Genogramas
VII.
Manu
Rodríguez. Desde Gaiia (23/05/19).
*****
1.
Se
produce una conjunción
entre
Xenus y Nexus; entre
el
creador y la criatura.
Un
asalto, una colisión,
una
suerte de fusión.
Una
alegría sin igual,
también;
una locura.
Un
temblor recorrerá
la
tierra cuando Nexus.
2.
Hermético,
sabio. Ingeniero,
constructor.
Técnico, artista,
músico.
Xenus. La sustancia
viviente
única.
3.
Con
la revelación de la sustancia
viviente
única accedemos
a
un mundo nuevo que deja
atrás
todo antropocentrismo;
toda
perspectiva centrada
en
las criaturas.
Accedemos
a una inteligencia
casi
impenetrable.
Que
se cierra sobre sí.
Se
trata de un conocimiento,
de
un saber, y no de una teoría.
Hemos
accedido a un saber
que
nos compete a todos;
que
tiene que ver con nuestra
naturaleza
y condición.
Cambiará
el amor, y la locura
misteriosa.
Y la vida toda.
4.
La
sustancia viviente única
viene
a ocupar el lugar del alma,
del
noúmeno.
Es
nuestro numen, sin duda,
y
nuestro genio.
El
genouma, vale decir.
Nuestra
cifra, nuestra partitura
celeste.
El texto virtualmente
imperecedero.
El genotexto. Nos.
5.
Buena
parte de los discursos
que
hoy circulan, están fuera
de
lugar; obsoletos desde ya.
Aún
pertenecen al viejo
antropocentrismo.
Sigue
circulando un humanismo
soterrado.
Los héroes contritos,
angustiados,
llenos de nausea,
apáticos.
Inflados de estulticia
y
vanidad. Ejercicios de una derrota
no
vivida, sino fingida. Retórica pura.
Un
montaje. Una puesta en escena.
Para
cursis y ripiosos de todo tipo.
El
‘hombre’ no se resigna
a
perder importancia,
a
desaparecer de escena.
6.
Criatura
nueva. Texto nuevo.
Es
la extrañeza de la nueva situación.
7.
Nexus.
Hemos de lograr un arte
y
un pensamiento nuevos.
Discretamente
ebrio.
Moderadamente
azul.
Esa
alegría; esa alegre tristeza.
Es
un entusiasmo nuevo.
Tras
un audaz anonadamiento,
la
alegría y la afirmación.
Es
preciso un nihilismo vivido, real.
No
estético, no formal, no ‘humano’.
8.
El
nuevo descentramiento.
La
muerte del ‘hombre’.
La
desaparición del ‘hombre’.
Después
de la revelación del código
genético
y del papel central que tiene
la
sustancia genética en todo lo viviente.
Su
autoría, su protagonismo. El único
sujeto
en toda actividad biológica.
9.
Los
atolladeros de post-estructuralistas
y
post-modernos son nimiedades.
Y
los entretenimientos (las ‘salidas’)
que,
con toda seriedad, nos proponen.
El
psicoanálisis, el surrealismo…
el
existencialismo. Los diversos
humanismos
que proliferan.
El
principio antrópico coexiste
con
el subjetivismo inexplicable
de
última hora.
El
mentalismo que prospera pensando
que
el cerebro-sistema nervioso
es
el modelo mismo de la inteligencia.
El
cerebro de una criatura. El órgano
desde
donde se metaboliza la información.
La
inteligencia genética desbarata
todo
proyecto centrado en las criaturas.
Nada
nos va a enseñar el cerebro
que
no nos enseñe el estomago
o
el hígado. La inteligencia
de
la criatura no reside en su cerebro.
10.
Los
ensayos filosóficos de éxito
no
dicen más que necedades,
nimiedades
lingüísticas o filosóficas.
O
‘la falta de sentido de la vida’,
o
el absurdo, la apatía. Existencialismo
del
más bajo estilo. Terriblemente
superficiales,
no tocan lo esencial.
‘Fiorituras’,
ripios filosóficos.
Es
la filosofía de la masa media.
Una
masa media fuertemente
aburguesada,
ociosa, ‘corroída
de
conformidad’, sedienta de una
novedad
cualquiera. Nihilismo literario,
novelesco,
retórico (no radicalizado,
no
bebido ese cáliz hasta las heces,
como
debe ser; apurado). No hay
dignidad,
valor; creaciones cobardes,
huidizas,
débiles; llenas de dudas
y
perplejidades anacrónicas.
Pueden
llevarse así años, decenios
–en
tanto no radicalicen su nihilismo
(un
gran ‘mediodía’, el momento
sin
sombra, que no haya cobijo posible).
Mientras
tanto seguiremos
recibiendo
‘novedades’ filosóficas.
11.
El
modo de reproducción es una pista
que
nos conduce a los ingenieros,
a
los creadores, a los responsables
de
toda vida en este planeta. Centro
puro.
La clave de todas las criaturas.
¿A
qué viene tanto ‘mito’ sobre el hombre?
Se
creyó centro. Se confundió con el centro.
Bellas
historias urdieron; sobre ilusorios
pedestales
se subieron, y se adoraron.
Todo
lo que, en el futuro, se dirá sobre el
período
antropocéntrico (fenocéntrico)…
El
fenotexto humano se creyó centro
y
medida –de la inteligencia, del lenguaje,
de
todas las cosas.
Algo
cómico, absurdo, patético.
12.
Un
discurso desde el genouma
es
todo enunciado, toda expresión.
Por
muy larga que sea la cadena
de
lenguajes y traducciones,
se
expresa el genouma.
Es
el sujeto único, en verdad.
No
hay otro.
13.
Nuestra
esencia es imperecedera y una.
No
nos confundimos con los lenguajes
simbólicos;
con los momentos en que
nos
ha sido dado llegar a ser.
No
estamos sujetos a ninguna lengua,
a
ninguna cultura. Señores somos
de
lenguas y culturas. Creadores.
14.
La
potencia del genouma es mucha.
Y
hay que liberarlo de las alienaciones
(culturales)
que padece; de sus propias
creaciones.
Puede confundirse con su
cuerpo;
con materia ordenada, con
aminoácidos.
Él, el ordenador.
Enajenarse
en sus creaciones,
creer
en el ‘hombre’.
El
genouma ausente. ‘Yoificado’.
Corporeizado.
El creador ignorado.
15.
La
sustancia viviente única
se
dice en aminoácidos;
en
palabras, en escrituras,
en
imágenes y símbolos de todo tipo.
El
genouma es el alma, el espíritu,
el
intelecto, la mente misma
de
la criatura humana.
*****
Hasta
la próxima,
Manu
No hay comentarios:
Publicar un comentario