Año nuevo para todos.
Manu Rodríguez. Desde Europa (23/12/09)
*
*‘No se me ha preguntado, pero se me debería haber preguntado qué significa, cabalmente en mi boca, el nombre Zaratustra… …fue el primero en decir que la rueda que hace moverse a las cosas es la lucha entre el bien y el mal –la transposición de la moral a lo metafísico es obra ‘suya’. Zaratustra ‘creó’ ese error, el más fatal de todos, la moral; en consecuencia, él tendría que ser el primero en ‘reconocerlo’. No es sólo que él tenga en esto una experiencia mayor y más extensa que ningún otro pensador –la historia entera constituye, en efecto, la refutación experimental del principio de la denominada ‘ordenación moral del mundo’; mayor importancia tiene el que Zaratustra sea más veraz que ningún otro pensador. Su doctrina, y sólo ella, considera la veracidad como virtud suprema –esto significa lo contrario de la cobardía del ‘idealista’, que, frente a la realidad, huye; Zaratustra tiene en su cuerpo más valentía que todos los pensadores juntos. Decir la verdad y ‘disparar bien con flechas’, ésta es la virtud persa. (¿Se me ha entendido?). La auto-superación de la moral por la veracidad… esto es lo que significa en mi boca el nombre Zaratustra’. Nietzsche (Ecce-Homo).
*La moral se supera a sí misma por la verdad. Es el triunfo de Asha, del ‘Rt’ (védico), de Aletheia. Lo primero y lo último. Del orden, de la luz. De la sabiduría. De la verdad.
‘La serpiente se da muerte a sí misma’. Visto lo visto. Visto lo que hay que ver.
La ‘den’ (moral, el término ‘religión’ no es la traducción más adecuada) zaratustriana fue instrumentalizada por los sacerdotes y por los monarcas guerreros, la buena moral (vohu den). ‘Todo lo que se opone al rey pertenece a Drôz (la mentira, la falsedad)’. (Darío Rey).
La ‘den’ de Zaratustra era un nuevo instrumento en manos de los poderosos. Sirvió a las clases dominantes para legitimar y aun sacralizar su propio poder. Todo aquel que se oponía al monarca (o al sacerdote) provenía de los dominios de la mentira (‘drug’), de Añgra Mainyu (Ahriman), y combatía contra Ahura Mazda (Ormuzd), y la buena moral (‘vohu den’), y por consiguiente, contra la luz (Spenta Mainyu), contra la verdad (Asha), contra el gobierno deseable (Kshathra Vairya)...
Desde un principio estas ‘religiones’, estos movimientos sacerdotales, buscaron el poder, o el modo de compartir el poder. Es la alianza secular entre los sacerdotes y los guerreros. Y la lucha, también secular, milenaria, entre ambos. El ‘pueblo’ es el botín. El dominio de las masas.
Nietzsche es un fiel seguidor de la verdad. Como lo es todo filósofo genuino. Se debe a la verdad. Devoción por la verdad. Excluir toda mentira de nuestras vidas. No queremos ni engañar ni ser engañados. La senda del filósofo. Luz, claridad, verdad. La vía dolorosa. La ruta del ámbar.
El culto a la verdad en filosofía. La destrucción, la desmitificación, la des-mixtificación. La voluntad de saber que sigue a la verdad (a Asha, a Aletheia) hasta el final. Ver claro, ver lo que hay que ver.
La devoción por la verdad nos trae a este páramo helado. La ‘negación’ nietzscheana es también una vía negativa. Queda en nada el filósofo. Es la condición sin la cual no habría estrella danzarina. La ‘crisis’, la ‘epopteia’, la visión.
Podríamos ampliar estos conceptos: la verdad, la recta intención, la devoción, la fidelidad… Parámetros conductuales que ‘mueven’ al filósofo, que lo formatean. Tallado. En virtud de su devoción por la verdad. Son los votos. Fieles de la verdad (Aletheia, Asha, o ‘Rt’).
Zaratustra es el primer hombre espiritual (que sepamos) que hace uso de conceptos, y no de dioses. Si bien sus conceptos fundamentales tienen un pie en el cielo. Fueron prontamente personificados y divinizados.
No importa aquí la intención de Zaratustra al crear esta moral religiosa (que liga, que religa a la comunidad). Pronto surgieron heterodoxias. Es el mal de las morales (religiosas, filosóficas, o políticas) no tradicionales, las nuevas ‘ideologías’ universales que pulularon por toda la región desde Moisés a Mahoma. Incluyendo las corrientes que venían de la India (hinduismo y budismo).
Hay que insistir en lo pernicioso de su dualismo. Sirvió para satanizar al otro, y fue rápidamente adoptado por monarcas y sacerdotes. Su influencia en el ámbito judío, cristiano, y musulmán, ha sido nefasta. Cada una de estas sectas se arroga (usurpa, imposta) el lenguaje de la luz, y del bien. El otro, cualquiera que éste fuese, es tenebroso, mentiroso, malo. Es un principio de agresión, una fuente de legitimación contra el otro, contra cualquier otro. Tampoco responde a la realidad (como verdad, también Asha o ‘Rt’). Se borra la identidad del otro, su diferencia; éste deja de ser griego, egipcio, o fenicio; se le convierte en gentil, pagano, idólatra, o infiel, incluso en enemigo a destruir.
