘mensaje’ ‘universal’ abole las culturas y tradiciones particulares, que son ancestrales y autóctonas. Es obvio que en este ‘juego de manos’ desaparecen de la memoria de los pueblos sus propios antepasados y sus propias culturas, a los cuales, además, se les ‘sataniza’ o maligniza. Ésta es la alienación espiritual de la que hablo.
Los individuos y pueblos cristianizados, islamizados y demás, podrían mirar hacia atrás en sus entornos étnicos, culturales, y geográficos. ¿Qué saben de sus ancestros pre-budistas, pre-hinduistas, pre-cristianos, o pre-islámicos? Los musulmanes, por ejemplo, cuando piensan en los antepasados se refieren al período de los primeros califas (árabes), y esto sucede en Indonesia, en Egipto, en la India, o en cualquier lugar del planeta islamizado. Ésta es una muestra de destrucción de la memoria. Y esto que digo acerca de los pueblos islamizados podemos decirlo igualmente de los pueblos cristianizados.
Así pues, el tema del proselitismo cristiano, budista, o islamista, en las diferentes naciones y culturas, es más grave de lo que a primera vista pudiera parecer. De hecho, se debería prohibir el proselitismo de cualquier ideología universal en los diferentes pueblos. No hay que olvidar que a la postre es una cultura étnica la que se expande (judía (en el cristianismo), árabe islámica, o india) en detrimento de las demás.
Lamentablemente no se puede recuperar lo destruido por estas ideologías a lo largo del tiempo en los diferentes pueblos; no se puede enmendar tal desastre bio-cultural debido a la masiva destrucción de documentos, de monumentos y demás, en nombre del dios judeo-cristiano, del dios de Mahoma, o de los principios ‘espirituales’ hinduistas o budistas. Analícese el panorama mundial; el caos, la confusión (espiritual, cultural), la destrucción irreparable; el funesto legado de estas ideologías.
La mayor parte de los pueblos del planeta hemos perdido el nexo con nuestros antepasados, con nuestro genio, con nuestras culturas ancestrales. Los cristianos piensan en Abraham o Moisés, los musulmanes en Mahoma y los primeros califas (y no sólo los salafistas), y asimismo los hinduistas y los budistas con sus respectivos ‘patriarcas’. Prevalecen, pues, los ancestros judíos, cristianos, árabes, o indios, sobre los autóctonos. Esto supone que multitud de individuos, pueblos, y culturas, han sido borrados del árbol de la vida como si nunca hubieran sido. Éste es el crimen bio-cultural que han cometido estas ideologías desde su aparición, y el que continúan cometiendo impunemente; lo suyo es el genocidio cultural.
Desde un punto de vista antropológico y filosófico, pero igualmente biológico, toda esta aniquilación ha supuesto la imposible reconstrucción del árbol de los pueblos y culturas del mundo, que es también el árbol de la vida, el árbol más puro.
Este tema me entristece y enfurece. Basta ya. No son sólo ideologías regresivas o involutivas; son también alienantes, peligrosas, y destructivas.
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En memoria de Heráclito, Demócrito, Aristóteles… en memoria de Hume, Locke, D´Alembert, Kant, Marx (el filósofo), Darwin, Nietzsche, Wittgenstein, Heidegger, Lévi-Strauss… En memoria de nuestros antepasados todos. En el nombre de nuestra cultura, nuestra verdad, y nuestra libertad.
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Hasta la próxima,
Manu

sábado, 4 de septiembre de 2010

46) Para unos, para otros; y para lo más alto

Para unos, para otros; y para lo más alto.

Manu Rodríguez. Desde Europa (01/09/10).


