Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

martes, 28 de mayo de 2019

186) Genogramas VIII


Genogramas VIII.

 

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (28/05/19).

 

                                                                  *****

1.
 
Mente, alma, intelecto, espíritu…
Creador a la manera de un demiurgo.
Que siente, piensa, y quiere. Dotado
de memoria. No es conciencia o ‘yo’.
Es una sustancia subyacente, actora.
Ordenadora. Orden que ordena.
Forma que informa.
 
2.

El genouma no se dice sino
en términos simbólicos, sociales.
El sujeto es siempre el genouma.

El sujeto que expresa, que se expresa.
Obligado a enunciar en términos
sociales, simbólicos, conscientes.
El que subyace a todo enunciado,
el que enuncia.

No la conciencia socio-cultural,
el ‘yo’ cultural de la criatura.
Esa telaraña. Esa textura.

3.

El intelecto agente (el genouma)
y el intelecto adquirido (conciencia, ‘yo’).

El genoúmeno único para todas
las criaturas. Forma, ánima y ánimo
de todo lo viviente. Inmanente.
Material. Diferente de las criaturas.
Creador de las criaturas. Demiurgo.
Causa total de las criaturas.

4.

Unas gotas de inteligencia
repartidas por el cosmos.
Si del cosmos estuviera
ausente la vida, siempre
inteligente, éste no tendría objeto.

5.

Nuestro genouma es como aquel
Ur-Eine (Uno primordial).
Es uno y está en todas y cada una
de nuestras células. Opera cada
minuto, cada segundo, cada
milisegundo.  Manipula, ordena,
estructura otras sustancias.
Es el ‘yo’ del cuerpo, el sí mismo.
Está en todos los otros cuerpos
de la especie, y más allá, en todas
las criaturas. Es el sujeto verdadero,
y único, el artífice de los cuerpos,
de los fenotipos.

Nos. El ingeniero.

Desde el núcleo de las células
de las criaturas, las gobierna;
recibe y procesa información.
Está tras la mirada y tras la voz,
y tras la mano del que escribe.
Soy yo, eres tú. No hay otro.
Ninguna otra sustancia puede
producir signos y cadenas
o secuencias de signos;
así como entenderlos.

Nos. El sujeto único.

El único que es. El único
que permanece –a través
de las generaciones.

Nos. La sustancia viviente única

6.

Pienso, hablo, y escribo con mi cuerpo,
en mi cuerpo, desde mi cuerpo;
construido, producido por mí.

7.

Somos fragmentos de la sustancia
viviente única, de lo Uno primordial.
Es el sujeto único.  No hay otra
sustancia viviente. No una la tuya
y otra la mía. Sino que es una
y la misma. En todas las criaturas.

8.

El genouma dirige el soma
al nivel del detalle. Cada instante
recibe información y responde
en consecuencia. Cada milisegundo.
No hay otro inconsciente que el genouma,
ni otro consciente. Toda la actividad
consciente o inconsciente del soma,
la realiza el genouma.

9.

El genouma dirige al soma.
No sólo lo produce o construye,
sino que lo dirige en todo momento
y en todo lugar.

El soma es una expresión
del genouma.

10.

Somos la sustancia viviente
única, y la evolución (biológica)
es nuestra propia historia.

11.

Los genoumas privados,
los ‘genios’ propios.
El genio propio, y el colectivo
–el único, el universal.

El genoúmeno –la sustancia
viviente única–
en todas y cada una
de las criaturas.

12.

El sujeto de la actividad no es
el sujeto jurídico, la persona jurídica,
los estatutos personales de cada cual;  
no es el ‘yo’ social. Es el sujeto radical,
desnudo, no nombrado, no parametrizado;
el que está tras la máscara (la persona) social.
El que sub-yace en toda actividad.

13.

No hay otro del genouma,
ni del acervo génico único,
universal, para todas las criaturas
que pueblan el planeta.

Somos fragmentos de la sustancia
viviente única, de Xenus,
de lo Uno primordial.

14.

El genouma es la forma y el alma
del soma. Tiene la clave (es la clave)
del soma. Es, además, la inteligencia
del soma. Tiene (y es) la clave de todas
y cada una de las acciones, reacciones,
e interacciones del soma. Sólo del genouma
podemos decir que, a través del sexo,
busca su otra mitad.

15.

Forma material, sin duda.
Inmanente. Sustancia pensante,
mas extensa.

Como el intelecto agente,
es una y la misma
en todas las criaturas.

Es todo lo que hay de eterno
en las criaturas.

16.

Conducta apetitiva orientada.
Actividad exploratoria, de búsqueda.
Los signos  puntuados en la amada.
La figura, la mirada, la voz.

La elección amorosa.

La orden, el mandato;
el encargo, la razón.
La pulsión parte del genouma.
El genouma manda, y protagoniza.

La búsqueda parte del varón
por motivos puramente biológicos.
Portador de los gametos haploides
que han de llegar allí, al seno
de la hembra de la especie.

17.

El deseo sublimado, exaltado.
El amor. Se sublima la pasión,
se exalta a la otra parte.
Amantes sometidos al deseo
y a la muerte. Desear y morir.

18.

Dada nuestra condición perecedera
el amor no puede ser otra cosa
que piedad. Mutua piedad.
Tú, mortal; tú, nada.
De antemano efímeros.

19.

En cada pareja se repite
la escisión y la unión;
la separación y el encuentro.

Cada cópula es una experiencia
de retorno a la unidad.

 
*****

Hasta la próxima,

Manu

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