Carta a un amigo. Casi tal cual…
Manu Rodríguez. Desde Europa. (14/02/10).
*
*Hola J. P., gracias por el envío. Lo conocía, hace tiempo que circulan por internet estos datos. Suelo consultar los blogs ‘alianzadecivilizaciones’, ‘nuevaeuropa-nuevaeurabia’, y ‘coalición de blogs anti-islamistas’ (donde participo). Ahí puedes encontrar textos y videos sobre lo que nos interesa.
Mi blog sigue sin ser apenas conocido. Es de lamentar la poca difusión y repercusión de los blogs anti-islamistas. No causan efecto. No mueven. No pasa nada. Es frustrante.
Esta oleada del islam nos ha cogido en un momento de confusión y caos espiritual en nuestra Europa. Esto, claro está, les viene bien a los musulmanes. No hay obstáculos. La mayor parte de la gente nada teme de ellos. Nuestra situación me recuerda un tanto algunos hechos de la biología. La introducción de especies nuevas en islas o territorios que han permanecido aisladas durante miles o millones de años. Muchos de estos lugares no contaban con predadores, por lo que el comportamiento de las especies autóctonas era muy confiado. No habituados a temer por su vida o la de sus crías, tampoco habían desarrollado ninguna prevención. No contaban con gritos o señales de aviso ante el peligro, no huían cuando un predador se les acercaba, no sabían reconocerlos… Como tú comprenderás fue el ‘agosto’, el ‘chollo’ de los predadores.
Los musulmanes son parásitos y predadores que medran óptimamente en este medio confiado e ingenuo que es nuestra Europa actual. Nadie, parece, está preparado para hacer frente como se debe a esta descarada invasión; para defenderse y arrojar de la cueva, del nido, del árbol… del territorio, a estos huéspedes indeseables.
No es que no tengamos experiencia en Europa ante semejantes peligros, tampoco es la primera vez que estos canallas nos ‘visitan’. Es la educación que se les está dando a las nuevas generaciones, es la ideología de la tolerancia y la solidaridad llevada al extremo (¿incluso con el predador?)… en fin, es un fallo en nuestra educación. No nos permite distinguir o reconocer a aquel que busca nuestro mal. Tampoco nos permite defendernos de él. Estamos espiritualmente desarmados. Parece que nos hubieran extirpado nuestro coraje y nuestra fuerza moral, nuestro derecho a la defensa; castrado parte de nuestro ser.
Ante su arrogancia ya tendríamos que haber respondido con cosas como: ‘¿pero qué se han creído estos…?’. Y haberlos arrojado de aquí de un manotazo. Están abusando de nosotros por todos lados; medran demográficamente, económicamente, culturalmente, políticamente… Perdemos la tierra y el cielo, no me canso de repetirlo.
A costa de nosotros. Parasitan, medran, y depredan a su antojo sin que nadie se lo impida. Sin que nadie diga o haga nada, sin que nadie se atreva a decir nada.
Aquellos pocos que se oponen y denuncian la actual situación están mal conceptuados, vituperados, denigrados, condenados… insultados, amenazados, muertos. Estos son los tiempos que nos ha tocado vivir. ¿Qué te parece? ¿Estás dispuesto? ¿Te atreves?
Todos estamos a prueba. Estos tiempos ponen a prueba nuestra luz, el grado de conexión y de solidaridad con nuestro pueblo, y nuestra valentía. Es la criba. Estos momentos que vivimos en Europa (y en el mundo).
Esta amenaza tiene que ser respondida de manera cultural, con signos concretos, públicos, simbólicos. Una respuesta unificada, como para toda la especie, que no haya lugar a engaño. Algo que unifique a todos los frentes/signos. Un acuerdo de mínimos entre todos los frentes anti-islámicos. Símbolos claros y compartidos por todos. ‘Una’ respuesta contundente y masiva. ‘La’ respuesta de Europa.
Hay demasiada dispersión, demasiadas llamadas; esto confunde, y paraliza. Hay además frentes inadecuados, que repelen a muchos de nosotros: neonazis, ‘cruzados’, nacionalistas de aquí y de allá. Es la hora de Europa, sin embargo.