La confusión espiritual y la dinámica violenta y agresiva que instauran estas ideologías. Todas proyectan un gobierno mundial. La unificación y la homologación de la humanidad. Para cada una de estas ideologías el dios y la verdad están de su parte. Son pocas, pero dividen y enfrentan a los pueblos. La guerra no tendrá nunca fin. El funesto legado del dualismo moral zaratustriano.
Son justamente estas tradiciones religiosas establecidas las únicas fuerzas tenebrosas, destructivas, y mixtificadoras, que aún atenazan a la humanidad. Las que hablan en nombre de la luz, de la verdad, y del bien. Superarlas, dejarlas atrás. Es la araña universal, el mal universal.
Nuestros héroes son héroes de la palabra, nuestras armas son conceptuales. Siempre del lado de la luz, de la verdad. Fieles, diligentes, enamorados. Nuestro amor y devoción por la verdad nos conduce. Mediante la verdad combatimos: dilucidamos, des-mixtificamos, traemos a la luz, des-velamos. Nuestra luz os destruirá.
Nuestros héroes… aquellos que, voluntaria, consciente, y deliberadamente, se oponen al mal (aka) y a la mentira (drug), en pensamientos, palabras, y obras... Creando, generando, amando.
Dejemos el ‘gobierno deseable’ (Kshathra Vairya), el poder, y el deseo de poder, a los violentos y a los mixtificadores, a los guerreros y a los sacerdotes.
También el buen pensamiento (Vohu Manah) sale triunfante en esta auto-superación. Lo bueno, lo bien intencionado. Lo positivo, lo constructivo, lo creativo. La bondad-bella-de-ver.
Quedan a salvo también la libertad (de elección), así como la doctrina de los ‘buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras’. Pensamientos, palabras, y actos, puros, inambiguos; sim-bólicos, que no dia-bólicos.
Quedan en pie, pues, la verdad, y la libertad, y la recta intención, y la fidelidad, y el fervor… y la plenitud y la gracia, y la inmortalidad de Castor. Y el alma noble y heroica.
El fuego ha sido salvado.
*
Los pueblos y culturas del mundo son ramas del árbol de la vida, el árbol más puro. Sea éste nuestro árbol de navidad. Rindamos culto a este árbol, cultivémoslo.
Un nuevo año (nouruz) para todos,
Manu
Manu Rodríguez. Desde Europa (23/12/09)
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*‘No se me ha preguntado, pero se me debería haber preguntado qué significa, cabalmente en mi boca, el nombre Zaratustra… …fue el primero en decir que la rueda que hace moverse a las cosas es la lucha entre el bien y el mal –la transposición de la moral a lo metafísico es obra ‘suya’. Zaratustra ‘creó’ ese error, el más fatal de todos, la moral; en consecuencia, él tendría que ser el primero en ‘reconocerlo’. No es sólo que él tenga en esto una experiencia mayor y más extensa que ningún otro pensador –la historia entera constituye, en efecto, la refutación experimental del principio de la denominada ‘ordenación moral del mundo’; mayor importancia tiene el que Zaratustra sea más veraz que ningún otro pensador. Su doctrina, y sólo ella, considera la veracidad como virtud suprema –esto significa lo contrario de la cobardía del ‘idealista’, que, frente a la realidad, huye; Zaratustra tiene en su cuerpo más valentía que todos los pensadores juntos. Decir la verdad y ‘disparar bien con flechas’, ésta es la virtud persa. (¿Se me ha entendido?). La auto-superación de la moral por la veracidad… esto es lo que significa en mi boca el nombre Zaratustra’. Nietzsche (Ecce-Homo).
*La moral se supera a sí misma por la verdad. Es el triunfo de Asha, del ‘Rt’ (védico), de Aletheia. Lo primero y lo último. Del orden, de la luz. De la sabiduría. De la verdad.
‘La serpiente se da muerte a sí misma’. Visto lo visto. Visto lo que hay que ver.
La ‘den’ (moral, el término ‘religión’ no es la traducción más adecuada) zaratustriana fue instrumentalizada por los sacerdotes y por los monarcas guerreros, la buena moral (vohu den). ‘Todo lo que se opone al rey pertenece a Drôz (la mentira, la falsedad)’. (Darío Rey).
La ‘den’ de Zaratustra era un nuevo instrumento en manos de los poderosos. Sirvió a las clases dominantes para legitimar y aun sacralizar su propio poder. Todo aquel que se oponía al monarca (o al sacerdote) provenía de los dominios de la mentira (‘drug’), de Añgra Mainyu (Ahriman), y combatía contra Ahura Mazda (Ormuzd), y la buena moral (‘vohu den’), y por consiguiente, contra la luz (Spenta Mainyu), contra la verdad (Asha), contra el gobierno deseable (Kshathra Vairya)...
