Genogramas
LXXII.
Manu Rodríguez.
Desde Gaiia (23/12/21).
*****
1.
Ya no es
posible pensar o actuar
como
‘hombre’. La perspectiva
genocéntrica
lo ha cambiado todo.
Nuevo
mundo tenemos. Nueva visión.
El
‘hombre’ ha desaparecido,
se ha
esfumado, se ha desvanecido…
La vida
ocupa ahora su lugar.
La voz
de la vida. Su palabra.
Tendremos
que hacerlo todo de nuevo.
Un nuevo
hogar lingüístico-cultural
a la
altura de la vida –un nuevo ‘mundo’.
Por y
para la vida.
Esta
verdad penetrará poco a poco
en las
mentes y en las conciencias
de todos
los seres humanos.
Es el
futuro, no hay duda.
Los
residuos arcaicos, neolíticos,
antropocéntricos…,
no durarán mucho.
Esta luz
lo iluminará todo; esta verdad.
2.
La
próxima civilización será
la de la
vida. Será poco menos
que
eterna. No habrá más cambios.
El
cambio sustancial ya se ha producido.
Habrá un
antes y un después
como
nunca antes lo hubo.
La
transformación, personal y colectiva,
que
viene. La conciencia génica.
La
conciencia de Xenus/Nexus.
Será una
conciencia única,
la más
propia para el ser único
que
somos. Lo Uno primordial.
Una
conciencia, una mente, una mirada…
La
unificación simbólica de los miembros
del
cariotipo específico humano
en el
nombre de la vida, de su ser
más
íntimo –de su único ser.
Es el
futuro. Cuando ni intereses
individuales
ni colectivos guíen
la
actividad de los humanos.
Cuando
desaparezcan pueblos,
culturas,
naciones… Cuando
se
supere la mentalidad
(la
conciencia) antropocéntrica.
Cuando
el ‘hombre’ sea vencido.
3.
La
codicia antropocéntrica (individual
o
colectiva), la ambición de poder…
Las
banderas, las bandas, los bandos…
La
guerra intraespecífica –por el territorio,
por las
materias primas, por el poder…
La
explotación sin miramientos
del
medio físico-químico. Dejamos
un hogar
sucio, contaminado, maloliente…
Las
consecuencias fatales para la vida
de la
conducta de los humanos.
Ceguera,
inconsciencia, vanidad,
egotismo,
necedad… Cegado
por su
antropocentrismo.
La
ilusión antropocéntrica.
La vía
purgativa. Dejar atrás
la
vanidad, la ceguera, la necedad…
Superar
al hombre en nosotros.
Todo lo
humano. Etnias, fratrias,
patrias,
banderas…
4.
Es la
vida la que ríe
y llora
en el hombre,
la que
se goza
y se
duele…
5.
Aquí no
hablamos
ni de
dioses,
ni de
hombres.
6
Cosmos y
vida.
Lo
viviente
y lo no
viviente.
Lo
biótico
y lo
abiótico.
7.
La vida
no tiene a quien
preguntar,
y no tiene quien
le
responda. La vida, a sí misma
se
pregunta, y a sí misma
se
responde. No hay otro/otra.
La
singularidad y la soledad
de la
vida en el cosmos.
Un
cosmos abiótico mudo,
silencioso,
es nuestro hogar.
Luz,
aire, agua, suelo…
soles y
lunas… El entorno
abiótico.
La cuna, el hogar.
Sólo el
estudio de la vida
nos
instruye acerca
de
nosotros mismos
–acerca
de nuestro ser,
y de
nuestro sentido.
8.
La vida
es la ‘luz’ en este cosmos
oscuro,
silencioso, y frío. La vida
proyecta
luz, orden, claridad…
Es orden
proyectado. Introducimos
orden en
el caos. Ya no caos, sino orden.
Cualquier
orden es mejor que ninguno.
En un
principio es el caos… La vida
establece
un mundo, un cosmos…
un
orden; un mundo entorno
accesible,
manejable, familiar.
9.
La vida
convierte el entorno abiótico
en un
lugar habitable, en un hogar.
El aire,
el agua, el suelo, la luz…
Todo
transformado y adaptado
a la
vida. La vida ha contribuido a ello.
La vida
interacciona con el medio
entorno
y lo modifica desde
el
principio –desde su aparición
en la
tierra. No es sólo la vida
la que
se adapta a los diferentes
factores
abióticos, estos también
resultan
adaptados y modificados.
La
interacción y la mutua dependencia.
La
biosfera, tal como hoy la conocemos,
es obra
de millones de años de interacción
entre la
vida y el entorno abiótico.
10.
La
tecnología explotadora
y
depredadora de este neolítico
tardío,
postrero, puede arruinar
la obra
de millones de años
–el
delicado equilibrio
ecológico
logrado.
La
durabilidad del ‘hombre’
pone en
peligro la vida
en este
planeta.
11.
La vida
confundida, alienada
en una
de sus criaturas. La vida
que a sí
misma se ignora.
La vida
se ha malinterpretado.
El
cariotipo humano, su obra,
la ha
confundido. Hasta el punto
de
olvidar su esencia,
de
olvidarse de ella misma.
Una
confusión gramatical. El ‘yo’,
el
sujeto de la actividad, era (y es)
en todo
momento la vida.
12.
Es la
vida la que tiene que ser
aleccionada,
educada, instruida
acerca
de sí. La vida única;
la
sustancia viviente única.
Lo Uno
primordial.
13.
La vida
se reconoce en toda criatura,
tras
todo dispositivo somático.
Allí,
oculta, protegida…
14.
Ahora la
vía perfectiva concierne
a la
vida. El camino de perfección.
La
excelencia. La vida ha de superar
el
carácter fragmentario, individual…
que
aparece en las criaturas.
Su
‘egoísmo’ y su ‘individualismo’.
15.
Ahora
viene el saneamiento
en
profundidad del hogar.
Hay que
arrebatarle el timón
al
‘hombre’. A esa vida en particular,
embrutecida,
ciega, inconsciente…
La vida
que ha perdido su norte.
*****
Hasta la próxima,
Manu
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