Primer punto: Hablamos desde la Europa democrática y desde sus pobladores milenarios. Segundo punto: Defendemos nuestra tierra y preservamos nuestro ser.
No queremos compartir nuestra tierra milenaria con estos millones de extranjeros musulmanes que, además, quieren nuestro mal, buscan nuestra destrucción; sueñan con dominarnos, con islamizarnos. Nos oponemos clara y abiertamente a su presencia en nuestras tierras. No los queremos por aquí.
Faltan bio-sociólogos que nos hagan ver nuestra situación en términos ‘evolutivos’, en términos biológicos. En nada difiere nuestra situación de lo que sucede en el resto de la naturaleza. Y ahora tenemos que defendernos de la invasión musulmana en nuestras tierras. Simplemente. Son procesos bio-culturales. Es lucha. Por el suelo, por el agua, por el aire, por la luz. Por la tierra y por el cielo.
Dadas las circunstancias, la lucha es desigual. No hay respuesta al ataque. Es una lucha unilateral. Estamos siendo múltiplemente agredidos, y no respondemos. Quiero decir, la población no reacciona, pese a las múltiples agresiones. Pese a los atentados, y pese al comportamiento agresivo y ofensivo con la población autóctona (de palabra y de obra), se sigue confiando en los musulmanes, se les sigue concediendo crédito a sus mentiras (‘el islam es paz’). El nivel de rechazo, a escala europea, es mínimo. Insisto en que esto se debe a la educación de las nuevas generaciones, no preparadas ni siquiera para percibir la agresión como agresión, o preparadas para excusarla de alguna manera. Para diferir, en definitiva, la única respuesta apropiada. Signos de debilidad, de estupidez, de cobardía (en nuestros gobernantes, políticos, e intelectuales).
La lucha existe, el peligro existe. La amenaza musulmana en Europa es real. Podemos perder Europa, nosotros, sus pobladores milenarios.
Si ves claro, y estás con tu pueblo, no puedes pasar, no puedes ignorar, no puedes mirar a otro lado. J. P., nosotros no podemos hacer ni más de lo que hacemos, ni otra cosa que lo que hacemos. Difundir una palabra. Lo nuestro es la palabra que informa, que dilucida, que nos muestra al enemigo; la palabra que despierta, que avisa, que urge; la palabra que dignifica, que ennoblece, que heroifica. Lo hacemos desde Europa, sin más; desde la Europa de sus pobladores milenarios. En defensa de nuestra tierra y de nuestras tradiciones culturales todas. Porque queremos seguir siendo lo que somos. Porque esta nueva Europa que emergía tiene que cumplirse y florecer. Nos queda que madurar todavía. Apenas comenzamos. Tenemos que librarnos de este peligro, y proseguir nuestro camino.
No podemos ser, en las circunstancias presentes, sino monotemáticos. Es un compromiso, es un cometido. Es un destino, es una función. Muchas especies cuentan con vigías en las lindes de su territorio, y con gritos de aviso en caso de peligro. Signos de aviso que son entendidos por todos sin confusión ni ambigüedad. Signos claros y distintos. Todos los miembros del grupo saben lo que tienen que hacer.
¿Por qué, entre nosotros, estos signos no funcionan? Hablemos de nosotros los europeos y de nuestras circunstancias presentes con respecto a la enorme población musulmana extranjera que viven en nuestras tierras. Y de su aumento. Hablemos de su actitud ofensiva y agresiva para con nosotros y para con nuestras tradiciones culturales todas. Su hostilidad manifiesta. ¿Cómo no se reacciona masivamente?
Algo nos sucede, J. P. A toda Europa, a su inmensa mayoría. Algo nos detiene. Hay que desatar, hay que liberar a esta joven Europa. Despertarla, despabilarla. Iluminarla. Ilustrarla. Ponerla al día. Éste es nuestro cometido. Nos ha tocado. Nos tocó.
Con gusto y alegría hago lo que hago. Pensando en cada momento que coadyuvo a librarnos del invasor. Es una lucha, y yo la realizo mediante la palabra. Y procuro que cada frase que escribo sea un arma y una victoria sobre lo tenebroso, sobre nuestro mal; y sobre el islam, con el cual, tarde o temprano, todos los europeos milenarios tendremos que enfrentarnos. Yo, y muchos otros, nos adelantamos, simplemente. Somos la vanguardia. Luchamos y urgimos a los demás a que se apresten al combate.
