Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

jueves, 26 de septiembre de 2019

196) Genogramas XVIII


Genogramas XVIII.

 

Manu Rodríguez. Desde Gaiia (26/09/19).

 

                                                                  *****

1.

A la débil luz de la luna
los incansables garimpeiros
parecen diminutos titanes.
Incontables llamitas plateadas
recorren los negros barrancos,
las minas a cielo abierto.

Abismo. Negro agujero.
Ojo vacío en la noche.
Cegado. Sin cornea.
Sin iris. Sin pupila.
Hueco. Vano. Inútil.

Necia, absurda hermandad.
Soles eclipsados por el oro.

2.

Mudo y sin embargo elocuente.
Oculto y sin embargo manifiesto,
a la luz.

3.

Renovar la atmósfera cultural del planeta.
La actual atmósfera ponzoñosa y maloliente.
Purificar el aire espiritual que respiramos.
Descontaminarlo.

Coordenadas, parámetros nuevos
que de modo nuevo nos definen.
Adoptarlos, asumirlos, encarnarlos, entrar.

Cambiar el aire. Limpiar. Adecentar.
Abrir puertas y ventanas,
que el aire nuevo se lo lleve todo.
Que lo lleve todo el aire nuevo.

4.

Brotes, renuevos. Actitudes
vitales que no se saben;
sin concepto, sin voz.
Anhelo. Desazón.

5.

La actitud abstraída, reconcentrada,
típica, identificable aún, común.
La pintura pompeyana de la joven
con las tablillas que apoya el estilete
en sus labios. Un gesto que podemos
observar en nuestros días.

Luego los rizos, los pendientes,
la redecilla para el cabello. Todos
dorados. Ojos grandes y hermosos.

Como una musa de la escritura,
de la invención, de la poesía.
Sulpicia pompeyana.

Podemos imaginarla saliendo
de la abstracción y ‘saltando’
sobre la tablilla con la palabra
en la punta del estilete.

6.

Lo que falta es una palabra
y una escritura nuevas.
Actitudes absolutamente nuevas.
Que de modo nuevo nos veamos;
que de modo nuevo nos tratemos.

7.

El genouma a sí mismo se encuentra.
El genio innovador, los creadores.
Los seres primordiales.
Las runas de la vida.

No hay nada tras el genouma,
tras la sustancia viviente única.
No podemos ir más allá del genouma.
No hay otro del genouma.
El genouma mismo es su otro.
El ‘espíritu’ insondable.

8.

La sustancia viviente 
constantemente se dice,
se traduce. Se ‘encarna’.
Sale a la luz. Nuestra escritura
es como un simulacro
de las actividades del genouma.

9.

Ríos que desde antiguo manan,
que llevan agua, caudal,
que surge de las profundidades,
del océano indiferenciado –el genofondo.
Que fluye diferenciado y convertido
en agua dulce, potable. Corrientes
navegables, vías de circulación.

10.

Sin saber hacemos. Sin saber
traemos a la luz el mundo nuevo.
A tientas. Entre tinieblas. Sin saber
construimos. A ciegas. Sin saber
lo que hacemos. Sin la menor
conciencia de lo que hacemos.
Sin criterio definido  de evaluación
en lo que respecta a su compromiso
con el futuro, a su relación con el futuro.
Sin lugar desde donde evaluar.

11.

Vecinos de la muerte, aún.
Mudémonos. Salgamos.

Somos un pueblo nuevo
pero seguimos habitando
en ciénagas pantanosas.
Rodeados de aíre ponzoñoso,
envenenado.

12.

El origen de un curso de agua.
Manantial que viene de lo profundo,
por entre las rocas se abre camino,
incontenible mana, se filtra
por las hendiduras; un hilillo
de nada se convierte en un gran
río. Fuentes y manantiales,
arroyos, riachuelos. La corriente
que no cesa. El curso, el origen.
Su potabilidad. El agua es vida.

13.

La desacralización de la naturaleza,
el menosprecio hacia el resto
de las formas vivas; esa suerte
de despotismo ecológico
que recorre todo el neolítico
y cuya máxima expresión es la teología
y la antropología bíblica, judía. Toda
esa concepción de la naturaleza viviente.

Hybris, menosprecio, manipulación,
explotación… del resto de la naturaleza,
del hombre mismo (la esclavitud).
Actitud sacralizada, legitimada,
ordenada por un dios.

Hoy es posible sostener un animismo
ligado a la naturaleza viviente.
La revelación de la sustancia  viviente
única, de la sustancia genética,
que es el alma de toda criatura
–árbol, pez, o ave.

14.

La criatura es nada.
El creador lo es todo.

En hombres y mujeres es siempre
el genio el que piensa, habla, o ama.

El genouma, la materia sutil.
El creador de todas las formas
vivas del planeta es uno y el mismo.

No es que el genio te anime,
o que sea tu espíritu,
sino que tú que lees,
tú que escuchas o que hablas
eres el genio mismo,
el espíritu sutil mismo.

No es ‘tu’ genouma o ‘tu’ espíritu.
Sino que tú eres el genouma,
el espíritu.

15.

El cariotipo específico.
El genio de la especie.
Un tema en sus variaciones.

16.

La medida de tu amor
es la medida de tu odio.
La medida de tu odio
es la medida de tu amor.
Tanto amas, tanto odias.
Tanto odias, tanto amas

17.

La niebla se disipa, las brumas.
Es un nuevo día, una nueva aurora.
Un nuevo comienzo, una nueva era.

 
*****

 
Hasta la próxima,

Manu

 

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