Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

miércoles, 27 de mayo de 2020

212) Genogramas XXXIV


Genogramas XXXIV.

 


Manu Rodríguez. Desde Gaiia (27/05/20).

 

 

                                                                  *****

 
1.

La noche, el invierno,
el frío prolongado.
Noche de los constructores
de la nueva nave.

Aquellos primeros.
Los que iniciaron.
Los que primero
trazaron, diseñaron…

El núcleo originario.
Los primitivos.
Los primeros. 
Los brillantes,
los diurnos. 

El espacio de aquellos
que están al principio
de esta mañana,
de esta aurora.

El espacio del orden,
de la acción,
de la verdad.

Testimonios del orden
han de ser los escribas.
Testimonios vivos.

2.

El embrión de los seres,
del áureo embrión.
La áurea semilla.
El núcleo dorado del ser,
de la verdad.
El ser de toda criatura.

Esos fuegos parciales
que son los gametos.
Mediante la unión de ambos
se genera el nuevo fuego,
el ser nuevo. Esto es lo ordenado
por el señor de las criaturas.
El que es. El veraz.
El núcleo dorado.
El fuego que somos.

3.

La ofrenda verbal.
Es un acto sagrado.
La emisión de palabras
en el acto sacrificial.

4.

El fervor, el entusiasmo sublime
–que se prodiga tan poco.
El entusiasmo genuino.
 
5.

El ditirambo es un canto
de renacimiento, de victoria,
de triunfo. Sobre las tinieblas,
sobre las sombras…

6.

Los veraces.
Los excelentes,
los bien nacidos.
Los agradecidos.

7.

La palabra como rayo, como luz.
Los rayos conceptuales.
Palabras con las que se fulmina.

8.

Luz y entusiasmo.
Es la tormenta eléctrica.
Es el rayo. Es la luz.
El resoplido de la luz.

La inflación de la llama.
El sonido del fuego, el crepitar,
las chispas, las centellas…
Los resoplidos, los relinchos.

Es también el sonido
que producen las aves
cuando se sacuden el plumaje
–un rápido y breve ‘frufrú’.

9.

La actitud de los primeros
debe tomarse siempre
como principio, como método.
El esfuerzo, la insistencia,
la infinita repetición.
El logro, el triunfo pues.

10.

El canto heroico, regocijado,
ebrio de victoria. La alegría
extremada. La gratitud.

11.

Palabras purificadas,
tamizadas, filtradas.
Como el poeta mismo.

El poeta, el oferente.
La celebración.
La ofrenda.

12.

La tablilla,
el lienzo,
la hoja.
El rectángulo
sagrado.

13.

La fuerza, el vigor del héroe.
En todo momento, en todo lugar,
en todo campo de actividad…
En cualquier dirección,
voz, o espacio…

14.

Un punto, una plataforma,
una lanzadera celeste,
un planeta vivo
–colonizado por la vida.
Por Xenus, por Nos.

La sustancia genética
(los ácidos nucleicos),
la sustancia viviente única,
es la forma universal
de toda vida y de toda
inteligencia en el cosmos.

15.

La atmósfera alucinada. Inspirada.
Iluminada. El entusiasmo,
el goce, la alegría.

El rectángulo sagrado.
Flanqueado por la aurora
y el crepúsculo. Al frente,
las constelaciones boreales,
e igualmente las auroras
que del norte nos vienen.
Proa al norte. Hacia el círculo boreal.
Alrededor del norte.

La palabra, la escritura,
como actos sagrados.

16.

Cuando la actitud en toda actividad
deviene santa y venerable,
cual si de un acto sagrado se tratase.
Hágase lo que se haga.

De manera suelta, empero,
flexible, cual si de un orden laxo,
líquido, fluido se tratase.
Con facilidad, con soltura.

17.

Que lo santo recorra todas las actividades.
La actitud simbólica en toda actividad.
En pensamientos, palabras, y obras.

18.

Se trata de no repetir.
De ahí las variaciones.
Un tema se advierte
en sus variaciones.

19.

En arte y pensamiento
es siempre la vida,
la sustancia viviente única,
la que en todo momento
opera, actúa.

En último término,
nosotros mismos.

20.

Hay que vivir y no sólo pensar
la cultura que estamos generando.
El nuevo saber. Las nuevas
que acerca de nosotros tenemos.
La información nueva.


*****

Saludos,

Manu

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