Estamos en guerra, o mejor dicho, el islam está en guerra contra nosotros, y en nuestra propia casa. Nos disputa la tierra. Discute nuestros cielos. Quiere someternos, quiere humillarnos, quiere imponernos su infierno…
¡Pues claro que hay que luchar contra esta monstruosidad que amenaza con destruirnos!
Te dejo esta prenda de nuestros antepasados pre-romanos (no recuerdo qué pueblo), la respuesta que dieron en cierta ocasión a una propuesta de capitulación que le hicieron los romanos: “Nuestros padres nos han legado hierro para defender nuestra libertad, no oro para comprarla.” Sirvan nuestras palabras también como armas para repeler cualquier agresión, para defender nuestra libertad… Sea éste nuestro legado.
Hasta la próxima, amigo. Saludos,
Manu
Manu Rodríguez. Desde Europa. (14/02/10).
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*Hola J. P., gracias por el envío. Lo conocía, hace tiempo que circulan por internet estos datos. Suelo consultar los blogs ‘alianzadecivilizaciones’, ‘nuevaeuropa-nuevaeurabia’, y ‘coalición de blogs anti-islamistas’ (donde participo). Ahí puedes encontrar textos y videos sobre lo que nos interesa.
Mi blog sigue sin ser apenas conocido. Es de lamentar la poca difusión y repercusión de los blogs anti-islamistas. No causan efecto. No mueven. No pasa nada. Es frustrante.
Esta oleada del islam nos ha cogido en un momento de confusión y caos espiritual en nuestra Europa. Esto, claro está, les viene bien a los musulmanes. No hay obstáculos. La mayor parte de la gente nada teme de ellos. Nuestra situación me recuerda un tanto algunos hechos de la biología. La introducción de especies nuevas en islas o territorios que han permanecido aisladas durante miles o millones de años. Muchos de estos lugares no contaban con predadores, por lo que el comportamiento de las especies autóctonas era muy confiado. No habituados a temer por su vida o la de sus crías, tampoco habían desarrollado ninguna prevención. No contaban con gritos o señales de aviso ante el peligro, no huían cuando un predador se les acercaba, no sabían reconocerlos… Como tú comprenderás fue el ‘agosto’, el ‘chollo’ de los predadores.
Los musulmanes son parásitos y predadores que medran óptimamente en este medio confiado e ingenuo que es nuestra Europa actual. Nadie, parece, está preparado para hacer frente como se debe a esta descarada invasión; para defenderse y arrojar de la cueva, del nido, del árbol… del territorio, a estos huéspedes indeseables.
No es que no tengamos experiencia en Europa ante semejantes peligros, tampoco es la primera vez que estos canallas nos ‘visitan’. Es la educación que se les está dando a las nuevas generaciones, es la ideología de la tolerancia y la solidaridad llevada al extremo (¿incluso con el predador?)… en fin, es un fallo en nuestra educación. No nos permite distinguir o reconocer a aquel que busca nuestro mal. Tampoco nos permite defendernos de él. Estamos espiritualmente desarmados. Parece que nos hubieran extirpado nuestro coraje y nuestra fuerza moral, nuestro derecho a la defensa; castrado parte de nuestro ser.
Ante su arrogancia ya tendríamos que haber respondido con cosas como: ‘¿pero qué se han creído estos…?’. Y haberlos arrojado de aquí de un manotazo. Están abusando de nosotros por todos lados; medran demográficamente, económicamente, culturalmente, políticamente… Perdemos la tierra y el cielo, no me canso de repetirlo.
A costa de nosotros. Parasitan, medran, y depredan a su antojo sin que nadie se lo impida. Sin que nadie diga o haga nada, sin que nadie se atreva a decir nada.
Aquellos pocos que se oponen y denuncian la actual situación están mal conceptuados, vituperados, denigrados, condenados… insultados, amenazados, muertos. Estos son los tiempos que nos ha tocado vivir. ¿Qué te parece? ¿Estás dispuesto? ¿Te atreves?
