Genogramas
LXXI.
Manu
Rodríguez. Desde Gaiia (10/12/21).
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1.
¿Qué
puede ser tomado del pasado?
¿Qué
puede serle útil a la vida?
¿Qué
poesía, qué música, qué filosofía...?
La menos
antropocéntrica. La que pueda
ser
tomada por la vida sin desmedro de su ser.
Aquello
que la misma vida hubiera creado.
Lo menos
humano. Aquello que puede
ser
suscrito por la vida. Es una labor
que
queda. Sopesar el pasado creativo
de la
humanidad.
Lejos de
todo patetismo humano.
Su
histrionismo, su sobreactuación…
Su vano
narcisismo.
Lo
sublime vital –no lo sublime humano.
Esto es
lo que hay que rescatar del pasado.
Apenas
nada del pasado nos vale.
La vida
debe valorar ahora.
Qué del
pasado le viene, le dice.
Es un
juicio.
2.
La vida.
La materia viviente.
Su
singularidad, su excepcionalidad.
Su
polivalencia, su pluripotencia.
Su
sublimidad.
3.
La vida.
El mundo. Vivir
es
también ser mundo
–formar
parte del mundo.
Formar
parte de ‘esto’.
Existir.
Co-existir.
4.
La vida,
siendo ‘una’, tiene
que
albergar todos los opuestos,
todos
los antónimos… Fuerte y débil,
destructiva
y constructiva,
sublime
y pedestre,
verdadera
y engañosa…
5.
Las
unidades eventuales, contingentes,
perecederas.
Pero la vida también
se
sucede a sí misma, se eterniza
(mediante
la reproducción).
La vida
alberga en sí
la
muerte y la inmortalidad.
6.
Vana
cosa es pretender
que la
vida aspire a otra cosa
que no
sea ella misma.
La vida
se tiene a sí misma,
a sí
misma se posee.
Es la
plenitud.
7.
La vida
que se goza de sí.
La
experiencia misteriosa.
La
plenitud. La completitud.
La
autognosis.
8.
Las
unidades sexuadas.
Mutuamente
se necesitan.
La vida
requiere de sí
en la
reproducción. La vida
se
necesita, se requiere,
se
busca… a sí misma.
9.
La
soledad de las unidades
contingentes
y perecederas.
La
soledad de la vida.
10.
La vida
escindida,
separada
de sí…
repartida
en las criaturas.
La misma
vida.
Lo Uno
primordial.
11.
Los
genes son los ingenieros
de sus
cuerpos, de sus somas.
Los
fenotipos, los somas, son máquinas
construidas
por la sustancia genética.
Son sus
instrumentos, sus vehículos,
sus
armas… Con sus ‘ingenios’
la
sustancia genética se mueve,
percibe,
asimila el entorno, ataca,
se
protege, se defiende, se reproduce…
La
sustancia genética nos instruye
con sus
‘ingenios’, con sus soluciones.
El
vuelo, la natación, la respiración,
la
vista, el oído…
Vemos,
en los humanos, la evolución
de sus
coches, de sus aviones…
de sus
técnicas y de sus maquinarias…
Se
quiere ir más rápido, o más seguro…
Se busca
la velocidad, la seguridad…
Máquinas
o dispositivos
con una
finalidad determinada.
Nadie
duda de la intencionalidad
de
nuestras construcciones.
¿Por qué
se la negamos
a la
sustancia genética?
Los
diseños somáticos que pululan
son
admirables por su eficacia,
por su
perfección. La obra
de los
ingenieros de la vida.
Se supera
la presión, la atmósfera,
la
gravedad… Los somas son máquinas
adaptadas
al medio entorno, preparadas
para no
sucumbir al medio físico-químico.
La
sustancia genética hace evolucionar
a sus
somas en orden a la perfección.
Hay
miles, millones de organismos
diferentes.
Cada una de las especies
supone
soluciones diferentes con relación
al medio
físico-químico. Diferentes
soluciones
para la locomoción,
para la
asimilación, para la defensa,
para la
reproducción…
Tenemos
que aprender de la sustancia
genética
(de nosotros mismos).
Millones
y millones de años
de
experiencia. Desde hace más
de tres
mil millones de años.
Apenas
si hay medio físico-químico
en el
planeta que no esté colonizado.
Es la
vida la que ha llegado ahí
con sus
vehículos –con sus somas
super-adaptados,
super-preparados.
Somas
victoriosos, eficaces.
Aptos
para vencer el hielo y el fuego.
La obra
de los ingenieros, de los creadores
de las
formas vivas todas.
La
colonización del planeta
sólo ha
sido posible realizarla
utilizando
somas adecuados.
La
escuela de la vida es la escuela
de la
superación, de la victoria,
del
éxito… Cómo ha logrado ‘vencer’,
dominar,
adaptar… los medios más adversos.
Con sus
somas la vida no pretende
meramente
sobrevivir, sino dominar
el
medio, vencer, triunfar sobre el medio
(presión,
temperatura, gravedad…).
Hay que
tener en cuenta los factores
bióticos
(los otros organismos,
las
otras ‘soluciones’) y los abióticos
en la
deriva de la vida en este planeta.
La
lucha, el combate, el agón…
es
constante, continuo. No cesa.
Contra
el medio físico-químico,
contra
las otras forma vivas.
No hay
descanso.
La vida
ha ingeniado miles
de
formas para vencer el medio;
para
dominar sobre el medio.
La
existencia la ha conquistado
de
múltiples maneras.
Con la
multiplicidad de las ‘soluciones’
la vida
se ha garantizado la perdurabilidad.
No hay
medio con el que no pueda.
En este
sentido la vida es poder.
12.
La
conciencia de sí de la misma
vida que
ahora adviene,
¿qué
consecuencias tendrá
para el
futuro de la misma?
El
futuro por venir. Todo cambiará
conforme
este conocimiento
y esta
conciencia se vayan extendiendo.
La
conciencia de sí como vida
exige
otra sociedad, otra economía,
otro
derecho, otro arte, otro pensamiento…
otras
maneras de vivir.
Las
relaciones familiares, amorosas,
amistosas,
económicas… sociales
en
amplio sentido. Las relaciones
con el
resto de los seres vivos.
La
cultura genocéntrica por hacer.
Romper
la inercia antropocéntrica.
Ruptura
con el pasado antropocéntrico.
La nueva
vida.
*****
Saludos,
Manu
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