Desde un principio estas ‘religiones’, estos movimientos sacerdotales, buscaron el poder, o el modo de compartir el poder. Es la alianza secular entre los sacerdotes y los guerreros. Y la lucha, también secular, milenaria, entre ambos. El ‘pueblo’ es el botín. El dominio de las masas.
Nietzsche es un fiel seguidor de la verdad. Como lo es todo filósofo genuino. Se debe a la verdad. Devoción por la verdad. Excluir toda mentira de nuestras vidas. No queremos ni engañar ni ser engañados. La senda del filósofo. Luz, claridad, verdad. La vía dolorosa. La ruta del ámbar.
El culto a la verdad en filosofía. La destrucción, la desmitificación, la des-mixtificación. La voluntad de saber que sigue a la verdad (a Asha, a Aletheia) hasta el final. Ver claro, ver lo que hay que ver.
La devoción por la verdad nos trae a este páramo helado. La ‘negación’ nietzscheana es también una vía negativa. Queda en nada el filósofo. Es la condición sin la cual no habría estrella danzarina. La ‘crisis’, la ‘epopteia’, la visión.
Podríamos ampliar estos conceptos: la verdad, la recta intención, la devoción, la fidelidad… Parámetros conductuales que ‘mueven’ al filósofo, que lo formatean. Tallado. En virtud de su devoción por la verdad. Son los votos. Fieles de la verdad (Aletheia, Asha, o ‘Rt’).
Zaratustra es el primer hombre espiritual (que sepamos) que hace uso de conceptos, y no de dioses. Si bien sus conceptos fundamentales tienen un pie en el cielo. Fueron prontamente personificados y divinizados.
No importa aquí la intención de Zaratustra al crear esta moral religiosa (que liga, que religa a la comunidad). Pronto surgieron heterodoxias. Es el mal de las morales (religiosas, filosóficas, o políticas) no tradicionales, las nuevas ‘ideologías’ universales que pulularon por toda la región desde Moisés a Mahoma. Incluyendo las corrientes que venían de la India (hinduismo y budismo).
Hay que insistir en lo pernicioso de su dualismo. Sirvió para satanizar al otro, y fue rápidamente adoptado por monarcas y sacerdotes. Su influencia en el ámbito judío, cristiano, y musulmán, ha sido nefasta. Cada una de estas sectas se arroga (usurpa, imposta) el lenguaje de la luz, y del bien. El otro, cualquiera que éste fuese, es tenebroso, mentiroso, malo. Es un principio de agresión, una fuente de legitimación contra el otro, contra cualquier otro. Tampoco responde a la realidad (como verdad, también Asha o ‘Rt’). Se borra la identidad del otro, su diferencia; éste deja de ser griego, egipcio, o fenicio; se le convierte en gentil, pagano, idólatra, o infiel, incluso en enemigo a destruir.
La confusión espiritual y la dinámica violenta y agresiva que instauran estas ideologías. Todas proyectan un gobierno mundial. La unificación y la homologación de la humanidad. Para cada una de estas ideologías el dios y la verdad están de su parte. Son pocas, pero dividen y enfrentan a los pueblos. La guerra no tendrá nunca fin. El funesto legado del dualismo moral zaratustriano.
Son justamente estas tradiciones religiosas establecidas las únicas fuerzas tenebrosas, destructivas, y mixtificadoras, que aún atenazan a la humanidad. Las que hablan en nombre de la luz, de la verdad, y del bien. Superarlas, dejarlas atrás. Es la araña universal, el mal universal.
Nuestros héroes son héroes de la palabra, nuestras armas son conceptuales. Siempre del lado de la luz, de la verdad. Fieles, diligentes, enamorados. Nuestro amor y devoción por la verdad nos conduce. Mediante la verdad combatimos: dilucidamos, des-mixtificamos, traemos a la luz, des-velamos. Nuestra luz os destruirá.
Nuestros héroes… aquellos que, voluntaria, consciente, y deliberadamente, se oponen al mal (aka) y a la mentira (drug), en pensamientos, palabras, y obras... Creando, generando, amando.
Dejemos el ‘gobierno deseable’ (Kshathra Vairya), el poder, y el deseo de poder, a los violentos y a los mixtificadores, a los guerreros y a los sacerdotes.
También el buen pensamiento (Vohu Manah) sale triunfante en esta auto-superación. Lo bueno, lo bien intencionado. Lo positivo, lo constructivo, lo creativo. La bondad-bella-de-ver.
Quedan a salvo también la libertad (de elección), así como la doctrina de los ‘buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras’. Pensamientos, palabras, y actos, puros, inambiguos; sim-bólicos, que no dia-bólicos.
Quedan en pie, pues, la verdad, y la libertad, y la recta intención, y la fidelidad, y el fervor… y la plenitud y la gracia, y la inmortalidad de Castor. Y el alma noble y heroica.
El fuego ha sido salvado.
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Los pueblos y culturas del mundo son ramas del árbol de la vida, el árbol más puro. Sea éste nuestro árbol de navidad. Rindamos culto a este árbol, cultivémoslo.
Un nuevo año (nouruz) para todos,
Manu
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