Todos estamos a prueba. Estos tiempos ponen a prueba nuestra luz, el grado de conexión y de solidaridad con nuestro pueblo, y nuestra valentía. Es la criba. Estos momentos que vivimos en Europa (y en el mundo).
Esta amenaza tiene que ser respondida de manera cultural, con signos concretos, públicos, simbólicos. Una respuesta unificada, como para toda la especie, que no haya lugar a engaño. Algo que unifique a todos los frentes/signos. Un acuerdo de mínimos entre todos los frentes anti-islámicos. Símbolos claros y compartidos por todos. ‘Una’ respuesta contundente y masiva. ‘La’ respuesta de Europa.
Hay demasiada dispersión, demasiadas llamadas; esto confunde, y paraliza. Hay además frentes inadecuados, que repelen a muchos de nosotros: neonazis, ‘cruzados’, nacionalistas de aquí y de allá. Es la hora de Europa, sin embargo.
Primer punto: Hablamos desde la Europa democrática y desde sus pobladores milenarios. Segundo punto: Defendemos nuestra tierra y preservamos nuestro ser.
No queremos compartir nuestra tierra milenaria con estos millones de extranjeros musulmanes que, además, quieren nuestro mal, buscan nuestra destrucción; sueñan con dominarnos, con islamizarnos. Nos oponemos clara y abiertamente a su presencia en nuestras tierras. No los queremos por aquí.
Faltan bio-sociólogos que nos hagan ver nuestra situación en términos ‘evolutivos’, en términos biológicos. En nada difiere nuestra situación de lo que sucede en el resto de la naturaleza. Y ahora tenemos que defendernos de la invasión musulmana en nuestras tierras. Simplemente. Son procesos bio-culturales. Es lucha. Por el suelo, por el agua, por el aire, por la luz. Por la tierra y por el cielo.
Dadas las circunstancias, la lucha es desigual. No hay respuesta al ataque. Es una lucha unilateral. Estamos siendo múltiplemente agredidos, y no respondemos. Quiero decir, la población no reacciona, pese a las múltiples agresiones. Pese a los atentados, y pese al comportamiento agresivo y ofensivo con la población autóctona (de palabra y de obra), se sigue confiando en los musulmanes, se les sigue concediendo crédito a sus mentiras (‘el islam es paz’). El nivel de rechazo, a escala europea, es mínimo. Insisto en que esto se debe a la educación de las nuevas generaciones, no preparadas ni siquiera para percibir la agresión como agresión, o preparadas para excusarla de alguna manera. Para diferir, en definitiva, la única respuesta apropiada. Signos de debilidad, de estupidez, de cobardía (en nuestros gobernantes, políticos, e intelectuales).
La lucha existe, el peligro existe. La amenaza musulmana en Europa es real. Podemos perder Europa, nosotros, sus pobladores milenarios.
Si ves claro, y estás con tu pueblo, no puedes pasar, no puedes ignorar, no puedes mirar a otro lado. J. P., nosotros no podemos hacer ni más de lo que hacemos, ni otra cosa que lo que hacemos. Difundir una palabra. Lo nuestro es la palabra que informa, que dilucida, que nos muestra al enemigo; la palabra que despierta, que avisa, que urge; la palabra que dignifica, que ennoblece, que heroifica. Lo hacemos desde Europa, sin más; desde la Europa de sus pobladores milenarios. En defensa de nuestra tierra y de nuestras tradiciones culturales todas. Porque queremos seguir siendo lo que somos. Porque esta nueva Europa que emergía tiene que cumplirse y florecer. Nos queda que madurar todavía. Apenas comenzamos. Tenemos que librarnos de este peligro, y proseguir nuestro camino.
No podemos ser, en las circunstancias presentes, sino monotemáticos. Es un compromiso, es un cometido. Es un destino, es una función. Muchas especies cuentan con vigías en las lindes de su territorio, y con gritos de aviso en caso de peligro. Signos de aviso que son entendidos por todos sin confusión ni ambigüedad. Signos claros y distintos. Todos los miembros del grupo saben lo que tienen que hacer.