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*Esto va para vosotros; para los vanos, ignorantes, confusos e hipócritas izquierdistas y progresistas. Enteraos de una vez que no hay en estos momentos otro racismo, ni otro fascismo, ni otra ultraderecha en nuestra Europa o en USA (y en el mundo entero) que el islam y la población musulmana extranjera (la ‘umma’) que nos inunda.
Carecéis de pudor y de verdad cuando a vosotros mismos os denomináis anti-fascistas. Por lo demás, vuestro lenguaje es tan insidioso como el de los mismos musulmanes; usáis, como ellos, el comodín de ‘la democracia y la libertad’ para medrar en nuestras sociedades libres; y también, como ellos, acusáis a los conciudadanos que denuncian el avance y el intolerante e intolerable comportamiento de la ‘umma’, cómo no, de racistas, anti-democráticos, fascistas, y ultraderechistas. Pretendéis desarmar así, conceptualmente, a los únicos defensores de la democracia y la libertad en nuestras tierras. Sois una vergüenza para estos magnos conceptos, así como para todos aquellos que los postularon y defendieron con su propia vida, que se estremecerían de horror ante vuestra necedad, y vuestro peligroso comportamiento. Habéis elegido a nuestros enemigos, habéis elegido nuestro mal. Sois la vergüenza del mundo libre.
Ciegos, hipócritas, vanos; sí. Ignorantes, inconscientes, irreflexivos. Torpes, funestos. Sois ‘tontos útiles’ al servicio del totalitarismo islámico en el mundo libre; y si no os gusta este epíteto que se os da, ¿preferiríais acaso que se os considerase cómplices conscientes de este fascismo que se avecina, de esta amenaza para todos, de esta terrorífica ideología que es el islam?
¿A qué se debe vuestra actitud? ¿Es que teméis defraudar a los musulmanes si les dais la espalda; teméis que ya no os consideren ‘demócratas’ y ‘buena gente’? ¿Os preocupa más su opinión sobre vosotros que la vuestros propios hermanos y paisanos? Os chantajean moralmente, bobos. Un truco tan viejo. Sois verdaderamente tontos.
No sé ya qué pensar de vosotros; ni qué deciros. Reflexionad sobre vuestro triste papel en las circunstancias históricas que vivimos. Despertad. No sigáis contribuyendo a nuestra, y a vuestra, destrucción. No cumplís otro papel, en los momentos presentes, que el de traidores (conscientes o inconscientes). Ésta es la memoria que quedará de vosotros.
*Yo soy Manu, el amante de la Aurora virginal; el enamorado de la hija del Cielo.
Ushas, Eos; Urvasi, Eurifaesa; Europa, Eurínome, Euriclea, Eurídice (¡Ay!)… heterónimos de la Aurora (en las tradiciones indoeuropeas).
La Aurora es reveladora del orden cósmico, de la verdad, del ser; anuncia la claridad y el nuevo día. Es Aletheia. Es la Aurora de miembros luminosos.
*¡Oh, Alba! No me abandones, no desaparezcas de mi vida. ¿Qué te retiene; quién te retiene?
Alba detenida, impedida. Sombrías nubes ocultan tu esplendor. No hay luz, no hay sol, no hay día. Atmósfera opresiva, mórbida. Bochorno. Aire estanco. Estoy desalentado.
*Yo invoco a la brisa, y a los vientos matinales. Yo invoco a los pueblos del mundo libre; a los hombres y mujeres del mundo libre; a los futuros; a la tropa adolescente. ¡Soplad benditos; despejad el horizonte!
Estoy aquí, esperando un frente claro, diurno, blanquiazul. Luminoso. Un frente internacional contra el tenebroso islam. Un frente formado por los pueblos indoeuropeos, asiáticos, africanos… aún libres.
Hablo a todos del combate final, del combate entre la luz y las tinieblas; del combate entre la libertad y la servidumbre.
No pueden ganar la partida los tenebrosos; no otra vez, no de nuevo. ¿Qué sería de la humanidad, qué sería de nuestro futuro?
*A aquél/aquélla/aquello que rige los destinos me dirijo. ¿Hasta cuándo estaremos en suspenso? ¿Hasta cuándo nos ocultarás tus designios? ¿Hasta cuándo tu silencio? A ti, Padre/Madre celestial, me dirijo ¿hasta cuándo?
La sombra avanza por doquier tiznando y oscureciendo tu maravillosa creación. Es el sombrío islam; la sombría ‘umma’. Nos precipitamos en el abismo, en la sumisión, en la muerte y el olvido. Despierta, por favor, a estos pueblos tuyos; disipa las tinieblas, que claree la mañana, que venga el nuevo día. No permitas nuestra derrota una vez más. No nos abandones.
Éste es mi ruego; ésta es mi petición.
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Hasta la próxima,
Manu