¿Por qué, entre nosotros, estos signos no funcionan? Hablemos de nosotros los europeos y de nuestras circunstancias presentes con respecto a la enorme población musulmana extranjera que viven en nuestras tierras. Y de su aumento. Hablemos de su actitud ofensiva y agresiva para con nosotros y para con nuestras tradiciones culturales todas. Su hostilidad manifiesta. ¿Cómo no se reacciona masivamente?
Algo nos sucede, J. P. A toda Europa, a su inmensa mayoría. Algo nos detiene. Hay que desatar, hay que liberar a esta joven Europa. Despertarla, despabilarla. Iluminarla. Ilustrarla. Ponerla al día. Éste es nuestro cometido. Nos ha tocado. Nos tocó.
Con gusto y alegría hago lo que hago. Pensando en cada momento que coadyuvo a librarnos del invasor. Es una lucha, y yo la realizo mediante la palabra. Y procuro que cada frase que escribo sea un arma y una victoria sobre lo tenebroso, sobre nuestro mal; y sobre el islam, con el cual, tarde o temprano, todos los europeos milenarios tendremos que enfrentarnos. Yo, y muchos otros, nos adelantamos, simplemente. Somos la vanguardia. Luchamos y urgimos a los demás a que se apresten al combate.
Estamos en guerra, o mejor dicho, el islam está en guerra contra nosotros, y en nuestra propia casa. Nos disputa la tierra. Discute nuestros cielos. Quiere someternos, quiere humillarnos, quiere imponernos su infierno…
¡Pues claro que hay que luchar contra esta monstruosidad que amenaza con destruirnos!
Te dejo esta prenda de nuestros antepasados pre-romanos (no recuerdo qué pueblo), la respuesta que dieron en cierta ocasión a una propuesta de capitulación que le hicieron los romanos: “Nuestros padres nos han legado hierro para defender nuestra libertad, no oro para comprarla.” Sirvan nuestras palabras también como armas para repeler cualquier agresión, para defender nuestra libertad… Sea éste nuestro legado.
Hasta la próxima, amigo. Saludos,
Manu
estoy contigo: el islamofascismo es el peor peligro que existe y no hay vuelta atrás. Voy a leer todos tus artículos, quizá para un blog son algo largos, pero voy a empezar a leer todos poco a poco.
ResponderEliminarSi quieres que se pongan en orden de lectura, no de publicacion, puedes hacerlo cambiando la fecha de publicación.
Saludos.
Gracias Manu por decir basta a la invasión de Europa por parte de la peste islámica.
ResponderEliminarPor desgracia, vivo en un barrio (ya gueto) en el que los últimos años han entrado a saco estos psicópatas criminales, y tengo ya claro cuales son sus pretensiones, pues ya he oído más de una vez de sus propias bocazas algo tan explícito como: "en cuanto seamos suficientes os mataremos a todos". De verdad que hay que apretar los dientes, y -al contrario de lo que pudiera pensarse en un principio- "olvidar" a tu familia y amigos, para no coger un martillo y reventarles la cabeza, y digo "olvidar" porque si pensases en los tuyos, difícilmente podría uno contenerse. Espero que muchos como tu, sigáis gritando a los imbéciles de nuestros políticos, que los ciudadanos occidentales no vamos a consentir que se nos venda a esta horda de esquizo-religiosos; y que si tal locura se consumase, mi principal objetivo no serán los islamofascistas, sino ellos mismos. Un saludo y muchísima suerte con tu blog, todos los no apestados de islam la vamos a necesitar.
Manu no te desanimes, aunque no dejen mensajes hay muchos lectores que están cada dia más concienciados sobre el peligro que representa el Islam en Europa.
ResponderEliminarTus artículos son muy buenos y siempre que puedo intento leerlos, la verdad que el Blog ya me ocupa mis ratos libres y más, pero que sepas que no estas solo en esta cruzada.
Saludos
Primero nos unden en el paro, hacen que nuestro unico objetivo sea busca trabajo, no puedes prestarr atension a otra cosa.
ResponderEliminarEsta todo organizado, nos unden en la miseria y esperaran a que nos matemos entre nosotros,
tenemos antecedentes.
La gente no esta para pensar en nada que no sea como pagar las deudas y comer.
Es un plan perfecto, nadie se percata de la invasion y la reconquista.